Octubre
de 1962
La Crisis de los IL-28
Radio de acción de los IL-28
El martes 6 de noviembre de 1962, el gobierno de
Estados Unidos, planteó oficialmente una nueva exigencia, la retirada de los IL-28, como solución de la crisis.
Asimismo, el Departamento de Defensa norteamericano informaba el cierre del
tráfico en el Canal de Panamá para permitir el paso de 17 naves de guerra, que
incluían portaaviones, destructores y submarinos, los cuales se unirían a las
fuerzas desplegadas en el Caribe.
El día 7de noviembre de 1962, la delegación de Estados Unidos en las
Naciones Unidas anunció el acuerdo con la URSS para la comprobación visual de
la retirada de los cohetes y la inspección, por parte de la Cruz Roja
Internacional, de los barcos mercantes soviéticos que se dirigían hacia Cuba.
El jueves 8 de noviembre, U Thant se entrevistó por
separado con Lechuga y Kuznetzov para ventilar principalmente la nueva demanda
de Estados Unidos respecto al retiro de los IL-28.
La carga ofensiva del IL-28 era
impresionante. Dos toneladas de bombas (4 bombas de 500 Kg) en una bodega
interna, tres en sobrecargado (4 bombas de 250 Kg), con capacidad para llevar
bombas de caída libre convencional y bombas nucleares. Disponía de una pareja
de cañones NR-23 de 23mm de calibre en el morro y de otra pareja de NR-23
también de 23mm en una torreta en la cola para defensa contra cazas e
interceptores. Su radio de acción alcanzaba los 1300 Kms.
Posteriormente, delegados norteamericanos y soviéticos
celebraron un encuentro con el mismo tema, el cual se prolongó alrededor de
cuatro horas, sin llegar a ningún acuerdo. Los norteamericanos insistían en que
los IL-28 eran "armas
ofensivas" y, por tanto, debían ser retirados, según lo convenido entre
Kruchev y Kennedy. Los soviéticos afirmaban que eran naves anticuadas y no
ofrecían ningún peligro para Estados Unidos.
La administración norteamericana informaba que se había verificado en los
buques soviéticos la retirada de los 42 cohetes.
El lunes 12 de noviembre, la Secretaría de Prensa de
la Casa Blanca anunció que el gobierno no había cambiado su posición, pues los IL-28 eran armas ofensivas, y, por
ello, debían ser retirados antes de levantar el bloqueo naval.
El jueves 15 de noviembre, Fidel Castro envió una carta a U Thant, en la cual
protestaba por las continuadas violaciones de su espacio aéreo, que no solo
fotografiaban las instalaciones desmanteladas, sino todo el territorio nacional.
Fidel Castro explicaba que esas acciones, no solo lesionaban esencialmente la
seguridad, sino también ultrajaban la dignidad. Por esas razones, decía que no
era posible pedirle, en nombre de las negociaciones, que tolerara semejante
atropello. Y advertía que (...)
hasta donde alcance el fuego de nuestras antiaéreas, todo avión de guerra que
viole la soberanía, invadiendo nuestro espacio aéreo, solo podrá hacerlo a
riesgo de ser destruido.
Al día siguiente, un vocero del Departamento de Estado norteamericano
replicaba a la protesta, insistiendo en que ese tipo de acciones aéreas
sobre Cuba continuarían y afirmó que las realizaban en cumplimiento de los
acuerdos de la OEA del 23 de octubre. Sin embargo, solo mantuvieron las
misiones a gran altura de los U-2.
El domingo 18, las negociaciones continuaban en Naciones Unidas sin que
ninguna de las partes cediera. Kennedy había propuesto oficialmente levantar el
bloqueo tan pronto Kruchev accediera a
retirar los aviones, pero este declinaba aceptar la proposición sin el previo consentimiento
de Fidel Castro.
Estados Unidos acusaba a Fidel Castro de obstaculizar
la solución de la Crisis por su negativa a aceptar la inspección, así como no
tolerar los vuelos de reconocimiento sobre su territorio y oponerse a la
retirada de los IL-28. El
proyecto de dictador totalitario estaba provocando las condiciones para ser
atacado por los Estados Unidos, en un momento en que los soviéticos cedían ante
las exigencias norteamericanas.
Kennedy finalmente anunció que el 20 de noviembre informaría a la prensa
las futuras medidas que el gobierno de los Estados Unidos pensaba aplicar en el
caso.
El 19 de noviembre preparó cartas para el primer ministro británico, Harold
MacMillan; el canciller alemán Konrand Adenauer y el presidente francés Charles
De Gaulle, advirtiéndoles que la crisis podría plantearse de nuevo en breve, y
que se inclinaba a considerar la conveniencia de mantener el bloqueo naval y
realizar un ataque aéreo masivo sobre Cuba.
