miércoles, 14 de agosto de 2024

Capítulo 7 Saludando Octubre, continuación






Al mismo tiempo la artillería FAPLA bombardeaba las posiciones sur-africanas utilizando morteros y artillería pesada. 



La Brigada 21 FAPLA continuaba recibiendo suministros a orillas del Lomba, pero los bombardeos sur-africanos les estorbaban en su esfuerzo por continuar el avance.
La Brigada 47 FAPLA no tenía posibilidades de retirada y hacia intentos desesperados por unirse a la 59.

La Brigada 59 FAPLA comenzó a atrincherarse y recibió provisiones y refuerzos de la 21 que había tenido éxito en extender un puente móvil sobre el río Cuzumbia.

El día 27 de septiembre de 1987, a las 15:30 horas (local), otros seis Mirages fueron enviados a interceptar a la aviación angolana. Cuando les fue ordenado ascender para el encuentro, comunicaron estar viendo aviones SU-22. 

Poco después informaron que eran MIG-23.

Los sur-africanos no explican cómo, ni porque, fueron conducidos a un encuentro frontal. Posiblemente una mala conducción, pues refieren que se encontraban a 100 metros por debajo de los MIGS. 

Relatan los pilotos sur-africanos que mal conseguían mantener el contacto visual y lo achacan a que llevaban una velocidad superior a Mach 1.3. El piloto solo atinó a ver un resplandor proveniente de una de las alas del MIG. Era el Mayor Piercy.


                                              Major Arthur Piercy

El problema consistía en que, no era un piloto angolano al mando del MIG-23. Se encontraba frente a frente con un piloto cubano, de ascendencia china, llamado Alberto Ley Rivas. Un piloto de más de 7 años de experiencia.


                                                   Mayor Alberto Ley Rivas


Piercy llegó a Rundú, pero el aterrizaje de su avión averiado le costó una silla de ruedas.

De ahí en lo adelante los pilotos sur-africanos pasaron a la defensiva.

Es curioso, pero ya el día 27 de septiembre, aun cuando las FAPLA no habían sido derrotadas en el río Lomba, los pilotos cubanos se encontraban enfrascados en combate.

Cuando Fidel Castro decía que los cubanos no participaban en la Operación “Saludando Octubre” debía estar refiriéndose a las tropas terrestres solamente. 





Los sur-africanos, desde sus posiciones avanzadas (RECCES), observaban maniobrar a las FAPLA y contra ellos dirigieron el fuego de la artillería. Los primeros vehículos FAPLA que trataron de cruzar fueron destruidos y con esto quedo bloqueado el puente.

Las FAPLA enviaron un T-55 para que abriera el paso, sin éxito. Cada vez que las FAPLA intentaban algún movimiento las SADF se lo impedían, mediante un fuego muy preciso de su artillería.

La artillería FAPLA comenzó a bombardear las posiciones sur-africanas, mientras que, para el escape de la Brigada 47 FAPLA, los MIG FAPLA ofrecían apoyo y protección. 

 


El 2 de octubre de 1987 las SADF se percataron de que la Brigada 47 FAPLA había logrado construir un camino utilizando troncos de árboles a lo largo de las marismas que bloqueaban su retirada hacia el río Lomba. 

Camiones, porta-cohetes, carros blindados y tanques se encontraban ocupados en reunirse a lo largo de la línea de árboles, preparados para efectuar una retirada en orden.

Cuando los medios sur-africanos se lanzaron al ataque, las FAPLA, acostumbrados como estaban a ver huir a la UNITA, tan pronto aparecían los tanques, trataron de utilizar la misma táctica enviándolos contra las posiciones de la SADF.

La reacción sur-africana fue diametralmente opuesta y los blindados sur-africanos se lanzaron contra los tanques FAPLA, rodeándolos hasta que lograron colocarse a la retaguardia y disparar contra la comparativamente más vulnerable parte trasera de los tanques soviéticos.

El Grupo Bravo de las SADF se encontraba compuesto por los Batallones 32 y 101, que eran apoyados por tres batallones de las FALA (UNITA). Tenían como tarea de combate, frenar la ofensiva de las Brigadas FAPLA 47 y 59.

El Grupo Alfa estaba compuesto por el Batallón mecanizado 61 de las SADF y era apoyado por dos compañías del Batallón 32 y cinco batallones de las FALA. Estos debían operar contra las Brigadas FAPLA, 21 y 16.

Las tropas FAPLA de la Brigada 47, aunque estaban machacando a los sur-africanos y los superaban en el orden de 4-1, comenzaron a inquietarse y en un determinado momento, uno de los batallones rompió a correr hacia el río.

El corre-corre en terreno abierto y en forma de turba indisciplinada, permitió a los sur-africanos realizar fuego a discreción y los morteros empezaron a lanzar sobre las tropas FAPLA, granadas de alto poder explosivo. Un segundo Batallón también rompió a correr hacia el río. Aproximadamente 100 vehículos se encontraban tratando de alcanzar el puente por el camino de madera.

La artillería sur-africana causó grandes estragos. 


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