Si Fidel Castro prácticamente no salió de la región occidental de la isla
durante la mayor parte del tiempo que duró la crisis:
¿Qué hacía ese día en la región oriental?
¿Por qué, en lugar de estar controlando las unidades
propias, se encontraba de visita en un destacamento soviético?
No es nada tonto pensar, ni desechar esa versión de los sucesos.
Imaginar siquiera que el derribo del U-2 hubiese sido ordenado por el mando
soviético es absurdo. El General Pliev jamás hubiera impartido dicha orden.
Pliev sabía bien las consecuencias de tamaña insubordinación. Mucho menos
lógico es pensar que hubiese provenido de Kruchev, cuando éste se encontraba
“abierto de patas” ante la postura intransigente norteamericana.
Efectivamente, la orden la impartió un Oficial Superior o un Primer Oficial
de la ATS.
Puede haber sido el Coronel Voronkov, al mando de la División Coheteril AA
que ocupaba la región oriental del país.
Puede haber sido el Coronel Grechko, que era Sustituto del Jefe de la ATS
para la Defensa AA.
Dudo mucho que pudiese haber sido impartida por el Mayor General Garbuz,
puesto que su cargo de Sustituto del Jefe de la ATS, para la preparación
combativa era un cargo técnico y no de mando.
Voronkov declaró lo siguiente:
"Los aviones yanquis sobrevolaban el cielo cubano a diferentes
alturas. Hasta el 26 de octubre no se autorizó la salida al aire de nuestros
radares (...) Yo era del criterio de que así no se podía continuar. Los
norteamericanos se sentían con derecho a todo. El 27 me informan que un avión
espía U-2 está cruzando el espacio aéreo de la Isla y vuela sobre posiciones
cercanas. Luego lo hace por encima de dos pequeñas unidades bajo mi mando, y al
acercarse a una tercera, ¡ahí mismo di la orden combativa! ¡Con el primer
proyectil lo derribamos"!
Esto lo dijo en una entrevista publicada en 1989 (a 27 años de ocurrida la
crisis).
El General Garbuz relató lo siguiente:
"Llegué al puesto de mando de la Agrupación en la mañana del 27 de
octubre. Allí se encontraba el sustituto del comandante para la Defensa
Antiaérea, Teniente General Stepan Grechko, quien ese día era oficial de
guardia superior.
El General me dijo:
“Hace más de una hora da vueltas sobre nosotros un «visitante». Considero
que es necesario derribarlo, ya que puede descubrir nuestras posiciones en toda
la profundidad y dentro de varias horas esos datos se conocerán en Washington”.
Decidimos comunicarnos con el General Pliev, pero no estaba en el Estado
Mayor. En aquellos momentos el Oficial de Guardia informó que el U-2 variaba el
curso de vuelo; al llegar a Guantánamo había girado hacia el norte, era
evidente que se marchaba después de cumplir su misión combativa (...)
El general Grechko intentó comunicarse varias veces con el Comandante de la
Agrupación, pero no pudimos localizarlo en aquellos minutos decisivos, y no era
posible establecer comunicación con Moscú en un plazo breve (...)
Después de algunas reflexiones Grechko exclamó: “Bueno, asumamos la
decisión”.
Al puesto de mando de la defensa antiaérea llegó la orden de destruir el
blanco número 33, el avión U-2 (...)
En todo momento, Fidel Castro se encontraba junto a
ellos.
Si analizamos detenidamente el relato anterior podemos llegar a una sola
conclusión:
1.- En el relato están tratando de evadir la responsabilidad del General
Pliev.
La trayectoria del U-2 nunca sobrevoló la provincia del Pinar del Río.
Entró al territorio cubano muy próximo a la ciudad de Morón, continuó hasta
Manzanillo. De Manzanillo se dirigió a Guantánamo. Continuó rumbo a Maisí y
posteriormente sobrevoló el Central Guatemala. Es derribado en las proximidades
de la ciudad de Banes.
Entonces, ¿quién ordenó el derribo del U-2?
Sencillo:
Fidel Castro, quién influyó decisivamente en el pequeño jefe del grupo
emplazado en Banes, el Mayor Ivan Minovich Guerchenko, que ante la “pérdida
temporal” de comunicaciones, luego de su
solicitud para derribar el objetivo, “aplicó” el reglamento de combate
referente a las pérdidas de comunicaciones en una situación de combate.
Los documentos que describían, en detalle, como se produjeron los hechos
han desaparecido misteriosamente. Solo quedan relatos superficiales de algunos
de los participantes.
Años más tarde, el General Voronkov admitió que el Jefe del Grupo había
procedido al derribo del U-2 por decisión propia. No obstante, exhibía con
orgullo una orden “Estrella Roja”, según él, concedida por el derribo del U-2.
¿Cómo es posible que le otorgaran una orden por algo
que no realizó?
En realidad Voronkov ordenó el arresto del Jefe del Grupo. Luego, la
defensa de Fidel Castro cubrió de medallas y órdenes a todos los implicados.
El Mayor Guerchenov estuvo preso varios días. Fue liberado, restituido a su
unidad y ascendido al grado inmediato superior.
Las comunicaciones jamás se perdieron. Tan solo fue una excusa, inventada
por el propio Fidel Castro, para que Guerchenov derribara el U-2.
Uno de los que afirmaba lo anteriormente relatado era el Jefe de la estación
de radio del grupo.
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