El lunes 19, Fidel Castro divulgó un nuevo mensaje al Secretario General de
las Naciones Unidas, en el cual nuevamente planteaba que se habían interpretado
“erróneamente” sus argumentos.
Harold McMillan
Fidel Castro afirmó que él no había obstaculizado, en
lo más mínimo, las negociaciones. Expuso que se había convertido la cuestión de la
retirada de los IL-28 en el eje
del problema. Al respecto, apuntó que esos aviones eran propiedad de la Unión
Soviética y que si esta consideraba conveniente la retirada de esos aviones
para la buena marcha de las negociaciones y a la solución de la crisis, no
obstaculizaría esa decisión. Ahora, era
Fidel Castro quién cedía ante la posición de fuerza de los Estados Unidos.
El
martes 20 de noviembre, quince horas después del comunicado de Fidel Castro a U
Thant, llegó a la Casa Blanca un mensaje de Kruchev, en el cual anunciaba que
serían retirados los IL-28 en un
plazo de 30 días.
Konrad Adenauer
Ese mismo día, en una conferencia de prensa, Kennedy
anunció que se habían reducido los peligros debido a la decisión soviética de
retirar "las armas ofensivas".
Más adelante planteó: "...si todas
las armas ofensivas se retiran de Cuba y se las mantiene fuera del hemisferio
en el futuro, bajo comprobación y salvaguardias efectivas, y si no se usa a
Cuba para exportar los propósitos agresivos del comunismo, habrá paz en el
Caribe".
Charles Degaulle
Acto seguido anunció: "...no abandonaremos los esfuerzos de orden político y económico o
de otra naturaleza, en el hemisferio, para impedir la subversión procedente de
Cuba, ni nuestra esperanza y propósito de que el pueblo cubano pueda ser algún
día verdaderamente libre; pero estos objetivos son diferentes del intento de
emprender una invasión militar a la Isla".
Dio a entender también que continuaría con las incursiones aéreas sobre
Cuba, bajo el pretexto de que el régimen de Fidel Castro no había permitido observadores
internacionales en su territorio.
Ese mismo día martes 20 de noviembre, McNamara ordenó el cese de la
cuarentena. Por su parte, las tropas del “Pacto de Varsovia” declararon su paso
a las condiciones normales.
Dos días más tarde, Fidel Castro ordenó medidas similares.
En la tarde del domingo 25 de noviembre de 1962, tuvo lugar una reunión,
en sesión conjunta, entre las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) y
el Consejo de Ministros del régimen de Fidel Castro, donde se trataron los
problemas referentes a la solución de la crisis y para analizar la respuesta a
las palabras del Presidente Kennedy del día martes 20 de noviembre, cuando éste
anunció el cese de la cuarentena.
Se acordó hacer pública una declaración para dar a conocer al pueblo y al
mundo la posición del régimen.
El documento rechazaba la comprobación o la inspección (en territorio de
Cuba) derivados de los acuerdos alcanzados entre la URSS y los E.U.
La declaración proclamaba que el régimen se reservaba el derecho de
adquirir armas, de cualquier tipo, para su defensa.
Reafirmaba que los resultados obtenidos hasta aquel momento en las
negociaciones soviético-norteamericanas, habían evitado un conflicto armado,
pero no habían logrado la paz en el Caribe.
El lunes 26 de noviembre partía Mikoyán hacia los E.U. donde conversaría
con los representantes soviéticos y norteamericanos, en las Naciones Unidas. Se
entrevistó también con el Presidente Kennedy.
Mikoyán intercambió opiniones con U Thant, sobre la marcha de las
negociaciones y le informó que el gobierno de la URSS y el régimen de Fidel
Castro respaldaban su plan sobre el establecimiento de puestos de control de
las Naciones Unidas, en los países de la cuenca del Caribe, incluyendo el
territorio de los E.U., donde observadores internacionales controlarían el
cumplimiento de los compromisos contraídos.
La URSS y el régimen de Fidel Castro habían presentado un proyecto de
protocolo tripartito, al cual el gobierno de los E.U. no le prestó mayor
interés. Ya el daño había sido inferido por parte de Kruchev, al ningunear a Fidel
Castro. Los E.U. impedirían cualquier negociación en la cual estuviera
representado el proyecto de dictador totalitario cubano.
La iniciativa de U Thant tampoco prosperó.
