jueves, 11 de octubre de 2012

Los IL-28 (la crisis de octubre)

    









                        Octubre de 1962
                             
                             La Crisis de los IL-28
                                       
         

Radio de acción de los IL-28


                            
El martes 6 de noviembre de 1962, el gobierno de Estados Unidos, planteó oficialmente una nueva exigencia, la retirada de los IL-28, como solución de la crisis.





Asimismo, el Departamento de Defensa norteamericano informaba el cierre del tráfico en el Canal de Panamá para permitir el paso de 17 naves de guerra, que incluían portaaviones, destructores y submarinos, los cuales se unirían a las fuerzas desplegadas en el Caribe.
El día 7de noviembre de 1962, la delegación de Estados Unidos en las Naciones Unidas anunció el acuerdo con la URSS para la comprobación visual de la retirada de los cohetes y la inspección, por parte de la Cruz Roja Internacional, de los barcos mercantes soviéticos que se dirigían hacia Cuba.
El jueves 8 de noviembre, U Thant se entrevistó por separado con Lechuga y Kuznetzov para ventilar principalmente la nueva demanda de Estados Unidos respecto al retiro de los IL-28.
La carga ofensiva del IL-28 era impresionante. Dos toneladas de bombas (4 bombas de 500 Kg) en una bodega interna, tres en sobrecargado (4 bombas de 250 Kg), con capacidad para llevar bombas de caída libre convencional y bombas nucleares. Disponía de una pareja de cañones NR-23 de 23mm de calibre en el morro y de otra pareja de NR-23 también de 23mm en una torreta en la cola para defensa contra cazas e interceptores. Su radio de acción alcanzaba los 1300 Kms.
Posteriormente, delegados norteamericanos y soviéticos celebraron un encuentro con el mismo tema, el cual se prolongó alrededor de cuatro horas, sin llegar a ningún acuerdo. Los norteamericanos insistían en que los IL-28 eran "armas ofensivas" y, por tanto, debían ser retirados, según lo convenido entre Kruchev y Kennedy. Los soviéticos afirmaban que eran naves anticuadas y no ofrecían ningún peligro para Estados Unidos.
La administración norteamericana informaba que se había verificado en los buques soviéticos la retirada de los 42 cohetes.
El lunes 12 de noviembre, la Secretaría de Prensa de la Casa Blanca anunció que el gobierno no había cambiado su posición, pues los IL-28 eran armas ofensivas, y, por ello, debían ser retirados antes de levantar el bloqueo naval.
El jueves 15 de noviembre, Fidel Castro envió una carta a U Thant, en la cual protestaba por las continuadas violaciones de su espacio aéreo, que no solo fotografiaban las instalaciones desmanteladas, sino todo el territorio nacional. Fidel Castro explicaba que esas acciones, no solo lesionaban esencialmente la seguridad, sino también ultrajaban la dignidad. Por esas razones, decía que no era posible pedirle, en nombre de las negociaciones, que tolerara semejante atropello. Y advertía que (...) hasta donde alcance el fuego de nuestras antiaéreas, todo avión de guerra que viole la soberanía, invadiendo nuestro espacio aéreo, solo podrá hacerlo a riesgo de ser destruido.
Al día siguiente, un vocero del Departamento de Estado norteamericano replicaba a la protesta, insistiendo en que ese tipo de acciones aéreas sobre Cuba continuarían y afirmó que las realizaban en cumplimiento de los acuerdos de la OEA del 23 de octubre. Sin embargo, solo mantuvieron las misiones a gran altura de los U-2.
El domingo 18, las negociaciones continuaban en Naciones Unidas sin que ninguna de las partes cediera. Kennedy había propuesto oficialmente levantar el bloqueo tan pronto Kruchev  accediera a retirar los aviones, pero este declinaba aceptar la proposición sin el previo consentimiento de Fidel Castro.
Estados Unidos acusaba a Fidel Castro de obstaculizar la solución de la Crisis por su negativa a aceptar la inspección, así como no tolerar los vuelos de reconocimiento sobre su territorio y oponerse a la retirada de los IL-28. El proyecto de dictador totalitario estaba provocando las condiciones para ser atacado por los Estados Unidos, en un momento en que los soviéticos cedían ante las exigencias norteamericanas.
Kennedy finalmente anunció que el 20 de noviembre informaría a la prensa las futuras medidas que el gobierno de los Estados Unidos pensaba aplicar en el caso.
El 19 de noviembre preparó cartas para el primer ministro británico, Harold MacMillan; el canciller alemán Konrand Adenauer y el presidente francés Charles De Gaulle, advirtiéndoles que la crisis podría plantearse de nuevo en breve, y que se inclinaba a considerar la conveniencia de mantener el bloqueo naval y realizar un ataque aéreo masivo sobre Cuba.
El lunes 19, Fidel Castro divulgó un nuevo mensaje al Secretario General de las Naciones Unidas, en el cual nuevamente planteaba que se habían interpretado “erróneamente” sus argumentos.



