martes, 27 de agosto de 2024

Epílogo






La historia de la intervención de Fidel Castro en la guerra de Angola es más complejo de lo que aparenta.

Si me atengo a la más estricta verdad, tengo que reconocer que, si bien apoyamos a las FAPLA en su lucha contra la UNITA, no es menos cierto que, en muchas ocasiones no los apoyamos, sobre todo cuando el mando militar cubano consideraba que no era vital para nuestras fuerzas.

Por ejemplo:

En 1978 se desarrollo el llamado "Ejercicio Táctico en Campaña" dirigido por Raúl Menendez Tomasevich y que fuera el preludio de la "Operación Olivo", que a mí entender fue un rotundo fracaso. (Estas operaciones eran totalmente anti-UNITA).

Pero en 1988, cuando los acontecimientos de Cuito Cuanavale, la única ayuda cubana que recibieron las FAPLA (en su lucha contra la UNITA), fue el salvar de la catástrofe a las cinco Brigadas FAPLA que había incursionado más allá de Cuito Cuanavale en la dirección Mavinga-Jamba y que habían sido obligadas a retroceder, desorganizadamente, hasta la confluencia de los ríos del mismo nombre. 

En Cuemba, más allá de Cuito Bie, en la dirección Muñango las FAPLA se batían en solitario contra la UNITA, varios cientos de Kms. más al norte.

El avance en la dirección Ruacaná, aunque lo quieran adornar con algunas tropas FAPLA y SWAPO, fue un asunto totalmente cubano.

En 1988 se recibió una orden de Fidel Castro (MUY SECRETA), en la cuál se planteaba que las fuerzas cubanas no podían apoyar a las FAPLA, en contra de la UNITA, en ninguna acción que no estuviera vinculada con la defensa de Cuito Cuanavale o el avance de nuestras tropas por el Flanco Sur Occidental del Frente Sur (Ruacana). 

Varios encontronazos tuve con el ya fallecido General Cesar Lara Roselló por esta causa, incluso entrado el año 1989. Todavía y a sabiendas que la orden de Fidel Castro era no apoyar a las FAPLA en la dirección Cuemba, Lara insistía en que mi helicóptero fuese a abastecerlos con comida. Existía una razón para eso: Lara tenía un “negocito” con un jefe angolano., su “cúmbila” de cuando Lara se encontraba destacado en la “Operación Olivo”.

Por otra parte para entender cómo se desarrollaron los acontecimientos, es necesario, separar "la defensa de Cuito Cuanavale" de las operaciones por el referido flanco Sur Occidental del Frente Sur (Ruacana), ya que ambos no tenían conexión directa.

Les han llamado Flanco Sur Oriental y Flanco Sur Occidental de un mismo Frente Sur, aunque hubiera bastante tierra de por medio (entra ambos flancos) y casi todo dominado por la UNITA o al menos las FAPLA o el MPLA no tenían, en la zona que separaba dichos flancos, tropas ni representantes.

Sin el apoyo logístico y militar de África del Sur, que hasta ese momento la abastecía, luego de la independencia de Namibia (las SWAPO eran enemigos irreconciliables de la UNITA) y con la caída del régimen de "apartheid" la UNITA se quedó a la deriva.

Al MPLA, reconocido por todos los países del cono sur africano y las Naciones Unidas, aun le costó trabajo, no exterminar, sino eliminar el fantasma político de la UNITA. Aun hoy, muerto Savimbi, la UNITA sigue dando dolores de cabeza, desde el punto de vista político, aunque ya no es ni la sombra de lo que un día llegó a ser.

Los sur-africanos pueden decir lo que se les antoje, pero los que penetraron en territorio ajeno fueron ellos y los que se retiraron también. Fidel Castro tenía la coartada de haber sido “invitado” a defender al gobierno de Angola. 

Gobierno reconocido por las Naciones Unidas. 

Desde la distancia que nos ofrecen los años transcurridos, hoy podemos saber que efectivamente las SADF no tenía efectivos militares para forzar los ríos Cuito y Cuanavale. 

En 1989 no teníamos idea exacta de los medios con que contaban ni el propósito que se habían hecho.

Los aviones SAAF (de fabricación occidental) tenían mayor autonomía de vuelo. Pero, lo decisivo es el ser humano. Los hombres (pilotos) sur-africanos demostraron muy buena preparación y le dieron infinidad de dolores de cabeza a nuestros mejores pilotos de combate.

En el Flanco Sur Oriental del Frente Sur no había otra opción que “TABLAS”; y eso era lo que pretendía Fidel Castro, para comenzar el desplazamiento por el Flanco Sur Occidental del Frente Sur en dirección a la hidroeléctrica de Ruacaná. 

