domingo, 25 de agosto de 2024

Capítulo 9 El MI-8, H-02 El General de División Arnaldo Ochoa Sánchez ¿Por qué Fidel Castro ejecutó a su mejor General?



El H-02 fue uno de los cuatro primeros que llegaron a la RPA en el año 1976. Podemos decir que en él volamos todos los pilotos de helicópteros cubanos que pasamos por Angola. Fue testigo del Ejercicio Táctico en Campaña, de la Lucha contra los “Bandidos” de la UNITA, de Cangamba. En fin de todos los 15 años que estuvieron las tropas cubanas. Por supuesto que debe haber transportado a infinidad de jefes, oficiales, sargentos y soldados durante su vida útil.

En el H-02 fueron transportadas (además de generales), alimentos, medicinas, cartas, penas, alegrías, enfermos, heridos, prisioneros, médicos y muchos de nuestros muertos...

¿Qué otra cosa se le puede pedir a un aparato inventado, por el hombre, para transportar personal y cumplir algunas otras diferentes misiones asignadas a ellos (me refiero a los hombres).

Luego del accidente, no había sido reparado para ir a un museo. El objetivo de la reparación era continuar prestando servicio en la Base Aérea de Lubango. El H-02, a mi forma de ver y apreciar los helicópteros, era un venerable anciano, tenía más de 15 años. 

Era, además de decano de los helicópteros, el que más cicatrices de guerra podía lucir, con el orgullo de continuar prestando servicio y no como sus primos más nuevos, los MIG-23BN, a los cuales les habían pintado una estrellita, dando la impresión (a su llegada a Cuba) de que habían participado en combate.

El accidente había condenado a chatarra al H-02. Ni el ingeniero de la fábrica se atrevería a autorizarle un solo vuelo. Fue ahí, que se nos ocurrió la idea, entre el ingeniero principal, todo el personal técnico y la mayor parte de los pilotos (que se encontraban presentes), repararlo y enviarlo para Cuba como recuerdo. 

Ningún General tuvo nada que ver en eso. Se reconstruyó a retazos. Un pedazo por aquí, otro por allá. Las palas (aspas) del rotor central que se le pusieron, pertenecían a juegos incompletos que habían sufrido baja como consecuencia de la guerra.

No hubo intervención del mando superior. A tal punto, que ya estando en Cuba (el barco que lo transportaba), me llamó muy apurado el ingeniero principal para decirme que había que sacarlo lo más rápidamente posible de la cubierta, pues estaban confrontando problemas para su descarga.En Angola, estaba prohibido embarcar cualquier material de guerra que no estuviera en condiciones. El ingeniero tenía la preocupación que alguien pudiera detectar que aquello no servía para nada.

Me pidió que lo sacara volando de la cubierta del barco. ¡Una locura!

Me dijo: “Pero, ya tú hiciste algo parecido con el helicóptero accidentado de Rodolfo Durán”.Le contesté: “Si, coño, pero el de Durán no estaba hecho de retazos”.

Solo les diré que salió volando, atravesó la bahía del Mariel y aterrizó en la Base Aérea de la Marina.

Allí, intentaron hacerlo volar. Pasaron varios meses y aquello no acababa de volar. El General Martínez Puentes, el jefe de la operación en que fueran derribados los aviones de “Hermanos al Rescate” (ya era Jefe de la DAAFAR) no entendía como, un helicóptero traído de Angola no podía volar y quería pasarle la cuenta al responsable. La cuenta se diluyó en el tiempo. Todos a una. Fuenteovejuna, “cooompañero”.

El ingeniero pasó a ser disidente. No por esto, sino por otras causas. El H-02, por obra y gracia de un accidente, se convirtió, y es hoy, una pieza de museo.


                                 El General de División Arnaldo Ochoa Sánchez 



Fidel Castro, que es un conspirador magistral, conocía perfectamente las características de Ochoa y de Polo. Es por eso que, designa al segundo como Jefe de la Agrupación de Tropas del Sur (ATS) que luego se convirtió en Frente. 

De ésta forma intentó disminuir el mando de Ochoa. El General Cintras Frias (Polo) era subordinado directo del jefe de la MMCA (Ochoa).

El ser nombrado Jefe del Frente Sur, no convertía a Polo en subordinado directo de Fidel Castro.
Por supuesto que, Ochoa participaba en las decisiones, pero éstas eran tomadas por Fidel Castro y en ningún caso Ochoa o Polo; lo único que podían hacer era dar su opinión. Ochoa opinaba. Polo cumplía órdenes.

La invasión del territorio de Namibia solo la podía decidir Fidel Castro. Ahora bien, la concentración de tropas cubanas y la disposición combativa de las mismas daba la posibilidad de alcanzar la profundidad operativa (aproximadamente 300-400 Kms dentro del territorio de Namibia) y aniquilar todas las fuerzas aéreas y terrestres sur-africanas que estuvieran destacadas en ese territorio.


                                         Profundidad Operativa

Que se lograra es otra pregunta que no tiene respuesta, pues se quedó en el tiempo. Las órdenes para proceder contra los objetivos militares sur-africanos en territorio namibio eran precisas, claras y bien detalladas.

