viernes, 14 de septiembre de 2012

Confesiones de un militar soviético (la crisis de octubre)

Confesiones del militar soviético que derribó el avión U-2 durante la Crisis de Octubre de 1962



Cumplimos simplemente con un deber, dijo Iván Mironovich Guerchenov, quien el 27 de octubre de 1962, hace 45 años, participó en la batería que derribó al avión espía U-2 en Banes, en el Oriente cubano.

Restos del U-2


Así quedó el U-2 tras ser derribado por la cohetería soviética el sábado 27 de octubre de 1962, en Veguitas 3, Banes, Oriente, hoy provincia de Holguín.


«Sí, pertenecí a la batería que disparó contra aquel avión que sobrevolaba entonces tierra cubana. Cumplimos simplemente con un deber, como hubiera hecho cualquier otro militar de nuestras tropas coheteriles antiaéreas emplazadas en Cuba entonces», dijo Iván Mironovich Guerchenov.
«Nuestra batería de cohetes antiaéreos tierra-aire estaba emplazada en un sitio estratégico, en “La Anita”, a unos siete kilómetros de la ciudad de Banes.
«Recibimos a las 10 de la mañana una llamada urgente, en clave, por radio, desde la jefatura soviética ubicada en Camagüey. Nos decía que un U-2 violaba el espacio aéreo oriental y había que derribarlo de inmediato.
«La orden la daba el General de nuestras Tropas Coheteriles, Georgi Alekseevich Voronkov. Demoro más en contarlo que el tiempo en que ocurrió todo. El jefe de nuestra batería, Valentin Orjoski, ordenó hacerle fuego al avión espía.
«Cuando nos cercioramos de que era el instante preciso, el reloj marcaba las 10:10 minutos de la mañana. Apretamos el botón rojo y efectuamos el primer disparo. Tenía un alcance de 30 kilómetros. Pero, por si acaso, apretamos otra vez el botón, es decir, que le lanzamos dos cohetes, para derribarlo de todas maneras.
«Después comprobamos que el primer cohetazo fue el certero, el que derribó al aparato agresor, aunque el cielo estaba oscuro, propio de un sábado nublado de octubre.
El U-2 perdió un ala, y envuelto en llamas se abalanzó a gran velocidad hacia la tierra. El cuerpo del piloto norteamericano, el oficial Rudolph Anderson, estaba separado unos cientos de metros del aparato, que se partió en tres partes. Su cadáver, fijado a la silla del avión, se encontraba exactamente entre un cañaveral y la línea del ferrocarril.
En carta de Fidel Castro a Nikita Kruchev, el 26 de octubre, le dice: «El estado moral del pueblo cubano es sumamente alto y se enfrentará al agresor heroicamente».
Kruchev en carta a Fidel, el 28, le plantea: «(...) ayer ustedes derribaron uno de ellos, mientras que antes no los derribaban cuando sobrevolaban su territorio».
Ese mismo día, también por carta, el Fidel Castro le responde: «Si queríamos evitar los riesgos del ataque por sorpresa, era necesario que los artilleros tuvieran órdenes de disparar. El mando de las fuerzas soviéticas le podrá brindar informaciones adicionales de lo que ocurrió con el avión derribado (...) si usted instala los cohetes tierra-aire, no puede permitir que vuelen por encima del territorio que debe defender (...) Estados Unidos no permitiría que un avión de observación soviético volara sobre sus cohetes en Italia y Turquía».





 

La presencia de un U-2 sobre el oriente de Cuba alarmó a los generales soviéticos, debido a coincidir con el desplazamiento de una unidad de misiles cruceros en las proximidades de la Base Naval de Guantánamo.

El General Leonid Garbuz ha descrito como fue que tomó la decisión (conjuntamente con el General Stephan Grechco) de derribar el avión. Garbuz rememora la escena en el Puesto de Mando soviético de El Chico:

“Yo expuse mi punto de vista, consistente en que nuestras posiciones habían sido descubiertas y que nosotros no debíamos permitir que la información secreta cayese en manos del Pentágono. Stepan Naumovich intentó varias veces entrar en contacto con nuestro Comandanta (General Isa Pliev), pero no logramos encontrarlo en los minutos cruciales. También resultó imposible contactar con Moscú en ese escaso período de tiempo. Sabíamos que Pliev, más de una vez, le había solicitado al Ministro de Defensa Malinovsky, permiso para derribar aviones espías norteamericanos, sin recibir respuesta. Luego de un corto período de reflexión, Grechko dijo, “Bueno, tomemos la decisión nosotros mismos”.

Aviones de reconocimiento de la Ferza Aérea de los Estados unidos sobrevolaron Banes el 26 de octubre de 1962 y fotografiaron una Base de Cohetes SAM en posición de lanzamiento. 
 
 




El Coronel soviético Georgi Voronkov (ala izquierda) felicitando a sus hombres por el derribo del U-2





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