De ahí la construcción, en tiempo record, del aeródromo de Cahama y la reparación del ibídem de Xangongo, N ́Giva y la incorporación de los aviones MIG-23BN.

Las muchas bajas cubanas, a las cuales se refieren los sur-africanos, es totalmente falso. Hubo más muertos por cuestiones tales como, negligencias, ingestión de bebidas alcohólicas, accidentes de tránsito y enfermedades que, por acciones combativas.

La relación que guarda la ayuda cubana con la caída del apartheid, no es más que un granito de arena con mucha propaganda en torno. Al país sur-africano le hacía falta mano de obra que no tenía (mientras los negros estuvieran segregados) y no había alternativa. O se acababa el apartheid o se acababa.

El apartheid era un sistema político, tan enemigo de la economía moderna como lo puede ser el comunismo stalinista, maoista, el sistema feudal o el esclavismo. Lo que en realidad importa es en manos de quienes están los medios de producción. Ya sabemos que en manos de una cúpula totalitaria es como volver a la etapa feudalista del desarrollo de la humanidad. 

He tratado de explicar el porqué los soviéticos eran los encargados de preparar a las tropas angolanas, mientras que las fuerzas cubanas protegían el territorio. No he negado, en ningún momento, que hasta tuvieran que intervenir (las tropas cubanas) en contra de la UNITA en muchas ocasiones aunque, Fidel Castro dijera lo contrario.

Los que fabricaban los armamentos que compraba el gobierno angolano, eran los soviéticos y a Fidel Castro le interesaba que fueran los asesores (soviéticos) de las FAPLA, para que de esta forma estuvieran involucrados en el conflicto, no solamente como proveedores de material bélico.

El error más grande, cometido por Savimbi fue aliarse a un régimen racista, pues no solamente provocó el repudio del África negra, sino de la mayoría de los países democráticos y progresistas del mundo.

En los combates del río Lomba no participaron tropas cubanas. Muy por el contrario, el alto mando militar cubano había advertido a su homólogo soviético que era una imprudencia realizar esa operación, por muchas razones y la más poderosa, que eran insuficientes los medios logísticos con que contaban. No obstante, la UNITA tuvo que recular hasta el río Lomba, lugar en que la SADF, a 200 kilómetros de la frontera de Namibia, los detuvo en seco y faltó poco para que las cinco brigadas FAPLA, con todo el asesoramiento soviético, fueran aniquiladas totalmente.

Para entender verdaderamente la intervención de Cuba en Angola, debemos partir de la megalomanía de Fidel Castro y sus ínfulas de Napoleón tropical.

Considero que cada hecho debe estar en el lugar que le corresponde. A Fidel Castro, lo que corresponde a Fidel Castro..., y a las tropas cubanas, lo que corresponde a las tropas cubanas. Que los hechos se entrelazan. 

Es cierto. Nos corresponde tratar de darle la justa medida. 

Son muchos los que tratan el tema a la ligera y casi nunca tocan los puntos neurálgicos. 

El General Arnaldo Ochoa, y muchos de los oficiales que participamos, coincidíamos en que no había salida si los sur-africanos no nos la proporcionaban. 

Una ofensiva cubana hacia el territorio de Namibia, cosa que nunca se había imaginado, sólo hubiera llegado hasta 400 ó 500 kilómetros en profundidad, si acaso.

La clave del éxito o el fracaso consistía en poder mantener todo el terreno que ocuparan las tropas durante la proyectada ofensiva. De nada hubiera valido entrar, destruir las bases militares sur-africanas y regresar al territorio angolano pues hubiera sido la de nunca acabar y al final la economía del régimen de Fidel Castro, sin apoyo de la Unión Soviética, hubiera sufrido un descalabro que me niego a imaginar.

Analizándolo desde el punto de vista político, hubiera traído infinidad de problemas no solo con los países opuestos al régimen de Fidel Castro, sino también con los países del campo socialista que ya se venía desmoronando (a finales de 1989 solo quedaba la URSS).

Es por eso que considero que el "bluff" de Fidel Castro funcionó, pues si Pretoria hubiera aguantado seis meses más, hubiera sido la debacle.

Durante los 15 años de permanencia cubana en Angola, el MPLA se había fortalecido lo suficiente como para desarticular a la UNITA por sí solo, siempre y cuando la organización de Savimbi careciera de ayuda, tal como sucedió. 

Esto quedó demostrado con el tiempo y aun José Eduardo Dos Santos sigue al frente de Angola y del MPLA, aunque ya no sea lo que era antiguamente (la política exterior de los Castro tampoco lo es).

