Después de la publicación del Diario del Che en Bolivia se hizo costumbre, en aquellos que seguimos sintiendo el costillar de Rocinante, llevar un diario de campaña. Las tres veces que anduve por otras tierras del mundo llevé diarios, aunque estuviera totalmente prohibido debido a que, en caso de caer en manos enemigas, constituiría un medio de información de incalculable valor.
Es increíble que el Che dejara partir (de la guerrilla) a Debray, a no ser que hubiera considerado la situación de no contar con un apoyo urbano, en extremo delicada, y la misión de éste fuera buscar la forma de una retirada (decorosa) de la selva boliviana. Las dudas sí, las refiere en el diario, así como su inconformidad, aunque de la actitud firme y valerosa hoy podamos tener muchas dudas. Ya el día 3 de octubre, el Che sabía que estaba perdido cuando escuchó la entrevista de Debray.
A estas alturas, Fidel Castro se encontraba hablando de movimientos revolucionarios internacionales.
Regis Debray 1968
Considerábamos, en esos momentos, que el término era de nuestra creación, pero FCR estaba utilizando un término que hacía mucho tiempo era manejado por la URSS en su relación con organizaciones de izquierda en países no comunistas.
Dos años antes del episodio de Bolivia se habían reunido en Moscú, delegaciones de los partidos comunistas y movimientos revolucionarios de casi todo el mundo, en donde acordaron apoyar a la URSS en su política de coexistencia pacífica; y el compromiso de no apoyar ningún movimiento armado.
La publicación del diario, en Bolivia, no demostraba la incapacidad del ejército boliviano pues al fin y al cabo, después de muchos meses de caza, exterminaron a la guerrilla.
Todo lo contrario, podía ser motivo de inconformidad, pues siempre las masas se solidarizan con los más débiles.
Las derrotas y la captura de más de doscientas armas al ejército boliviano es la demostración de la capacidad combativa de la guerrilla. Esto y el lograr resistir durante más de seis meses el acoso de tropas regulares, sin contar con apoyo rural o urbano, fue más que una proeza.
Las diatribas de FCR iban dirigidas (contra los seudo revolucionarios, los oportunistas, los charlatanes, aquellos que sé auto-conceptúan marxistas, comunistas y otros títulos) precisamente hacia aquellos que se habían reunido dos años antes en la URSS y contra el partido comunista boliviano; traidor a la causa del Che.
Pero no lo dice abiertamente, lo deja en el aire, no llama a los traidores por su nombre.
Aun en 1980 los soviéticos seguían tildando de aventurero al Che en todos los centros de enseñanza superior.
El Che sí se equivocó, al no seguir los postulados de la guerra de guerrillas. No creó su propia retaguardia y la confió a un partido comunista, de los que todos sabemos constituyen un medio más de vida en cualquier parte del mundo. Pero se equivocó más. Cómo figura pública internacional él no podía dirigir una lucha de ese tipo sin afrontar las consecuencias de reacción, de los grandes centros de poder en su contra.
Las diatribas de FRC provocaron el primer período especial de su régimen. A partir de ellas comenzó, en esos años, un distanciamiento de la URSS (micro fracción incluida) y demás países socialistas.
No es hasta después de la fracasada zafra llamada “de los diez millones”, que FCR se vuelve nuevamente hacia los “viejos pericos” y despatarra al que hasta ahora le había servido fielmente ( y que había adquirido un poder increíble, INDER, INIT, MINED y PC), José Llanusa Gobel. Llanusa, revolucionario y fidelista, no veía con buenos ojos a los advenedizos viejos comunistas.
Llanusa, cumplió su papel; traicionado por Fidel Castro, pasó al anonimato durante más de veinte años.
Los apagones y la falta de alimentos, ropa y calzado de finales de los años sesenta y principios de los setenta no han sido olvidados por los cubanos y puede que constituyera una preparación para cuando FCR dijo (en uno de sus más desastrosos discursos pre- período especial anos 90): “Las familias tendrán que guardar las ropas de los niños para pasarlas de unos a otros, de los grandes a los pequeños”. Eso fue lo que dijo a principios de la última década del SigloXX, mientras que el pueblo cubano venía guardando las ropas desde 1959.
El Che le daba tan poca importancia a su muerte como a la poca importancia que le daba a la familia: “...no les dejo nada material a mis hijos y no me apena, me alegra que así sea, pues sé que el Estado se encargará...”
Debo decir que la primera vez que leí la carta de despedida del Che, éste párrafo me golpeó profundamente. Me hizo comprender que el Che estaba tan convencido de su infalibilidad que consideraba al régimen establecido en Cuba insuperable e inextinguible. Comenzaba a traslucir cierto fanatismo.
Al Che sí le preocupaba sobrevivir a la lucha de liberación de Bolivia y por que no, de otros países latinoamericanos. De no ser así, hubiera aceptado la jefatura que solicitaba el secretario del partido comunista boliviano (Mario Monje) al frente de la guerrilla y él, haberse quedado de asesor político-militar. Quizás así hubiera funcionado mejor el movimiento guerrillero y se hubiera podido ocultar por mayor tiempo la presencia del Che en Bolivia.
Mario Monje
Mario Monje no había librado ningún combate, igual que FCR nunca había librado combate combate alguno cuando desembarco en diciembre del 56. El Moncada, para él no fue un combate. Nunca llegó al cuartel.
La muerte de Martí y Maceo, a la que se refiere FCR, fue la llave que abrió la puerta para la intervención norteamericana en Cuba. Solo quedaban al frente de la revolución (de 1895) un desgastado Marques, un viejo General en Jefe (extranjero) y un Lugarteniente General (traidor), que pactó la intervención norteamericana a espaldas del General en Jefe y al Gobierno de la República en Armas.
