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miércoles, 28 de mayo de 2014

NICOLAS PEREZ: Carta de los 40 y los perros hueveros

Nicolás Pérez




Hay épocas que cambiamos la hoja de ruta, y en ocasiones, trastocamos los dogmas más inconmovibles que teníamos sentados en la silla turca desde nuestra más tierna infancia.


Llega un momento en que madurez y experiencias nos obligan a revisar todo en lo cual habíamos creído, a saber, que el hombre es bueno, que existe la justicia, que el bien siempre triunfa sobre el mal, y con tantas incongruencias, un día uno despierta convertido en un perfecto cínico pero con los pies sobre la tierra.


Mientras fui yunque no me quedó más remedio que soñar para sobrevivir, hoy es otra historia.


No hay quien discuta que la juventud es el motor de la humanidad, y sus actos crean un mundo mejor, pero también ella se larga a veces tras la música de la poesía, porque no hay nada más efectivo para suprimir una frustración que una falsa metáfora, y entonces, los jóvenes se van a habitar un mundo surrealista donde la realidad no existe.


Fui un ingenuo, no me avergüenza decirlo, incluso estoy orgulloso de haberlo sido, y no lo considero un crimen contra nadie, solo contra mí mismo. Quien no fue ingenuo a los 25 años fue un canalla, y quien lo sigue siendo a los 50 tiene problemas con su criterio de verdad.


Cuando joven entendía que se trataba de morir o vencer, el contorno era blanco o negro. Hoy creo en el arco iris con sus siete colores, esa es la esencia de la democracia.


He cambiado hasta mi vocabulario. Antes mencionaba la palabra “patria” con los ojos aguados y el corazón agolpándose en mi pecho, hoy me cuido y esa palabra solo la cito en ocasiones imprescindibles.


Y existen razones. En Francia, cuna de la espiritualidad contemporánea, Marion Anne Perrine Le Pen, la hija menor del extremista de derecha Jean-Marie Le Pen, líder del Partido Frente Nacional (FN), acaba de lanzar en su campaña electoral la consigna “Vota Patriota”, y esta semana en un mitin en París afirmó: “Rusia defiende valores comunes a los míos, ya que ambos reivindicamos [oigan ustedes qué disparate] los valores cristianos de la civilización occidental”, y añadió más fresca que una lechuga, “El señor Putin es un patriota, está comprometido con la soberanía de su pueblo”.


En cualquier árbol también se posan los cuervos del patriotismo o de un racismo fuera de control que le sacan los ojos a su propio país. En los Estados Unidos el “patriotismo” de la extrema derecha está presente en el Tea Party, el grupo más nefasto y que más daño le ha hecho a esta nación desde las Panteras Negras a la fecha.


Pero me cuesta trabajo cuando escribo no mirar mi propio ombligo. ¿Hay un Tea Party cubano en Miami? Me arriesgo a recibir una andanada de críticas pero concluyo que sí; baso mi conclusión en los e-mails que recibo y en las diatribas enloquecidas que escucho en algunas emisoras de radio AM.


Recientemente un grupo de importantes políticos norteamericanos y empresarios de origen cubano le pidió a Barack Obama que suavizara sus relaciones con Cuba. A algunos les doy el beneficio de la duda, no son traidores, pero la mayoría lo hace porque para ellos lo más mondo y lirondo es el cash, y carece del momento adecuado.


Muy cierto que los que odian son los castristas, no transigen, se niegan a dialogar. Por lo que nuestra postura debe ser radicalmente diferente a la del enemigo. Yo firmaría la cartica de los 40 pero no puedo hacerlo, araría en el mar.


Ayer le sonaron 20 palos a un grupo de las Damas de Blanco, mañana les van a sonar 40. Hace poco se descubrió en el Canal de Panamá un barco cubano enviando armas de Cuba a Corea del Norte, burlándose de sanciones de la ONU; dentro de par de meses se descubrirán dos barcos cubanos más hacia Corea del Norte repletos de armas. Si mañana liberan a Alan Gross porque la Casa Blanca lamentablemente cedió, dos días después encarcelarán a otros dos norteamericanos acusados de empinar chiringas en el Malecón de La Habana y seguirá la fiesta.


No entiendo cómo hay gente sensata que aún piensa se pueda lograr la más mínima concesión de La Habana mientras sigan vivos Fidel y Raúl Castro.


