Fidelismo: Régimen político fundado en el predominio del totalitarismo de la miseria como elemento catalizador y aniquilador de riqueza.
Por Mario Armando Riva Morales
Una vez más, el
Oráculo en Jefe mete la cuchareta, no para preocuparse por las condiciones de
insalubridad existente en Cuba, sino para vaticinar que muy pronto ocurrirán
acontecimientos graves. Cargado de pesimismo nos pretende aterrorizar con el
peligro de extinción de la especie humana. La misma especie que el mismo puso
en peligro en el año 1962.
Si como dice
Fidel Castro, la verdad nos puede ofrecer un poco más de bienestar y un soplo
de esperanza, sería interesante que el viejo cagalitroso se ocupara de lo que
sucede en Cuba. Su mayoría de edad no le da derecho a engañarse y mucho menos
pretender continuar engañándonos.
La opinión
pública cubana sabe perfectamente que el nuevo riesgo del cólera toca a la
puerta de cada ciudadano.
Sin vergüenza
alguna Fidel Castro nos dice en el último artículo publicado en su blog después
de cuatro meses sin escribir, que Bashar al Assad es un valiente que representa
a mil millones de musulmanes. ¡Mentira!
Bashar al Assad
pertenece a la minoría alauita, que oprime al pueblo sirio desde hace varias
décadas. Hafez, el salvaje, padre de la actual bestia, se hizo del poder
durante un golpe de estado en el año 1970.
Efectivamente,
Bashar se graduó en medicina y trabajó varios años en Inglaterra, pero al morir
“el salvaje”, en el año 2000 y matarse en un accidente el hermano que debía
sucederle en el “trono”, no tuvo otra alternativa que asumir el mando de la
“familia”.
Para aquellos
que no lo sepan, el apellido original de la familia no era Assad. Se llamaban
Jahash (salvaje).
A la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) pertenecen 27 países y no
todos ellos son incondicionales, como nos dice Fidel Castro. No todos
participan directamente en los conflictos bélicos.
La Bestia
Ilustrada también nos dice que unos pocos países petroleros son aliados, pero
en este caso no los califica de aliados de la OTAN, sino del “imperio”. No
obstante, nos cuenta que esos “pocos países” son los que garantizan (a precios
exorbitantes, digo yo) el petróleo que consumen los países desarrollados. Fidel
Castro dice “abastecimiento mundial”.
No hemos acabado
de digerir la primera premonición y nos asalta con la segunda. ¡Los gases de
efecto invernadero! Por otro lado dice que “se afirma” que en el año 2040, las
multas (me imagino que sean las de tránsito automotor) las impondrán robots y
se pregunta: “Se imaginan los lectores cuán difícil será discutir con un
robot?”
¡Ay! Fidel
Castro, que distante estas de todo lo que te rodea. ¿Acaso no sabes que ya es
imposible discutir con la policía “humana”? Hace muchísimos años se podía y en
caso de no estar de acuerdo hasta podías apelar a un juez. Hoy no. Hoy tienes
que pagar la multa y luego reclamarle al jefe de la unidad de la policía. Al
final tienes que pagar aunque sea (a tu juicio) injusta.
A Fidel Castro
le ha molestado sobremanera que el régimen, ahora dirigido por su hermano, no
haya sido capaz de dar una respuesta (aunque no fuera convincente) en el caso
Snowden. Como viejo matrero sabe bien que aquel que calla, otorga. Edward
Snowden se tuvo que establecer en Rusia porque su hermano Raúl, presionado los
Estados Unidos, no se atrevió a autorizar que el avión, donde supuestamente se
trasladaría a Venezuela, hiciera escala en La Habana.
Tanto le
molestó, que sin tener absolutamente nada que ver en el asunto, decidió
escribir nuevamente en su blog, que al parecer es el último recurso que le
queda para entrometerse en los asuntos del hermanísimo y de paso ponerlo en
ridículo, como siempre ha hecho.
Por supuesto que
lo reconoce. Esa no es su tarea. ¿Cuál es su tarea? Su única tarea es la de
cuidar a sus nietos. Pero eso no le ha gustado jamás. Ni a sus nietos, ni a sus
hijos, ni a su pueblo.
Dice admirar a
Snowden, por sus declaraciones, pero cuando son declaraciones de cubanos en
contra de su régimen dictatorial, totalitario y neofeudal, los tilda de
“mercenarios a servicio del imperialismo”.
No hay régimen
más repugnantemente deshonesto y mentiroso como el de los hermanos Castro Ruz.
En un alarde de
“valor” dice que si él quisiera podría hablar del tema porque lo conoce
ampliamente.
En primer lugar,
no lo dejan. En segundo lugar, es mejor que escriba, porque cuando habla solo
dice disparates. En tercer lugar, no creo que a su hermano Raúl le hagan ninguna gracia
sus interferencias.
