Empecemos por decir que al planeta Tierra no se le puede mirar como si fuera un «globo azul». Nuestro planeta es inmenso y muy a pesar, de alguno de nuestros seres humanos, es un ser vivo.
Si nos atenemos a que por producción se entiende que es, el proceso por
medio del cual se crean los bienes y servicios económicos, nuestro planeta no
produce absolutamente nada. El ser humano solo se beneficia de los recursos
naturales de nuestro planeta.
Los ecologistas serios no se dedican a atemorizar al resto de sus
congéneres. Por el contrario, nos explican que existen infinidad de recursos
naturales por descubrir y nos urgen a investigar y explorar mucho más allá de
lo que hemos logrado hasta nuestros días. En otras palabras, a “no dormirnos
bajo los laureles”.
¿Alguno de los ecologistas que se dedican a atemorizar a la humanidad
podría decirme dónde y cómo contabilizó los recursos existentes en el planeta?
¿Será que solo con la parte conocida de los recursos naturales, es suficiente
para decir que los estamos extinguiendo?
Partiendo desde el momento en que nuestro planeta no produce nada, nosotros
solo gastamos los recursos que hemos descubierto. ¿Que lo hacemos demasiado rápido?
Es verdad. Se hace imperativo intensificar las prospecciones e investigar y
explorar nuevos recursos energéticos.
Basta ya de engañar a
la humanidad con el cuento del “día del exceso de la tierra”.
Repito: El día 20 de agosto los seres humanos hemos sobrepasado la
capacidad anual de los recursos “CONOCIDOS” del
planeta.
¡Eso no quiere decir que el mundo se va a acabar!
Lo que tienen que hacer, los ecologistas responsables, en lugar de alarmar,
con el exceso de dióxido de carbono, informar que un solo volcán del planeta
supera con creces el dioxido de carbono que expulsan a la atmósfera todas las
fábricas construidas por el ser humano en el planeta. Eso, sin contar los
volcanes submarinos desconocidos y que poluyen igualmente el medio ambiente.
Dejen al planeta, que el mismo se defiende solo.
Esta misma noticia se publicó el pasado año y aún estamos aquí, en el mismo
mundo y no en «dos mundos y medio» como nos quiere hacer creer alguien como “Russia
Today”, sacando fuera de contexto algunos puntos sobre los trabajos de la
organización “Global Footprint Network”.
Ya casi al final, llegan las amenazas:
-
Colapso del sector agrícola
-
Colapso del sector pesquero
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Colapso de la industria
Y por último el terror:
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Aumento del precio de los productos
-
Insatisfacción de las necesidades básicas
-
Disturbios sociales
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Guerras
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Los que aman y construyen
-
Los que odian y destruyen
Desgraciadamente, aquellos que se dedican a atemorizar, pertenecen al segundo
grupo.
Todavía hay gentes que, en Rusia, continúan pensando en comunismo.
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