Fidelismo: Régimen político fundado en el predominio del totalitarismo de la miseria como elemento catalizador y aniquilador de riqueza.
Por Mario Armando Riva Morales
Exigencias de los E.U. en las conversaciones con la Dictadura, alimentaría solamente un ala
Respuesta a Ben Rhodes, asesor de seguridad nacional de
Obama Por Mario Riva Morales El
solo hecho de pensar que la dictadura totalitaria neo feudal tiene un “ala
blanda”, es desconocer totalmente como está estructurado el régimen. El sistema
no permite, tan siquiera, la existencia de criterios, ni opiniones que no concuerden
con el ordeno y mando de la cúpula en el poder.
Cuando
la situación económica del régimen es cada día más agobiante; cuando el des-gobierno
dirigido por Raúl Castro no encuentra quién le mantenga a flote la destartalada
economía, es el mejor momento posible para tomar pasos que, de alguna forma, “persuadan”
al dictador a dar (al menos señales) en pro de una apertura política que
conduzca a reformas económicas viables.
Todavía
está por ver que Raúl Castro delegue el poder y a quién. ¿Continuará la sucesión?
¿Algún miembro de GAE S.A. sustituirá al actual secretario general del partido?
¿No se dan cuenta, los Estados Unidos, o no quieren reconocer que, la dualidad
partido/gobierno es la mayor impedimenta para el progreso político económico
del país? ¿De verdad creen que una nueva generación tomará las riendas? ¿Cuál?
No
se trata de levantar “el puente”. De lo que se trata es que las personas
naturales y jurídicas puedan transitar, por ese puente, en una u otra dirección
sin que la dictadura interfiera a la entrada o la salida. Si esto se lograra,
los derechos humanos terminarían imponiéndose.
¿Cuál
pudiera ser el interés de la nueva administración norteamericana, para la libre
empresa comercie con personas jurídicas representativas de un gobierno
dictatorial? ¿Lo van a permitir? ¿Acaso no sería la misma política absurda de
la administración precedente? ¿Será posible que no acaben de entender que los
derechos humanos solo se pueden proteger en democracia?
No
es necesario que algo sugiera regresar al caducado enfoque. De lo que se trata,
creo yo, es de exigir algo, a cambio de todos los beneficios que se le han
otorgado al régimen castrista sin retribución alguna.
Se
que estando vivo la Bestia de Birán, eso hubiese sido como pedirle peras al
olmo. Todos sabemos que, bastaba media vez que el actual dictador intentase
mejorar las relaciones, para que el jubilado en jefe escribiera una carta
criticándole, desmintiéndole o rectificándole.
Por
último: Si en verdad existiese un “ala”, esa sería la mejor noticia para el
pueblo cubano. Esa ala sería, en todo caso, la que estaría dispuesta a deponer
al actual dictador y comenzar, con la ayuda generosa de los Estados Unidos de
América, la transición hacia la democracia.
El 1 de enero de 1959, al enterarme de que Fulgencio Batista había huido de
Cuba, salí con unos amigos latinoamericanos a celebrarlo en las calles de
París. El triunfo de Fidel Castro y los barbudos del Movimiento 26 de Julio
contra la dictadura parecía un acto de absoluta justicia y una aventura
comparable a la de Robin Hood. El líder cubano había prometido una nueva era de
libertad para su país y para América Latina y su conversión de los cuarteles de
la isla en escuelas para los hijos de los guajiros parecía un excelente
comienzo.
En noviembre de
1962 fui por primera vez a Cuba, enviado por la Radiotelevisión Francesa en
plena crisis de los cohetes. Lo que vi y oí en la semana que pasé allí —los
Sabres norteamericanos sobrevolando el Malecón de La Habana y los adolescentes
que manejaban los cañones antiaéreos llamados “bocachicas” apuntándolos, la
gigantesca movilización popular contra la invasión que parecía inminente, el
estribillo que los milicianos coreaban por las calles (“Nikita, mariquita, lo
que se da no se quita”) protestando por la devolución de los cohetes— redobló
mi entusiasmo y solidaridad con la Revolución. Hice una larga cola para donar
sangre e Hilda Gadea, la primera mujer del Che Guevara, que era peruana, me
presentó a Haydée Santamaría, que dirigía la Casa de las Américas. Esta me
incorporó a un Comité de Escritores con el que, en la década de los sesenta, me
reuní cinco veces en la capital cubana. A lo largo de esos 10 años mis
ilusiones con Fidel y la Revolución se fueron apagando hasta convertirse en
críticas abiertas y, luego, la ruptura final, cuando el caso Padilla.
