Restos del U-2
Así quedó el U-2 tras ser derribado por la cohetería soviética el sábado 27
de octubre de 1962, en Veguitas 3, Banes, Oriente, hoy provincia de Holguín.
«Sí, pertenecí a la batería que disparó contra aquel avión que sobrevolaba
entonces tierra cubana. Cumplimos simplemente con un deber, como hubiera hecho
cualquier otro militar de nuestras tropas coheteriles antiaéreas emplazadas en
Cuba entonces», dijo Iván Mironovich Guerchenov.
«Nuestra batería de cohetes antiaéreos tierra-aire estaba emplazada en un
sitio estratégico, en “La Anita”, a unos siete kilómetros de la ciudad de
Banes.
«Recibimos a las 10 de la mañana una llamada urgente, en clave, por radio,
desde la jefatura soviética ubicada en Camagüey. Nos decía que un U-2 violaba
el espacio aéreo oriental y había que derribarlo de inmediato.
«La orden la daba el General de nuestras Tropas Coheteriles, Georgi
Alekseevich Voronkov. Demoro más en contarlo que el tiempo en que ocurrió todo.
El jefe de nuestra batería, Valentin Orjoski, ordenó hacerle fuego al avión
espía.
«Cuando nos cercioramos de que era el instante preciso, el reloj marcaba
las 10:10 minutos de la mañana. Apretamos el botón rojo y efectuamos el primer
disparo. Tenía un alcance de 30 kilómetros. Pero, por si acaso, apretamos otra
vez el botón, es decir, que le lanzamos dos cohetes, para derribarlo de todas
maneras.
«Después comprobamos que el primer cohetazo fue el certero, el que derribó
al aparato agresor, aunque el cielo estaba oscuro, propio de un sábado nublado
de octubre.
El U-2 perdió un ala, y envuelto en llamas se abalanzó a gran velocidad
hacia la tierra. El cuerpo del piloto norteamericano, el oficial Rudolph
Anderson, estaba separado unos cientos de metros del aparato, que se partió en
tres partes. Su cadáver, fijado a la silla del avión, se encontraba exactamente
entre un cañaveral y la línea del ferrocarril.
En carta de Fidel Castro a Nikita Kruchev, el 26 de octubre, le dice: «El estado
moral del pueblo cubano es sumamente alto y se enfrentará al agresor
heroicamente».
Kruchev en carta a Fidel, el 28, le plantea: «(...) ayer ustedes
derribaron uno de ellos, mientras que antes no los derribaban cuando
sobrevolaban su territorio».
Ese mismo día, también por carta, el Fidel Castro le responde: «Si
queríamos evitar los riesgos del ataque por sorpresa, era necesario que los
artilleros tuvieran órdenes de disparar. El mando de las fuerzas soviéticas le
podrá brindar informaciones adicionales de lo que ocurrió con el avión
derribado (...) si usted instala los cohetes tierra-aire, no puede permitir que
vuelen por encima del territorio que debe defender (...) Estados Unidos no
permitiría que un avión de observación soviético volara sobre sus cohetes en
Italia y Turquía».
La presencia de
un U-2 sobre el oriente de Cuba alarmó a los generales soviéticos, debido a
coincidir con el desplazamiento de una unidad de misiles cruceros en las
proximidades de la Base Naval de Guantánamo.
El General
Leonid Garbuz ha descrito como fue que tomó la decisión (conjuntamente con el
General Stephan Grechco) de derribar el avión. Garbuz rememora la escena en el
Puesto de Mando soviético de El Chico:
“Yo expuse mi
punto de vista, consistente en que nuestras posiciones habían sido descubiertas
y que nosotros no debíamos permitir que la información secreta cayese en manos
del Pentágono. Stepan Naumovich intentó varias veces entrar en contacto con
nuestro Comandanta (General Isa Pliev), pero no logramos encontrarlo en los minutos
cruciales. También resultó imposible contactar con Moscú en ese escaso período
de tiempo. Sabíamos que Pliev, más de una vez, le había solicitado al Ministro
de Defensa Malinovsky, permiso para derribar aviones espías norteamericanos,
sin recibir respuesta. Luego de un corto período de reflexión, Grechko dijo, “Bueno,
tomemos la decisión nosotros mismos”.
Aviones de reconocimiento de la Ferza Aérea de los Estados unidos sobrevolaron Banes el 26 de octubre de 1962 y fotografiaron una Base de Cohetes SAM en posición de lanzamiento.
El Coronel soviético Georgi Voronkov (ala izquierda) felicitando a sus hombres por el derribo del U-2
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