Harold McMillan


Fidel Castro afirmó que él no había obstaculizado, en lo más mínimo, las negociaciones. Expuso que se había convertido la cuestión de la retirada de los IL-28 en el eje del problema. Al respecto, apuntó que esos aviones eran propiedad de la Unión Soviética y que si esta consideraba conveniente la retirada de esos aviones para la buena marcha de las negociaciones y a la solución de la crisis, no obstaculizaría esa decisión. Ahora, era Fidel Castro quién cedía ante la posición de fuerza de los Estados Unidos.



El martes 20 de noviembre, quince horas después del comunicado de Fidel Castro a U Thant, llegó a la Casa Blanca un mensaje de Kruchev, en el cual anunciaba que serían retirados los IL-28 en un plazo de 30 días.

Konrad Adenauer


Ese mismo día, en una conferencia de prensa, Kennedy anunció que se habían reducido los peligros debido a la decisión soviética de retirar "las armas ofensivas". Más adelante planteó: "...si todas las armas ofensivas se retiran de Cuba y se las mantiene fuera del hemisferio en el futuro, bajo comprobación y salvaguardias efectivas, y si no se usa a Cuba para exportar los propósitos agresivos del comunismo, habrá paz en el Caribe".

Charles Degaulle


Acto seguido anunció: "...no abandonaremos los esfuerzos de orden político y económico o de otra naturaleza, en el hemisferio, para impedir la subversión procedente de Cuba, ni nuestra esperanza y propósito de que el pueblo cubano pueda ser algún día verdaderamente libre; pero estos objetivos son diferentes del intento de emprender una invasión militar a la Isla".

Dio a entender también que continuaría con las incursiones aéreas sobre Cuba, bajo el pretexto de que el régimen de Fidel Castro no había permitido observadores internacionales en su territorio.

Ese mismo día martes 20 de noviembre, McNamara ordenó el cese de la cuarentena. Por su parte, las tropas del “Pacto de Varsovia” declararon su paso a las condiciones normales.

Dos días más tarde, Fidel Castro ordenó medidas similares.

En la tarde del domingo 25 de noviembre de 1962,  tuvo lugar una reunión, en sesión conjunta, entre las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) y el Consejo de Ministros del régimen de Fidel Castro, donde se trataron los problemas referentes a la solución de la crisis y para analizar la respuesta a las palabras del Presidente Kennedy del día martes 20 de noviembre, cuando éste anunció el cese de la cuarentena.

Se acordó hacer pública una declaración para dar a conocer al pueblo y al mundo la posición del régimen.

El documento rechazaba la comprobación o la inspección (en territorio de Cuba) derivados de los acuerdos alcanzados entre la URSS y los E.U.

La declaración proclamaba que el régimen se reservaba el derecho de adquirir armas, de cualquier tipo, para su defensa.

Reafirmaba que los resultados obtenidos hasta aquel momento en las negociaciones soviético-norteamericanas, habían evitado un conflicto armado, pero no habían logrado la paz en el Caribe.

El lunes 26 de noviembre partía Mikoyán hacia los E.U. donde conversaría con los representantes soviéticos y norteamericanos, en las Naciones Unidas. Se entrevistó también con el Presidente Kennedy.

Mikoyán intercambió opiniones con U Thant, sobre la marcha de las negociaciones y le informó que el gobierno de la URSS y el régimen de Fidel Castro respaldaban su plan sobre el establecimiento de puestos de control de las Naciones Unidas, en los países de la cuenca del Caribe, incluyendo el territorio de los E.U., donde observadores internacionales controlarían el cumplimiento de los compromisos contraídos.

La URSS y el régimen de Fidel Castro habían presentado un proyecto de protocolo tripartito, al cual el gobierno de los E.U. no le prestó mayor interés. Ya el daño había sido inferido por parte de Kruchev, al ningunear a Fidel Castro. Los E.U. impedirían cualquier negociación en la cual estuviera representado el proyecto de dictador totalitario cubano.

La iniciativa de U Thant tampoco prosperó.