Mi primera
decepción, las primeras dudas (“¿no me habré equivocado?”) ocurrieron a
mediados de los sesenta, cuando se crearon las UMAP, un eufemismo —las Unidades
Militares de Ayuda a la Producción— para lo que eran, en verdad, campos de
concentración donde el Gobierno cubano encerró, mezclados, a disidentes,
delincuentes comunes y homosexuales. Entre estos últimos cayeron varios
muchachos y muchachas de un grupo literario y artístico llamado El Puente,
dirigido por el poeta José Mario, a quien yo conocía. Era una injusticia
flagrante, porque estos jóvenes eran todos revolucionarios, confiados en que la
Revolución no sólo haría justicia social con los obreros y los campesinos sino
también con las minorías sexuales discriminadas. Víctima todavía del célebre chantaje
—“no dar armas al enemigo”— me tragué mis dudas y escribí una carta privada a
Fidel, pormenorizándole mi perplejidad sobre lo que ocurría. No me contestó
pero al poco tiempo recibí una invitación para entrevistarme con él.
Fue la única vez
que estuve con Fidel Castro; no conversamos, pues no era una persona que
admitiera interlocutores, sólo oyentes. Pero las 12 horas que lo escuchamos, de
ocho de la noche a las ocho de la mañana del día siguiente, la decena de
escritores que participamos de aquel encuentro nos quedamos muy impresionados
con esa fuerza de la naturaleza, ese mito viviente, que era el gigante cubano.
Hablaba sin parar y sin escuchar, contaba anécdotas de la Sierra Maestra
saltando sobre la mesa, y hacía adivinanzas sobre el Che, que estaba aún
desaparecido, y no se sabía en qué lugar de América reaparecería, al frente de
la nueva guerrilla. Reconoció que se habían cometido algunas injusticias con
las UMAP —que se corregirían— y explicó que había que comprender a las familias
guajiras, cuyos hijos, becados en las nuevas escuelas, se veían a veces
molestados por “los enfermitos”. Me impresionó, pero no me convenció. Desde
entonces, aunque en el silencio, fui advirtiendo que la realidad estaba muy por
debajo del mito en que se había convertido Cuba.
La ruptura
sobrevino cuando estalló el caso del poeta Heberto Padilla, a comienzos de
1970. Era uno de los mejores poetas cubanos, que había dejado la poesía para
trabajar por la Revolución, en la que creía con pasión. Llegó a ser
viceministro de Comercio Exterior. Un día comenzó a hacer críticas —muy tenues—
a la política cultural del Gobierno. Entonces se desató una campaña durísima
contra él en toda la prensa y fue arrestado. Quienes lo conocíamos y sabíamos
de su lealtad con la Revolución escribimos una carta —muy respetuosa— a Fidel
expresando nuestra solidaridad con Padilla. Entonces, este reapareció en un
acto público, en la Unión de Escritores, confesando que era agente de la CIA y
acusándonos también a nosotros, los que lo habíamos defendido, de servir al
imperialismo y de traicionar a la Revolución, etcétera. Pocos días después
firmamos una carta muy crítica a la Revolución cubana (que yo redacté) en que
muchos escritores no comunistas, como Jean Paul Sartre, Susan Sontag, Carlos
Fuentes y Alberto Moravia tomamos distancia con la Revolución que habíamos
hasta entonces defendido. Este fue un pequeño episodio en la historia de la
Revolución cubana que para algunos, como yo, significó mucho. La revaluación de
la cultura democrática, la idea de que las instituciones son más importantes
que las personas para que una sociedad sea libre, que sin elecciones, ni
periodismo independiente, ni derechos humanos, la dictadura se instala y va
convirtiendo a los ciudadanos en autómatas, y se eterniza en el poder hasta
coparlo todo, hundiendo en el desánimo y la asfixia a quienes no forman parte
de la privilegiada nomenclatura.
¿Está Cuba mejor
ahora, luego de los 57 años que estuvo Fidel Castro en el poder? Es un país más
pobre que la horrenda sociedad de la que huyó Batista aquel 31 de diciembre de
1958 y tiene el triste privilegio de ser la dictadura más larga que ha padecido
el continente americano. Los progresos en los campos de la educación y la salud
pueden ser reales, pero no deben haber convencido al pueblo cubano en general,
pues, en su inmensa mayoría, aspira a huir a Estados Unidos, aunque sea
desafiando a los tiburones. Y el sueño de la nomenclatura es que, ahora que ya
no puede vivir de las dádivas de la quebrada Venezuela, venga el dinero de
Estados Unidos a salvar a la isla de la ruina económica en que se debate. Hace
tiempo que la Revolución dejó de ser el modelo que fue en sus comienzos. De
todo ello sólo queda el penoso saldo de los miles de jóvenes que se hicieron
matar por todas las montañas de América tratando de repetir la hazaña de los
barbudos del Movimiento 26 de Julio. ¿Para qué sirvió tanto sueño y sacrifico?