Cuando me obligaron a hacer la guerra la hice; mañana sueño con conversaciones de paz, creo ciegamente que somos un solo pueblo, y hasta en una silla de ruedas firmaré cuando desaparezcan los Castro cien carticas de entendimiento apoyando esa reconciliación, pero sin impunidad frente al crimen, y con condiciones previas que al MUD en Venezuela y a Juan Manuel Santos en Colombia se les quedaron fuera del tintero. No se conversa con perros hueveros, que no cambian ni aunque les quemen el hocico.



Tomado de “El Nuevo Herald”








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domingo, 8 de diciembre de 2013

La Ultra Derecha y el Extremismo de Izquierda


Los extremistas y el chivo expiatorio

La desesperanza causada por un sistema político y económico en crisis y los gobiernos más preocupados por los bancos que por los precios del petróleo, son cada vez más el caldo de cultivo donde brotan las ideas ultraderechistas y neofascistas en Europa.

Los graves problemas económicos que actualmente enfrenta la región resultan solo una parte de la ecuación. La estructura socio-política de la posguerra, que se mantiene hasta la actualidad, unido a los excesivos precios del petróleo son los causantes de las deudas. Y los políticos, pusilánimes, europeos yerran en identificar a los culpables.

La alimentación del neofascismo es la constante referencia, por los medios, de un “enemigo” intocable (por invisible) al que llaman “mercado”. ¡El mercado no es el verdadero enemigo! El enemigo, aunque los pusilánimes políticos actuales no le hagan referencia, es el precio del barril de petróleo.

Es el precio del petróleo es el que tiene a los pueblos de Europa cada vez menos capaces de mantener su “estado del bienestar” y la paulatina disminución de su “poder adquisitivo”.

Como los pusilánimes políticos actuales son incapaces de ponerle nombre y apellido, tal vez por considerarlo “políticamente incorrecto”, amamantan (tal vez sin querer) a los neofascistas, los cuales (a su vez) culpan de todos los males a los inmigrantes. Por ser diferentes y por intentar (tal vez despropositadamente) imponer su cultura en lugar de integrarse al sistema que les permite vivir como personas, mientras que las otras “personas”, los parecidos, tienen tantos beneficios “sociales” que se niegan a realizar las labores más pesadas. Como los turcos en Alemania (tareas pesadas).

El problema consiste en que, con los precios actuales del petróleo, las economías de los países desarrollados se resienten.
Todo se mueve con petróleo (electricidad, transportes, agua y todos sus derivados) y al tenerse que pagar el petróleo tan caro aumentan los precios y desciende el nivel de vida de los europeos.

Los extremistas (da igual los de derechas o los de izquierdas) encuentran un chivo expiatorio en los inmigrantes.

Mientras los precios del petróleo se mantengan en niveles superiores a 50 dólares (solo por ponerle precio), la violencia hacia el inmigrante aumentará y la sufrirán no solo ellos, sino todo aquel que les defienda. Muchos Pavlos Fyssas morirán en Grecia y en Portugal y en España, por no mencionar a Italia, Francia y hasta la misma Alemania.

Si preocupante son los ilegales, peor aún son los grupos radicales (también ilegales).  Mucho peor la legalización de “partidos fascistas” dentro de la estructura política europea. ¡Remember, el Partido Nacional Socialista”.

El partido neonazi griego “Amanecer Dorado” cuenta con 21 diputados en el Parlamento, aunque sus principales dirigentes sean juzgados por su vinculación con actos criminales.

Hitler y Fidel Castro también sufrieron prisión (fecunda) donde escribieron sus proyectos “revolucionarios”.

Desengañémonos, da lo mismo nacional socialismo que social democracia, que socialismo a secas.

Todo lo que lleve implícito la palabra “socialismo” es un fracaso y un retorno a las cavernas.

Y eso es, en definitiva el neofascismo, una de las tantas formas de “socialismo”. Y no hay nada más parecido al socialismo, que el nacionalismo, porque para ganarse adeptos, los promotores de estos ideales nos atiborran de promesas que luego no pueden cumplir, ni con los precios del petróleo a 7 dólares (1998).

En Francia al “Frente Nacional” (no se atreven a llamarle socialista). En Alemania el “Partido Nacional Democrático” (si le llamasen socialista tendrían un problema). Con lo de “nacional” basta. También en Alemania otro de estos partidos se llama “Unión Popular” (popular y socialismo van cogidos de las manos). Los dos apoyados por el Partido Republicano (que también baila para no quedarse atrás).

¿Por qué nuestros políticos, en vez de hablar de “los mercados”, no nos hablan del precio del petróleo?

 
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Sucedió en Ciudad Trujillo 1959

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