Por último nos
cuenta que le impresionaron las imágenes gráficas de Maduro visitando el buque
insignia del destacamento naval ruso de visita en Venezuela. Se trata de otra
más de las tantas divagaciones de su senil cerebro, para luego reconocer que
los Estados Unidos siempre presionan al régimen por él establecido en Cuba y a
la ONU y a las instituciones públicas y a las privadas y al pipisigayo.
Su mayor error
ha sido, en aras de su megalomanía, el abandonar al pueblo que, en sus inicios,
tanta fe había puesto en él.
Demandan al régimen imperante en Cuba por la muerte de Oswaldo Payá
Nuevamente se equivocan en la información: Esta vez se
trata de la periodista Anna Cuenca de AFP la que informa que “demandan a Cuba”
por la muerte de Oswaldo Payá.
La demanda de la familia de Payá no es contra Cuba.
Están demandando a funcionarios del régimen, para intentar esclarecer la muerte
del disidente cubano.
La querella presentada ante el juzgado central de
instrucción de la Audiencia Nacional de España es contra el Teniente Coronel
Aguilas (jefe de instrucción de delitos contra la seguridad del régimen de los
hermanos Castro Ruz) y contra el Coronel Llanes, encargado de delitos de la
seguridad del régimen dictatorial, totalitario y neofeudal imperante en Cuba.
Fueron estos los funcionarios que “presuntamente”
coaccionaron al Sr. Angel Carromero, para que éste diera una versión que
hiciera pensar que la muerte de Payá se debió a un accidente de tránsito.
La demanda es extensiva al resto de las personas que
el juzgado, de la principal instancia española, determine en el curso de la
investigación (si es que se realiza, puesto que también la puede rechazar, por
no considererarla competente) como participes en los presuntos delitos de Lesa
Humanidad en que hayan incumbido. Payá tenía al morir 60 años de edad y poseía
doble nacionalidad (cubana y española).
Carromero, de 27 años, conducía el automóvil y fue
condenado por la “justicia” del régimen a 4 años de cárcel, antes de ser
repatriado a España, donde cumple su “pena” en régimen de semi-libertad.
El joven político aseguró recientemente al periódico
El Mundo, que los servicios secretos de la dictadura asesinaron a Payá.
Carromero dijo haber sido hostigado, por vehículos de
la seguridad del régimen, desde su salida de La Habana y que uno de tales
vehículos los sacó de la carretera. Se mostró seguro al decir que Payá no
falleció en el accidente.
En España, donde supuestamente el poder judicial es
independiente del poder político, es el lugar perfecto para buscar la verdad,
sin temores ni presiones.
“El pueblo
cubano y el pueblo español tienen legítimo derecho y en ley, de conocer la
verdad de los sucedido ese día, donde resultara muerto un ciudadano español,
Oswaldo Payá y vilmente inculpado otro ciudadano español, Angel Carromero, de
un crimen que no cometió”, aseguró Carlos Payá, hermano del fallecido.
Oswaldo Payá fundó el Movimiento Cristiano de
Liberación en el año 1987, para oponerse al régimen dictatorial, totalitario y
neofeudal de los hermanos Castro Ruz. Con el “Proyecto Varela” Payá consiguió
25 mil firmas para pedir al régimen imperante en Cuba que garantizara el camino
hacia una democracia multipartidista, la libertad de prensa y de reunión. El
proyecto se basaba y aun se basa en la propia constitución vigente en la
República de Cuba.
El régimen totalitario impugnó el Proyecto Varela,
mediante un referéndum amañado que proclamó una disparatada enmienda a la
constitución que proclama el carácter inamovible del sistema imperante en Cuba.
En el verano 87 de su larguísima vida aun nos sorprende con divagaciones
tan “profundas” como la existencia, desde hace 230 mil años, del ser humano. Me
recuerda un cuento, de hace menos años, cuando alguien (posiblemente para
congraciarse) le regaló una tortuga y le dijo:
-Comandante, estos animales viven 200 años.
Fidel Castro, ni corto, ni perezoso miró al interlocutor y, como aquel que
no quiere la cosa le respondió:
-El problema con estos animalitos es que, cuando uno
comienza a cogerles cariño, se mueren…
Son poquísimos los dictadores totalitarios que han vivido tanto tiempo en
el poder, porque aunque el hoy “retirado en jefe” se dedica a emborronar
cuartillas con semejantes dislates, detrás de bambalinas aun mueve las cuerdas
de la malignidad.
De esa manera, el despreciable anciano nos atiborra de nebulosas solares y
otra serie de teorías que da como ciertas aunque sepamos que solo son eso o,
mejor dicho, conjeturas. En el mismo párrafo mezcla la tecnología moderna y sus
“insólitos” usos que aportan, según él, un no sé que a los seres humanos.
