sábado, 23 de mayo de 2015

UNITA derribó MIG-21 Cuba



UNITA derribó MIG-21 Cuba
 Análisis crítico sobre el libro del Coronel (R) Manuel Rojas García

Prisioneros de la UNITA en las Tierras del Fin del Mundo

                          Rojas estrechando la mano de Savimbi


En el mes de junio del año 2013 el Coronel (r) Manuel Rojas García presentó en Angola la edición en portugués de su libro “Prisioneros de la UNITA, en las Tierras del Fin del Mundo” -236 páginas, Mayamba Editora-.
El siguiente párrafo lo encontré en el blog titulado “Havanaluanda”
https://havanaluanda.wordpress.com/2013/12/01/prisioneros-libros-relaciones-cosmetologia/#comment-1768
en el cual Rojas realiza varias intervenciones, las cuales reproduzco (parcialmente) a continuación.
Julio 11 2014
HOLA.
SOY MANUEL ROJAS. LA PERSONA QUE ESCRIBIO EL LIBRO
PRISIONEROS DE LA UNITA EN LAS TIERRAS DEL FIN DEL MUNDO
Tuve la posibilidad de leer algunos cometarios sobre Angola y la presencia cubana en ese país. Es interesante que algunas personas que estuvieron allá en tiempos de la guerra quieran escribir sobre ese tema y expresar su opinión, a veces sobre aspectos que no conocen o escucharon ya tergiversados, y por lo tanto cometen muchos errores e imprecisiones en sus aseveraciones.
Lamentablemente muchos de los que allá estuvieron – y otros que posiblemente les cueste trabajo situar a Angola en el mapa – nunca se interesaron en conocer la historia de ese país como colonia de Portugal. Tampoco le prestaron atención a como se originó la lucha organizada en Angola contra el colonialismo, ni cuantas organizaciones armadas combatían contra la metrópoli, ni quiénes eran los aliados de esos movimientos independentistas.
El 15 de octubre de 1975 es que los cubanos que se encargarían de preparar a los miembros de las CIR (Centros de Instrucción Revolucionaria) angolanos estaban en los lugares escogidos para su ubicación y se comenzarían las clases. En total 480 hombres. Habían sido solicitado meses antes por Agostinho Neto ante la invasión de tropas zairenses.
Noviembre 5 2014
Lamentablemente continuo a leer opiniones llenas de odio y de imprecisiones, de personas que repiten como papagayos lo que escucharon, que no investigan, que no analizan fríamente y con objetividad varias versiones sobre lo que ocurrió en Angola.
A los que comentan sobre el libro, que publiqué solamente en Angola, (dos ediciones, 2012 y 2013) no en Cuba, como escriben algunos, les afirmo que está editado solamente en idioma portugués.
Toda obra es imperfecta. Nunca pretendí que todos estuvieran de acuerdo conmigo. No es posible.
Manchiviri , que por supuesto sé quién eres, efectivamente hubo contactos entre Portugal y Cuba sobre el tema de la presencia cubana en ese país en 1975. Cuba no pidió autorización a Portugal, solo pretendía informarle**.
Hubo delegaciones de ambas partes en Cuba y Portugal.
Durante el proceso de la Revolución de los Claveles, Portugal perdió fuerza en sus colonias, entre ellas Angola, y no contaba con la voluntad política, ni la posibilidad militar real de contener la guerra en Angola en marzo de 1975 entre el FNLA (con intervención de las Fuerzas Armadas de Zaire) y el MPLA.
Te aconsejo que leas los documentos desclasificados de Portugal sobre la guerra en Angola, y el tema sobre las conversaciones de Cuba y Portugal en aquellos años, está descrito. Todo lo que se diga o especule sobre ese evento, que no concuerde con esos documentos, es invención. Cualquiera tiene acceso a ellos en Lisboa, y tú estás cerca.
Respondida tu pregunta.
Noviembre 6 2014
Estoy ahora en Angola. Otro libro que escribí debe enviarse a Portugal para ser traducido y editado.
Entre los materiales que enviaré a esa editora, les prometí 2 ejemplares de “Prisioneros…”, si tienes interés, podría enviar uno para ti.
Una de las innumerables veces que cumplíamos misiones de búsqueda, salvamento y rescate (BSR) en función de la aviación de caza, conocí a Manuel Rojas en la pista de aviación de Siguanea, Isla de Pinos. Corrían los primeros años de la década de 1970. En aquel entonces era yo, copiloto de helicópteros.
Dirigiéndose, al entonces Sub-Capitán Orlando Calvo Montes de Oca (en aquel entonces jefe de la escuadrilla de BSR) le exigía que lo transportarse de vuelta a la Base Aérea de San Antonio de los Baños, a lo que Calvo le respondía que no tenía autorización para su traslado.
Luego me enteraría que en aquellos momentos Rojas se encontraba suspendido de vuelos desde el año 1967, debido (según radio bemba) a vínculos con un caso "extraño" conocido por “micro-fracción”.
Aquel día, en la pista de Siguanea, Rojas se encontraba prestando servicios como oficial de retaguardia (logística) del Regimiento de Cazas de San Antonio de los Baños. Pasado algún tiempo volvería a volar.
Pertenecíamos a la misma Unidad Militar y en mi condición de piloto de helicópteros asistía a las líneas de vuelo de la aviación de combate, como parte del equipo de BSR. De esa forma alternábamos y confraternizábamos, entre vuelo y vuelo, con todos los pilotos.
Cuando yo cumplía una segunda "misión internacionalista", Rojas aún no había cumplido la primera. No es menos cierto que había participado en la “Operación Pico”  (http://baracuteycubano.blogspot.pt/2009/06/la-monstruosa-operacion-pico-contra-la.html). Pero esta no era una “misión internacionalista”.
Aunque fuimos pilotos, de diferentes tipos de aeronaves, vivimos y estudiamos juntos en algún momento; al final de nuestras vidas tenemos opiniones, no muy diferentes, sobre lo sucedido en la República Popular de Angola entre los años 1975 y 1989.
Manuel Rojas ha escrito y publicado un libro, cuyo título da inicio a éste artículo. En la introducción, incluye un párrafo en el que dice: «Dentro de la estructura de la “democracia”» en Angola…
Para cualquier persona que valore el significado de la palabra democracia, admitir que en Angola exista algo parecido (incluso hoy, que llevan a cabo elecciones) resulta extraño.
Pasemos por alto éste párrafo, para valorar lo que dice en el tercer párrafo del primer capítulo:
«A mediados del mes de julio de 1987, el gobierno de la RPA autorizó el comienzo de la “Operación Saludando Octubre” (OPSO)», para en el párrafo siguiente decir: «El objetivo del esfuerzo del ejército angolano era causar grandes bajas a la UNITA en la parte este y sur-este del territorio del país con el fin de desalojarlos de esas regiones».
No entiendo por qué Rojas no dice toda la verdad, se escabulle en vez de decir claramente que el objetivo consistía en llegar hasta el final, Jamba, donde (supuestamente en aquella época) se encontraba el Cuartel General de la UNITA; lugar en el que estuvo prisionero durante varios meses.
Contradiciendo los pronunciamientos de Fidel Castro acerca de que, las tropas cubanas no participaban en el inicio de la OPSO, Rojas intenta inmediatamente justificar la presencia de los pilotos cubanos en Cuito Cuanavale (como parte del apoyo a las tropas FAPLA a la ofensiva) de forma tal de impedir las acciones de la aviación surafricana.
Se impone dos preguntas: ¿No se considera a la aviación como tropas? Siempre se les llamó “Tropas de las DAAFAR”. ¿Participaba la aviación cubana en la OPSO? Rojas lo deja entrever.
No obstante, nuestros pensamientos coinciden en un punto. «Los recursos que eran invertidos en hacer la guerra habrían sido suficientes para construir viviendas, hospitales y escuelas para sus habitantes».
En su libro Rojas, de cierta forma, justifica la guerra.
 
