Si en nuestros días es posible prolongar la vida, la salud y el tiempo útil de las personas, si es perfectamente posible planificar el desarrollo de la población en virtud de la productividad creciente, la cultura y desarrollo de los valores humanos.
¿Por qué en Cuba sucede todo lo contrario?
El mundo no conoce mayor freno al desarrollo desde que una dictadura
totalitaria de un partido único, llamado comunista, se hiciera del poder a sangre y fuego,
considerando que su modelo económico se impondría al resto del mundo. Una
dictadura, inspirada en las ideas de un filósofo que, al decir de José Martí,
dijo mucho e hizo muy poco. Dictadura que sometió a todas y cada una de las
catorce repúblicas que componían la extinta URSS y que en realidad eran
simplemente colonias rusas. Fue así como surgió el monstruo soviético.
Carlos Marx y su gran patrocinador, Federico Engels vaticinaron que la gran
revolución de los obreros (nada decían de los agricultores (suponían que se
unirían a estos), tendría lugar en los países de mayor desarrollo, pues
tendrían todas las condiciones económicas necesarias para distribuir la riqueza
lo más equitativamente posible. Tendrían, además, toda la riqueza (materia
prima) de un mundo ajeno a sus teorías: Asia, África y América Latina. Sin
embargo, tuvo lugar en Rusia. País atrasado en comparación con el resto de los
desarrollados hasta esa fecha y para colmo con un sistema económico de corte
feudal.
La mayor “proeza” de la URSS resultó ser su incompetencia en el orden
económico y el avasallamiento del resto de las llamadas repúblicas obligadas
(por la fuerza) a unírseles a condición, de no ser exterminados. La URSS se
enclaustró, en si misma, detrás de lo que se llamó “la cortina de hierro”
durante muchos años (1917-1939), hasta que sus socios del partido nacional
(también) socialista, decidieron que necesitaban el petróleo del Cáucaso para
proseguir con sus planes de dominación mundial.
De manera que viéndose traicionados por el incumplimiento del tratado “Molotov-Ribbentrop”,
solicitaron la ayuda del que luego llamarían “el imperialismo yanqui”. Gracias
a esa ayuda, que nunca llegaron a pagar en su totalidad, adquirieron tecnología
de punta que luego utilizarían para “ayudar” a países recién liberados del
coloniaje, en vano intento de aproximarlos a su área de influencia.
¿Qué pretende el anciano dictador fracasado cuando se refiere a una
verdadera sociedad de naciones?
¿Cuál sociedad?
¿Qué naciones?
No es que sea
más justo, es que un mundo en el cual el terrorismo, el fundamentalismo religioso
y el totalitarismo neo feudal no existiese, sería el mundo ideal. “Algo más que
soñar”.
Fidel Castro se olvida del momento en que, por su
superego, estuvo a punto de desatar la primera guerra atómica.
También yo, soy de la opinión de que no hay derecho a destruir ciudades,
asesinar niños, utilizarlos como escudos humanos, pulverizar viviendas (como
hace el llamado “Estado «terrorista» Islámico), como pretende el otro grupo
terrorista y fundamentalista islámico “Al Qaeda” en todas partes.
Al final de la SGM el mundo se ilusionó con la creación de la Organización
de las Naciones Unidas. Muy pronto infinidad de gobiernos comenzaron a pasarse sus
resoluciones, por el arco del triunfo. Son, esos mismos gobiernos (como el que
desgobierna a Cuba) los que dicen que la ONU y otras organizaciones son un
engaño.
Fidel Castro siempre ha sido inescrupuloso en eso de considerar un mérito,
estar dispuesto a morir, sobre todo a matar intentando imponer su absurda
ideología.
Es una falta de respeto, aunque provenga de una persona marcada por la
demencia senil, defender las fechorías que cometen los facinerosos terroristas
a escala mundial, atacando a los voceros de la Organización del Tratado del
Atlántico Norte. Esa es la organización que defiende a los países democráticos y
de mercado libre. Atacándoles es la forma más grotesca de apoyar al terrorismo
internacional.
El costo de los dos embargos, el norteamericano y el totalitario
ineficiente ha costado muy caro al pueblo cubano. Fidel Castro no tiene derecho
alguno a proclamarse víctima de lo que él mismo creó.
Modifica la historia a su antojo y conveniencia entre medias verdades y
mentiras colosales. Utiliza en beneficio propio hechos históricos de finales
del Siglo XIX cuando su padre combatía a los independentistas cubanos.
Para referirse a la desaparición de la URSS ya no utiliza el calificativo
despectivo “desmerengamiento”, ahora se refiere a la “desintegración”. Se
vanagloria de haber sometido al pueblo cubano a doce horas sin energía
eléctrica, sin transporte, realizando una comida diaria y adquiriendo una
enfermedad llamada neuritis periférica; solamente conocida en los campos de
concentración de la Alemania Nacional Socialista.
¿Independiente de qué?
Pueblo en afrentas y oprobio sumido.
El sistema económico que pretendes imponer a tus “aliados”
latinoamericanos, es tan ineficiente, que ya tienes a Venezuela convertida en
el pueblo más pobre que ni la exportación del petróleo le saca de la miseria
socialista. A ti la historia no te va a absolver y mucho menos te enviará a su basurero. Te tiene reservado un destino mucho mejor. Ignorarte.
Es de esa forma que pasarás a la historia.
Fidel Castro, tu desastre ha triunfado. La patria te
contempla asqueada.
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