En su última publicación (ya se aburrió del blog), en la cual nos narra lo
anteriormente expuesto, salta para las semillas y cuando comenzaron a
utilizarse como medio de alimentación y un calendario de siembra de hace 10 mil
años.
Tan solo de pensar que ha convertido a Cuba, de país exportador de
alimentos antes de que se hiciera del poder, a país importador de los mismos,
me va llenando la copa.
Pero la tapa al pomo se la pone cuando en un alarde de imaginación senil
nos dice que “Las ciencias deben enseñarnos a todos a ser sobre todo humildes…”
Fidel Castro jamás, en su puñetera vida ha sido humilde. Autosuficiente sí,
pero no porque lo reconozca (veladamente) merece se disculpado.
En este mundo vilmente engañado y manipulado por personas que como él, son
degeneradas y ostentosas, se atreve a mencionar a las madres como ejemplo de
sacrificio. Es tan degenerado que no es capaz de interiorizar que todos los
animales hembras se encuentran dotados del instinto de la procreación. No, Fidel Castro,
procrear no es parir solamente, sino cuidar de la criatura hasta que se pueda
desenvolver por sí misma. Eso no constituye un sacrificio. Eso es ley de vida.
El concepto de padre resulta muy abstracto para Fidel Castro y nos dice que
no existe en la naturaleza. Bueno, será en “su” naturaleza. No, una vez más
Fidel Castro se equivoca. Ser padre no es fruto de la educación social. Ser
padre (aparte de fornicar) es un instinto tan animal como, el de ser madre.
En nuestros días y solo debido al desarrollo, puede existir lo que se
conoce como “madre soltera”. Hasta hace muy poco tiempo, las hembras humanas
necesitaban a ese “alguien” que les ayudara no solo a engendrar, sino a cuidar
del retoño. No vayamos tan lejos, como nos cuenta Fidel Castro. Muchos animales
(no humanos), como los pingüinos, por ejemplo, se turnan en el cuidado y
alimentación de sus descendientes. Que sepamos las comunidades de pingüinos
carecen del “fruto” de la educación social. Es un instinto natural de la
conservación de la especie.
Luego de toda esta verborrea insípida, muda de tercio y comienza a
referirse a las noticias sobre nuevos comportamientos de la naturaleza, de los
nuevos descubrimientos y las exigencias de nuestro tiempo. ¡Qué lata!
Aquel que, después de leer los primeros párrafos consiga continuar la lectura
de semejante mamotreto, se verá enfrentado a virus mutantes “maléficos” que
amenazan la alimentación humana.
¿Será Fidel Castro uno de estos virus?
Si alguien ha golpeado la agricultura de nuestro país haciendo que nuestra
alimentación sea cada vez más insegura, más costosa y que afecte directamente
nuestra salud, agravando las enfermedades como la neuritis periférica en todas
las capas de la población, solo tiene un nombre: Fidel Castro Ruz.
¿Cómo enfrentar el número creciente de obstáculos que los cubanos sufren?
Ya me estoy extraviando. Cuando era adolescente, la división política
administrativa se encontraba estructurada en 7 provincias. Ya de adulto,
pasaron a ser 14. Creo que actualmente andan por las 16, incluyendo el
municipio especial. Pues bien, estas provincias se disputan los recursos de un
archipiélago llamado Cuba. No se trata de chovinismo, ni de movimiento
solidario alguno. Tampoco se trata de clanes familiares. Mucho menos de tribus.
Han transcurrido más de 50 años.
La capacidad del cubano promedio para pensar y elaborar ideas era más que
notable, diría yo, sobresaliente. De ninguna manera los santiagueros o los
pinareños eran menos inteligentes que el resto de los cubanos. En todas partes
de nuestra Cuba siempre existieron poetas, escritores y artistas. Cuba era un
país de excelentes médicos y deportistas brillantes; a machetazo limpio el
cubano combatió por la independencia; las obras de José María Heredia, Saco,
Varela y muchos otros, nos hicieron comprender más que pensar. Siempre hemos
tenido ciudadanos de inusual talento.
Durante más de 50 años hemos recorrido un camino extraño en la historia de
Cuba.
Desde hace más de 50 años todos los días son críticos para el cubano de a
pie, tan solo porque la tozudez de un ególatra nos llevó a supeditarnos a una
sociedad condenada al fracaso, como es el caso de la extinta Unión Soviética y
a enfrentarnos con los Estados Unidos.
Desde el 1ero de enero de 1959 padecemos la más cruel de las dictaduras
totalitarias tras 402 años de coloniaje español y 59 de república. Ya no
existían indígenas en Cuba. Todos nos entendíamos en español. Somos una
amalgama de descendientes de inmigrantes, de todos los colores, los que
integramos la nación.