 
 
Rojas cita los nombres del Teniente Coronel (cubano) Secundino como asesor del Jefe de la 6ta Región Militar (Cuito Cuanavale), Coronel Francisco de Olindo D´Rosa, pero no precisa que estos oficiales (angolano y cubano) no formaban parte de la OPSO, pues su función consistía en la “Operación Olivo”; por nosotros conocida como la Lucha Contra Bandidos (LCB), en franca recordación de las luchas en el llamado Escambray, en Cuba.
No es difícil, después de tantos años, entender la historia  en forma diferente y en vez de, aparecer los cubanos atacando a la UNITA, ser defensores contra el invasor surafricano. Lo cierto es que en aquellos momentos los pilotos cubanos no participaban en la OPSO y que, debido a las circunstancias adversas, no tuvieron otra opción.
Durante todo el relato, Rojas (al igual que sucede con los relatos de Fidel Castro) lo hace como “un todo incluido”, mezcla las situaciones de las tropas propias con las de las tropas FAPLA y viceversa. Relata la desorganización, la incompetencia del mando militar, la ineficiencia de la logística y la pésima asesoría soviética cuando dice: «las reservas de combustible no habían sido repuestas». Refiere como la UNITA saboteaba las líneas férreas, las carreteras, los caminos en la retaguardia de las tropas FAPLA y cubanas, mientras que las Brigadas FAPLA intentaban avanzar; y de hecho, llegaban hasta el cruce del rio Lomba, a muy pocos kilómetros de Mavinga.
 