Para reforzar a las dictaduras militares y atrasar varias décadas la
modernización y democratización de América Latina.
Eligiendo el modelo
soviético, Fidel Castro se aseguró en el poder absoluto por más de medio siglo;
pero deja un país en ruinas y un fracaso social, económico y cultural que parece
haber vacunado de las utopías sociales a una mayoría de latinoamericanos que,
por fin, luego de sangrientas revoluciones y feroces represiones, parece estar
entendiendo que el único progreso verdadero es el que hace avanzar la libertad
al mismo tiempo que la justicia, pues sin aquella este no es más un fugitivo
fuego fatuo.
Aunque estoy seguro
de que la historia no absolverá a Fidel Castro, no dejo de sentir que con él se
va un sueño que conmovió mi juventud, como la de tantos jóvenes de mi
generación, impacientes e impetuosos, que creíamos que los fusiles podían
hacernos quemar etapas y bajar más pronto el cielo hasta confundirlo con la
tierra. Ahora sabemos que aquello sólo ocurre en el sueño y en las fantasías de
la literatura, y que en la realidad, más áspera y más cruda, el progreso
verdadero resulta del esfuerzo compartido y debe estar signado siempre por el
avance de la libertad y los derechos humanos, sin los cuales no es el paraíso
sino el infierno el que se instala en este mundo que nos tocó.
Fidel Castro, el líder que des gobernó Cuba empeñado en situar su ego en la arena internacional
Fidel Castro
utilizó al pueblo de Cuba en Pro de su elevadísimo ego. Se colocó en el
mapamundi utilizando una revolución que no era de su propiedad y “lideró”,
durante décadas, al llamado “Tercer Mundo” como punta de lanza del Imperio Soviético.
Era tan autosuficiente que, probablemente, será
irrepetible.
No era lo que se llama un estadista. Desgobernaba a su
pueblo, mientras llevaba una política injerencista allende la isla en que le
tocó nacer, despilfarrando la asistencia de centenares de miles de millones que
le proporcionaba la desparecida URSS. Jamás le importó su pueblo, al cual le
pedía sacrificios constantes.
Sus ministros
(el sería el Rey) no tenían decisión para tomar medidas, aunque estas fueran
dentro de la línea del partido y gobierno. ¡Ay de aquel que se atreviese a
tomar una decisión sin antes consultarla! Es casi imposible imaginarse a Cuba sin Fidel. ¡Ha pasado
tanto tiempo!; que los más simples lo consideraban “Todopoderoso”.
Nos acostumbraremos a su no inmortalidad. No lamento su
muerte. Siento que no haya sido antes. No constituye pérdida alguna. Por el
contrario, ya Fidel Castro se había convertido (desde que forjó su alianza con
el monstruo soviético) en un freno al desarrollo del pueblo cubano.
Hay quienes dicen que su pensamiento puede ser polémico, discutible
y que se centra en el “Tercer Mundo”. Ese es precisamente el problema de Fidel
Castro. Si en vez de dedicarse tanto a los asuntos ajenos, se hubiese dedicado
más a los asuntos del pueblo cubano, tal vez (lo pongo en duda) se pudiera
hablar bien. No es el caso.
Es verdad, la figura de Fidel Castro constituye la
ignominia de todos los países democráticos del planeta. Los desarrollados, los
más culpables, permitiendo que avasallase a un pueblo entero, escudándose en la
Guerra Fría y en una teoría fracasada.
Todos conocimos al Fidel Castro orador. Pocos conocieron
al Fidel Castro escuchante. Aquellos, a los que “escuchó”, se fueron antes que él.
Y no voluntariamente
Hubiéramos imaginado muchos escenarios, muchas rutas hasta el controvertido momento, muchas maneras y formas del final, pero ninguno hubiera coincidido con la realidad dramática de la extinción. El largo trayecto hacia la muerte significó dos derrotas. La imagen del guerrillero legendario se fue apagando con el tiempo. La desmesurada exposición a los medios, el poder persuasivo de la palabra, bordeando el efecto narcoléptico del encanto que ejecutó el milagro de la adoración primera, generó el conocido cansancio. Las generaciones se sucedieron; los hechos superaron la palabra; la realidad demolió la fantasía. Y devino la indiferencia.
La leyenda fue derrotada.
Y en el otro extremo, los deposeídos, los sin tierra, los abandonados e idos, soñando con la fantasía imposible de la caida, tantas veces anunciadas. Una larga década de espera enterró el ornamento. Ha sido casi como el regalo de una Navidad mucho tiempo anunciada, atrasado. El vestigio antiguo de un deseo infantil en la edad adulta, cuando toda la modernidad tecnológica nos rodea y abruma. Muchos han muerto en el camino sin verlo, otros ya están a la puerta misma de su mismo destino, la muerte.