Fidel Castro es capaz de decir que en Cuba no hay desempleo. Peor que el no
tener trabajo es encontrase subempleado de por vida, dependiendo de un grupo de
funcionarios que desgobiernan el país a mansalva.
¿Acaso después de 50 años de Fidel Castro mantenerse
en el poder somos menos subdesarrollados?
Al hermanísimo no le ha quedado más remedio que decir que tenemos mucha
instrucción, pero que somos un atajo de incultos y maleducados.
Ahora sí que estamos llenos de conocimientos inculcados por una prensa
mediatizada al mejor estilo totalitario, que conoce y desprecia los
sentimientos de la nación.
Fidel Castro tergiversa la historia exprofeso cuando dice que los Estados
Unidos pretendían anexar el territorio cubano a la unión norteamericana.
Utilizando las medias verdades (como de costumbre) sin pudor alguno nos relata
algo que pudo ser verdad antes de la guerra de secesión entre los estados del
norte y del sur. Y tenía cierta lógica, pues los estados sureños eran tan esclavistas
como la colonia española y un estado esclavista más, les hubiera beneficiado en
sus propósitos. Una vez que los yanquis vencieran a los dixie, ya no tenía
razón de ser y nunca más se habló en el congreso acerca de la anexión, aunque
muchos cubanos tuvieran esperanzas de que ocurriera.
Divaga tanto el viejito que, del hundimiento del acorazado Maine en el
puerto de La Habana, se traslada a Viet Nam. Más de 50 años separan los hechos.
Como el cerebro ya no le funciona vuelve a saltar en el espacio tiempo y se
traslada a la crisis de octubre de 1962, confesando sus divergencias con
Kruchev.
Una vez más nos recuerda todo lo que ya sabemos de memoria. No aporta nada
nuevo. Lo que quiere es demostrar (como si pudiera) que la intervención militar
soviética en Cuba fue fruto de haber sido “revolucionario” y que fue una
decisión “colegiada”. ¡Toda una sarta de mentiras! Apoya la mentira con aquella
declaración de Kruchev, a raíz de la crisis del canal de Suez, amenazando con
utilizar las armas nucleares.
Desde un punto de vista político, ese tipo de amenaza se queda en eso.
Simple retórica. Lo que no se queda es, una operación encubierta trasladando
subrepticiamente unidades militares y cohetes estratégicos a más de 9 mil 550
kilómetros de distancia. Una operación transcontinental para amenazar a los
Estados Unidos y no precisamente para defender a Cuba, sino al régimen
dictatorial, totalitario y neofeudal que Fidel Castro intentaba establecer en
Cuba.
Se deshace en una adulonería innecesaria a Brezhnev y sin asomo de
vergüenza relata como la URSS le suministró armamento gratuito y una central
electronuclear que jamás llegó a funcionar.
Nuevamente nos atiborra con medias verdades cuando relata que, a la muerte
de Brezhnev, le pregunta a su sucesor (Andropov) si le podían seguir
suministrando armas gratuitamente. ¡No le da pena reconocer su desvergüenza!
Lo que no nos dice es que todo eso sucedía cuando, el sindicato solidaridad
en Polonia, ponía entre la espada y la pared al monstruo soviético, que en otra
parte del globo terrestre se la veía negras. Me refiero a Afganistán.
La URSS se veía en la encrucijada de intervenir en Polonia, tal y cual
había sucedido, en años anteriores, en Hungría y Checoslovaquia. La
administración norteamericana había advertido que de producirse la intervención
en Polonia, se podía dar el caso de una intervención norteamericana en Cuba.
En aquellos momentos no solo le habían cortado el suministro gratuito de
armamento. También le habían retirado el apoyo político y material al intento
de exportación del totalitarismo en Nicaragua y El Salvador.
Fidel Castro no menciona una frase de uno de sus tantísimos discursos,
relativos a la creación de una nueva doctrina militar, a raíz de estos eventos,
en la cual les decía a los soviéticos que ellos eran muy dueños de decidir lo
que hacían en el caso de Polonia, pero que una acción de semejante magnitud era
igual a sacrificar una pieza en un juego de ajedrez. Y que la historia diría,
en definitiva, quienes eran sus amigos. La pieza, por supuesto, era el régimen
de Fidel Castro.
No eran, como nos cuenta en el escrito del día de su cumpleaños, un mínimo
de compañeros los que estaban informados. Era un run, run que en Cuba corría de
boca en boca o, de boca en oreja. Como se prefiera.
Las armas que mandó Kim Il Sung eran para la creación de las Milicias de
Tropas Territoriales (MTT) con las cuales pretendía convencer al pueblo cubano,
de que "la guerra de todo el pueblo" era el “camino correcto” para derrotar una invasión yanqui.