El día 27 de noviembre de 1962 la delegación norteamericana presentó un
proyecto con nuevas exigencias, entre las cuales señalaba el retiro de todos
los sistemas de armas para fines ofensivos, a la vez que legitimaba su interés
por fiscalizar las armas que el régimen imperante en Cuba podía tener para su
defensa y proclamaba su derecho a mantener los vuelos de reconocimiento con el
propósito de controlar la obligación del gobierno soviético de no enviar
armamentos ofensivos a la isla.
Aquel documento condicionaba el compromiso de no invadir el territorio
cubano, a que el régimen imperante no pusiera en peligro la paz y la seguridad
del hemisferio occidental.
El proyecto soviético establecía claramente los compromisos contraídos en
el proceso negociador.
El régimen de Fidel Castro realizó las observaciones de rigor a los dos
proyectos. No aceptó como válido un acuerdo que no tomara en consideración los cinco puntos formulados el 28 de
octubre.
Denunció también la pretensión norteamericana de incluir nuevas exigencias
en su declaración y rechazó como ineficaz toda oferta de no invasión con carácter
condicional, pues invadir no es un derecho de los Estados Unidos, sino un
delito internacional.
El día 28 de noviembre Mikoyán se entrevistó con Adlai Stevenson y John
McCloy. Durante la conversación expuso su criterio de que el proyecto
presentado por los E.U. omitía algunas de las estipulaciones contenidas en los
mensajes de Kruchev a Kennedy, incluyendo nuevas exigencias y señaló que el
gobierno soviético respaldaba la posición del régimen de Fidel Castro, puesto
que "ahora" consideraban que los cinco puntos eran
indispensables para la solución definitiva de la crisis.
Los norteamericanos aseguraron a Mikoyán que los E.U. cumplirían los
compromisos y expresaron que preferían un control de las Naciones Unidas para
verificar los compromisos contraídos pero, la negativa de Fidel Castro lo hacía
imposible y por tanto continuarían ejecutando las observaciones necesarias con
sus propios medios.
Las demandas contenidas en los cinco puntos, al
entender de los norteamericanos, no se encontraban reflejados en las
estipulaciones contenidas en los mensajes de Kruchev a Kennedy y por tanto
no entrarían a discutirlas.
Mikoyán viajó, al día siguiente (29 de noviembre de 1962) a Washington para
sostener una conversación con Kennedy, donde volvió a tocar el tema de los
proyectos de declaración.
Mikoyán se mostró insatisfecho
debido a que la propuesta norteamericana anulaba las obligaciones contraídas.
Por su parte, Kennedy planteó que la idea de concertar tres declaraciones no era la
más viable y que sería mejor para todos que U Thant se limitara a tomar notas
sin llegar a ninguna votación en el Consejo de Seguridad.
La cobardía política de Kruchev, por así decirlo, permitía a Kennedy,
ignorar a Fidel Castro como parte de las negociaciones. Mikoyán se quedó sin
argumentos.
Mikoyán insistió sobre los vuelos de reconocimiento y Kennedy expuso que
estos se ejecutarían a gran altura. Mikoyán aludió a la violación del derecho
internacional y añadió que en ese caso los E.U. debían aceptar la inspección
multilateral y expresó: "Parece
que Estados Unidos no quiere apagar todas las chispas del incendio (provocado por ellos mismos) y nosotros
queremos resolver este asunto cuanto antes para poder pasar a otros problemas y
resolverlos también. ¿Qué le puede decir a Kruchev? ¿Le puedo decir que ustedes
están dispuestos a cumplir las obligaciones que han contraído o que no están
dispuestos?"
Tal vez Kennedy haya pensado que Mikoyán era tonto del culo.
El asunto es que el día 3 de
diciembre de 1962 las posiciones de ambos países no habían experimentado ningún
cambio. Ese día, Arthur Silvester, Secretario Auxiliar del Departamento de
Defensa de los E.U., comunicó que la URSS había iniciado la evacuación de sus
bombarderos IL-28 de Cuba. Faltaba aún la retirada de las tropas soviéticas.
El día 12 de diciembre de 1962 Kruchev dio a conocer un informe en el que
hacía serias advertencias a los Estados Unidos para que cumplimentaran sus
obligaciones para la solución de la crisis: "El Gobierno soviético confía en que las obligaciones asumidas por
Estados Unidos de América respecto a Cuba serán observadas rigurosamente, pues
la infracción de tales obligaciones resultaría peligrosa, no solo para la
región, dado que inevitablemente suscitaría un nuevo y agudo conflicto y
crearían una nueva amenaza para la paz". Y agregó que "...las obligaciones tienen vigencia
mientras la otra parte cumpla el acuerdo. Si las obligaciones asumidas no son
cumplidas por la otra parte, nos veremos forzados a emprender las acciones que
exija la situación creada".
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