                                                    Puente sobre el rio Lomba
En cuanto a la aviación surafricana, Rojas refiere que los aviones surafricanos volaban en alturas superiores a 4 mil metros debido al ahorro de combustible. Al parecer, no tiene en cuenta que la orografía del terreno, en franco declive hacia el sur y debido a la curvatura del planeta,  se hacía imposible la detección de sus radares de conducción a menor altura. Estos radares surafricanos nunca llegaron a estar a más de 5 kilómetros de distancia de la frontera con Namibia, aunque estuviesen en franco territorio angolano. Es decir, por debajo de 4 mil metros los aviones surafricanos no tenían ayuda de radar.
Algo que aclara una de las mayores dudas es, sobre la participación de los aviones SU-22 de la Fuerza Aérea de Angola y Rojas lo refiere en su libro. Estos aviones, según dice, sí participaron en la OPSO y prácticamente (a partir del mes de octubre de 1987) no quedó ninguno.
Es por eso que nunca vi éste tipo de aeronave en el Teatro de Operaciones durante la Defensa de Cuito Cuanavale, o mejor dicho, en el rescate de las brigadas FAPLA participantes en la frustrada OPSO. Porque esa y no otra fue la obstinada defensa, además de evitar el control surafricano del único paso de rio por aquella región.
Es sincero cuando dice: «Cuando un grupo de aviones enemigos volaba relativamente próximo a las posiciones de las brigadas FAPLA (rio Lomba digo yo) y eran captados “tardíamente” por nuestros radares (de Menongue digo yo), colocar los MIG-23 en el aire a partir de Menongue era ineficaz».
Relata con detalles el aniquilamiento de la Brigada 47 FAPLA en las márgenes del rio Lomba y el abandono de toda la técnica. Describe el primer derribo de un avión surafricano por pilotos cubanos, el día 27 de septiembre de 1987, cuando el cubano Mayor Ley Rivas (de ascendencia china) derribó al Mirage surafricano del Mayor Piercy. Esto ocurría el mismo día en que estaban siendo evacuados los asesores soviéticos de la Brigada 47.
En su libro Rojas también reconoce que los pilotos cubanos estaban volando sin los helicópteros (cubanos) de BSR.  Además, admite que ya a mediados del mes de octubre de 1987 la situación de las tropas angolanas era muy comprometida; debido fundamentalmente a la carencia de abastecimientos de todo tipo.
Inexplicablemente, dice Rojas en la página 39 (tercer párrafo de su libro), el mismo día 18 de octubre de 1987, el Jefe de las Tropas de la DAAFAR, de la Misión Militar Cubana en Angola (MMCA) le ordenaba trasladar los aviones cubanos desde Cuito Cuanavale  hacia Luena, capital de la provincia de Moxico, distante en 350 kilómetros del TOM de Cuito Cuanavale.
Lugar del derribo de Rojas y Quesada. Apreciar distancia entre Cuito Cuanavale y el rio Cuanza (1 cm. Aproximadamente 175 kilómetros)
Tiene explicación, pero Rojas no nos la ofrece en su libro. Poner atención a las fechas.
La importancia de éste nuevo TOM (en el mes de octubre de 1987) se debía a: de caer Cuemba en manos de la UNITA, se vería comprometido el paso sobre el rio Cuanza, quedando a la defensiva la ciudad de Cuito Bie y comprometido todo el territorio central de Angola (ver mapa).
Previendo esta situación el General Ochoa mandaba por delante a la aviación. Su propósito era, en primer lugar, la detección del movimiento de las FALA en la dirección Munhango y en segundo lugar, con la acción de la aviación demorar su avance.
El General Ochoa consideraba que dado a la inferioridad numérica de las SADF y teniendo en consideración las operaciones de los años anteriores, (la persistente negativa de Fidel Castro en participar en aquella descabellada operación en saludo a la “Revolución de Octubre”) y la aparente estabilidad del frente, los surafricanos no se atreverían a continuar las acciones combativas en la dirección Cuito Cuanavale y se retirarían gradualmente después de alcanzado el objetivo de parar en seco el “saludo”.
Ochoa opinaba que las FAPLA no conseguirían frenar a las FALA en Cuemba y que la UNITA lograría apoderarse del puente sobre el Cuanza, dejando a las unidades cubanas que protegían las ciudades de Luena y Moxico en posición desventajosa.
Para poder continuar manteniendo las posiciones, el Jefe de la MMCA estimaba que se debía reforzar Cuemba.
El día 12 de enero de 1988 (tres meses más tarde) evaluando la situación, el Jefe de la MMCA, General de División Arnaldo Ochoa Sánchez, informó al Mando Superior en La Habana su consideración relativa al agresor surafricano.
Ese mismo día (12 de enero de 1988) Fidel Castro le decía a Ochoa que, de permitirse que las brigadas FAPLA (asediadas en Cuito Cuanavale) se movieran hacia el rio Cuanza (a escasos kilómetros de Cuemba) dejarían a las tropas cubanas solas para enfrentar a las fuerzas combinadas UNITA-SADF en Cuito Cuanavale.

A finales de enero de 1988, a solo un mes de encontrarme, por segunda ocasión en la RPA, el Mayor Walter (su fotografía aparece en el libro de Rojas), Jefe del Estado Mayor de la 4ta. Región Militar (Huambo) de las FAPLA (hoy Teniente General de las FAA), nos proporcionaba la siguiente información:

 
La UNITA tenía concentrados en las proximidades de Cuemba, alrededor de 4,000 efectivos contra 1,000 de las FAPLA. El resto de las fuerzas FAPLA que debían llegar en apoyo de Cuemba, se encontraban al oeste del río Cuanza, que aunque muy lejos de su desembocadura en el Océano Atlántico, ya tenía suficiente tamaño como para no dejar avanzar a las tropas una vez destruido, amén de la falta de abastecimientos  que sufrían los soldados de las FAPLA.
Esa y no otra, es la explicación. Luena dista poco más de 150 kilómetros del área comprendida entre las poblaciones de Cuemba y Munhango. Este era el TOM que estaba previendo el General Ochoa en el mes de octubre de 1987.
 
