NO FUE POR CASUALIDAD

La historia del descubrimiento de América (para Europa), mal contada desde hace cinco siglos, refiere que un día, desde el carajo del palo mayor de una de las tres embarcaciones que componían la expedición, Rodrigo de Triana exclamó "Tierra".
Al clarear el alba se encontraron con..., una isla.

En nombre de los Reyes Católicos, el jefe de la expedición tomaría posesión de aquella tierra, bautizándola con el nombre de San Salvador (Guanahaní). Ocurrió el 12 de octubre de 1492.

Se trataba de Salvador Fernandes Zarco, hijo ilegitimo del Duque de Viseu y 3er Duque de Beja, gobernador de la Orden de Cristo y primo y cuñado del Rey Juan II de Portugal.
Salvador habría nacido de una relación con una hija de Joâo Gonçalves Zarco, descubridor de Madeira.

Salvador Fernándes Zarco (Cuba, Alentejo, Portugal)

Zarco era de origen judío, por lo cual el Rey Afonso V le asignó el apellido "Cámara de Lobos" al convertirse a la fe cristiana.

El Duque de Viseu y de Beja, al que hago mención, fue muerto por el Rey Joâo II de Portugal, al descubrirse una conspiración que intentaba su asesinato.
Salvador, hijo ilegítimo de ascendencia judía (por parte de madre), había estudiado y llegado a comandar navíos portugueses. De acuerdo a las estipulaciones monárquicas no se podían comandar navíos portugueses sin pertenecer a la nobleza.
Había casado con Felipa Moniz Perestrello, hija del gentil hombre Bartolomé Perestrello, quién estuviera al servicio de la casa de Henrique el Navegador. En la época era imposible el matrimonio entre nobles y plebeyos.
De manera que muerto el Duque de Viseu y de Beja, Salvador huye con su hijo Diogo hacia el Monasterio de la Rábida en Palos, Huelva, donde encuentra refugio de manos de el padre Marchena (judío converso).

Viéndose Salvador, obligado por las circunstancias políticas a ocultar su origen, adopta el nombre de Cristófom Colon, cuyo significado no es otro que el de "Miembro de la Orden de Cristo".

Salvador (Colon) nació en una aldea conocida con el nombre de Cuba en la región de Alentejo, Portugal, en 1451. Hablaba portugués, portuñol y hebreo; algunos conocimientos de latín, pero jamás habló o escribió en italiano.

Mucho antes de haber descubierto tierra alguna, al presentarle (???) su proyecto al Rey Don Joâo II, le exigía el título de "Don" y ser nombrado "Caballero de Espuelas Doradas"; totalmente insólito para un descendiente de un cardador de lana genovés.

Salvador inició su carrera marítima desde muy joven y tuvo acceso a prácticamente todo lo conocido (hasta entonces), sobre análisis, cálculos, geografía, astronomía y el uso de la brújula, el astrolabio, así como las cartas de navegación más avanzadas de la época. Esto lo llevaría a considerar la posibilidad de llegar al Asia utilizando la ruta occidental.

La Orden de Cristo, heredera de la Orden de los Caballeros Templarios en Portugal, dedicaba todos los esfuerzos a la navegación marítima. El padre de Salvador (Colon) había sido el Gobernador de la Orden hasta su muerte.

Posiblemente Salvador (Colon) jamás imaginó que en su camino se interpondría un inmenso continente. Era visionario, emprendedor y un profesional cargado de inmensa experiencia marinera.

Aventurero, sí, al igual que todos los marinos de su época, emprendió el viaje un día 3 de agosto de 1492. El mismo día que se hace pública la orden de expulsión de los judíos de España. Partió del puerto de Palos*, en Huelva.

Murió prácticamente en la miseria, en Valladolid, un día como hoy, de 1506, con tan solo 57 años.

Por razones bastantes oscuras, que solo pueden entenderse si se conoce su origen, le fueron retirados todos los títulos y mal tratado hasta la ignominia.

Nada fue casual.

*A mediados del siglo XVI, los primeros cronistas del descubrimiento de América, Gonzalo Fernadez de Oviedo y Francisco López de Gómara, creyeron que Palos y Moguer era un solo pueblo, y crearon el nombre incorrecto de Palos de Moguer, que se extendió con la velocidad que lamentablemente suelen hacerlo la mentira y el error, pasando a enciclopedias y manuales de estudio, pero sobre todo en las crónicas de india, como tenemos de ejemplo el libro de Francisco López de Gómara, Historia general de las Indias - Obras maestras.