La leyenda se extinguió y también el jubilo de su derrota.
A veces me pregunto cómo es posible que los desconocidos, los que no portan los símbolos sagrados de la nacionalidad cubana, los extranjeros, desconocidos de nuestra idiosincracia y nuestros dolores, de nuestras ausencias, y heridas, y fragmentos, hoy deseen levantar el altar de una especie extinguida de entuertos. Nadie le hace el honor a los dinosaurios, son solo esas acratonadas imágenes de museo para turistas y fantasias infantiles, regalo mediocre de pantalones cortos americanos y europeos con sus camaras ultramodernas y sus telefonos inteligentes, con la eventual fugacidad y fragilidad de su dinero.
No puedo entender tampoco esa reverencia rancia, humillante, de políticos de Occidente, aplaudiendo la senectud autoritaria de déspotas narcolépticos. La verdad es el antiguo cadáver de la izquierda en La Habana. Y esa izquierda de dinero hizo de aquel muerto la estatua de mármol de una fantasía demolida por el tiempo, donde no quedan ni sus piedras, ni sus cánticos, donde nada ya es una trinchera y todo se demuestra como una farsa, pero se encapricha en rendirle tributos a lo que ya no es, no fue, nunca intentó serlo.
Es repugnancia lo que me provoca Trudeau, para no recordar el desprecio que inspira Correa, Evo y Maduro, las lágrimas de algunos viejos intelectuales de izquierda o la vieja claque de Hollywood, siempre deslumbrada con las luciérnagas por vivir tanto de la fantasía, mientras guardan sus monederos de oro en el seguro banco suizo.
En Cuba, varias generaciones desesperan su historia. Y algunos lloran. Las generaciones perdidas, las que vieron fracasar el intento de una fantasía hoy convocan el tributo lacrimoso de un funeral muchas veces anunciado, hoy definitivo. El cadáver ha estado tendido desde hace una década, hoy son nueve los días para cosechar su entierro.
Y, entonces, aparece esta juventud ordenada, guardando «honor» al déspota de sus víctimas, derramando la lágrima de la larga trayectoria hacia el fallecimiento de un sueño. ¿En qué piensan estos jóvenes cuando derraman la gota sanguinolenta del despido?
¿En las víctimas del muerto? ¿En los muertos que no tuvieron su juicio? ¿En las largas condenas de inocentes por sus ideas? ¿En el fracaso de aspiraciones, deseos y urgencias de tantas generaciones? ¿En los muertos en la peligrosa travesía entre las dos capitales cubanas del encono? ¿En las familias divididas? ¿En los hijos que no pudieron acompañar con sus lágrimas la despedida de madres, hijos, hermanos, familia y amistades? ¿En los que son olvidados en las cárceles, condenados solo por un pensamiento rebelde?
Este que hace pocas horas fue un cadáver nunca mostró un pálido sentimiento filial por familiares, amigos, seguidores, compañeros de lucha, ¡por nadie!
¿A quién se lloran?
Realmente, ¿dónde está la responsabilidad intelectual y la sensibilidad humana en un gesto hacia un déspota?
En la historia universal escrita por los pueblos, también hubo otros que lloraron a otros déspotas y lo convirtieron en su sagrario.
Entre las dos aguas que separan las dos más grandes capitales de cubanos nos separa un mar de agustias. El primer deber de todo aquel que se sienta cubano hoy, un día después, tiene que ser el necesario olvido a quien se empeñó en tener la más larga trayectoria a su merecida muerte.
Posted by Juan Martin Lorenzo
Donald Trump
ha ganado las elecciones, despertando mucho interés en casi todo el mundo. Todos
queremos saber que va a pasar a continuación. Este es mi punto de vista.
De haber
ganado la Sra. Clinton, supuestamente vendría un “cierto” continuismo, pero
comencemos analizando la situación de Siria.
Hasta el
momento, la política del Sr. Obama ha sido débil, limitándose a enviar armas y
asesores. Esto le ha proporcionado la posibilidad al Sr. Putin de inmiscuirse,
dándole la posibilidad de sobrevivir a una dictadura.
La
situación actual
Aparentemente, los E.U. se encuentran coaligados, con no
se sabe cuantos países supuestamente liderados por Arabia Saudí (1). La política
exterior (de E.U.) rechaza tanto a los terroristas como a Assad.
(1) No
se puede pasar por alto que Arabia Saudí ha sido acusada, en varias ocasiones,
de apoyar a los terroristas del Daesh
Su
opinión sobre Siria
El argumento de que exista un “absoluto” desconocimiento
sobre la forma que pretende actuar Trump, en el caso de Siria, no significa que
alguien pueda actuar de diferente forma para peor. Los conocimientos de la Sra.
Clinton no desaparecen por arte de magia y mucho menos que ella se niegue a
compartirlos con el nuevo presidente.
