martes, 29 de marzo de 2011

Fidel Castro y la ONU fascista


El auto-declarado "Primer Secretario A-divino" se atreve a llamar fascista a la Organización de Naciones Unidas y a la resolución 1973 del Consejo de Seguridad.

Descaradamente pretende olvidar que los gobiernos de países desarrollados, por temor al comunismo, no prestaron la ayuda necesaria a la república española ante la insubordinación de un General gallego llamado Francisco Franco.

Aquella insubordinación y aquel abandono de un pueblo que, democráticamente había elegido su destino, provocó una guerra civil de proporciones aun incalculables, cuyas consecuencias arrastra todavía el pueblo español.

Más de 70 años después, el pueblo libio se alza en contra de una dictadura impuesta hace más de 40. El régimen de Gadaffi no se trata de un gobierno electo en las urnas, ni de un "Coronel" insubordinado. Todo lo contrario. Ante las iniciales protestas pacíficas, Gadaffi ha utilizado todo el potencial bélico adquirido, para masacrar a su propio pueblo.

Para Fidel Castro, lo que ocurre es un engaño. Todo el mundo, menos él, se encuentra engañado o es ignorante. A sus más de 8 décadas de vida inútil, se duele de la modernidad, de internet, de facebook, de twitter. Le molesta sobremanera que las personas, en fin los pueblos, no puedan ser sometidos a la incomunicación.

Le molesta que el poderío industrial de los países desarrollados no se pueda combatir con kalashnikov como acostumbraba a hacer cuando pretendía crear dos, tres, muchos Viet Nam.

Parece olvidar que utilizó, más de una vez, cazabombarderos que duplican la velocidad del sonido para amedrentar poblaciones en la República Dominicana y en las Bahamas.

Ya en la reunión de Ginebra su testaferro expuso su posición respecto al problema libio y, mientras Gadaffi masacraba al pueblo, Fidel Castro pretendía salvar al régimen dictatorial mediante una solución política.

En un mundo que no tolera más los regímenes dictatoriales, los países desarrollados intentan, muy débilmente, ayudar a aquellos países que se rebelan contra los usurpadores de sus recursos naturales en beneficio de si mismos y sus familias, sin interesarles en lo más mínimo las insufribles condiciones de vida a que los tienen sometidos.

Cualquier ciudadano honesto se hubiera opuesto a la intervención (en su territorio) de cuatro brigadas (extranjeras) de alto poder destructivo. Fidel Castro no lo vio así. Fidel Castro es una persona deshonesta.

Como ya nos tiene acostumbrados a los desvaríos de una mente decrépita, abandona el tema central de su última irreflexión, para trasladarnos a los desastres naturales de Japón y Haití. Entonces comienza el corta-pega. Después de 11 párrafos vuelve a tomar el hilo.

Entonces nos intenta convencer de que él es un líder marxista-leninista y no un dictador totalitario neo feudal. Intenta distanciarse de Muammar el Gadaffi diciéndonos que él no comparte sus concepciones políticas y mucho menos las religiosas.

Las ideas que comparten son el sometimiento de sus pueblos a dictaduras feroces.

Como vejetes que son, ambos añoran los tiempos en que se dedicaban a aterrorizar a los pueblos de tres continentes, bajo las "banderas del proletariado"; no para construir y desarrollar, sino para implantar sus concepciones de sistemas neo feudales.

Efectivamente, Libia es miembro del Movimiento de Países No Alineados y un Estado soberano, oprimido por una dictadura, de los muchos que, en iguales condiciones, pertenecen a la Organización de Naciones Unidas.

Lo que para las Naciones Unidas consiste en una ayuda al pueblo libio masacrado por una cruel tiranía, Fidel Castro lo considera un ataque brutal contra su amigo dictador, que no dudó en utilizar todo su arsenal bélico en contra de las demandas de libertad de su pueblo.

Hace 75 años un General gallego, llamado Franco utilizó todo el arsenal bélico , con la ayuda de los regímenes fascistas de Italia y Alemania para masacrar a la república española.

Fidel Castro considera que el desprestigiado y criminal dictador Gadaffi debe continuar masacrando a su pueblo, tal y como ha prometido: hasta el último aliento, más allá de la ignominia... Para de esa forma intentar mantener sus criminales proyectos.

Los pueblos respetan y creen en los hombres que saben cumplir el deber.

No es el caso de Gadaffi y Fidel Castro.

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