          
                                                                              SU-22
A mediados de enero la situación había cambiado. Las brigadas FAPLA no habían podido cruzar hacia el oeste del rio Cuanavale y los datos aportados por la inteligencia militar cubana preveían el comienzo, por parte de las fuerzas combinadas UNITA-SADF, de lo que más tarde conoceríamos como “Operación Hooper”.
En la segunda mitad del mes de diciembre de 1987 los surafricanos se habían dedicado a bombardear insistentemente el puente sobre el rio Cuanavale.
Para el día 24 de diciembre de 1987, era prácticamente imposible su utilización. No obstante los angolanos se las ingeniaron para tender un puente metálico TMM y continuaron su retirada hacia la margen oeste del rio.
Fidel Castro ordenó, de forma tajante, no brindar apoyo (ni tan siquiera logístico) a las FAPLA en la dirección de Cuemba. Esto se cumplió a rajatabla.
Esta orden la leí en el Puesto de Mando del RHI en la ciudad de Huambo.
Rojas es sincero cuando expresa, sin rodeos, que existía desorganización. Mucha desorganización, era mi punto de vista.
Aquí debo retrotraerme al año 1978, cuando de manera violatoria de lo establecido por las órdenes del Jefe de la MMCA (General Tomasevich, ya fallecido) me fuera ordenado operar bajo las órdenes del mando FAPLA;  una de las causas del derribo del primer helicóptero cubano en la RPA.
 