El término asertividad
no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). Sí, en
cambio, aparece el adjetivo asertivo como sinónimo de afirmativo. El concepto de
asertividad (como lo plantea el Sr. Taeño), de todos modos, se emplea en
referencia a una estrategia comunicativa que se ubica en el medio de dos
conductas que resultan opuestas y que son la pasividad y la agresividad.
Creo que Trump, al contrario de Obama, se iría por la última de las conductas. Salir o no de la guerra
Que Trump no se haya pronunciado todavía, unido a las
declaraciones, en las cuales considera mejorar las relaciones com Putin, me
hacen pensar que, en lugar de desentenderse de Siria, se entienda mejor con Putin.
Ambos gobiernos, unidos en un frente común, pondrían fin (muchísimo más rápido)
a la locura del “califato”. Los discursos en los que ha apelado a realizar una
política más nacional, no tiene que ver precisamente com la situación en Siria
y si con la situación de política interna. Son claves diferentes.
Qué hacer con Assad
“Assad es malo”, “no
me gusta Assad”, ha dicho Trump. Y ha dicho también que “Assad está luchando
contra el ISIS”. Y no es menos cierto. Como tampoco es incierto que Putin esté
luchando por mantener la base naval de Tartus. Al Assad es prescindible para
ambos.
No le gustan los rebeldes
Al contrario de Obama, considera erróneo entregar
armamento (sin control) a grupos rebeldes (de dudosa rebeldía), porque esas
armas pueden terminar reforzando al Daesh.
Mejorar las relaciones con Rusia
Las relaciones entre ambos países han ido de mal en peor.
Como si fueran los peores tiempos de la “guerra fría” y no precisamente por el
caso de Siria, sino por el caso de Ucrania, muy mal manejado por la Unión
Europea y la administración Obama.
Las acciones
de guerra son deplorables, mírese por donde se mire, pero en las conversaciones
diplomáticas entre gobiernos, traer a colación los daños causados por
bombardeos, culpándolos de ser creadores de “crisis humanitarias”, es poco
edificante, por no decir ridículo. Si además, culpamos a uno de los bandos de “inclemente”,
pues no hay conversaciones. Al final la “inclemencia” sería de ambos, pues una
cosa ha llevado a la otra.
Gospadín
Putin salió de la KGB. ¿Qué importancia tiene (a no ser en su biografía) después
de un cuarto de siglo de haber desaparecido la URSS? ¿Viejos fantasmas?
Ahora, que
todavía se está a tiempo: ¿No sería mejor tenerlo del lado de los “buenos”?
Claro que es
un líder poderoso, con armas atómicas y medios para hacer con ellas blanco, en
cualquier punto del globo terrestre. Decir que Putin no es respetado, es
ignorar al pueblo ruso.
Lo que parece
claro que Estados Unidos va a cambiar su política exterior con Rusia, en
relación con Siria, lo que está por ver es cuánto.
Su
visión sobre el Estado Islámico
Para
Trump está claro que el enemigo es el intento de califato, “presuntamente apoyado”
por petro-monarquías y petro-dictaduras. Eso no lo ha dicho él, lo digo yo.
Ahora que los E.U. son petro-independientes,
Trump puede ser más exigente o menos condescendiente. Hace unos pocos años,
hasta Chávez les amenazaba con cortarles el suministro de petróleo.
El futuro de los refugiados
Mr. Trump se ha mostrado durísimo con la inmigración “ILEGAL”.
Tal vez haya exagerado con lo de construir un muro en la frontera con México.
La inmigración
económica legal, nada tiene que ver con un refugio humanitario. La inmigración
económica ilegal, es repudiada por todos los países y sus gobiernos respectivos.
El refugio es
un “status” que no puede ser aplicado a grandes masas de personas que huyen,
puesto que se necesita un tiempo para procesar cada caso por individual y mucho
más tiempo para ubicar convenientemente a cada persona, según sus características
e intereses.
No obstante
Donald Trump tiene, a la vista, su “big mouth”, o como se diría en cubano “bembaechucho”.
En política no se puede ir diciendo estupideces, de la que luego te puedas
arrepentir. Démosle a Trump el beneficio de no ser un político de carrera.
Espero que
modere su “speech” siendo Presidente de todos los ciudadanos de Yanquiland.
¿No saber perder, en democracia, conduce a barricadas?
Respuesta a la “periodista”Elsa Clarohttp://www.cubadebate.cu/opinion/2016/10/25/chifladuras-contemporaneas/#.WBAUObkVAdU Lo están intentando. A lo ocurrido en el PSOE, la tribu
podemita le ha llamado “golpe de régimen” a una abstención que, luego de más de
300 días de gobierno en funciones, ha causado la destitución de Pedro Sánchez
(el empecinado) y la posible investidura del líder del Partido Popular, Mariano
Rajoy.
