Fidelismo: Régimen político fundado en el predominio del totalitarismo de la miseria como elemento catalizador y aniquilador de riqueza. Por Mario Armando Riva Morales
domingo, 13 de diciembre de 2009
Fidel Castro, los niños y la agricultura
“La escuela al campo no mata a nadie”. Ese planteamiento puso «picante» a la asamblea provincial de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) de Matanzas (Cuba).
¿Para qué vamos al campo?, fue otra de las preguntas que movió resortes en los jóvenes.
Para aquellos que no tienen memoria histórica, debemos recordar que una cosa es “La Escuela al Campo” y otra, bien distinta es “La Escuela en el Campo”.
La Escuela al Campo surgió en los primeros años del proceso neofeudalista (totalitarista) del régimen de Fidel Castro como medio para luchar contra el proselitismo religioso de la iglesia católica en Cuba. No debemos jamás olvidar que la fecha escogida para la actividad “campestre” siempre coincidía (no por casualidad) con las vacaciones de la Semana Santa (después de logrado su propósito cambió).
La Escuela en el Campo surgió muchos años más tarde, cuando el régimen previó que las mayores dificultades surgen siempre a partir de los más jóvenes. Decidió, entonces, desvincular a los jóvenes de la ciudad y del seno familiar. Aislar, los unos de los otros, en centros agro-estudiantiles separados por decenas de kilómetros, con pase semanal o quincenalmente, en dependencia de las “necesidades”.
De esta forma, el gobierno, tenía el control (durante las 24 horas del día) de los adolescentes. Mientras tanto, ignorando la patria potestad de los padres, manipulaba a la muchachada, conduciéndolos a actividades políticas de diversos géneros, utilizando para ello a las organizaciones estudiantiles como la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
La FEEM, que es una organización creada a imagen y semejanza del régimen neofeudalista (totalitario), se abroga el derecho de criticar “con dureza” a los estudiantes que no quieren ir a la Escuela al Campo. De forma ambigua critican a los que van sin estar conscientes de esa “tarea”. Se atreven a discriminar a sus condiscípulos diciendo que “esos son los que transmiten energía negativa”. Por último atacan a los estudiantes enfermos, al decir que se valen de certificados médicos para no asistir.
Dicho esto, debemos reconocer que la mayoría participa en estas movilizaciones, aunque el entusiasmo y responsabilidad se puedan poner en duda. ¿Por qué asisten? Primeramente porque se encuentran fuera del control paternal y el control oficial brilla por su ausencia. En segundo lugar, porque en una sociedad donde la alimentación es abastecida por el desgobierno y ésta no alcanza para 15 días, es imposible rechazar desayuno, almuerzo y comida (aunque la calidad y la cantidad sean discutibles). En tercer lugar, porque las referidas organizaciones juveniles tienen la ignominiosa tarea de llevar las estadísticas de aquellos que no asisten y los que no colaboran de forma consciente. Estas estadísticas (políticas) serán decisivas en sus ulteriores estudios universitarios y el desenvolvimiento de la vida cotidiana de sus padres.
Para nadie es secreto que éste resulta un compromiso político de los estudiantes y que se debe arrastrar a todos en ese derrotero de producir “alimentos”.
Como forma de sustentar lo que he escrito en párrafos anteriores, me remito a las palabras de Yosveny Verdial, primer secretario de la UJC en la provincia, quién afirmó que “debemos evitar los discursos vacíos y banales, y sí dar pasos sólidos con el ejemplo personal de los dirigentes estudiantiles, porque hay mucho trabajo por hacer”.
Según directivos de Educación, en las movilizaciones en la provincia todas las escuelas han sido productivas, rentables, no tienen pérdidas. Según los directivos de la agricultura, es todo lo contrario.
El desgobierno pretende que asistan hasta los que tienen certificado médico de enfermedad, “pues podrían realizar otras tareas que no le afecten la salud”.
Han rescatado muchos campamentos, que no dicen porqué se encontraban destartalados. Todos los que por allí pasamos. Ya fuese como estudiantes, o padres, o abuelos de alumnos, sabemos perfectamente que dichos campamentos una vez construidos, jamás recibieron mantenimiento.
Han pasado por los mismos campamentos tres generaciones y hoy los abuelos, que visitan a sus nietos estudiantes, saben cuales son las deficiencias sin que nadie se las tenga que mostrar.
Etiquetas:
escuela al campo,
iglesia católica,
manchiviri,
organizaciones estudiantiles,
Patria Potestad,
proceso neofeudalista,
proselitismo religioso,
semana santa
Biografía
Mario Riva Morales nació un 24 de septiembre de 1950
Cursó los estudios primarios en el Colegio Champagnat de los Hermanos Maristas de la Víbora y en el Colegio Baldor.
Ingresó en las Fuerzas Armadas en el año 1968.
Enero 1970 se graduó como piloto de helicópteros MI-4.
1973 promovido a Jefe de Nave, transición para los helicópteros MI-8.
1974 misión, copiloto helicóptero Presidente Sekoú Touré, República de Guinea. 1977 promovido a jefe de escuadrilla de helicópteros y misión en Angola. 1978 Academia de las Fuerzas Aéreas de la URSS “Yuri Gagarin”, “Master of Arts en Ciencias Militares”.
1983 Unidad Militar 3685, helicópteros MI-17, Mayor Jefe del primer escuadrón.
1985 Unidad Militar 3684, MI-24 y es Sustituto del Jefe de Regimiento para los vuelos. 1987 (diciembre) Angola. Marzo 1988 Jefe del Regimiento Independiente de Helicópteros (RHI). Defensa de Cuito Cuanavale, Teniente Coronel. Junio 1988 piloto ejecutivo Generales Arnaldo Ochoa, Patricio de la Guardia Font y Cintras Frías (Polo).
A su regreso a Cuba inspector helicópteros Estado Mayor de la DAAFAR. 1992 retiro.
Idiomas que domina: español, inglés, ruso y portugués.
Se va de Cuba en el año 2003
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Epílogo
La historia de la intervención de Fidel Castro en la guerra de Angola es más complejo de lo que apare...
-
Con tantas promesas incumplidas, con tanto dolor, con tanto odio, es imposible intentar explicar el porqué Fidel Castro traicionó y fusil...
-
[LRP1] [LRP2] [LRP1] Este relato se titula “AIRES DE VICTORIA”, escrito por el Teniente Coronel Eladio Ávila Mar...
-
El día del accidente me encontraba nuevamente en cama, con fiebre, escalofríos y mareos (consecuencia...
Mario, hermano. No puedo estar más de acuerdo con lo que dices. Pones el dedo en la llaga. Concuerdo contigo en que la idea era tener a los muchachos controlados con las escuelas EN el campo, lo mismo que con el SMO. Yo cogí las escuelas AL campo solamente. Recuerdo que en el 69 - 70 de 45´días pasaron a tres meses en la caña. De espanto. Muy buen trabajo. Ya te visitaré más amenudo. Abrazos, Nicolás
ResponderEliminar