No estoy de acuerdo con aquellos que dicen que el «Orden Internacional» establecido al finalizar la SGM se desmorona, pero coincido (con algunos analistas) en que, para la actual administración norteamericana, el caso de la dictadura totalitaria neo feudal, no es un caso prioritario.
Considero muy importante dejar claro que, actualmente en
Cuba, no existe un gobierno y mucho menos un gobernante. Aquello es como un
«papalote» a bolina. De manera que los Estados Unidos podrán tener un encargado
de negocios en La Habana, pero es poco probable que nombren un embajador en
breve tiempo.
Por otra parte, creo que no es necesario que el
presidente de los Estados Unidos se dedique a desestimular a «posibles
inversionistas». Trump es un hombre de negocios y, como tal, sabe perfectamente
que las des-estimulaciones no son parte de los negocios. El que intente hacer
negocios con una dictadura totalitaria, debe asumir todos los riesgos que eso
conlleva.
De un
tiempo a esta parte y, creo yo, por falta de fe en el actual presidente de la Unión,
hay muchos que se encuentran escépticos en relación al «malestar» (lo llaman
así) que pueda provocar la derogación de la ley pies secos/pies mojados en el
depauperado pueblo cubano.
La teoría
de la «olla de presión» ha sido palpable durante los más de 50 años de
dictadura totalitaria:
-
Éxodo
de principios de la década de los
sesenta- Camarioca
- Mariel
- 1993
Muchos de
los teóricos que así opinan, no vivieron el famoso “período especial en tiempo
de paz”. Ese que sufrieron los cubanos desde el "desmerengamiento" del monstruo soviético,
hasta la salvadora mano del chavismo en el año 1999. No vivieron los
«alumbrones» de 6 horas al día. El resto (18 horas) sin electricidad. No
vivieron la desesperación de no poder preservar los casi inexistentes alimentos
que “proporcionaba” la dictadura cuando “podía”. No vivieron los casos de
neuritis periférica asociada a lo anterior.
No se
trata de un problema de miedo. Se trata de la incertidumbre ante un posible
escenario similar.
De manera que, para alguien que conoció el régimen desde
sus entrañas y vivió en primera persona todo lo concerniente a lo que se
analiza actualmente, les recuerdo que la “contra inteligencia” del régimen no
es una sola y mucho menos de 55 mil agentes. Multiplique esa cifra por tres y
es posible que se quede corto en el estimado. No se puede pasar por alto que el
Ministerio del Interior tiene más cuadros efectivos que el Ministerio de las
Fuerzas Armadas.
Cuando se
trata de un régimen totalitario, nadie puede garantizar nada. Eso sí, cuando se
dialoga y se negocia mal con ese tipo de régimen, el democrático siempre sale
perdiendo y al pueblo oprimido se le triplica la opresión. No importa si la
dictadura está fracasada.
La
dictadura de los Castro ha ido de fracaso en fracaso y continuará de esa forma
hasta la derrota final
Olvídense del anti-americanismo. Eso es endémico en todo
el continente. Y no porque se le pase la mano, la bestia dejará de existir.
Existía antes de la bestia. La bestia utilizó el anti-americanismo en su favor.
Lo del poder nuclear es más relativo aun. No basta con
poseer el arma, también es necesario transportarla hacia su destino. Eso es
mucho más difícil y controlable, de lo que algunos neófitos se imaginan.
¿Quieren países más conflictivos, entre sí, que Pakistán
y la India? Y esos ya tienen el arma nuclear. Más peligroso es Corea del Norte
y sus esfuerzos «fallidos todos» de tener un portador eficiente. A Irán y a
Turquía le falta mucho para llegar a ese nivel.
Dudo mucho que los actuales asesores cubano-americanos,
del actual presidente, conozcan «de verdad» la realidad y la tragedia cubana.
¿Qué pinta actualmente Raúl Castro en Cuba? Absolutamente
nada
Señores de Miami, olvídense de los senadores
cubano-americanos. Por muy bien intencionados que sean, no saben de la misa, la
media. La mayoría de las veces se han equivocado estrepitosamente, porque no
tienen idea de cómo va el juego.
Préstenle mejor y mayor atención a los disidentes dentro
de la isla. Esos, aunque no sean capaces de liquidar al régimen y mucho menos
dirigir la nación en un futuro (contadas excepciones) son los que se enfrentan
y desestabilizan la dictadura. Son los que, con sus esfuerzos, demuestran al
mundo entero que aquello no es una democracia, ni un gobierno, ni un
presidente, ni nada por el estilo.
La dictadura se derriba internamente, minando sus bases y
no desde el extranjero, apelando a gobiernos. Utilizando la economía, esa “economía”
de la que tanto gustan los descendientes del castrismo.