La descripción que realiza Rojas no deja lugar a dudas: «…recibimos el pedido del Coronel N´Gongo (Roberto Leal Ramos Monteiro), en aquella época Jefe de Operaciones de las FAPLA, de apoyar el avance de la 3era Brigada de Infantería, que estaba a ser atacada en la región de Cassamba, por la UNITA…». Tal y como refiere Rojas, la solicitud fue aceptada luego de consultarse al mando superior cubano. Me imagino que, esta decisión, mucho habrá tenido que ver con el derribo del  Jefe de la “Fuerza Aérea” cubana en Angola. No pasaría mucho tiempo para que Fidel Castro prohibiese semejante disparate.
Una injustificada crítica, hacia las tripulaciones de helicópteros, la realiza en la página 45, cuando dice que el Jefe del Regimiento de Helicópteros Independiente (no menciona el nombre), el Teniente Coronel Rene Corredera Brito, no había tomado la decisión acertada, al enviar pilotos inexpertos para las labores de BSR.
Tal vez Rojas, en su condición de Jefe de la Sección Fuerza Aérea de la DAAFAR en la MMCA (a ese cargo no se le puede llamar Jefe de la Fuerza Aérea*), supiera que más del 70% de los pilotos (de todos los tipos de aeronaves cubanas en Angola), no rebasaban la tercera categoría. El mismo lo deja traslucir en su libro.
No entiendo esta crítica, por demás gratuita. Y entiendo menos aún, cuando inmediatamente refiere que la preparación de los pilotos angolanos era por el estilo.  Luego critica a las escuelas de pilotos de la URSS cuando dice que no preparaban bien a los pilotos.
Una crítica parecida nos costó (a los pilotos participantes) una reprimenda del Jefe de la DAAFAR en Cuba, General Julio Casas Regueiro (jefe de logística devenido en Jefe DAAFAR) durante un seminario en el teatro del Estado Mayor de la DAAFAR en Cuba. En aquella reunión los altos jefes militares cubanos (no pilotos) llegaron a decir que, la falta de preparación y los accidentes constituían un problema “Ideológico”. (¿???????).
Volviendo al libro “Prisioneros…”, Rojas dice (no sé si deliberadamente) que las FALA podían tener cañones G-5 y G-6 en la región de Luvuei. Jamás los surafricanos llegaron tan al norte y nunca la UNITA tuvo la oportunidad de operar ese tipo de artillería. Luvuei dista más de 550 kilómetros de la frontera con Namibia y a unos 300 kilómetros de Cuito Cuanavale.
La radio-estación “KOMAR”
Después del derribo del MIG-21 bi-plaza, la estación de auxilio “komar” quedó marcando la ubicación del paracaídas, trayendo por consecuencia que las tropas de la UNITA se “banquetearan” con los helicópteros que, en el afán de rescatar a sus compañeros en apuros, se aproximaban una y otra vez al lugar desde donde procedían las señales.
Definitivamente, la komar (como acostumbrábamos a llamarle) no se encontraba diseñada para tiempos de guerra. Emitía un sonido agudo intermitente, sin posibilidades de silenciar. Entraba en funcionamiento una vez realizado el catapultaje (eyección).
Rojas reprocha (en su libro) la labor de los helicópteros, al decir que “dedicaron toda su atención a repeler el ataque” (cuando en realidad los helicópteros que llegaban para rescatarlo, eran los atacantes de sus perseguidores) “y a volar fuera del alcance de las armas enemigas”.
Poco después reconoce como un error que la estación de radio “komar” estuviese en el paracaídas y no junto al cuerpo de los pilotos.
El segundo párrafo de la página 64 deja la constancia gráfica sobre el porqué no alcanzaron los equipos de radio-localización “Komar”: «Los paracaídas se encontraba lejos de nosotros, en la dirección desde dónde nos disparaban los guerrilleros, de forma que la tentativa de alcanzar los equipos de radio, posiblemente nos hubiese costado la vida”. La muerte, diría yo.
El único recurso que tenían los helicópteros, para localizarlos, era la radio estación “komar”, que supuestamente indicaría la posición de los pilotos. Rojas y Quesada no utilizaron la única ayuda que tenían para no caer prisioneros. Indiscutiblemente se encontraban aturdidos y aun no interiorizaban que habían sido derribados. Rojas prestaba más atención a los disparos de los “guerrilleros” de la UNITA, que a la conducción del paracaídas, la toma de tierra y la utilización de la “komar”.
Por otra parte, según nos refiere Rojas, los helicópteros se encontraban a más de 50 kilómetros de distancia del lugar donde realizaban el bombardeo. A esa distancia los helicópteros demoraban, como mínimo 15 minutos. En ese tiempo, una persona perseguida y con serias posibilidades de muerte, es capaz de cubrir más de cinco kilómetros.
El desconocimiento del mando militar cubano sobre la utilización de los helicópteros en tareas de BSR (en tiempo de guerra) fue otra de las causas por las cuales Rojas y Quesada cayeron prisioneros de la UNITA.
Durante la realización de las acciones combativas, los helicópteros deben coincidir, con la aviación, en el área donde se realiza la operación. De esta forma las tripulaciones, de ambos helicópteros, tienen posibilidades de presenciar el catapultaje (eyección) y la zona donde toman tierra los paracaídas.
Un helicóptero en vuelo rasante, a velocidad de 250 kilómetros por hora resulta casi imposible de ser abatido por cohetes portátiles o por armas de infantería. La presencia de diferentes tipos de aeronaves en una misma zona, el ruido de sus motores, unido a la amenaza que representan, en estos casos consiguen disuadir con bastante efectividad al enemigo.
El resto del libro, o lo que es igual 175 páginas, relata las vicisitudes como prisionero de la UNITA, lo bien que lo trataron, lo amable que fueron con ellos, pero en ningún momento relata cómo y quienes lograron que fuesen puestos en libertad. Todo, en el libro, indica que la liberación de ambos fue debido a la buena voluntad de Savimbi.
Me deja la impresión de que, luego de Savimbi visitar los Estados Unidos, entrevistarse con el Presidente Ronald Reagan y el General Rafael del Pino, regresa a Angola con la idea de liberarlos. Caso contrario Rojas hubiese detallado todo el “esfuerzo” realizado por la “revolución” y el “Comandante en Jefe” para su liberación.
Hay algo más que no consigo entender.
Pedro Rodríguez Peralta, prisionero de los portugueses en Guinea Bissau (capturado en combate 1969), luego del golpe de estado del 25 de abril de 1974 es liberado, posteriormente ascendido y llegó a ocupar altos cargos en el Ministerio del Interior en Cuba.
Orlando Cardoso Villavicencio, prisionero de guerra en Etiopía y preso durante muchos años en Somalia, es hoy en día Héroe de la República de Cuba (léase de la dictadura).
Rojas fue retirado del servicio con los grados de Coronel.
Al terminar de analizar éste libro me quedo con el bichito de la duda. Algo me dice que alguna situación no fue del agrado del “Comandante”.
Ahora, que el tiempo ha pasado, Rojas puede escribir y hasta describir situaciones  que hace 26 años no le hubiese sido posible.
Notas:
*Aunque las siglas DAAFAR se pueden leer como Defensa Anti Aérea y Fuerza Aérea, en realidad es una equivocación que viene desde los funestos días de la "Crisis de los Misiles" o "Crisis de Octubre", como acostumbra decir el régimen de los hermanos Castro Ruz.

Me explico:
En Cuba no existe, como tipo de fuerza armada, lo que en otros países se conoce como Fuerza Aérea.

A raíz de ésta crisis y como resultado de los acuerdos bilaterales entre los Estados Unidos y la Unión Soviética (el incipiente régimen totalitario quedó excluido), los soviéticos se comprometieron (con los Estados Unidos) en no entregarle armas,que pudieran resultar ofensivas, al régimen de Fidel Castro.

Dentro de los diferentes tipos de fuerzas armadas de la antigua URSS se encontraban, por ejemplo, las tropas terrestres, la fuerza aérea (por ellos denominada aviación del frente), la marina de guerra, la aviación del ejército (helicópteros de transporte, de combate y de transporte y combate). Las tropas estratégicas (misiles intercontinentales) y varias más.

Una de estas muchas, era llamada "Defensa Anti Aérea del País" (en ruso, Protivo Vosdushnoi Oboroni Straní PVO).
Su misión consistía en proteger el espacio aéreo de la Unión Soviética en tiempo de paz, dejando a la Fuerza Aérea espacio para dedicarse por completo a la preparación combativa de sus tropas.