No se trata de una rendición del PSOE. De lo que se trata
es que, un partido que se llama a sí mismo de socialdemócrata no puede, a la
vez, llamarse socialista. Es aquí donde comienzan las contradicciones del
llamado Partido Socialista Obrero Español.
La socialdemocracia es una ideología
política que procura un Estado de bienestar
universal y la negociación
colectiva dentro del marco de una economía capitalista. A menudo se
usa para referirse a los modelos sociales y políticas económicas predominantes
en el oeste y norte de Europa durante la segunda mitad del siglo XX.
El socialismo es un sistema social y económico
caracterizado por el control por parte de la sociedad, organizada con todos sus
integrantes, tanto de los medios
de producción como de las diferentes fuerzas de trabajo aplicadas en
los mismos.
Es un sistema de organización social y económica basado
en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de
producción y distribución de los bienes.
Dicho esto, debo aclararle a la Sra.
Elsa Claro, que en el mes de diciembre del año 2015, el Partido Popular obtuvo un
resultado de 123 escaños al Congreso de los Diputados, contra 90 escaños del
PSOE. El líder del PP rechazó la investidura por no contar con los apoyos
necesarios y Sánchez lo intentó.
El líder del PSOE consideraba
que las alianzas que había construido con la agrupación podemita, en alcaldías
y autonomías sería suficiente para que el líder de esa agrupación de facciones se
abstuviera, al menos, para dejarlo gobernar junto con la formación llamada “Ciudadanos”
con la cual había alcanzado un pacto de investidura de 150 puntos.
Fue entonces que Pablo
Iglesias le montó el numerito de los ministerios y su participación en el
gobierno como vicepresidente. Sánchez no aceptó. No porque no quisiera, sino
porque el Comité Federal se lo prohibía con esas condiciones. Además le prohibía
cualquier intento de pacto con fuerzas independentistas.
Es así como se llega a las
elecciones de junio del año 2016.
El PP alcanza 137 diputados y
el PSOE 85.
En estas condiciones del
segundo peor resultado de la historia del PSOE, cualquier otro “líder” hubiese
aceptado la derrota en las urnas y se hubiese abstenido, no para “apoyar”, sino
para hacer una oposición férrea que obligase al PP (en minoría) a ceder ante
las exigencias del PSOE.
No solo, no reconoció la
derrota en las urnas, sino que provocó un desasosiego en la población al decir
que no quería nuevas elecciones, ni ser candidato al gobierno, pero tampoco a
la abstención que permitiera gobernar al PP. De ahí el cansino no, no, no.
Al no contar con la mayoría
absoluta, el líder del PP pactó con “Ciudadanos” un pacto de investidura de 169
diputados, más uno de Canarias para presentarse a la investidura con 170
diputados de los 176 necesarios para alcanzar la mayoría absoluta. No fue
investido.
Sánchez comenzó, a partir de
ese momento a dar tumbos erráticos, hasta que intentó (sin el consentimiento
del Comité Federal del PSOE) pactar con la agrupación podemita y las
formaciones independentistas.
Esa y no otra, es la
destitución de Pedro Sánchez. Pero ya era tarde para poder exigirle nada al PP
Otra aclaración Sra. Claro: El partido “Ciudadanos no se
ha coaligado con el PP. Lo que ha conseguido es un “Pacto de Investidura” de
100 puntos (mucho de los cuales son idénticos al pactado con el PSOE de Sánchez)
y se ha negado rotundamente a participar
en el gobierno del PP. No sea mentirosa.
Elsa Claro no puede escribir con más insidia. Comparar lo
que sucede en España con lo que ha sucedió en Brasil o lo que sucede en
Venezuela es totalmente inaceptable.
No existe golpe parlamentario alguno. Por lo menos no, en
clave de gobierno. El presidente (en funciones) Mariano Rajoy no ha sido
depuesto de su cargo, ni pretende convertirse en dictador totalitario. Lo
sucedido en el PSOE es un asunto interno del partido. No cabe “sombrilla semántica”
alguna: Usted Sra. Claro, miente descaradamente para intentar infructuosamente
de crear confusión en sus lectores.
Los “socialistas” catalanes han estado coqueteando con
las agrupaciones independentistas en clara violación del Comité Federal del
PSOE, aun teniendo los peores resultados del socialismo catalán en las urnas
(solo 6 diputados) cuando normalmente el PSC alcanzaba 25.
Otra insidia suya Sra. Claro, la presidenta de la junta
autonómica de Andalucía (que no es “jefa” ni “capitana”), no lidera ni lideró la
destitución del Sr. Sánchez. Fue la dimisión de más de la mitad de los miembros
del Comité Ejecutivo del PSOE lo que provocó su destitución.