Lo que le permitía sobrevivir (a la UNITA), además de la ayuda sur-africana era una parte de la población que verdaderamente les apoyaban (a veces por la fuerza y otras por la fuerza de las circunstancias) además de lo extenso del territorio y el tribalismo del pueblo angolano que, al carecer de concepto de nación – cosa que no se logra de un día para otro- no entendía que un angolano de Cabinda tuviera que ir a combatir al Cuando Cubango o un kimbundo fuera a combatir en tierras de un umbundo. En fin, muy complicado.

Al final la balanza se inclinó a favor del MPLA que tenía el poder económico y la UNITA dejó de recibir la ayuda exterior. Poco a poco el MPLA fue ganándole terreno, ocupando todos aquellos lugares de interés económico que pudiera proporcionarle recursos a la UNITA y como no tenía que realizar mayores gastos en armamentos, los dedicó a mejorar (si es que se puede utilizar ésta palabra) las condiciones de vida de la población en las ciudades y pueblos.

La FAPLA, el ejército del MPLA, no fue levantado por los cubanos, sino por los soviéticos y no constituía una masa heterogénea.

Donde se mixturaban cubanos y angolanos no había asesores soviéticos y viceversa.

Los alemanes orientales poco o nada tuvieron que ver en Angola.

Las FAPLA disponían de superioridad en volumen de fuego y modernidad de armamento, pero todos los angolanos carecían de tres factores esenciales: organización, disciplina y concepto de nación.

La UNITA, sin embargo, se apoyaba en el nacionalismo (tribalista) de los Umbundos u Ovimbundos, que es precisamente la población dominante en provincias angolanas como Benguela, Huambo, Bie y Cuando-Cubango.

Por ejemplo:

Soldados FAPLA de la provincia angolana de Uige, consideraban que ellos no tenían nada que hacer en el territorio del Cuando-Cubango. Al preguntárseles por Jose Eduardo Dos Santos, casi la totalidad de la población de la provincia de Huambo respondía que: “Ese era el presidente de allá, de Luanda...”

En el Cuando-Cubango no existen junglas. Es un terreno semi- desértico, arenoso, con vegetación entre cinco y diez metros de altura. 

Las estaciones de lluvia están bien definidas entre los meses de febrero, marzo y abril.

Por suerte, para las tropas cubanas, las vías de comunicación no eran escasas. Todo lo contrario. Había una vasta red de carreteras asfaltadas (construidas por los portugueses) y una muy buena cantidad de kilómetros de vías férreas. 

Las columnas o caravanas cubanas caían muy pocas veces en las minas, plantadas por la UNITA en las carreteras. Cuando las tropas cubanas eran emboscadas por la UNITA, el volumen de fuego y el apoyo aéreo (con helicópteros) daban rápida cuenta de la situación. La sabana del Cuando Cubango, de ligero descenso hacia el sur, no era lugar propicio para emboscadas.




Es verdad que el General Ochoa arribó a Angola con la flor y nata del ejército cubano, pero es totalmente falso que mantuviera, precavidamente, sus reservas estratégicas lejos de este teatro de operaciones, así como es también falso que se considerase, Cuito- Cuanavale, como perdida desde el punto de vista militar.

Por otra parte, Cuito-Cuanavale no llega a ser una ciudad. Su importancia, desde el punto de vista militar, no es el poblado, ni el aeródromo. La importancia consistía en el paso de la confluencia de los dos ríos; la posibilidad de abrir o cerrar una puerta de entrada o salida a ulteriores acciones combativas. El dominio del cruce del río era estratégico para ambas fuerzas beligerantes. De perderse, las Brigadas FAPLA hubieran sido aniquiladas.

Se sabía que África del Sur había efectuado pruebas nucleares y suponíamos que debía estar preparando el arma nuclear. Pero de hacer pruebas a poseer un arma nuclear hay mucha distancia y esa distancia es aún mayor cuando se trata de transportar esa arma hacia su supuesto destino.

Los últimos días fueron muy interesantes. Comenzaron a realizarse las exploraciones del terreno con vistas a la retirada gradual de las tropas. 

Se produjo una penetración de las tropas sur-africanas, como consecuencia de un enfrentamiento entre las fuerzas de la UNITA y el MPLA, debido a que en el transcurso de las conversaciones, los sur-africanos habían planteado que el gobierno angolano no-tenia control sobre los puestos fronterizos de la provincia del Cuando- Cubango, por lo que tuvieron que hacer acto de presencia y mantenerse en dichos lugares, por lo menos hasta que concluyeran las conversaciones.

La UNITA se mantuvo activa todo el tiempo. Ataco Huambo, derribó torres de alta tensión para sabotear los carnavales de Lubango.

