Guillermo Cabrera Infante
y su descripción de los sucesos de Ciudad Trujillo
Gustavo Arcos Bergnes, al decir de Cabrera Infante, fue embajador del régimen de Fidel Castro, ante el Reino de Bélgica, entre los años 1960 y 1965, época en que se conocieron (en octubre de 1962) cuando llegó Cabrera Infante, como Agregado Cultural de esa embajada. Cabrera Infante sitúa la fecha de conclusión de Arcos, como embajador ante los Países Bajos, a mediados de 1964.
La familia de Riva Patterson llegó a Londres en julio del año 1963.
Cuenta Cabrera Infante que, Arcos había realizado un viaje de consulta a La Habana en 1962, regresando en 1963 con dos nuevos colaboradores. Uno de ellos era Juan José Díaz del Real, conocido entre sus amigos como Jota Jota.
Gustavo Arcos había conocido a Jota Jota en Caracas, Venezuela durante las actividades de apoyo al Movimiento 26 de Julio.
Como aquel que no quiere la cosa, en su libro "Mea Cuba", Guillermo Cabrera Infante relata que un día Jota Jota se encontró con un conocido batistiano en una calle de Santo Domingo, (no dice el nombre del personaje) que de lejos levantó una mano para saludarle.
Nunca podré saber si Cabrera Infante miente deliberadamente o, escuchó campanas, sin saber de dónde provenía el tañer, para decir que: “sin mediar palabra, Díaz del Real sacó su pistola, disparó y mató al “cubano cordial” (las comillas son mías).
Nada dice de Mario Riva Patterson, quién fuera el Encargado de Negocios del régimen de Fidel Castro, desde el mes de febrero del año 1959, hasta el momento de los referidos acontecimientos.
Los hijos de Riva Patterson, por desgracia partícipes indirectos de aquellos acontecimientos y muy a nuestro pesar, no nos queda alternativa, sino la de desmentir al famoso escritor.
En el mes de diciembre de 1964 o tal vez en enero del 65, ocupando papá el cargo de Consejero del Embajador de Cuba ante el Reino de la Gran Bretaña y el Norte de Irlanda, fui de vacaciones, en compañía del Agregado Cultural de la Embajada de Cuba en Londres, Pablo Armando Fernández, a Bruselas (Bélgica) donde me esperaría el amigo de papá y Embajador de Cuba ante el Reino de Bélgica, Juan José Díaz del Real. Yo acababa de cumplir 14 años de edad.
En compañía de las personas, antes mencionadas (y sus respectivas familias) y del Agregado Cultural de Cuba ante el Reino de Bélgica realizamos un viaje para visitar las ciudades holandesas de Rotterdam y Ámsterdam.
Ese Agregado Cultural era nada menos que Guillermo Cabrera
Infante, pero yo no tenía ni idea.
Meses más tarde ambas familias (la de Cabrera Infante y la mía)
estarían de regreso en Cuba. Mi familia en febrero y la de Cabrera
Infante en el verano.
Eso lo supe leyendo “Mea Cuba”, ahora, bastante tarde. En su relato, Cabrera Infante dice que Díaz del Real entró corriendo en la embajada, lo cual es totalmente falso. Dice también que Díaz del Real era enfermo y paranoico.
Juan José Díaz del Real no era hombre de armas, ni era un hombre violento. No padecía ninguna enfermedad y jamás tuvo accesos de paranoia.
No puedo más que pensar que Cabrera Infante estaba equivocado. ¡Cualquiera se equivoca! Lo que me indigna es, la falta de escrúpulos. Guillermo Cabrera Infante publicó su libro en 1996.
Hacía ya muchos años que Díaz del Real, Riva Patterson y Julio Cruz habían fallecido. De esa forma, el ya famoso escritor, no les permitía la posibilidad de defenderse de tamaña ofensa.
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