Una vez tergiversada la historia, con su dale palante y dale patrás, de
1980, vuelve a la Crisis de Octubre de 1962. Aquí solo me quiero detener para
hacerle una corrección: Cuando el ataque a la principal base aérea, que no fue
durante la crisis mencionada anteriormente, sino un año antes, si los aviones
no se encontraban alineados no fue por su sagaz perspectiva de la guerra. El
había desestimado la aviación como fuerza de combate desde el momento que había
designado a un simple chofer de automóviles (como era Maro Guerra), en jefe de
aquella base aérea. Si aquellos aviones desvencijados, por la falta de recursos
(recursos negados por Fidel Castro) combatieron
en Playa Girón fue por la tenacidad de los pilotos y mecánicos.
Regresando a la Crisis de Octubre lo único que se me ocurre decir es que
los famosos (fanosos) cinco puntos no fue otra cosa que la pataleta de un niño
malcriado al que se le retira un juguete. Que tuviera razón o no, en sus
planteamientos es otra cosa. El hecho ya estaba consumado y él había sido
excluido. ¡Esa es la más estricta verdad!
Continuando con el larguísimo artículo, que pudiera parecernos el epitafio
de su fracaso, no me imagino cuales son las pretensiones de Fidel Castro en
comentar tan profundamente el asesinato de Kennedy, a no ser un intento de
aparentar no tener nada que ver en aquel infausto acontecimiento.
¿Por qué?
A continuación nos brinda algo a lo que ya nos habíamos acostumbrado en
aquel blog que hace años no actualiza: Varios párrafos de corta y pega que se
podía haber ahorrado.
Al final del escrito hace mención de Hugo Chávez. No podía ser de otra
forma. Fue su tabla de salvación. Puede que haya sido su última jugada maestra.
¿Cómo no estar agradecido?
Indiscutiblemente que Fidel Castro ha tenido mucha suerte en su vida. Ha
hecho lo que le ha dado la gana. Nadie ha sido capaz de ponerle freno al
“caballo”.
La Batalla de La
Habana consistió en una acción militar entre los meses de marzo y agosto (6
meses) del año 1762, siendo parte de la Guerra de los Siete Años. Las fuerzas
británicas asediaron y capturaron la ciudad de La Habana, una importante base
naval española en el mar Caribe, ocasionándole un duro golpe a la marina
española. La Habana fue devuelta a España bajo los acuerdos del tratado de
Paris de 1763, que formalmente puso fin a la guerra.
Los
preparativos españoles
Antes de que su país de viese envuelto en el conflicto europeo y el resto
del mundo, el Rey Carlos III de España tomó medidas para defender las colonias
españolas de la marina inglesa. Para la defensa de Cuba nombró a Juan de Prado
en calidad de Comandante en Jefe. De Prado llegó a La Habana en el mes de
febrero de 1761, comenzando los trabajos de fortificación de la ciudad.
En el mes de junio de 1761 una flotilla de siete buques de línea bajo las
órdenes del Almirante Gutierrez de Hevia llegó a La Habana transportando dos
regimientos de infantería (España y Aragón) contando un total de 1000 hombres.
No obstante, la fiebre amarilla redujo rápidamente las fuerzas defensoras y
durante el asedio las fuerzas se habían visto reducidas a 3850 soldados, 5000
hombres entre marineros e infantería de marina y 2800 milicianos. La guarnición
de La Habana se encontraba compuesta de:
·El Regimiento de Infantería
España(481)
·El Regimiento de Infantería
Aragón(265)
·El Regimiento de Infantería
Habana(856)
·Los Dragones de Edinburgo(150)
·Artillería del Ejército(104)
·Artillería de la Marina y de
infantería de marina (750)
La Habana tiene una de las mejores bahías de las Indias Occidentales.
Facilmente podía amparar hasta 100 navíos de línea. El canal de entrada que da
acceso a la bahía tiene 180 metros de ancho por 800 metros de largo y en su
interior se encontraban importantes astilleros capaces de construir barcos de
guerra de primera clase.
Dos fortalezas defendían el canal de entrada. Por el lado norte del canal
se alzaba el Castillo de los Tres Santos Reyes Magos del Morro (conocido en
inglés como Morro Castle, por estar enclavado en un promontorio rocoso llamado
La Cabaña. Su defensa contaba con 64 cañones pesados y la guarnición se
encontraba compuesta por 700 hombres. El lado sur se encontraba defendido por
el Castillo de San Salvador de la Punta. El canal podía ser bloqueado por una
cadena extendida entre El Morro y La Punta. La ciudad se encontraba situada
hacia el sur, a lo largo del propio canal de entrada y se encontraba rodeada de
una muralla de 5 kilómetros de longitud a todo su alrededor.