El General Ochoa consideraba que era imposible desarrollar acciones combativas hacia el territorio de Namibia por varias razones. Entre ellas estaba la extensión territorial y la imposibilidad de sostener, desde el punto de vista logístico, la ocupación del territorio.

Este es un aspecto que Fidel Castro nunca ha explicado.

El General Ochoa sabía, perfectamente que ya los rusos no estaban de barriga con Fidel Castro. Por aquellos tiempos Fidel Castro no perdía la oportunidad de criticar todo cuanto hacían los rusos (me refiero a la Glasnost y la Perestroika) y la inteligencia rusa hacía rato que no compartía información con la cubana. Más bien, compartía desinformación.

Esto fue fácil de advertir cuando los acontecimientos en Granada.
El Golpe de Estado contra Maurice Bishop fue totalmente de izquierda y hay quienes dicen que en combinación con la inteligencia soviética.

En esa oportunidad Fidel Castro se vio más solo y perdido que el famoso “Lone Ranger” (Llanero Solitario), puesto que a él, al hombre mejor informado del mundo le habían pasado gato por liebre.
Creo que ha sido uno de los papeles más ridículos de Fidel Castro en toda su historia.

Al General Ochoa le preocupaba dejar la retaguardia descubierta a merced de la UNITA y trató de apoyar a las FAPLA en Cuemba, donde a la par de Cuito Cuanavale se libraban combates entre las fuerzas de las FAPLA (MPLA) y las FALA (UNITA).

Ochoa consideraba de suma importancia reforzar las posiciones FAPLA en las márgenes del río Cuanza (que nace por allí y, a la altura de la carretera que va de Cuito Bie a Muñango ya es un río de gran caudal.


                                     Posición, en un mapa, del río Cuanza

Es verdad que ambas fuerzas tenían que forzar el río. ¡Y forzar un río no es cosa fácil! Se defiende con poco y se necesita de muchas fuerzas para cruzarlo.
El General Ochoa, conocedor de la poca preparación de las FAPLA y a sabiendas del pésimo asesoramiento ruso, le preocupaba salieran en desbandada por falta de alimentos o por falta de pago o por cualquier otro motivo y los cubanos nos viésemos en la necesidad de enfrentar a la UNITA más acá de Cuito Bie.

De las cosas, que hacía Ochoa, que más le molestaban a Fidel Castro era que cada vez que había que cumplir una orden, emanada del Estado Mayor General (léase Fidel Castro), Ochoa hacía todo lo posible para que la misma se cumpliera sin consecuencias negativas para nuestras tropas y en varias ocasiones el cumplimiento de éstas órdenes se retrasaron por éste motivo. 

El mérito del General Ochoa consistió en proporcionar todo lo humanamente posible en la organización de un trabajo increíblemente rápido. Ochoa era mejor organizador que Polo y muy carismático, mientras que Polo adolece de ésta última característica.

Con sus dotes organizativas y su carisma, Ochoa logró que todo lo que hacía falta, estuviese en el momento preciso. Que no faltara nada.

No sé si en los círculos más íntimos de Ochoa, éste habría formulado alguna crítica a Fidel Castro o se habría burlado de él. Por lo menos delante de mí jamás se pronunció en forma directa en contra de Fidel Castro ni de su hermano Raúl aunque no es menos cierto que, Ochoa, era tremendo jodedor cubano y siempre tenía una anécdota o un chiste (muchas veces picante) sobre la situación de las tropas. Es posible que ésta jocosidad le haya molestado, en algún momento, a Fidel Castro. 


               ¿Por qué Fidel Castro ejecutó a su mejor General? 



 Con tantas promesas incumplidas, con tanto dolor, con tanto odio, es imposible intentar explicar el porqué Fidel Castro traicionó y fusiló al General de División Arnaldo Ochoa Sánchez.

A principios del mes de mayo de 1989 regresé de Angola, después de una agobiante estadía en la base de tránsito de Luanda. Nunca volví a encontrarme con Ochoa. A Patricio lo vi, salimos juntos, nos visitamos en nuestras respectivas casas, conversamos mucho después de salir de la prisión. Lo conocía de niño, mucho antes de ambos comenzar las “peripecias revolucionarias”.

El General de División Arnaldo Ochoa Sánchez tenía el mismo acercamiento hacia los militares soviéticos como podría haber tenido cualquier jefe militar cubano que hubiese estudiado en las academias soviéticas, dominara el idioma ruso y estuviera en la posición de Jefe de la Misión Militar de los hermanos dictadores, en Angola. Ni más, ni menos.

Los hermanos Castro Ruz no han sacado ni un solo video de las “bacanales alcohólicas” con los “amigos soviéticos” y dudo que puedan o se atrevan.

Es más, puedo asegurar que Ochoa, en el orden militar, consideraba a los soviéticos, unos esquematizados. Otra cosa podría ser la forma de pensar en cuanto al futuro de Cuba. Pero Ochoa no era el único que pensaba en cambios. 

