jueves, 15 de agosto de 2024

Capítulo 7 La Guerra Innecesaria Prisioneros de la UNITA





El 28 de octubre de 1987 es derribado el MIG 21 UTI (entrenamiento) del Mayor Manuel Rojas García, que en aquel momento era el Jefe de la Sección de Aviación de la DAAFAR en la MMCA, o lo que es prácticamente igual, jefe de la aviación cubana en Angola.

El avión de Rojas fue derribado por un misil tipo “Stinger”, de fabricación norteamericana, en manos de la UNITA.

A Rojas lo conocí en la pista de aviación de Siguanea, Isla de Pinos, a principios de los años 70, siendo yo copiloto de helicópteros. Rojas se encontraba suspendido de vuelos desde el año 67, debido (según radio bemba) a vínculos con un caso "extraño" titulado micro- fracción, aunque otras fuentes se refieren a “fiestas de perchero” (fiestas supuestamente inmorales). Aquel día, en la pista de Siguanea, Rojas estaba prestando servicios como oficial de retaguardia (logística) del Regimiento Aéreo de San Antonio de los Baños.

Rojas había salido de Cuba a estudiar para piloto de la aviación de combate, en el primer grupo enviado para la República Popular China. En esa época, los "viejos pericos" del Partido Socialista (comunista) mantenían un poder paralelo (consentido por Fidel Castro) que aprovechando las circunstancias enviaron a estudiar a su cantera joven, o por lo menos a aquellos jóvenes que pertenecieran a su área de influencia.

Es, o era, un mulato alto bien parecido, de palabra fácil, apoyado en una fértil inteligencia sustentada por estudios de derecho y ciencias sociales. En los años en que fuera suspendido como piloto no perdió el tiempo. Supo compartir los estudios con sus conquistas amorosas. No es, de ninguna manera, lo que se llama un parlanchín, ni habla rápido. Todo lo contrario. Medita sus palabras y se expresaba coherentemente. Nada de locuras y mucho menos de nervios.

Pertenecíamos a la misma Unidad Militar; y en mi condición de piloto de helicópteros asistía a las líneas de vuelo de la aviación de combate, como parte del equipo de Búsqueda, Salvamento y Rescate (BSR). De esa forma alternábamos y confraternizábamos, entre vuelo y vuelo, con todos los pilotos. Cuando yo cumplía una segunda "misión internacionalista", Rojas aun no había cumplido la primera. Aunque no es menos cierto que participó en la "Operación Pico", bajo el mando del General Rafael del Pino. Pero esta, es otra historia. 

La próxima vez que coincidimos fue en la Academia de las Fuerzas Aéreas de la Unión Soviética, Yuri Gagarin. 

(http://baracuteycubano.blogspot.pt/2009/06/la-monstruosa-operacion-pico-contra-la.html)


                                 Pilotos cubanos, participantes en la Operación Pico

Cuando la UNITA derribó al Jefe de la Sección Fuerza Aérea DAAFAR de la MMCA, Coronel Manuel Rojas García y su compañero de vuelo Quesada, la dotación de Búsqueda, Salvamento y Rescate (BSR), se encontraba a 50 Km, de distancia del lugar de los hechos.

Los helicópteros llegaron a la posición donde había caído el avión, 15 minutos después de ocurrido el derribo.

Ambos pilotos (Rojas y Quesada) sabían perfectamente, que no tenían posibilidades de ser rescatados y es probable que por esta razón no utilizaran la radio-estación de auxilio “KOMAR”, la cuál podía haber ayudado, a la pareja de helicópteros, en su localización. La KOMAR, tiene la particularidad de quedar funcionando automáticamente luego de producirse la activación del sistema de eyección de la cabina.

La estación de auxilio quedó marcando la ubicación del paracaídas, trayendo por consecuencia que las tropas de la UNITA se ensañaran con los helicópteros que, en el afán de rescatar a sus compañeros, se aproximaban una y otra vez al lugar desde donde procedían las señales.

Ambos helicópteros (cuyo líder se apellidaba Cadiz, y sus más cercanos conocían con el sobrenombre de “chícharo”, regresaron a Menongue con más de 36 perforaciones en sus fuselajes.
Varios miembros de las dotaciones de BSR resultaron heridos, por suerte ninguno era piloto.

Rojas y su compañero de infortunio, permanecieron prisioneros de la UNITA durante algún tiempo. 

¿Por qué, si los cubanos no estábamos participando en aquella ofensiva, ahora Rojas refiere que, como pilotos, tanto él como Quesada cumplían de tres a cuatro tareas de combate diarias contra la UNITA? 

Efectivamente, se encontraban combatiendo a la UNITA, pero mucho más al norte.

La estación KOMAR trasmite una señal consistente en un “bip, bip” de incalculables inconvenientes en territorio enemigo. Su volumen no es ajustable. Debido al ruido estático (parásito) la recepción se torna desesperante y sin posibilidades de ser contenida. Definitivamente no fue diseñada para tiempos de guerra. 

Estación KOMAR del equipo de Rojas capturado por UNITA

En Cuba las labores de Búsqueda, Salvamento y Rescate (BSR) eran sagradas, aunque con el transcurso del tiempo nos hizo comprendimos que no se tomaban tan en serio.

Cada región de vuelo se encontraba cubierta por un helicóptero (no más de 100 Kms.) y una tripulación compuesta por una escuadra de soldados para la protección del helicóptero y el rescate del piloto accidentado, ya fuera en territorio enemigo o propio.

Este patrón se mantuvo de forma invariable, en Angola, durante trece años. Nada tenía que ver con las dimensiones del territorio angolano y mucho menos con el desarrollo de las acciones combativas. 

Mantuvimos, durante más de 15 años, un sistema diseñado para tiempos de paz. 


Lo interesante de este derribo (el de Rojas) es que no ocurre en el Teatro de Operaciones de la Operación “Saludando Octubre”, sino en las inmediaciones de un poblado de nombre Luvuei en la provincia de Moxico. Todo parece indicar que se encontraban actuando contra las fuerzas de la UNITA que avanzaban sobre Cuemba.

Entre octubre y diciembre de 1987 las nuevas órdenes que recibieron, según refieren los sur-africanos, consistieron en limpiar los remanentes de fuerzas enemigas a lo largo de toda la margen occidental del río Cuito y establecer posiciones desde las cuales pudieran prevenir futuras incursiones FAPLA en la dirección Mavinga.

La SADF necesitaba alcanzar una posición desde donde poder bombardear el aeródromo de Cuito Cuanavale y neutralizar la base para que no sirviera como punto de partida para una nueva ofensiva.

Cuito Cuanavale le daba la posibilidad a los Migs de incursionar en la dirección Mavinga, pero si el aeródromo era destruido los Migs tendrían que trasladarse 175 Kms. al noroeste, hacia el aeródromo de Menongue. 









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