España en Portugal
La Incomoda Verdad
Médicos cubanos víctimas del tráfico de personas
Johana Tablada,
Embajadora de Cuba en Portugal fue recibida por los presidentes de las Cámaras
municipales de las ciudades de Aljezur, Lagos y Lagoa, junto a los médicos
cubanos que prestan servicio a la
población que concurre a los Centros de Salud de esos municipios.
Un nuevo proceso de selección para ser exportados a Europa con las
condiciones habituales: un salario de 300 euros mensuales, otros 300 que serían
ingresados en una cuenta bancaria cubana a los que tendría libre acceso al
acabar los dos años de la misión, así como derecho a una vivienda en Cuba con
un ordenador, acceso a internet, un teléfono y una “pensión” de 80 dólares mensuales
para manutención de los familiares directos que se alojasen en la casa,
todo ello durante el tiempo de ausencia del Médico.
La carga horaria en su destino sería de 40 horas semanales de trabajo en
Centros de Salud y 24 más en Servicios de Urgencia.
El proceso de selección tendría lugar en Cuba y, constaría de varias etapas
que excluirían a los menos cualificados: Una prueba teórica por escrito, una
oral, en portugués, ante un jurado compuesto por Profesores portugueses,
que atravesaron el Océano Atlántico con este único propósito.
Aquellos que superasen la criba, aún tendrían por frente un proceso de
adaptación de quince días en Portugal, donde previa realización de una nueva
prueba de conocimientos, les sería entregado el Cartão da Ordem dos Médicos,
documento imprescindible para poder ejercer en Portugal.
Tan sólo 50 Médicos se presentaron voluntariamente a este concurso, que
ofrecía 40 plazas. 34 superaron las dos primeras fases (prueba teórica en
español y examen oral en portugués), por lo que fue necesario readmitir media
docena de candidatos que no consiguieron superar el filtro de entre aquellos
que aún no habían partido para servir en otro País.
Las normas en Portugal serían iguales a las establecidas en otros Países:
-La unidad organizativa era la misión, formada por 4-5 Médicos del mismo sexo.
Uno de ellos, un miembro del Partido de confianza, Médico también, aunque
exento y bajo el mando directo de otro Médico, el Jefe de la Misión, Médico
también, miembro del partido y exento de funciones clínicas y con
libertades y remuneración semejantes a los de sus homólogos locales.
Los desplazamientos y formalidades burocráticas tendrían siempre lugar
respetando esta unidad funcional, el comisario haciendo el papel de portavoz de
los restantes elementos. – Los Médicos no tendrían relación contractual alguna
con Portugal.
La retribución sería entregada a la embajada de Cuba en Portugal, que
distribuiría las cantidades anteriormente descritas, enviando el resto al
Gobierno de Cuba. -Estaba explícitamente prohibido abandonar el término
municipal en que estuviese destinado, conducir, mantener cualquier tipo de
contacto con la población local más allá de la ubicación y , objetivo de la
consulta Médica.
El Ayuntamiento de la localidad donde tuviese lugar la actividad clínica
de la misión, proporcionaría una vivienda amueblada y correría con los
costes derivados de su uso y manutención. -Abandonar la misión sin la
autorización del responsable sería considerado deserción.
El desertor, in absentia, tendría sobre su persona una pena de 15
años de cárcel. Todo aquello que fuese de su propiedad y se encontrase en
territorio cubano sería confiscado por el Estado, incluyendo vivienda, cuantas
bancarias y teléfono, TV, ordenador, acceso a internet, etc.
Algunas advertencias que, según nuestro testigo se revelaron verdaderas,
consistían en la prohibición a las Instituciones Prestadoras de Cuidados de
Salud en Portugal que recibiesen los Servicios de una misión oficial,
de contratar “desertores”, independientemente de la necesidad existente.
Oficiosamente, existiría alguna dificultad para obtener un vínculo laboral
en otras Instituciones públicas, aunque desconoce los mecanismos que regulaban
estas limitaciones. Sí que era conocido, y esta fue la vía de escape de
los siete Facultativos que consiguieron escapar durante el primer año, que las
empresas de trabajo temporal, debido a las restricciones económicas, no eran
particularmente exigentes a la hora de contratar Médicos, siempre que tuviesen
la acreditación necesaria para ejercer en el País.