El General de División Arnaldo Ochoa Sánchez no incumplió ninguna orden militar de Fidel Castro durante la guerra de Angola.

La Brigada de Tanques del General Cartaya solo estuvo lista para rodar por sus ejes a principios del mes de febrero de 1988. Lo sé porque yo estaba en Huambo, lugar desde donde salió aquella unidad.

Y sé muy bien que no pudo salir antes debido a su deplorable coeficiente técnico de explotación. Dicho en otras palabras: Los tanques tuvieron que ser reparados en casi un 75% de su totalidad.

Del estado deplorable de la técnica de combate eran responsables, en primer lugar el propio Fidel Castro, en segundo lugar los diferentes jefes que habían pasado por la Misión Militar y los jefes directos de aquella unidad. Incluso el alto mando de la Contra Inteligencia Militar.

La brigada de tanques del General Cartaya tenía que avanzar más de 150 kilómetros, por la carretera que va para Cuito Bie, hasta el entronque con la carretera que va para Menongue. Del entronque hasta Menongue eran más de 300 kilómetros. O sea, aquella brigada tenía que recorrer más de 500 kilómetros para llegar a la capital de la provincia de Cuando Cubango y de allí continuar otros 200 kilómetros hasta Cuito Cuanavale. En total serían casi mil kilómetros. Para tener una idea, es casi la distancia de La Habana a Santiago de Cuba.

Durante varios días, previos a la salida de la brigada, utilizando los helicópteros, fuimos desembarcando escuadras de infantería que protegerían las carreteras (puentes, pasos de ríos, entronques etc.) a lo largo de aquellos mil kilómetros.

Ahora bien, lo que Ochoa no quería era que, la columna de tanques y carros blindados, avanzara de noche, sino que los zapadores (artificieros) realizaran la exploración de noche y a pie, para que los vehículos, una vez de día, avanzaran lo más rápido que fuese posible.

Ochoa no era hombre de chismecitos, pero en todo caso hubiera sido un descalabro para toda la cadena de mando, el que Ochoa (para explicarle a Fidel Castro el porqué no avanzaba el General Cartaya) se hubiera quejado de sus generales subordinados (que se contaban por decenas) y denunciar hasta la propia Contra Inteligencia Militar, que no había sido capaz de informar todo aquello en su momento.

Me imagino que lo único que le podría haber pesado a Ochoa era estar cansado de tanta mentira y el tener que continuar “arando en el mar” con un par de “bueyes viejos”.

Fidel Castro acusó a Ochoa de insistir en hacer avanzar la vanguardia de exploración a pie y no motorizada. Esto, como casi todo lo que hace Fidel Castro es solo una media verdad. Los que estábamos allí sabemos la otra mitad de la verdad.

Hoy por hoy, para nadie es un secreto que, en las provincias de Huambo, Cuito Bie y Cuando Cubango (para no incluir todas las demás) las tropas angolanas y cubanas solo dominaban las poblaciones. El campo era de la UNITA.

Existía una orden emitida por los generales que habían sido jefes de la Misión Militar cubana al respecto, prohibiendo terminantemente el desplazamiento de noche en vehículos.

La intromisión de Fidel Castro fue tan grande que Ochoa se vio obligado a autorizar el movimiento de la columna de blindados de noche y sin exploración previa. El resultado fue que el blindado que ocupaban los zapadores (al frente de la columna) hizo explotar una mina. Murieron todos los exploradores. Se detuvo la columna durante un día entero.

Difiero de la opinión que considera que, Fidel Castro toleraba la vida opulenta y fácil, a cambio de lealtad absoluta. 

Al contrario, utilizaba y aun utilizan las debilidades humanas a su antojo, conveniencia y como fuente de chantaje. En vez de parar las actividades de opulencia y vida fácil, las dejan correr para luego, cuando lo consideren necesario, utilizarlas en beneficio propio.

Para los hermanos Castro Ruz la lealtad no existe, es puro formalismo. 

Ellos jamás han sido leales y tampoco esperan que lo sean con ellos. Lo que en todo el mundo se conoce como lealtad, ellos la imponen por la fuerza. 

El que no sea leal (de acuerdo con su criterio particular) pasa al basurero de la historia, lo multiplican por cero o lo fusilan. 

Preciso aclarar que el General Patricio de la Guardia Font no era el Jefe de Guarda fronteras del Ministerio del Interior, como aparece en algunos libros. 

Había sido Jefe del Estado Mayor del Ministerio del Interior hasta 1986 y luego asesor del General Kundi Pahiama quién en 1987 fuera Ministro de Seguridad del Estado de la República Popular de Angola.

Preciso recalcar que todos los implicados en las causa 1 y 2 de 1989 eran hombres de Fidel Castro, ninguno le traicionó. Por el contrario, fueron ellos los traicionados. 

Desde aquellos días la imagen de un Fidel Castro, guerrillero anti- imperialista inmaculado, dejó de existir para el pueblo de Cuba. 

Hasta aquellos días, todos les respetábamos. 

A partir de ahí, todos les temíamos. 



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