sábado, 29 de abril de 2023

Crítica al libro “FRONTERAS” del General de Brigada (fallecido) Enrique Acevedo Gonzalez (sexta parte)


Crítica al libro “FRONTERAS” del 


General de Brigada (fallecido) Enrique Acevedo 


Gonzalez                     (cuarta parte)



                          El Regimiento Centro (continuación 3)


Acevedo continúa relatando que, para completar los conocimientos del terreno, 

planifican un vuelo a Lubango (antigua Sa da Bandeira)*


*Lubango fue una de las primera ciudades y regiones colonizadas por los portugueses para aprovechar su fértiles zonas 

agrícolas. Esto hizo que varios cientos de familias emigraran a la entonces Africa del Sur-oeste Alemana, (después 

Namibia) mientras que unos mil colonos procedentes de la isla de Madeira, ocuparon la región en 1881, sobre todo para 

el cultivo de la patata. En 1910 eran 1 700 los colonos de Madeira instalados en la ciudad. (nota del autor).


                                                                             Panorámica de Lubango


Serían 20 oficiales. Esto les daría la oportunidad de conocer el sur de Angola, 

llegando hasta Roçadas (ahora Xangongo), a 200 Kilómetros de la frontera y a 

las orillas del río Cunene. Esa noche duermen en Cahama (todavía tiene una 

pequeña pista de tierra.


Al día siguiente visitan el parque nacional Bicuari, con la indicación expresa 

de no “tirarle” a nada. Parece que alguien está al tanto de la inclinación de 

Acevedo por las cacerías.


Por delante de su vista, pasan búfalos del cabo y manadas de Palancas, Gungas 

y Guelengues. Visitan el puente sobre el rio Cunene y cruzan en una 

“changada” hacia la margen este y continúan hasta N´Giva (antes Pereira d

´Eça). Hacen noche en el valle de Palanca a 1,300 metros de altitud sobre el 

nivel medio del mar.


Es en ese lugar en el que radica un batallón del Regimiento Sur, cuyo jefe es el 

Coronel Harold Ferrer*



*De triste recordación en los eventos de Cassinga al año siguiente: El Teniente 

Coronel Toledo nos comentaba que el día 4, tres horas después de comenzado 

el ataque al poblado, el jefe de las tropas cubanas en Techamutete , Coronel 

Harold Ferrer Martínez, había estado preguntando, insistentemente por radio, 

si se suspendía el control a fin de bajar de los calzos a los tanques y proceder 

hacia Cassinga. Continuó diciendo que al cabo de tres horas y solo después de 

que el General Raúl Menéndez Tomassevich se cagara varias veces en su 

madre, fue que el jefe de las tropas de Techamutete avanzó hacia el poblado de 

Cassinga. En honor a la verdad, debemos decir que no fue este el único de los 

jefes que titubeó. Otros de mucho más rango titubearon en el Puesto Central de 

Mando de la MMCA. (nota del autor)


Al amanecer la temperatura está entre dos y tres grados Celsius.

Al día siguiente bajan de la meseta al desierto de Namibe, dirigiéndose hacia 

Lobito. Le llama la atención de que, pese a lo esteril que puede ser el desierto, 

abunda una fauna increíble (su espíritu de cazador empedernido no lo deja 

tranquilo), También le llaman la atención las mujeres de la tribu “Mumuila”, 

porque no se tapan los senos.


Tribu Mumuila


En un almacén del Regimiento Sur se encuentran varias estibas “raras”. Dicen 

que pertenecían al tren de Savimbi. Algunos de esos productos “tienen poca o 

ninguna salida”, por no adaptarse al gusto de los cubanos. “Como aprendiz de 

gourmet*, detecto víceres probados en mejores épocas**; paté de foie gras en 

lata, ginebra extra seca holandesa, salmón, mantequilla de cacahuete y otras 

más...” Por demás, lamenta echarle a perder, la historia del tren de Savimbi y 

llevándose esos artículos, les comenta que, por datos serios (¿Cuales, los de 

él?) que aquellos pertenecía a un convoy que (de forma semanal) hacía llegar, a 

través del ferrocarril central, proveniente de Zambia…


Entra, entonces, en una explicación sobre cómo habían llegado esas cosas a 

aquel lugar y finaliza diciendo: … “durante la ofensiva “susurú” (refiriéndose a 

los sur-africanos) el ren quedó atascado, que luego fue ocupado y distribuido 

alegremente entre FAPLAS y cubanos, pensando que era propiedad de Savimbi 

y dejando a la alta oficialidad cubana, como perfectos ignorantes”. “No hay 

más justificación” y así termina Acevedo este cuento gourmet:


*Persona con altos conocimientos en gastronomía y aficionada a las comidas exquisitas.

** ¿Que quiso decir, Acevedo, con eso de…, otras mejores épocas? ¿Estaría refiriéndose a la época pre/1959 cuando el 

era un menor de edad pre-burguesito?


Visitaron Lobito y Benguela (según Acevedo “un paraíso, un enorme oasis 

costero”, donde comienza (hacia el sur) el desierto de Namibe. Al día siguiente 

regresan a Lubango. Le toca acompañar a Gabriel García Márquez en el viaje 

de avión AN-26, al cual le llama “chipojo”, por su pintura de camuflaje, debe 

ser.


García Márquez le dice que tienen que buscar algo para darse un “buen palo” 

antes de montar al avión y le traen una botella de whisky Sbet. Sin más 

preámbulo y sin brindis se dan “el palo” y al colombiano se le salen los ojos de 

las órbitas: “¿Que rayos es esto?”, pregunta anonadado. Resultaba ser una 

bebida angolana que no hay Dios que se la dispare. Dice el colombiano que es 

ácido de batería.


                                                        Gabriel García Márquez


Acevedo, en la página 87, se asombra de los nombres de las columnas y 

batallones de la UNITA: “Bate cubano, Sangre del pueblo, Orgullo Negro, 

Gallo Negro, Sufrimiento Negro”…, y dice: “En sus nominaciones se observa 

la política de negritud racista trazada por Savimbi.


Más adelante dice: “Por la vorágine de los acontecimientos, no he podido salir 

de vacaciones cada seis meses”. Lleva un año y de misión y aunque no ha 

parado de salir de cacerías, parece que extraña el terruño.






















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