El Comité Federal del PSOE se reunió, en días próximos
pasados. Se discutió y se votó la decisión de abstenerse en bloque para
permitir la formación de un gobierno. Ninguno de los allí presentes (líderes
regionales) y que ahora plantean la no abstención en bloque, fueron incapaces
de decir lo contrario. Esos “líderes” son en estos momentos unos “presuntos” indisciplinados.
Me alegra leer que usted Sra. Claro llama “potro cerril”
al líder del Partido Socialista Catalán. No se me había ocurrido. De ahí a
decir que en el PSOE existe un ala “derechizada”, es otra más de sus insidias. También
se podría decir que en Cataluña el PSC está “podemizado” o es un “ala
independentista” del PSOE.
Es totalmente falso que todos los llamados barones del
PSOE mantengan el criterio de consultar a las bases en estos momentos. Lo que
han dicho es que para el verano se pueda convocar a un Congreso y consultar a
las bases. Usted miente Sra. Claro. No sé si ex profeso o por ignorancia.
La votación en el Comité Federal de hace tan solo unos días,
la votación fue definitivamente clara, de 139 votos contra 90, a favor de votar en
bloque la abstención.
Abstenerse no significa votar a favor de los
conservadores. Es propiciar un gobierno al partido que alcanzó más votos de la
población. Eso Sra. Claro, es DEMOCRACIA.
Otra más de sus insidias es decir que los representantes
ignoran a sus representados.
¿Acaso, en democracia representativa, no son los
representantes los que toman las decisiones de sus representados? ¿Acaso tras
dos elecciones, el PSOE no ha perdido más de 30 diputados? ¿No será que los
representantes de los votantes del PSOE se han dado cuenta de que no estaban de
acuerdo con las locuras de Pedro Sánchez?
¿En que quedamos?
Le recuerdo que, en todo caso, el gobierno español es rehén
de la Unión Europea, a la cual el Reino de España pertenece por voluntad propia
(votada en referéndum) y auspiciada por el PSOE. De manera que si fuera, el Sr.
Garzón (coordinador de los comunistas españoles) el presidente del gobierno,
tendría que acatar los acuerdos programáticos para que nada cambie o,
arriesgarse a una situación como la de la Grecia de Tsiripas.
Al Sr. Garzón sería bueno recordarle que el PSOE no
traiciona a los comunistas. El PSOE dejó atrás al marxismo hace mucho tiempo.
El PSOE no hace concesiones al PP, pues al no salirle las
cuentas (posibilidad de gobernar) solo permite la investidura del líder del PP
para que después de 300 días sin gobierno, España salga adelante. La
gobernabilidad dependerá de lo que logre ceder el PP.
Sra. Claro, llamarle progresista a Garzón es ridículo. Una
persona que intenta aplicar medidas pasadas de moda no puede llamársele de esa
forma.
Voy a citar parte de su artículo: “Cabe recordar que
cuando surge en 1879, y durante todo un
siglo, el PSOE se autodefinió como un “partido de clase
obrera, socialista y marxista”. Esta última filiación
pereció en el congreso de 1979, convocado entonces con carácter extraordinario.
Y yo agrego: Después de renunciar al marxismo, fue un
error continuar llamándose “socialista” y autodefinirse como socialdemócrata.
Las movilizaciones que apoyan y dirigen, tanto “Podemos”
como “Izquierda Unida” son totalmente anti-democráticas, pues rodear el Congreso
de los Diputados es como rodear al pueblo español allí representado y avalado
por las urnas.
De llevar sus amenazas a hechos supone un grave error que
pagarán muy caro en las próximas elecciones.
Por último Sra. Claro, es falso que la socialdemocracia europea
esté en crisis. En todo caso lo que está en desaparición es el socialismo. La
mayoría de los gobiernos europeos lo hacen en coalición con los socialdemócratas.
No hay un solo partido socialista o comunista en el poder. Lo más parecido es
la “Izquierda Política en Grecia y es más social que socialista.
Cuando la enfermedad no se atiende a tiempo, hay enfermedades que duran más
de medio siglo
En
reiteradas ocasiones he escuchado y leído al Dictador en Jefe Raúl Castro
expresar su decisión de discutir el conflicto de su régimen de oprobio con el
gobierno de los Estados Unidos, sin condiciones y sobre la base de respeto
mutuo a la soberanía y autodeterminación de ambas naciones.
Hace
solo unos días, el pasado 17 de septiembre, durante su intervención en la Cumbre del MPNOAL quiso
dejar claro que su régimen dictatorial, totalitario y neo feudal seguiría
reclamando el levantamiento del embargo y la devolución de la
Base Naval de Guantánamo.
