Fidelismo: Régimen político fundado en el predominio del totalitarismo de la miseria como elemento catalizador y aniquilador de riqueza.
Por Mario Armando Riva Morales
Anotaciones
en itálicas y negritas por: Mario Riva Morales
Miró
perplejo, suspiró resignado, y solo cuando encontró una mirada
comprensiva, una expresión de empatía, se decidió a hablar:
“Resulta que ahora todos los dulces cuestan dos pesos; pagué con
un billete de cinco por dos polvorones, de 1.50, y solo me
devolvieron un peso”.
Eso,
en cualquier país del mundo, se llama robo.
Semanas
antes, en otro establecimiento, una conversación similar: “Están
acabando. ¿Para qué dicen que las galletas de sal cuestan 12. 50 si
te las cobran a 13? Cuando pagas con 20 pesos, te devuelven siete; si
lo haces con 15, dos; pero si das 13, ni siquiera se molestan en
disculparse por no devolverte los 0.50 centavos restantes. Y ni
reclames, porque entonces te tildan de ridículo”.
Y,
en la otra orilla, la inalterable justificación: “Lo siento, no
tengo pesetas”; “ay qué pena, hoy no me han traído menudo”,
“te debo los diez centavos, no tengo medio”. Pululan las excusas.
Cuando
el dinero circulante no tiene valor, suceden estas cosas. Las
personas no saben que hacer con tal de adquirir el producto. Son
capaces de permanecer callados, no vaya a ser que el dependiente deje
de vender el producto, o tome represalias con los que aun no lo han
adquirido.
En
una ocasión me sucedió algo parecido con un taxista. No tenía
cambio para devolverme el dinero sobrante, con el cual le había
pagado la carrera. Sencillamente, le dije que hasta que me diera el
vuelto, no me bajaba del taxi. Se puso verde y me maltrató de
palabra todo lo que le dio la gana, pero yo tenía tiempo y no estaba
interesado en mantener una discusión. Permanecí callado hasta que
el taxista, viendo que perdía mucho tiempo, decidió buscar el
cambio.
Un
mal incurable, una epidemia que sacude, así se me antoja la práctica
extendida de escamotear el vuelto en el acto de consumo, sobre todo
si de menudo se trata. Al parecer, los expendedores dan por sentado que el cliente les dejará una propina, como si fuera obligatorio hacerlo, como si el servicio que le han brindado lo mereciera.
Que
levante la mano quien no haya caído alguna vez ante tal zancadilla a
nuestro derecho como consumidores, tropiezo que nos lleva a dudar de
la valía del dinero fraccionario porque ya casi nada cuesta menos de
un peso, y donde todavía los precios se aprecian con esos valores,
pocas veces te devuelven los centavos que sobran del importe.
Al
parecer, de poco sirve que contemos con una Resolución,
la No. 54/2018,
a cuya sombra deberíamos ampararnos los consumidores. En uno de sus
incisos, la normativa establece el derecho a “la entrega completa
del dinero que excedió al efectivo entregado por el bien o servicio
recibido, incluyendo la moneda fraccionaria”. Entonces, ¿por qué
persiste la tendencia a no dar el cambio?
Abundan
los ejemplos. Y estos mortifican más cuando en idéntico contexto se
les niega a determinados consumidores la venta de un producto o el
acceso a un servicio, precisamente, porque el dinero que lleva no es
suficiente, porque les faltan esos centavos que el/la dependiente sí
puede guardarse, pero no le perdona al comprador, para quien no hay
excusa, sobre quien cae todo el peso de la obligación de abonar la
suma establecida.
Una
anécdota de hace varios años ilustra lo anterior. En una cafetería
estatal vendían pan con minuta a 2.50 CUP. Un muchacho de unos trece
años, con dos pesos en la mano, insistía, más bien imploraba, a la
dependienta que le despachara uno. La vendedora, consciente de que
cumplía con su deber (imagínese si le doy a todo el que no tenga o
no le alcance, ¡tendría que pagar de mi bolsillo las minutas!)
continuaba impasible su venta, pero a nadie que no pagara con
exactitud le devolvía los correspondientes 0.50 que excedían,
agarrada a la eterna justificación: “no tengo menudo”.
Dentro
de la cola, una muchacha observaba con indignación la escena y, al
tocar su turno, le dice a la expendedora: “Por favor, dele el pan
al niño. Voy a pagar con tres pesos, los ‘50 kilos’ que me
sobran, y veo que no me dará, son para completar su dinero”.
Yo
también tengo una anécdota. Me ocurrió durante unas vacaciones en
un balneario muy visitado. Nos levantamos temprano para ir a
desayunar. Llegamos al restaurante y nos sentaron en una mesa que
daba a unos cristales que nos separaban del exterior. No estaba mal,
para ser un mes de agosto el aire acondicionado funcionaba de
maravillas. La empleada nos tomó la nota y comenzó nuestra espera.