El día 21 de marzo del año 1989 estuve presente en el intercambio de prisioneros en la zona de Ruacaná. Los nuestros parecían venir de turismo, llenos de pacotilla. El sur-africano calzaba zapatos “apéame uno” y una maletica de cartón que daba pena.

Casi todos los prisioneros fueron entrevistados por la prensa cubana e internacional. Solamente uno de apellido Lantigua, no fue entrevistado e incluso los periodistas nacionales lo evitaban.

Se trataba de un pipero (chofer de una abastecedora de agua) de Huambo que se dedicaba, entre otras cosas, a venderle agua a la población local en beneficio personal. Fue capturado (“apañado”) por la UNITA y se mantuvo (“ficó”) prisionero hasta el final de la guerra. El quería ser entrevistado y sé autoproclamaba “decano” de los prisioneros, mostrando unas cicatrices en el dorso de las manos, como prueba de que lo habían torturado. Más adelante presentaron, en Cuba, un documental sobre éste infeliz cubano.

A principios del mes de abril de 1989 comenzó la retirada con rumbo norte.
Por toda la carretera se veía la técnica en movimiento.
Pudimos apreciar cierta confusión en el mando de la MMCA, algo así como una "POLOSTROIKA", en alusión al cambio de mando (por demás extraño) entre Ochoa y Cintra Frías (Polo).

La UNITA derribó un helicóptero FAPLA en Alto Hama. 



Fueron entregadas las poblaciones de Matala y Xangongo a las FAPLA.

El día 4 de abril de 1989 recibimos la orden de detener el proceso de retirada gradual.
Se había producido un hecho extraordinario.
Resultó que las SWAPO, que durante quince años no le habían tirado una galleta a un chino (como decimos los cubanos) y habían recibido innumerables golpes de castigo de las SADF, se consideraron con el derecho de entrar de forma clandestina en Namibia.

Los sur-africanos hicieron una carnicería.
Por su parte, la UNITA atacó una de nuestras caravanas y recibió una merecida respuesta.

Gorbachov estuvo en Cuba. Estando en Cahama, vimos por los noticieros por los noticieros, los discursos en la Asamblea Nacional del Poder Popular y el no haber aceptado la Orden José Martí, comprendimos que el máximo líder de la Unión Soviética no consideraba que Cuba fuese de importancia para la política exterior soviética.

Diez años después de que la resolución 435 de Naciones Unidas hubiera creado las bases para la independencia de Namibia, el régimen del apartheid accedió a retirarse de un territorio que mantenían ocupado en franco desafío a la opinión pública internacional.

El 22 de diciembre de 1988, en las oficinas de las Naciones Unidas en Nueva York, fue firmado el acuerdo entre Angola, el régimen de Fidel Castro y África del Sur. Actuaba como mediador, el gobierno de los Estados Unidos de América.

Se aproximaban tiempos de cambio, pero nadie lo imaginaba.

Han transcurrido 28 años de la terminación de nuestras intervenciones militares en África. Tiempo más que suficiente para analizar el resultado final de tantos sacrificios en vidas humanas y destrucción económica, tanto para los países donde se produjeron como para los interventores en el conflicto.

Las más largas fueron Angola y Etiopia. 

La intervención en este último país no tenia absolutamente nada que ver con el Apartheid y solo sirvió para consolidar en el poder al genocida más grande que haya existido en el continente africano, el Coronel Mengisto Haile Mariam. Dictador desde febrero de 1977 hasta mayo de 1991 en que escapó en un avión militar cargado de lingotes de oro en dirección a Zimbague donde encontró refugio político.


                     Fidel Castro y Mengistu compartiendo el Trono

Catorce años de terror y genocidio. Fue juzgado en ausencia y condenado por una corte Etíope por el delito de genocidio estimado en casi dos millones de muertes. Algún día Fidel Castro tendrá que responder por el sacrificio de tantos cubanos caídos en Etiopia para consolidar a esta bestia en el poder. 



En el caso de Angola es tan, o más bochornoso que el de Etiopia. El régimen que el castrismo apuntaló en el poder, a costa de miles de cubanos caídos y mutilados renunció al socialismo e implantó un capitalismo salvaje más cercano al feudalismo que a cualquier otro sistema social precedente.

Ese Frankestein que el castrismo creó, lleva 40 años en el poder.

Los 15 años que duró el boom petrolero solo sirvió para convertir en billonarios a Isabel dos Santos y su hermano José Filomeno, hija e hijo del dictador José Eduardo dos Santos.

 

Hoy, ese Frankestein, creado por el castrismo, es el país más caro y uno de los más pobres y depauperados de África.

Sin lugar a dudas aquella larga guerra fue definitivamente una Guerra Innecesaria. 



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