miércoles, 18 de julio de 2012

La soberanía ultrajada por las tropas soviéticas (la crisis de octubre)

Octubre de 1962



La soberanía ultrajada











El día 29 de septiembre de 1962, en un burdo intento de enmascarar la situación provocada, el régimen totalitario de Fidel Castro publica una declaración, como respuesta a la resolución Conjunta del Congreso de los Estados Unidos.

Si Fidel Castro no tenía que dar explicaciones a nadie: ¿Por qué esta declaración? De hecho, Fidel Castro estaba dando explicaciones.

La burda declaración planteaba que “jamás” utilizaría sus medios “legítimos” de defensa con fines agresivos, que pusieran en peligro la seguridad de los Estados Unidos.

En la noche del día 30 de septiembre de 1962, la Brigada no. 69 de submarinos, de la Flota del Norte, se preparaba para una larguísima travesía. Las cuatro embarcaciones, propulsada por diesel, contaba con 22 torpedos (tan solo uno con carga nuclear). Esto Sucedía en el puerto de Gadzhievo, bahía de Sayda, ubicada en el Golfo de Kola, región de Murmansk. Partieron el 1 de octubre de 1962 con intervalos de 30 minutos. El objetivo final de la travesía sería el puerto cubano de Mariel. ¡Nunca llegarían!










El día 1 de octubre, la Comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos presentó un análisis en el que planteaba la existencia de cohetes AA en las provincias de Oriente, Las Villas, La Habana y Pinar del Río.

El Almirante Dennison, Jefe de la Flota del Atlántico, recibió la orden de implementar el bloqueo naval de la isla, si fuese necesario. El Comando Aéreo Táctico recibió la orden de preparar el ataque, con alerta máxima para el 20 de octubre.

El día 2 de octubre de 1962 arribó el mercante “Krasnograd” con los 6 cohetes R-12 que debían ser emplazados en la región de Candelaria-San Cristóbal. Dos de ellos eran de instrucción.
Otro resumen de inteligencia norteamericano señalaba que: además de tanques, cañones autopropulsados y otros equipos, se habían detectado 15 emplazamientos de cohetes AA y 3 cohetes costeros anti-buque. Estimaban que existían 60 aviones MIG de modelos antiguos, como el MIG-19.


Ya por esa fecha estaban volando 40 aviones MIG-21.

Informaba sobre 16 lanchas KOMAR con cohetes de 40 kilómetros de alcance. Consideraba, el informe, que las tropas soviéticas en Cuba debían sobrepasar los 4,500 efectivos, cuando en verdad ya alcanzaban la pasmosa cifra de 30 mil hombres.

El propio día 3 de octubre se publicó el comunicado oficial de la reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de los países latinoamericanos, la cual planteaba que la intervención de la URSS en Cuba, amenazaba las instituciones democráticas del Continente y agregaban que era deseable intensificar la vigilancia sobre la entrega de armas al “régimen comunista”, las que pudieran ser empleadas con propósitos ofensivos contra el Hemisferio.

El día 4 de octubre fue aprobada la Resolución Conjunta, sobre Cuba, por el Congreso de los E.U., convirtiéndose en la Ley Pública no. 87-33.

De acuerdo con esta Ley, se impediría el uso de las armas que el régimen de Fidel Castro propagase. Impediría la creación, en Cuba, de una capacidad militar que pusiera en peligro la seguridad de los E.U.

Además, el Congreso aprobó otra resolución que recomendaba a la Organización de Estados Americanos (OEA) la adopción de un acuerdo en el que advirtiera al régimen imperante en Cuba que adoptarían una acción colectiva.

El Presidente Kennedy firmó una orden ejecutiva prohibiendo la utilización de barcos norteamericanos o extranjeros en el comercio entre la URSS y Cuba. Por esta orden, se cerrarían los puertos de los E.U. a las naves de cualquier país, que fueran utilizadas para suministrar material militar a Cuba, se penalizaría a las compañías navieras.

El día 4 de octubre de 1962 llegó al puerto del Mariel el mercante “Indiguirka”, con 36 cabezas de combate nucleares para los cohetes de alcance medio R-12 “Luna”. Una parte de esas cabezas de combate serían destinadas para los cohetes alados tácticos tierra-tierra FKR. Transportaba, además, 6 bombas nucleares de aviación para los IL-28.

Ya el hecho estaba consumado. Había cohetes nucleares en Cuba. Ese mismo día estuvo lista la primera rampa de lanzamiento, en un Regimiento de la región central.