Así, los prófugos concertaban un empleo con cualquiera de ellas en el
tiempo de su huida para evitar ser deportados como extranjeros sin permiso de
residencia. 300 euros por mes, a pesar de tener garantizado techo y
cama, en un medio donde el almuerzo tiene un coste medio de 5 euros, tiene
lugar el el local de trabajo y corre a cuenta del trabajador, contando con
que desplazarse hasta un centro comercial donde poder hacer una compra
económica debido a las limitaciones en los desplazamientos y contactos,
significaba hambre.
Aunque nunca supo oficialmente el valor económico de su “colaboración”,
debido a un lapsus de un representante del Gobierno, fue posible
averiguar que se trataba de un valor nunca inferior a 20 veces el
escuálido estipendio recibido.
Tras algunos episodios que trascendieron al hermetismo de las misiones, el
Gobierno cubano accedió a aproximar el valor recibido durante la misión al
salario mínimo en el país receptor a expensas de la fracción que podría recoger
al retorno a Cuba.
En la actualidad, a cambio de 64 horas de trabajo especializado semanal,
tendría una remuneración de 600 euros mensuales, valor próximo al que, como
hombre libre, recibe por una guardia de 24 horas.
La historia por sí sola ya resulta digna de ser abordada. Pero este
artículo va un poco más allá: Por qué un país europeo, presuntamente
democrático, fronterizo con España, donde los Facultativos en el desempleo se
cuentan por millares, donde la preparación técnica resulta semejante a la del
País vecino, y la retribución es significativamente inferior a la de sus
colegas portugueses, recurre al tráfico humano pactado con una dictadura,
un “negocio” que genera costes muy superiores al de la contratación de
Facultativos locales o, alternativamente, españoles?
La pregunta quedó sin respuesta, de no ser por unas informaciones
oportunamente recibidas acerca de la “venta” de un Centro Médico con sus
“trabajadores” a una empresa privada: Vila Real de Santo Antonio es
una ciudad de 12.000 habitantes, fronteriza con España, apenas separada por un
rio.
Su economía está basada en el turismo de compra de suvenires y la
pesca. Está a poco menos de 50 kilómetros de uno de los siete Centros de
Rehabilitación de Europa galardonado con la acreditación CARF, que garantiza la
excelencia de cuidados y procedimientos clínicos y administrativos, e integrado
en la cartera de Servicios del Sistema Nacional de Salud desde 2007.
Desde el punto de vista económico, en 2009 esta ciudad presentaba un
déficit anual en su presupuesto de aproximadamente 10 millones de Euros,
para un presupuesto anual de unos 30 millones, que equilibró con ayudas
Estatales, fondos europeos y al trasvase de propiedades municipales a una
sociedad pública creada por el Municipio pocos años antes, y que en 2009 compró
el complejo deportivo de la ciudad por 10 millones de euros.
A ojos de un iniciado en gestión, esto no será más que otra artimaña
para estabilizar un balance deficitario, creando un órgano fantasma que cargue
con el peso del endeudamiento sin estar sometido a la fiscalización estatal.
De ahí que sorprenda el viaje de los gestores municipales a Cuba al año
siguiente y la firma de un contrato en el que se comprometen al pago de
1.200.000 euros anuales, manutención aparte, a un grupo de terapeutas cubanos,
que habrán de instalarse en las dependencias del previamente traspasado
complejo municipal y, con fondos municipales, crear un centro de Rehabilitación
y Fisioterapia, cuyos gastos también habrá de soportar la maltrecha cámara
municipal.
Sorpresa que se acentúa cuando recibimos una copia de un contrato realizado
entre esta Sociedad y el grupo privado “Hospital Particular do Algarve, SA”,
que vende por “cero euros” los derechos de explotación del Centro, ahora ya
recalificado y autorizado para más fines que la Fisioterapia, asumiendo los
costes de manutención de las instalaciones. En otras palabras, “regalando sus
esclavos”. ¿Qué pasó?
Adicionalmente, al parecer El Centro Estatal con CARF, ha cerrado camas, pero ante las "protestas" de la población y la "falta de Médicos" el mismo grupo privado eventualmente "subarrendara" sus servicios al Hospital Estatal. Resulta un poco mas caro, pero imagino que cuando los políticos lo han hecho, sus razones tendrán...
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