La PVO actuaba en los primeros 400 kilómetros de profundidad, desde las fronteras de la URSS. Todo violador del espacio aéreo soviético que sobrepasara esta distancia (tarea bien difícil en tiempo de paz) sería transferido para la Fuerza Aérea. Pocas veces se dio el caso.

La PVO se componía de misiles anti aéreos, artillería anti aérea, tropas radio técnicas, retaguardia, tropas de comunicaciones y aviación de defensa anti aérea.
La aviación de defensa AA se encontraba compuesta por aviones interceptores de corto radio de acción y armamento, designados para interceptar aeronaves. Muchos de los aviones interceptores de la PVO solamente portaban dos misiles térmicos. En fin, su carga de combate era extremadamente reducida y  de ninguna manera podían considerarse aviones con capacidad ofensiva, ya fuese por el escaso armamento, como por el limitado radio de acción.
Solo los MIG-23BN (por primera vez en Cuba en el año 1978) podían ser considerados como aviones ofensivos, pero estos llegaron a Angola “después del aguacero”.
En el año 1962 los jefes superiores del ejército, del régimen de Fidel Castro, eran básicamente guerrilleros sin preparación militar alguna. Esta situación fue aprovechada por los asesores soviéticos para "venderles" ese tipo de fuerza armada. De esa forma quedaban bien con las autoridades de los Estados Unidos.
A Fidel Castro le convenía tener una aviación que no fuera un arma independiente.


Una de las características de la PVO es que, no necesariamente el jefe del arma sea un piloto de aviación. En realidad, la DAAFAR llegó a tener de jefe a un general de tropas logísticas, como lo fuera Julio Casas Regueiro (ya fallecido).

Es así que el sistema de aviación de defensa anti aérea adoptado por los bisoños jefes militares cubanos, carecía de poder ofensivo y así se mantiene hasta nuestros días.
Lo peor consistía en que a los pilotos se nos mandaba a estudiar el perfil de mando en la Academia de la Fuerza Aérea soviética, en lugar estudiar en la Academia de la Defensa Anti Aérea. Cuando terminábamos los estudios se nos hacía difícil aplicar lo aprendido, pues no tenía nada que ver una cosa con la otra.
Peor aún en ninguna de las dos academias nos enseñaban las tácticas de la “aviación del ejército”, o lo que es igual, la de los helicópteros.
No sé si los jefes que acudían a la “Voroshilov” recibirían algún tipo de información, pero lo dudo.  Lo único, en relación a los helicópteros, que existía en la Academia “Gagarin” era un librito que no contenía más de 100 páginas.
Un día, al preguntarle al Jefe de la Cátedra de la “Aviación del Ejército”, éste me dijo: “Escriba capitán, que ustedes son los únicos que han combatido con éxito a unidades insurgentes”. Comenzaba, para los soviéticos, Afganistán.

La denominación correcta de las siglas DAAFAR es Defensa Anti Aérea de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Para más detalles: El susodicho Jefe de la Fuerza Aérea en Cuba, es meramente un especialista técnico, sin mando, ubicado en una oficina llamada "Sección de Aviación de la DAAFAR".
El Teniente Coronel Manuel Rojas García era Jefe de la Sección de Aviación de la Defensa Anti Aéra de las Fuerzas Armadas de la Misión Militar de Cuba en Angola. Un cargo de especialista y sin tropas directas bajo su mando. Que fungiese como “jefe” en un momento determinado era una decisión del Jefe de la DAAFAR, debido a su experiencia y preparación.  Quesada, siendo Capitán y Jefe de Escuadrón, supuestamente, tenía mucho más mando que Rojas.

**La clave de la entrada de los militares cubanos en los acontecimientos de Angola podría ser cierta
En abril de 1975, tan solo un año después de derrocada la dictadura en Portugal, importantes estrategas portugueses (encabezados por Valera Gómes) iniciarían unas sesiones de intercambio en La Habana con Fidel y Raúl Castro.
En aquellas “sesiones”  de intercambio tuvieron participación, además de los hermanos Castro, Senén Casas Regueiro, que era Jefe del Estado Mayor, Fernando Vecino Alegret y Arnaldo Ochoa Sánchez. En dichas sesiones se discutió la situación angolana con Valera Gomes, Fabiao y Rosa Coutinho, que a la sazón ostentaba el mando en Angola.
Meses después en el mismo año 1975, los entonces Comandantes Senén Casas Regueiro, Fernando Vecino Alegret y el Jefe del EM de la Marina de Guerra cubana Emidgio Báez Vigo, visitaron Portugal, en donde discutieron la situación angoleña con Valera Gomes, Carlos Fabiao y Rosa Coutinho.

Estos mismos militares del régimen de Fidel Castro viajaron a Angola, donde permanecieron dos semanas analizando la situación.