El día 27 de noviembre de 1962 la delegación norteamericana presentó un proyecto con nuevas exigencias, entre las cuales señalaba el retiro de todos los sistemas de armas para fines ofensivos, a la vez que legitimaba su interés por fiscalizar las armas que el régimen imperante en Cuba podía tener para su defensa y proclamaba su derecho a mantener los vuelos de reconocimiento con el propósito de controlar la obligación del gobierno soviético de no enviar armamentos ofensivos a la isla.

Aquel documento condicionaba el compromiso de no invadir el territorio cubano, a que el régimen imperante no pusiera en peligro la paz y la seguridad del hemisferio occidental.

El proyecto soviético establecía claramente los compromisos contraídos en el proceso negociador.

El régimen de Fidel Castro realizó las observaciones de rigor a los dos proyectos. No aceptó como válido un acuerdo que no tomara en consideración los cinco puntos formulados el 28 de octubre.

Denunció también la pretensión norteamericana de incluir nuevas exigencias en su declaración y rechazó como ineficaz toda oferta de no invasión con carácter condicional, pues invadir no es un derecho de los Estados Unidos, sino un delito internacional.

El día 28 de noviembre Mikoyán se entrevistó con Adlai Stevenson y John McCloy. Durante la conversación expuso su criterio de que el proyecto presentado por los E.U. omitía algunas de las estipulaciones contenidas en los mensajes de Kruchev a Kennedy, incluyendo nuevas exigencias y señaló que el gobierno soviético respaldaba la posición del régimen de Fidel Castro, puesto que "ahora" consideraban que los cinco puntos eran indispensables para la solución definitiva de la crisis.

Los norteamericanos aseguraron a Mikoyán que los E.U. cumplirían los compromisos y expresaron que preferían un control de las Naciones Unidas para verificar los compromisos contraídos pero, la negativa de Fidel Castro lo hacía imposible y por tanto continuarían ejecutando las observaciones necesarias con sus propios medios.

Las demandas contenidas en los cinco puntos, al entender de los norteamericanos, no se encontraban reflejados en las estipulaciones contenidas en los mensajes de Kruchev a Kennedy y por tanto no entrarían a discutirlas.

Mikoyán viajó, al día siguiente (29 de noviembre de 1962) a Washington para sostener una conversación con Kennedy, donde volvió a tocar el tema de los proyectos de declaración.

Mikoyán  se mostró insatisfecho debido a que la propuesta norteamericana anulaba las obligaciones contraídas. Por su parte, Kennedy planteó que la idea de concertar tres declaraciones no era la más viable y que sería mejor para todos que U Thant se limitara a tomar notas sin llegar a ninguna votación en el Consejo de Seguridad.

La cobardía política de Kruchev, por así decirlo, permitía a Kennedy, ignorar a Fidel Castro como parte de las negociaciones. Mikoyán se quedó sin argumentos.

Mikoyán insistió sobre los vuelos de reconocimiento y Kennedy expuso que estos se ejecutarían a gran altura. Mikoyán aludió a la violación del derecho internacional y añadió que en ese caso los E.U. debían aceptar la inspección multilateral y expresó: "Parece que Estados Unidos no quiere apagar todas las chispas del incendio (provocado por ellos mismos) y nosotros queremos resolver este asunto cuanto antes para poder pasar a otros problemas y resolverlos también. ¿Qué le puede decir a Kruchev? ¿Le puedo decir que ustedes están dispuestos a cumplir las obligaciones que han contraído o que no están dispuestos?"

Tal vez Kennedy haya pensado que Mikoyán era tonto del culo.

El asunto es que el día 3 de diciembre de 1962 las posiciones de ambos países no habían experimentado ningún cambio. Ese día, Arthur Silvester, Secretario Auxiliar del Departamento de Defensa de los E.U., comunicó que la URSS había iniciado la evacuación de sus bombarderos IL-28 de Cuba. Faltaba aún la retirada de las tropas soviéticas.

El día 12 de diciembre de 1962 Kruchev dio a conocer un informe en el que hacía serias advertencias a los Estados Unidos para que cumplimentaran sus obligaciones para la solución de la crisis: "El Gobierno soviético confía en que las obligaciones asumidas por Estados Unidos de América respecto a Cuba serán observadas rigurosamente, pues la infracción de tales obligaciones resultaría peligrosa, no solo para la región, dado que inevitablemente suscitaría un nuevo y agudo conflicto y crearían una nueva amenaza para la paz". Y agregó que "...las obligaciones tienen vigencia mientras la otra parte cumpla el acuerdo. Si las obligaciones asumidas no son cumplidas por la otra parte, nos veremos forzados a emprender las acciones que exija la situación creada".
Alardes de Buey Viejo








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