La preparación
Británica
El Almirante Charles Knowles había estado de visita en La
Habana en el año 1756, siendo recibido por el gobierno local. Cuando Knowles llegó a Londres en 1761, hizo
planos y documentos muy detallados con todos los datos de su visita y aconsejó
que se atacara la plaza en caso de guerra, cosa que aprobaron y más tarde
ejecutaron.
Cuando comenzó la guerra con España comenzaron los planes de la Gran
Bretaña para la realización de un ataque anfibio sobre La Habana. La fuerza
expedicionaria estaría al mando de George Keppel, 3er Conde de Albermale, junto
con el Vicealmirante Sir George Pocock en calidad de Comandante Naval. A este
plan iba incorporado Jeffrey Amherst con 4000 hombres de las colonias inglesas
de la América del Norte y el reclutamiento de otros 8000 hombres para el ataque
a las Luisianas.
Durante el mes de febrero las tropas británicas que embarcaron consistían
en los siguientes regimientos de infantería: 22,34, 56 y el 72 de Richmond.
El día 5 de marzo la expedición británica zarpó del puerto de Spithead,
Inglaterra. Siete Navíos de Línea y 4365 hombres a bordo de 64 transportadores
que arribaron a Barbados el 20 de abril. Cinco días más tarde llegaron a Fort
Royal en la recientemente conquistada isla de Martinica en donde recogieron los
remanentes de la expedición del Mayor General Robert Monckton, de los que aun
quedaban con capacidad combativa 8461 hombres. Se incorporaron también a la
expedición las fuerzas del Contra Almirante George Rodney con 8 Navíos de
Línea, para hacer un total de 15.
El día 23 de mayo la expedición se encontraba al noroeste de la isla La
Española donde se le incorporaron seis navíos procedentes de Port Royal,
Jamaica, al mando de Sir James Douglas. Para ese momento la fuerza al mando de
Albermale estaba compuesta por 21 Navíos de Línea, 24 buques de diferentes
denominacionesy 168 transportes con 14
mil hombres, entre marineros e infantería de marina más 3 mil marineros
contratados y 12826 soldados regulares.
El Asedio
El día 6 de junio la fuerza británica llegó a la altura de La Habana. De
inmediato 12 Navíos de Línea fueron enviados para bloquear el canal de entrada
de la bahía y con esta maniobra impedir la salida de la flota española.El plan
británico de operaciones comenzaba con el ataque al Castillo del Morro. La
rendición de esta fortaleza, que dominaba a la ciudad, obligaría a la rendición
al comandante español de la plaza.
Lo que no tuvieron en cuenta fue que El Morro se encontraba edificado sobre
un promontorio rocoso donde era imposible cavar trincheras de aproximación y que
un foso cavado en la roca protegía la fortaleza desde el lado de tierra.
La fuerza española bajo el mando de Prado y el Almirante Hevia,
sorprendidos por el tamaño de los atacantes, adoptaron una estrategia defensiva
de demora pensando que pudieran recibir refuerzos o que una epidemia de fiebre
amarilla o un huracán pudieran destruir la flota enemiga. De manera que la
flota españolase mantuvo al reguardo de
la bahía mientras que los marineros, los artilleros y la infantería de marina
fueron enviados a reforzar la guarnición del Morro y la Punta, que se
encontraban bajo las órdenes de oficiales de la marina. Casi todas las
municiones y la pólvora de la flota española, así como sus mejores piezas de
artillería fueron transferidas para estas fortalezas y las tropas regulares se
encargaron de la defensa de la ciudad.
El Canal de entrada de la bahía fue cerrado con cadenas inmediatamente y
tres Navíos de Línea, el Asia (64), el Europa (64) y el Neptuno (74) fueron
seleccionados (debido a su estado de conservación) para ser hundidos detrás de
las cadenas. Los comandantes españoles, teniendo en cuenta la importancia del
Morro, le dieron total prioridad en la defensa.
El día 7 de junio desembarcan las tropas británicas al noreste de La
Habana, por las inmediaciones de la villa de Cojimar, avanzando hacia el
suroeste al día siguiente encontrándose con una partida de milicia armada que
fue rechazada fácilmente. Finalizando el día la infantería se encontraba en las
proximidades de la villa de Guanabacoa.
El día 8 de junio con el grueso de las tropas acampadas
en la zona de Cojímar, unos 10,000 soldados, el General Elliot al frente de sus
unidades arremete contra Guanabacoa. En la defensa de Guanabacoa estaba un
pequeño número de soldados españoles, el regidor de la villa José Antonio Gómez
(frase famosa: la villa de Pepe Antonio), que al frente de un puñado de sus
vecinos, aunque mal armados, le dieron fuerte resistencia a los ingleses.
