#YoNoSoyExCubano nació como reacción, como anticuerpo de algunos cubanos a las palabras soeces de esta «raza vil de hombres tenaces, de sí propios inflados, y hechos todos, todos del pelo al pie, de garra y diente». Las palabras inmundas de Alonso fueron defecadas contra el cubano Orlando Ortega, vallista cubano en el equipo español que le dio la medalla plateada a ese país en atletismo.
No ha sido la primera vez, no será la última. No es un desprecio, es el desecho espiritual de esta «raza vil de hombres». No vale la pena recordarle a Randy Alonso que Cuba es algo más intangible, algo más elevado y perdurable que una ideología, un proyecto político, el que fuere, que un partido, una agrupación senil de dictadores.
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