A su regreso a La Habana, además de dar una evaluación de la visita, entregaron una carta de Neto a Fidel Castro, en la que a nombre del MPLA solicitaba ayuda, en forma de armas, pertrechos, instructores militares, dinero, e instructores políticos y sindicales.
A finales del mes de mayo de 1975 Fidel Castro comunicaba al Embajador de Portugal en Cuba que había recibido un mensaje de Agostino Neto en el que decía estar afrontando dificultades. Más que preguntar si los portugueses irían a ayudarle, de forma tajante afirmaba que si Portugal no lo hiciese, le ayudarían los cubanos. (José Fernandes Fafe, Embajador de Portugal en Cuba).
El 21 de julio de 1975, el General de División Otelo Saraiva de Carvalho, responsable del Comando de Operaciones del ejército portugués (COPCON), arribó a La Habana.
Por aquella época se había creado un Directorio integrado por el Presidente Costa Gomes, el Primer Ministro Gonçalves y el Jefe del COPCON;  Otelo Saraiva de Carvalho concentraba en sus manos el poder “revolucionario”.
Fidel Castro le dió tratamiento de Jefe de Estado a  Carvalho a su llegada a Cuba,  al igual que hizo con los militares chilenos en tiempos de Salvador Allende y con Hugo Chávez años más tarde. Fidel Castro  intentó conquistarlo y ganar su aprobación para el envío de tropas cubanas a Angola.
Al parecer no lo logró, pero tal vez consideró que el silencio de los portugueses significaba la tácita aprobación de sus planes; como escribiera (de muy buena fuente) Gabriel García Márquez en “Operación Carlota”:
“Fidel Castro no tenía la seguridad de que los militares portugueses fuesen a permitir que asesores cubanos entraran en Angola y para esa fecha ya había recibido la primera solicitud de Agostino Neto”.  Fin de la cita.
Atendiendo a un artículo de la revista “Visão” https://sites.google.com/site/pequenashistorietas/personalidades/otelo-s-de-carvalho, del mes de octubre de 1975, Fidel Castro le plantea a Saraiva de Carvalho su intención de enviar tropas para Angola si las fuerzas portuguesas no estuvieran allí para arbitrar los conflictos entre el MPLA, el FNLA y la UNITA.
 
Palabras de Carvalho según el artículo de la la revista “Visão” de 1995:
“Foi uma conversa muito secreta, na qual Fidel começou por me contar que tinha recebido há pouco tempo uma visita de Agostinho Neto, presidente do MPLA, que se mostrara muito apreensivo com o que estava a acontecer em Angola. Havia muitas forças em confronto: a FNLA, apoiada no Zaire e nos americanos, e a UNITA, apoiada pela África do Sul. Quanto ao MPLA, Agostinho Neto temia que ficasse isolado, uma vez que também estava muito dividido interiormente. O MFA, via Rosa Coutinho, tinha evitado que o MPLA se afundasse. Tinha sido uma directiva do MFA. Mas Agostinho Neto considerava que, se não houvesse apoio militar significativo, o MPLA seria esmagado.
Segundo Fidel, Agostinho Neto já tinha contactado Costa Gomes, a quem pedira que as forças militares portuguesas ficassem em Angola, depois da independência, para arbitrar o conflito.
A resposta de Costa Gomes tinha sido muito evasiva e Agostinho Neto não acreditava que o presidente português aceitasse o pedido. Desta forma, pediu apoio militar aos cubanos.
Fidel Castro pediu a minha opinião, sobre isso, confessando que estava hesitante. Garantiu-me que se as forças militares portuguesas ficassem em Angola depois de 11 de Novembro, não enviaria tropas cubanas para apoiar o MPLA. Caso contrário, estava disposto a envolver-se no conflito.
Eu disse-lhe abertamente que não acreditava que as tropas portuguesas podessem ficar em Angola depois da independência, tendo em conta a situação interna em Portugal, mas ofereci-me para levar uma mensagem ao Presidente Costa Gomes, a quem pediria que desse rapidamente uma resposta ao dirigente cubano. No entanto, aconselhei Fidel a preparar as suas tropas para seguirem para Angola.
Quando cheguei a Lisboa, no dia 31 de Julho, fui directamente para uma reunião do Conselho da Revolução, que só terminou por volta das seis da manhã do dia seguinte, 1 de Agosto. Apesar disso, falei com Costa Gomes no seu gabinete do Palácio de Belém, e expus-lhe a situação. Só me disse que o assunto ficava com ele.
Acho que Costa Gomes nunca respondeu a Fidel. De certa forma, esta conversa marcou o destino de Angola”. Fin
A mediados del mes de septiembre de 1975, Fidel Castro se presentó, junto con Osmany Cienfuegos, por sorpresa en la Embajada de Portugal en La Habana. Le dijo al Embajador Fernandes Fafe que cuando Saraiva de Carvalho había estado en Cuba, le había pedido que trasmitiese una pregunta al gobierno portugués y que hasta ese momento no había obtenido respuesta. Insistió en que la urgencia crecía día a día. Fernandes Fafe sabía de que se trataba, pero Fidel Castro no le revelava el asunto. En fin, tuvo que viajar a Portugal. Ya  no se encontraba al frente del gobierno Costa Gomes, ni Vasco Gonçalves, sino Pinheiro de Azevedo. Fernandes Fafe confirma las palabras de Otelo. Jamás hubo respuesta.
El problema fundamental consistía en que, dentro de las fuerzas armadas portuguesas existían diversas opiniones. Unos decían que se debía apoyar al MPLA y que los cubanos…, que se estuviesen quietos. También había simpatizantes de la UNITA y del FNLA. De forma que el solo hecho de discutir la pregunta de Fidel Castro, en pleno “verano caliente” provocaría otro punto de discordia.
Por otra parte, declararse a favor del MPLA sería ir en contra de los Estados Unidos y a sus planes en relación al FLNA.
De modo que la Motonave “Vietnam Heroico” arribó a Puerto Amboim el 4 de octubre de 1975 a las 6:30 de la mañana; el “Coral Island” llegó el día 7 y “La Plata” llegó el 11 a Punta Negra.
Llegaron sin permiso, pero sin oposición.
 
