La crisis alimentaria golpea fuerte. Es una crisis silenciosa, que no interesa al gobierno de Irán, ni al de Venezuela y mucho menos al de Arabia Saudita, pero que afecta a 870 millones de seres humanos que pasan hambre y entre los cuales se encuentran muchos de sus correligionarios (nunca mejor dicho).
Esta información (la de los hambrientos) fue presentada la semana pasada, por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La situación se torna cada vez más difícil para los países productores de alimentos (los industrializados), que aunque no pasan hambre físicamente (todavía), como pudiera ser el caso de muchos países africanos, comienza a tener consecuencias serias.
Nada más imaginarnos que, según nos cuenta el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, un 16% de las familias norteamericanas "pasan hambre", pensamos en los famélicos y los físicamente muertos de hambre en Asia, África y América Latina.
El hambre también se ha convertido en una realidad tangible en España, donde más del 20% de sus ciudadanos en edad laboral sobreviven a expensas de la seguridad social. Las entidades sociales están desbordadas.
La crisis económica está íntimamente ligada a la crisis alimentaria. El mismo que nos ha conducido (el desaforado precio del barril de petróleo), que hizo estallar la gran crisis del año 2008 (aun no ha concluido), es el causante directo del aumento de los preciosdel arroz, el maíz, el trigo, la soja. Prácticamente se han convertido en inaccesible, para amplias capas de la población de los países en vías de desarrollo.
Los especuladores de los precios del petróleo (los países exportadores), lo compran y lo venden en los llamados "mercados futuros", sin importarles, lo más mínimo, quién o quiénes dejarán de comer cada dí
El hambre, a pesar de todo lo que nos quieran decir, no tiene tanto que ver con sequías y conflictos bélicos, sino con aquellos que controlan y dictan las políticas de compra y venta del barril de petróleo.
No es menos cierto que el sistema agroalimentario se encuentra en manos de los países industrializados.