El día 6 de octubre de 1962, el director de la CIA John McCone y el consejero especial del Presidente para asuntos de seguridad nacional, sostuvieron una conversación en la cual el primero planteaba que creía que los soviéticos terminarían estableciendo una capacidad ofensiva en Cuba, inclutendo cohetes de alcance medio. McCone pensaba que establecer un mecanismo de defensa en Cuba, incluyendo los cohetes de alcance medio, no podía ser el objetivo final y concluía con tres posibles variantes de intención:



a)    Establecer una base ofensiva

b)   Insertar suficiente cantidad de especialistas militares para arrebatarle la isla a Castro, convirtiéndola en un satélite totalmente controlado por ellos

McCone consideraba solo dos alternativas posibles: una acción militar o un esfuerzo por separar a Castro de los comunistas.

¡Estaba en lo cierto! De hecho, ya la isla se había convertido en una base ofensiva. Faltaba solamente que los viejos pericos (comunistas al servicio de la URSS) se hicieran con el poder total. Para esto debía transcurrir un tiempo prudencial de permanencia militar soviética en Cuba.
















No fue necesaria la acción militar. El descubrimiento, a tiempo, de los cohetes nucleares, obligó a la retirada de los mismos y, por carácter transitivo, separó a Fidel Castro de los comunistas soviéticos y de los comunistas internos (micro fracción).

Cabe señalar que el 26 de marzo de 1962 se realiza el llamado primer proceso a Aníbal Escalante. Proceso judicial en donde, Aníbal Escalante es acusado de sectarismo. El proceso culmina con la disolución de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), quedando severamente desprestigiados algunos de los veteranos militantes comunistas, arrastrados por el ingrato papel que los soviéticos impusieron a Fidel Castro durante la Crisis de Octubre.













McGeorge Bundy era de la opinión de que los soviéticos no llegarían tan lejos. Consideraba la vía militar como única posibilidad o, de lo contrario aprender a vivir con Fidel Castro. No estaba de acuerdo en incrementar sabotajes, sobrevuelo u otras acciones.

El mismo día 6 de octubre de 1962 el mercante “Metallurg Barden” descargaba los medios del tercer regimiento de cohetes de alcance medio que se emplazarían en Santa Cruz de los Pinos-San Cristóbal, en la provincia de Pinar del Río.

El día 7 de octubre de 1962 el mercante “Oremburg” llegó al puerto del Mariel con otras siete cabezas nucleares para los cohetes R-12, para el regimiento anteriormente mencionado.

Ya se encontraban, en suelo cubano, 28 cabezas nucleares (cuatro de ellas de instrucción).

En medio de aquella situación, el «designado a dedo» “presidente” de la República de Cuba, Osvaldo Dorticós Torrado, intervenía en el XVII período de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
















Dorticós declaraba que el régimen establecido en Cuba tenía derecho a armarse, con el objetivo de defenderse de una “muy posible” agresión, por parte de los E.U.

Lo que no dijo Dorticós fue, que para “armarse” habían consentido la invasión a Cuba de fuerzas militares de la URSS. Invocaba el “derecho legítimo” de defender “las decisiones soberanas del pueblo”. Pueblo que se encontraba ajeno a la intervención soviética, en sus asuntos internos y la instalación de armas de destrucción masiva en su territorio.

Ente las muchas parrafadas que pronunció el monigote de Fidel Castro, ante las Naciones Unidas, se encuentran las siguientes:

“No tenemos porque rechazar la “ayuda espontánea” que se nos ofrezca, ya venga de la Reina Isabel de Inglaterra, del Emperador del Japón, del Presidente Kubistchek (del Brasil)…”

“Si Estados Unidos fuera capaz de dar garantías de palabra y garantías en los hechos, de no realizar agresiones contra nuestro país, declaramos aquí solemnemente que sobrarían nuestras armas y nuestro ejército”.

Esas garantías solicitadas, serían cumplidas junto con el retiro del contingente militar soviético, en conversaciones bi-partitas entre los Estados Unidos y la URSS, sin la participación de la incipiente dictadura totalitaria neofeudal encabezada por Fidel Castro.

El día 9 de octubre de 1962 el Presidente Kennedy aprobó el vuelo de 12 minutos, a una altitud de 20 mil metros sobre Cuba, de un avión U-2 de reconocimiento. Necesitaba pruebas concluyentes del emplazamiento de los cohetes nucleares que tanto negaban los rusos. El propio Presidente dijo que no había indicios de que los mismos ya estuviesen en condiciones operacionales aunque habían transcurridos dos meses desde que tuvieran las primeras noticias acerca de las maquiavélicas intenciones soviéticas.


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