Y
mientras más lo escucho y leo me pregunto:
¿Por
qué decidió restablecer las relaciones diplomáticas con el “monstruo
imperialista” sin que las primeras condiciones inherentes a los principios, que
dice defender, no fueron precisamente el levantamiento del embargo y la
devolución del territorio?
¿Cómo
pueden existir relaciones normales si aun se encuentran vigentes políticas lesivas
en contra del régimen?
Algo
anda mal en la cabeza del anciano dictador. Ha cedido principios que de alguna
forma traicionan al llamado “Socialismo del Siglo XXI” y a la trayectoria de su
hermano Fidel.
Raúl
Castro quiere presentarse, ante la opinión pública internacional como el
dialogante y renovador de un país nuevo. Siendo el mismo perro con el mismo collar
comunista, aunque muy viejo, es imposible que alguien lo tome en serio.
Es
totalmente ridículo que un dictador, tras más de 50 años en el poder (pues Raúl
y su hermano Fidel son tal para cual) decida restablecer relaciones diplomáticas
intentando mantener el mismo patrón de ordeno y mando, sin plantearse
seriamente un cambio en el sistema político y económico que ha causado tanto daño
al pueblo de Cuba.
El
anciano dictador no parece tener en cuenta que ya no estamos a mediados del siglo
XX. Las estructuras de su dictadura son idénticas. En Cuba nadie sabe quién
manda, si el partido o el gobierno. Y al final, para saber lo que sucede,
llegamos a la misma conclusión: Allí el que manda y ordena sigue siendo el
dictador.
¿Para
qué y con cual propósito acordó restablecer las relaciones diplomáticas (aunque
sin embajador)a sabiendas que Barack
Obama aupa la USAID,
que es una organización dedicada a evitar que se repita semejante dictadura en
otro país?
Esto
solamente puede suceder cuando un anciano decrépito se empeña en claudicar,
pues es imposible desconocer que la referida institución capta jóvenes cubanos
para «trabajarlos» en función de espurios intereses. ¿De quién es la culpa que
esto suceda, sino del propio Raúl Castro?
¿Quién,
en su sano juicio, puede entender a Raúl Castro?
Ha sido él
mismo, el que le ha ofrecido la oportunidad al “monstruo imperialista” para
meterse en su finca de Birán. ¿Y ahora se queja?
Las mil y una historias de Tarará: “Aquella era mi casa” señala Elena, una cubanoamericana que esta semana regresó a la Isla y visitó el sitió donde vivió su infancia. En Tarará dio ...
Los inventos, los pilotos de la Aviación Agrícola y la
muerte de Albizu
En los años posteriores al ETC continuaron las acciones contra la
UNITA.
Reuniendo a los más “aguerridos combatientes” de lo que se
denominó, en Cuba, la “limpia del Escambray”, Fidel Castro ideó una
fuerza de combate para una operación de largo plazo llamada “Olivo”.
“Operación Olivo”.
Eran veteranos de las luchas antiguerrilleras de principios de la
Revolucion, en su mayoría con más de 40 años en las costillas, viejos
para los trajines de la guerra y con la suficiente experiencia para no
arriesgar el pellejo por una causa extraña.
De esta forma comienzan a surgir los inventos.
La muerte de Albizu, fue el fatídico punto culminante de los inventos.
El libro “La Guerra Innecesaria” es el testimonio de uno de los principales jefes de la aviación cubana.Participante directo en las acciones combativas que tuvieron lugar durante los enfrentamientos entre las fuerzas de defensa sudafricanas SADF y las fuerzas armadas cubanas FAR en el sur de la Republica de Angola. El autor, fungiendo como Jefe de un Regimiento de Helicópteros Independiente (RHI) durante los combates, nos ofrece una visión completa y detallada de la intervención armada por parte de las tropas cubanas y en especial por parte de la aviación que tan importante papel jugó en todas las operaciones que se realizaron. El testimonio del Teniente Coronel (R) Mario Riva no se limita a las acciones combativas finales de esa prolongada guerra; sino que va más allá y nos brinda una visión más general y profunda de todo el conflicto al haber sido de los pocos oficiales cubanos que cumplieron tres largas misiones en el continente Africano.
#YoNoSoyExCubano nació como reacción, como anticuerpo de algunos cubanos a las palabras soeces de esta «raza vil de hombres tenaces, de sí propios inflados, y hechos todos, todos del pelo al pie, de garra y diente». Las palabras inmundas de Alonso fueron defecadas contra el cubano Orlando Ortega, vallista cubano en el equipo español que le dio la medalla plateada a ese país en atletismo.
No ha sido la primera vez, no será la última. No es un desprecio, es el desecho espiritual de esta «raza vil de hombres». No vale la pena recordarle a Randy Alonso que Cuba es algo más intangible, algo más elevado y perdurable que una ideología, un proyecto político, el que fuere, que un partido, una agrupación senil de dictadores.