Ese día 8de
junio, el coronel William Howe desembarca por la zona de La Chorrera, y emplaza
su artillería para cortar la comunicación enemiga. Los cañones de Howe, así
como lo de los barcos frente a la Bahía, no tenían alcance suficiente para
bombardear la villa de La Habana, por consiguiente los daños fueron mínimos por
este frente del ataque.
La defensa del Morro había sido asignada a Luis Vicente de Velasco e Isla,
un oficial naval que las medidas necesarias para resistir el asedio.
El día 11 de junio una patrulla británica atacó un reducto de las alturas
de La Cabaña. Fue entonces que el mando británico entendió cuan fuerte era el
Castillo del Morro, rodeado de espeso bosque y protegido por un largo foso. Al
día siguiente los británicos comenzaron a desplegar las baterías entre los
árboles de las alturas de La Cabaña, desde donde se divisaba perfectamente el
Castillo (entre la loma de La Cabaña y el Morro hay siete metros de diferencia
en altura sobre el nivel medio del mar; entre la Cabaña, la bahía y la ciudad
la diferencia en altura es mucho mayor).
Sorprendentemente, estas alturas no estaban defendidas por los españoles,
aun a sabiendas de su importancia estratégica. El propio Rey de España había
dado instrucciones a Prado en relación a la fortificación de esta loma. Esta
misión había sido considerada la más urgente entre todas las que se le
confiaron a ese jefe militar.
El día 13 de junio un destacamento desembarcó por el Torreón de la
Chorrera, al oeste de la bahía (mapa). Entretanto, al Coronel Ingeniero Patrick
MacKellar se le encargó la voladura de las murallas del Morro. Para este fin y
debido a la imposibilidad de cavar trincheras, decidió proteger el avance de
las tropas hacia el foso del Morro mediante la tala de árboles.
El día 22 de junio cuatro baterías (12 piezas de artillería pesada y 38
morteros) abrieron fuego, desde La Cabaña hacia el Morro. MacKellar avanzaba
lentamente en dirección al foso.
El día 29 de junio las baterías habían incrementado el fuego a 500 salvas
diarias. Velasco perdía aproximadamente 30 hombres por día y la reparación de
la fortaleza, cada noche, resultaba tan agotador que los hombres tenían que ser
relevados, cada tres días, por los de la ciudad. A Velasco le costó trabajo
convencer a Prado que se hacía imprescindible atacar a las baterías británicas
desde la retaguardia. Al amanecer del día 29 de junio una fuerza en número de
mil efectivos atacaron a las baterías británicas, aunque fueron rechazados
antes de que causaran daños de consideración.
El día primero de julio se produjo un ataque combinado entre las fuerzas
navales y terrestres sobre la posición del Morro. La flota atacó con cuatro
Navíos de Línea: el HMS Stirling Castle, el HMS Dragon, el HMS Marlborough y el
HMS Cambridge. La artillería naval fue inefectiva debido a que el Castillo se
encontraba a mucha altura sobre el nivel del mar.
El contraataque del Morro causó 192 bajas e infringió daños de
consideración en los barcos, tres de los cuales se hundieron posteriormente. La
artillería terrestre fue más efectiva. Al finalizar el día solo tres de las
baterías españolas del Morro se mantenían activas contra la artillería
terrestre británica.
El día 2 de julio los árboles talados que servían de protección a las
tropas británicas fueron quemados por los españoles y de esa forma se paralizó
la táctica del Coronel Ingeniero MacKellar, dando la posibilidad a Velasco de
reparar muchas de las piezas de artillería así como las maltrechas murallas del
Morro.
Desde su llegada a La Habana el ejército británico había sufrido
intensamente la fiebre amarilla. Para el mes de julio tenía solamente la mitad
de las fuerzas disponibles. Como se acercaba la temporada ciclónica, Albermale
se encontraba en una carrera contra el tiempo. Ordenó reconstruir las baterías
artilleras con la ayuda de los hombres de la flota y ordenó desmontar las
piezas de artillería de los puentes inferiores de los navíos para equipar a las
nuevas baterías.
Para el día 17 de julio las nuevas baterías habían ido silenciando a las
baterías de Velasco habiendo quedado solamente dos de ellas operativas. Sin la
protección artillera se les hacía imposible a las tropas españolas la reparación
de los daños causados a las murallas del Morro. MacKellar podía concluir su
objetivo de minar las murallas. No obstante, con el ejército diezmado por las
enfermedades tropicales los trabajos eran cada vez más lentos. La esperanza de
Albermale era recibir un refuerzo desde las colonias norteñas.
Por fin, el día 20 de julio concluyó el trabajo de MacKellar, ahora se
podía minar al Morro. Ya sin oposición, la artillería británica impactaba 600
veces por día las murallas del castillo. A Velasco no le quedaba otra
alternativa que atacar a las fuerzas de MacKellar. A las 04:00 horas del día 22
de julio 1300 soldados regulares, hombres de mar y milicianos partieron de la
ciudad en tres columnas y atacaron a las fuerzas de MacKellar. No tuvieron
éxito y los trabajos ingenieros permanecieron relativamente intactos.
