¿Cuánto le ha costado la revolución
cubana al mundo?
por Carlos Alberto
Montaner
Raúl Castro le ha
puesto condiciones a Barack Obama para reestablecer relaciones diplomáticas.
Una de ellas es recibir una compensación por los daños producidos por el
embargo comercial.
¿A cuánto asciende
el perjuicio? Según los puntillosos economistas del gobierno cubano, la cifra
es exactamente 116,860 millones de dólares. No tengo la menor idea sobre cómo
han llegado a esa suma monstruosa, pero démosla por buena a los efectos de esta
columna.
Naturalmente, eso
nos precipita a una pregunta inevitable: cuánto le ha costado la incompetencia
y la injerencia de la revolución cubana al mundo.
Hagamos unos
apuntes contables.
Primero, claro,
están los perjudicados cubanos. En 1959, Cuba
tenía 6.000.500 habitantes. Al margen del 1.800.00 viviendas, existían 38.384
fábricas, 65.872 comercios y 150.958 establecimientos agrícolas. Todo eso fue
estatizado sin compensación real, provocando el súbito empobrecimiento de la
sociedad cubana. ¿A cuánto asciende el despojo? Probablemente el Estado les
debe a los propios cubanos 30 veces lo que hoy Raúl Castro le reclama a Obama.
Pasaron de los primeros lugares de desarrollo en América Latina a los últimos.
Estados Unidos.
Los norteamericanos, muy conservadoramente, valoran en 7000 millones las
propiedades confiscadas en la Isla. No incluyen en la cuenta, por ejemplo,
entre otros rubros olvidados, el costo enorme de integrar a dos millones de
refugiados cubanos en Estados Unidos (el 20% de la población de la Isla), ni los
daños provocados por los miles de criminales deliberadamente sacados de las
cárceles cubanas y enviados a USA durante el éxodo del Mariel en 1980. Tampoco
tienen en cuenta los derechos de propiedad norteamericanos sobre libros,
música, películas, televisión, medicinas, programas de informática y objetos de
todo tipo copiados o utilizados sin límite por los cubanos. Una suma
astronómica. Deberían sumarlos.
España.
La “Sociedad 1898”, constituida en Madrid para defender los intereses de los
españoles perjudicados en la Isla –dueños en Cuba de una buena parte del
comercio minorista—, afirma que, sólo a las tres mil familias españolas que han
logrado localizar, a valor del dólar actual, les deben unos 8000 millones.
URSS.
Según la economista rusa Irina Zorina, los subsidios a Cuba, sin contar las
cuantiosas donaciones de armamentos, excedieron los 100.000 millones de
dólares. En el verano del 2014, Vladimir Putin le condonó a Cuba el 90% de una
incobrable deuda reconocida a Rusia ante el Club de París de 35.000 millones.
El 10% restante, que tampoco cobrará, hipotéticamente se invertiría en la Isla.
Venezuela.
El economista Carmelo Mesa-Lago calcula el subsidio venezolano en unos 13.000
millones de dólares anuales. Ernesto Hernández-Catá, otro gran profesional, lo
rebaja a 7000. En todo caso, una cifra descomunal que explica, entre otras
razones, la magnitud del desastre venezolano.
Argentina.
La deuda original de 2400 millones, contraída en los años setenta, al no
pagarla, hoy excede los 11.000 millones.
Japón.
Cuba le debía 1400 millones. Los japoneses le condonaron el 80% de la deuda y
el 20 restante lo aplazaron en 20 años. Naturalmente, les eliminaron las líneas
de crédito a los cubanos.
México.
Hizo más o menos lo mismo que Japón. Cuba le debía 487 millones de dólares y el
gobierno mexicano le perdonó 341 y le aplazó la devolución del remanente a lo
largo de una década.
Y ahora
acerquémonos, parcialmente, a la injerencia, pero con más preguntas que
respuestas, porque, que sepamos, nadie todavía le ha puesto números al costo de
la intromisión cubana en los asuntos internos de otros países.
¿Cuánto le costó a
Venezuela el desembarco de guerrillas cubanas en los años
sesenta y el apoyo de los Castro a las guerrillas y terroristas venezolanos
durante más de una década? ¿Cuánto le cuesta la disparatada asesoría que ha
llevado al país a la ruina?
¿Cuánto le costó a
Bolivia el intento del Che Guevara, acompañado de
militares cubanos, de derrocar al gobierno de ese país?
¿Cuánto le costó a
Chile la radicalización del gobierno de Salvador
Allende, en gran medida motivada por la presencia de las tropas especiales
cubanas en ese país y por el consejo suicida de La Habana?
¿Cuánto le costó a
Centroamérica en vidas humanas y en recursos económicos la
ayuda de Cuba a la creación y mantenimiento de guerrillas en El Salvador,
Guatemala y Nicaragua? (Nicaragua, por ejemplo, todavía no ha recuperado los
índices de desarrollo económico que tenía en 1979, año del triunfo sandinista).
¿Cuánto la
vinculación de Cuba en Colombia al Ejército
de Liberación Nacional o ELN, al M-19 de Jaime Bateman y a las FARC?
¿Cuánto pagaron los
argentinos por combatir al Ejército Guerrillero del Pueblo,
organizado por Cuba y dirigido por Jorge Ricardo Masetti, como prueba el
periodista e historiador Juan Bautista Yofre en su libro Fue Cuba,
o el insensato ataque al cuartel de La Tablada, con armas cubanas, durante el
gobierno de Raúl Alfonsín?
¿Para qué seguir?
La pequeña isla de Cuba, dirigida por un loco que, como tantos, se creía
Napoleón Bonaparte, pero que realmente intentó serlo y a ello dedicó toda su
vida, ha sido una catástrofe, no sólo para los cubanos, sino para medio
planeta. Una catástrofe que les ha costado una inmensa cantidad de dinero.
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