FCR utiliza el nombre de Julio Antonio Mella para apaciguar a los viejos pericos y confundir al pueblo de Cuba. El mencionado señor no fue más que una persona que pasó por la historia de Cuba sin penas ni glorias, pero fue tomado como bandera por los seguidores del partido socialista popular (comunista) cubano.
Lo que FCR consideraba como "posibilidades de éxito", puede considerarse todo lo contrario; como que el Che estimaba la falta de apoyo “...lástima no tener cien hombres más en este momento"..., el eslabón fundamental de su fracaso.
Es una característica habitual de FCR llenar de epítetos insultantes al referirse a aquellos que no coinciden con su forma de pensar. De esa forma califica a Monje, en lugar de analizar con detenimiento las causas que llevaron al fracaso, en el cuál él tiene un protagonismo importante.
El Che era un organizador, tenía experiencia guerrillera (no militar) y podía catalogarse como titán revolucionario, pero su visión política fue extremadamente corta.
Ningún extranjero tiene derecho a discutir el mando a un nacional. Ese derecho, al nacional, le pertenece “per se”. De manera que en el caso de no ponerse de acuerdo lo más aconsejable hubiese sido una honrosa retirada.
Es verdad que el Che, en la concepción estratégica de FCR, era la figura ideal para la "liberación" no solamente de Bolivia, sino también del resto de los países adyacentes y en general de toda la América Latina.
No es menos cierto también que este objetivo no podía ser alcanzado con terquedad ni a la fuerza. Sobre todo si se carecía de ésta última.
Cabe destacar aquí, como FCR se refiere a los nexos existentes con los diferentes lideres bolivianos, Monje, Moisés Guevara y Oscar Zamora, a los cuales el Che ha considerado reclutar como sus colaboradores y que son los mismos que dos años antes se encontraban acatando subordinación en la URSS.
No es de extrañar que Zamora se convirtiera en uno de sus más venenosos críticos (del Che) en nombre del marxismo leninismo. Desde el momento en que un ente extranjero (por demás) escisiona una organización, no se puede esperar un triunfo.
El grupo guerrillero quedó sin apoyo logístico desde la ciudad. Este apoyo jamás le faltó a FCR en la Sierra Maestra. La diferencia consiste en que FCR jamás confió en los partidos ni en los sindicatos tradicionales y creó su propio movimiento y solo pactó (de verdad) con aquellos que no tenían relación directa con los anteriores. Durante toda su vida, FCR pactó en falso con todo aquel que le vino en ganas!
Oscar Zamora
Otro de los errores del Che fue el llevar para tal campaña a tantos cubanos. Daba la impresión de que Cuba estaba interviniendo directamente en los asuntos internos de Bolivia. FCR nunca llevó, a su lucha guerrillera, tantos extranjeros.
La separación de los dos grupos guerrilleros, que debía ser solo por unos días, se prolongó y nunca llegaron a encontrarse.
Luego se supo que los mapas habían sido adulterados, ex profeso, por un agente de la CIA, en el propio territorio cubano, el “espía Francisco”.
La desorientación en el terreno y la persecución del ejército impidieron el rencuentro.
La falta de visión política fue la causante de que las provisiones cayeran en manos del ejército boliviano. No cabe duda de que estas posiciones fueron auto-delatadas por Tamara Bunke, al dejar documentación “sensible” en el transporte en el que trasladó a Debray para establecer contacto con el foco guerrillero.
Tamara Bunke
El contacto con el campesino boliviano no debe haber sorprendido al Che. Procedía de igual forma que el campesino cubano, en sus inicios, desconfiados y cautelosos. Solo que en la Sierra Maestra existían alzados antes de la llegada de los revolucionarios. Raúl Menéndez Tomasevich (fallecido) y Guillermo García (por solo mencionar a los más importantes) eran considerados, por la dictadura batistiana y gobiernos anteriores, como cuatreros.
Estos fueron indultados por FCR y ascendidos a los grados de comandantes del ejército rebelde.
En Bolivia, al parecer, no existía este tipo de personajes.
Al mencionar en su diario a “Radio Bemba”, el Che está reconociendo que sabe perfectamente que están tras sus pasos, que lo han detectado. Ha violado el principio fundamental de la guerrilla: no mantener una ruta constante y para colmo refiere estar tratando de mejorar las condiciones del médico, cuando lo que se recomienda en estos casos y el mismo lo practicó durante la invasión a occidente en Cuba, era dejar al que servía de impedimenta, para no limitar la movilidad de la guerrilla.
El grupo guerrillero había recibido un entrenamiento minucioso, a pesar de ser combatientes experimentados. Aun así, no creo que hayan estado preparados para resistir durante tantos meses el acoso de un ejército organizado y equipado por los Estados Unidos, además de tener que luchar contra la propia naturaleza.
Puede decirse que fue en realidad una proeza desde el punto de vista táctico, que dejó muy mal parado al ejército boliviano.
Al final de la introducción FCR realiza una valoración política de la América Latina, que aun hoy mantiene vigencia.
FCR tendría a esas alturas 41 años de edad, se encontraba en plena madurez. Podía, al menos, haber tratado de hacer algo verdaderamente revolucionario y no aliarse a un sistema que hacía mucho tiempo, desde la muerte de Lenin y el advenimiento de Stalin, que se encontraba condenado al fracaso.
Al parecer la única experiencia que sacó de la muerte del Che en Bolivia, fue, que para lograr sus sueños de combatir al imperialismo yanqui no se podía enfrentar a la Unión Soviética.
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