El día 24 de julio Albermale le ofreció la oportunidad de rendirse, a
Velasco, permitiéndole incluso redactar sus propios términos de capitulación.
Velasco respondió que el asunto únicamente podía ser resuelto por medio de las
armas.
El día 27 de julio llegaron los refuerzos de las colonias norteamericanas
al mando de Coronel Burton, que a medio camino habían sido atacados por los
franceses y les habían capturado unos 500 hombres.
Los refuerzos consistían en:
-El Regimiento 46 de infantería de
Thomas Murray.
-El Regimiento 58 de Anstruther.
-Provincianos norteños en número
de 3000 hombres.
-Los rangers de Gorham y Dank que
se habían fusionado en un cuerpo de rangers.
El día 29 de julio
finalizó el minado del ala derecha del bastión del Morro y se encontraba listo
para su voladura. Albermale demoró el asalto con la esperanza de que Velasco
decidiera rendirse. Por el contrario Velsaco decidió realizar un ataque
desesperado desde el mar contra las tropas ingenieras de MacKellar que ya se
encontraban en el foso.
El asedio artillero del Castillo
del Morro
A las 02:00 horas del día 30 de julio dos barcos españoles atacaron a las
tropas de MacKellar desde el mar. El ataque fue infructuoso y tuvieron que
retirarse. Finalmente, a las 13:00 horas los británicos detonaron las minas.
Los fragmentos de la explosión prácticamente llenaron el foso, pero Albermale
consideró que era franqueable y lanzó a las tropas al ataque.
Antes de que los españoles pudieran reaccionar 16 hombres habían penetrado
en el bastión. Velasco acudió al lugar con parte de sus tropas. Fue herido
mortalmente en un combate cuerpo a cuerpo. Una vez que los británicos tuvieron
el control del Morro Velasco fue enviado para la ciudad.
Velasco falleció a las 21:00 horas del día 31 de julio a causa de las
heridas. Ahora los británicos ocupaban la posición estratégica desde la cual
tenían a la ciudad a su merced, desde el Morro hasta las alturas de La Cabaña.
El día 11 de agosto, después de que Prado hubiese rechazado las demandas de
rendición de Albermale, las baterías británicas abrieron fuego contra la ciudad
de La Habana. Un total de 47 cañones, 10 morteros y cinco howitzers machacaron
la ciudad desde una distancia de 500 a 800 metros. Al final del día La Punta
fue silenciada. Prado no tuvo más alternativa que rendirse.
La
Capitulación
Los días 12 y 13 de agosto, Prado y su ejército capitulaban. Hevia se opuso
a quemar su flota, la cual cayó intacta en manos británicas.
El día 14 de agosto los británicos entraron en la ciudad. Habían
conquistado la bahía más importante de las Indias Occidentales españolas, así
como el equipamiento militar, 1, 828,116 pesos españoles. Habían requisado el
20% de los Navíos de Línea de la marina española, más 9 barcos pertenecientes a
navieras comerciales. Otros dos Navíos de Línea fueron capturados en los
astilleros.
Durante el asedio los británicos sufrieron 2764 bajas entre muertos,
heridos y para el 18 de agosto los muertos ascendían a 4708, por enfermedades.
Una de las brigadas duramente castigada fue transferida a las colonias
norteamericanas y al mes de haber llegado habían perdido otros 360 hombres.
Tres Navíos de Línea perdidos debido a la defensa española.
A su regreso a España Prado y Hevia fueron juzgados por una corte marcial y
puestos bajo arresto.
La pérdida de La Habana y en general el occidente cubano resultó un
durísimo golpe para España. Las pérdidas financieras no fue lo único. El
desprestigio lo fue aun más. Esta derrota unida a la captura de Manila mes y
medio más tarde significó la pérdida de las capitales de las Indias
Occidentales y de las Indias Orientales españolas y confirmó la supremacía
naval británica. Mostró la fragilidad del Imperio español.
En un principio los ingleses intentaron establecer una
especie de colonia llamada «Cumberland» que sirviera de punto de apoyo a una
invasión en la isla, por el Sur, en lo que hoy es la provincia de Guantánamo,
pero las condiciones fueron muy hostiles tanto por el terreno, así como el
constante hostigamiento de los villareños, por lo que desistieron.
La Habana y Manila les fueron devueltas a España como resultado del Tratado
de Paris de 1763, pero España cedió para esto, la península de La Florida y
Menorca a Gran Bretaña. España recibió la Luisiana francesa como pago de haber
intervenido en la guerra a favor de Francia y como compensación por haber
perdido La Florida.