Un poco de historia
El triunfo del MFA en Portugal dejó en Angola un vacío de poder que duró varios meses. Es por este motivo que los portugueses radicados en Angola, junto a un grupo de angolanos, consideraron la posibilidad de llenar ese vacío.
Por esa misma fecha los comunistas portugueses desarrollaron una campaña de desinformación sobre un posible "golpe de estado" para establecer la "independencia blanca" de los colonos en Angola.
A su vez, y utilizando tal pretexto, Rosa Coutinho (conocido como el “Almirante Rojo”) comenzó a desarmar a la población portuguesa asentada en Angola. 
Cualquiera que pueda ser la explicación, Rosa Coutinho no realizó esfuerzo alguno para desviar el envío de armamentos soviéticos hacia el MPLA.
Dicen que el General de la Fuerza Aérea Silva Cardoso, quien fuera su sucesor, impidió descargar un alijo de armas a un barco Yugoslavo, surto en el puerto de Luanda en 1975. Otros cuentan que el resto del cargamento fue desembarcardo utilizando barcos de pescadores que se dedicaban al contrabando y un lanchón de desembarco de fabricación soviética traído especialmente desde Punta Negra.
El último representante portugués en África fue el Alto Comisionado para Angola, el Almirante Leonel Cardoso, que decidió no estar presente el 11 de noviembre de 1975, para la celebración de la independencia. Cardoso presenció cómo arriaban la bandera portuguesa y declaró que Portugal partía sin sentimientos de culpabilidad o vergüenza.
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En el libro titulado “Fidel por José Fernandes Fafe” (Embajador en Cuba 1975), en el año 2008, el autor dice que el reportaje de García Márquez “Operación Carlota” le desagradó por más motivos de los cuales expone.
Cito: “De acordo com o relato de García Márquez, as tropas cubanas transportadas nos navios El Viet Nam Heroico, Coral Island e La Plata desembarcaram em Porto Amboim e Porto Negrão sem qualquer espécie de oposição. Onde estavam as forças portuguesas? Já tinham evacuado esses territórios? Os seus Comandantes decidiram não intervir? Por estratégia? Ou por terem tomado partido pelo MPLA”?
… “a 8 de Novembro”…, … “aterraram em Luanda «com autorização do comissário português , aviões transportando tropas cubanas”.
No hay dudas, la colaboración de las autoridades portuguesas era y es un hecho.
El Sr. Embajador José Fernandes Fafe le llamó la atención a Fidel Castro acerca del relato de García Márquez, diciéndole que probablemente fuese verdad, pero que el reportaje era “política” y sus revelaciones podrían ser como echarle leña al fuego, refiriéndose a parte de la opinión pública portuguesa (medio millón de retornados de las excolonias, la mayoría de Angola) que resumía todo el “imbróglio” (embrollo) de Angola en: Salimos nosotros y entraron los cubanos. Y que de esta forma tendrían la oportunidad de, agitando el reportaje de García Márquez, incrementar: “y entraron con la colaboración de las fuerzas armadas portuguesas”.
Tengo serias dudas de que, en aquella época, “La Operación Carlota” haya circulado en Portugal.

















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2 comentarios:

  1. Interesante articulo, gracias a personas que están fuera de Cuba muchos cubanos vemos en transparencia de como fueron las cosas que Fidel le escondo al pueblo.

    Me interesaría si no es mucha molestia hacerles algunas preguntas en referente a la aviación militar cubana, tengo entendido que usted fue piloto de helicopteros en Cuba. Estoy haciendo investigaciones referente a un echo que sucedió en marzo 1967 en cuba donde un piloto de mi-21 perdió su vida. Su ayuda seria grandemente apreciada.

    Saludos

    Abel

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  2. Sr. Abel Delgado,
    Gracias por sus palabras en relación al artículo. Como usted comprenderá, este tipo de testimonio sería bastante difícil de publicar en Cuba. Por outra parte, muchos de los datos los he obtenido leyendo documentos desclasificados (cualquiera tiene acceso a ellos, cosa que no sucede en Cuba)en Portugal y libros que, mientras dure la dictadura, jamás se podrán leer en nuestro país.

    En efecto, fuí piloto de helicópteros desde el año 1970 hasta 1992. Es por eso que si me hicieras preguntas sobre la aviación militar cubana, podría responderte hasta donde sé. De manera que tal vez conozca de oídas sobre el hecho que ocurrió en 1967 (MIG-21).

    Puedes escribirme a manchiviri@yahoo.es

    Saludos de

    Manchiviri

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Epílogo

La historia de la intervención de Fidel Castro en la guerra de Angola es más complejo de lo que apare...