James Foley y su familia sabían perfectamente que el gobierno de los
Estados Unidos de América no negociaría el recate. Foley estaba convencido que
el gobierno de su país intentaría su recate, si fuese posible. Es por eso y no
por otra causa que se negó a permitir a los otros norteamericanos secuestrados
no creer en su gobierno.
Probablemente nunca se sabrá si Foley fue consciente que el Presidente
Obama autorizó un intento de rescate semanas antes de su ejecución. Lo que debe
quedar muy claro es que la confianza ciega de Foley se basaba en su rescate y no
en negociar el mismo.
Nada tienen que ver los millones de dólares que exigían los terroristas.
Ese no era el propósito del secuestro, sino el terror y el asesinato. El
gobierno de los E.U. no paga rescates.
“No hacemos concesiones a los
terroristas. Y eso incluye no pagar rescates”, ha declarado el Departamento de
Estado. El motivo: ceder y pagar “les proporciona fondos para continuar sus
actividades”, y un “peligroso incentivo” para realizar más secuestros, dijo este
viernes el vice asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes. Según
Washington, en lo que va de año los grupos terroristas han recaudado “millones
de dólares” con los rescates pagados por algunos gobiernos.
¿El no pagar rescates puede llevar a más secuestros?
Sí y no, es la respuesta a esta pregunta: Los terroristas, además de haber
recaudado, por la vía del secuestro, inmensas cantidades de dinero, son
patrocinados por monarquías absolutas y regímenes totalitarios bañados en
petróleo. No necesitan el dinero del rescate para continuar sus fechorías,
intentando implantar el fundamentalismo islámico en todo el mundo.
¿Será que Qatar y Arabia Saudita financian el califato?
Tanto Qatar como
Arabia Saudí siguen la doctrina wahabí (ellos prefieren llamarla salafista), una interpretación del islam suní en la que muchos
analistas encuentran la base doctrinal del radicalismo religioso que barre el
mundo islámico. Aunque no todos los piadosos wahabíes apoyan el uso de la
violencia, todos los grupos islamistas violentos han bebido de fuentes
salafistas.
Los gobiernos que sí pagan los rescates son pusilánimes y solo consiguen
desacreditarse y demostrarles a los terroristas (con su cobardía) que ceden a
las presiones y al chantaje.
“Nosotros, los países que
pagamos, somos considerados por los terroristas como una vaca a ordeñar”,
reconocía también a France Presse Alain Chouet, un ex alto funcionario del
servicio de inteligencia exterior francés.
Y ahí radica el problema, según
periodistas como Rohde: la falta de una “respuesta consistente” de los
Gobiernos occidentales ante los secuestros, algo que “se necesita
desesperadamente”.
Intercambio de prisioneros sí, pagar chantajes no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario