Todas son parecidas pero no iguales. Comparten una península pero cada cual
tiene sus propias costumbres. De forma divertida y entretenida se puede contar,
a rasgos generales, lo que más les diferencia
Hermanos, primos, amigos, vecinos, compañeros, socios, cómplices o aliados.
Son muchas las formas de relacionar a las tribus ibéricas que comparten un
territorio y muchos años de historia. Evidentemente hay similitudes, por
tratarse (hoy en día) de países fronterizos dentro de Europa (en el caso de España
y Portugal), pero a veces se comete el error de pensar que son en todo iguales
aunque no dejan de ser muy parecidos, pese a las diferencias.
Existe siempre el riesgo de generalizar demasiado y no se debe olvidar que
no hay ni dos gallegos ni dos portugueses iguales (por solo citar un ejemplo),
porque lo que no se puede es, hacer de una generalidad una regla. Además de ser
diferentes, se enfrentan a mitos y estereotipos que se han ido creando no se
sabe bien porqué ni con qué intención. Y no siempre es fácil acabar con esas
ideas que pueden perjudicar las relaciones.
Empezando por la forma de ser de cada uno, se tiende a definir al andaluz
como una persona alegre y al portugués como una persona triste. Pero ni todo es
fiesta en Andalucía ni todo es fado en Portugal. Sin embargo, sí que hay rasgos
muy diferentes al definirles.
Los andaluces son más extrovertidos, charlatanes, gritones, expresivos, informales
y besucones. Expresan más abiertamente sus sentimientos. Los portugueses por su
parte, son más reservados, hablan mucho menos y más bajito, muy educados y
formales. En esto de las formalidades ganan, sigue siendo el país de doctores e
ingenieros, donde el título tiene mucha importancia, demasiada. Los andaluces
prefieren el tuteo y hasta se ofenden si les tratan de usted.
En los horarios tampoco se ponen de acuerdo, y no sólo porque en Portugal
sea una hora menos. A las 12 del mediodía en cualquier parte de España se toma
un pinchito de tortilla con una caña o una tostada con tomate y aceite, por
poner un ejemplo. A esa hora en Portugal ya se empiezan a poner los manteles
para almorzar (que es como dicen los portugueses y muchos países de habla hispana,
mientras que en España dicen comer) aunque los restaurantes se llenan alrededor
de las 13 horas.
Comer a las tres de la tarde y cenar a las diez de la noche es algo muy habitual
en cualquier parte de España, pero no en Portugal, donde ya son horarios muy
tardíos. En Portugal al igual que en cualquier parte de España, quien puede,
después del trabajo se toma una cañita con los compañeros o amigos antes de ir
a "jantar", actividad que los portugueses realizan alrededor de las 8 de la noche
(no de la tarde, como se dice en casi todas partes de España).
Decir que en Portugal no se va de chatos es cierto, desde el momento en que
la propia palabra se define como “ladilla”. En Portugal se va de “copos”. En el
país lusitano se diferencia en la forma de elaborar y de presentar los alimentos.
Los portugueses son los reyes del bacalao pero no consumen únicamente este pescado.
Es costumbre (tal vez moderna) en España encontrar en el menú de un
restaurante definiciones como primer plato, segundo plato y postre, para
denominar los entrantes y el plato principal, pero no es cierto que los
portugueses lo mezclen todo en un mismo plato, aunque la diferencia estribe en
que son más comedores de arroz.
Donde los portugueses ganan el campeonato es en el café. Es la única tribu ibérica que en vez de agua de churre,
beben el verdadero café expreso. Nada de café con leche. Después de "jantar" en casa, en vez de estar de “alegrías”
de sobremesa, la familia entera se marcha a tomar café al local de costumbre.
Capítulo aparte es el de los idiomas. No creo que la fonética portuguesa
sea más rica que la española. Recordemos que la fonética varía de una tribu a
otra. Eso sí, es mucho más gutural y menos ceseante.
Algo muy importante y que no se debe pasar por alto es que son capaces de
pronunciar las “erres” como los franceses y las tres diferentes formas de
pronunciar las “ches” de los países eslavos. A su favor tiene la facilidad de
aprender las lenguas foráneas a la península. Es de destacar que al contrario
del resto de las tribus peninsulares, todas las series y películas se emiten en versión original, tanto
en el cine como en la televisión, a excepción de los dibujos animados.
Debo señalar que a diferencia del resto de los peninsulares, son malísimos
cantantes (a no ser el fado que se ajusta perfectamente al guturalismo de la lengua, sin embargo son mucho mejores
bailarines, capaces de, en muy poco tiempo, aprender a bailar “salsa”. ¡Ni los
andaluces lo logran!
No es que el resto de las tribus tengan el oído más cerrado. Sencillamente,
nunca se han puesto a tratar en serio los idiomas. De ahí que en Portugal se
mofen del resto de las tribus, al decir que todo lo traducen a su forma. Por
ejemplo: a un “sweter” le llaman “gersey”, cuando se refieren al actor Richard
Burton, le dicen “Barton”, a los Rolling Stones les llaman “Piedras Rodadas” y “Juanito
el Caminante” al Johnnie Walker.
Si un portugués le dice a una chica que está espantosa y requintada,
significa que está espectacular, apabullante. Y cuando los españoles dicen que
la comida está exquisita para un portugués no significa que está deliciosa sino
que es rara o extraña. Extraño es también que un portugués le diga algo a una
chica. Son extremadamente cortos.
A la hora de cuidar a las crianças (niños). Niño en portugués significa “nido”.
En Portugal siguen al pie de la letra la recomendación médica de no sacar a los
bebés las primeras semanas de vida, a excepción de lo necesario, como son las
revisiones médicas.
El médico español, por el contrario, recomienda el paseo diario con el
bebé, haga frío o calor, le tiene que dar el aire. Es falso que no se vean
coches (carritos) de niños en Portugal. En el resto de la península a los
automóviles les llaman “coches”, aunque los caballos sean «de fuerza». En
Portugal les llaman carros.
La puntualidad no es un punto fuerte ni para unos ni para otros pero en
Portugal hay un rasgo muy peculiar a la hora de convocar un evento. En las
invitaciones aparece “pelas 12 horas”, por ejemplo. Es decir, sobre las 12. Con
esta costumbre tan generalizada nadie sabe muy bien a qué hora empieza un acto
y esto ocurre hasta en las invitaciones de boda. En las puertas de los establecimientos que se encuentran cerrados (a saber por que motivo) dejan unos cartelitos que rezan "volto ja", que en buen español viene a ser "vuelvo ya". Puedes irte con confianza. Puede que no regresen!
El portugués suele ver la botella medio vacía, se lamenta de sus problemas,
es muy envidioso y se fija demasiado en lo que hacen los otros.
No obstante a marcadas diferencias, el pueblo portugués es tan ibérico como
el resto de las tribus que la habitan. Soy de la opinión de que muchas de las
diferencias han tenido lugar como una forma de mantenerse independientes del
resto de los peninsulares.
Aquel que dominando la lengua de Cervantes, logre aprender la de Camões, no tendrá
dificultad de entenderse en gallego estando en Galicia o en catalán estando en
Cataluña. Voy un poco más lejos: conociendo el español y el portugués le será
muy fácil entender y hasta hacerse entender en italiano.
Una última diferencia que es imprescindible subsanar es, la distancia
entre las Españas y Portugal.
¡Parece mentira que se encuentren tan cerca y a la vez tan lejos!
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