Pasaron 15 minutos y en ese tiempo llegaron otros comensales. A los
treinta minutos le preguntamos, a la misma empleada que nos había
tomado la nota, el porqué de la demora. Al cabo de 45 minutos, los
comensales que habían llegado después que nosotros ya estaban
acabando de desayunar y nosotros con las lenguas pegadas al paladar.
Al cabo de una hora y de varios cuestionamientos a la empleada, nos
trajeron la cuenta sin haber consumido absolutamente nada. El
berrinche que monté fue mayúsculo. El administrador se presentó y
lo único que se le ocurría decirme era: “Companero usted debe de
comprender...” Comprender qué?, le preguntaba yo. Comprender el
mal trato recibido? Entonces se le ocurre decirme que la empleada era
militante del partido. Peor que peor. Por esa época yo era también
militante y del mismo partido, porque no hay otro, le repliqué. El
administrador continuó con su letanía de la comprensión y yo me dí
por vencido. Eso sí, no pagué. Hubiera sido el colmo!
Cuántas
veces habremos vivido pasajes similares; cuántas veces habremos
preferido callar antes de mostrar nuestra inconformidad, so pena de
parecer “ridículos”. Pero el escamoteo al vuelto no tiene
justificación alguna. Según han asegurado directivos del sistema
bancario en diversas ocasiones y a diferentes órganos de prensa del
país, hay disponibilidad de moneda fraccionaria en todas las
sucursales y, por tanto, los establecimientos comerciales pueden
garantizarlos y cumplir así con su deber.
La
propina no puede ser obligatoria, ha de nacer de la satisfacción por
el servicio recibido. Negar el vuelto bajo la excusa de no poseer
menudo es una forma de maltratar al consumidor, de violar su derecho, de robar.
La de no aceptar propina ha sido otro de los principios “revolucionarios”
que se han dado por vencidos. Poco a poco, sin prisa, pero sin pausa,
el régimen va claudicando en todos sus principios estratégicos.
La
no aceptación de propina, surgida de la necesidad de incorporar a
los cortes de cana de azúcar a los empleados del sector de la
industria turística, allá por los anos 70, fue uno de los primeros
principios en morir cuando Fidel Castro aceptó que el dólar
volviera a circular en Cuba.
Anotaciones
en itálicas y negritas, por Mario Riva Morales
Ochocientos
mil es un número grande y si se trata de personas puede ser la
cantidad de habitantes de una ciudad y hasta de un país, o la cifra
de miembros de un movimiento social o político. Es de esperar que en
una democracia, que se cancele abruptamente, por decisión
unipersonal de un gobernante, algo que ochocientas mil personas se
habían propuesto hacer, debería generar encendidas protestas en las
calles y largos debates en los medios de comunicación y en el
parlamento.
Nada
tienen que ver la cantidad de personas o habitantes de una ciudad o
de un país, incluso de un movimiento social o político, cuando una
persona jurídica decide cancelar un negocio que, en virtud de las
leyes de un país, se ha vuelto nefasto para sus intereses.
Es
el caso de los cruceros que arribaban a Cuba y a los que precisamente
se refiere el “periodista” Iroel Sánchez.
He
aquí la respuesta a su interrogante del por qué no existen
encendidas protestas en las calles de los Estados Unidos o largos
debates en los medios de comunicación o en el parlamento del país
referido:
Poner
en vigor un capítulo de una ley aprobada y congelada, por motivos
políticos durante varios anos, es totalmente legal y no el capricho
del gobernante que la descongela, sino su decisión.
Pero
si, además, es un secreto a voces que esa decisión unipersonal es
el fruto de cabildeos en los que se complace a unos pocos políticos
para obtener de ellos apoyo en un distrito que se juzga decisivo para
una elección presidencial entonces en esa democracia modelo debería,
como dice una antigua frase, “arder Troya”.
Continuar
con su mentira, Sr. Sánchez, solo enganará a aquellos que se
quieran enganar. Usted, mejor que nadie sabe que no se trata de
cabildeos para complacer a unos pocos políticos, sino que los muchos
políticos que pudieran estar en contra de la decisión presidencial
saben que es imposible irle en contra, debido a que es una
prerrogativa que tiene el Presidente de los Estados Unidos de
América. Le guste o no!
En
lugar de hacerse preguntas que no le corresponden o están a su
alcance, debe dedicarse a preguntar que hacer con los miles de TCP
que han quedado sin trabajo e indefensos (y sin ayuda inmediata) por
parte del “gobierno” de su país. Cuantos TCP han quedado parados
Sr. Sánchez? A cuantos se le presta ayuda económica?
Sin
embargo, debido a una decisión
del presidente Donald Trump,
ochocientos mil ciudadanos estadounidenses han perdido sus reservas
para viajar como cruceristas a Cuba y todos felices.
¿Protestas
de los afectados? Ninguna. ¿Debates en el Congreso federal? Ninguno.
¿Editoriales de los periódicos? Mucho menos.
Hay
aquí una paradoja, Sr. Sánchez: Mientras que a esos ochocientos mil
ciudadanos norteamericanos se les devuelve el dinero íntegro de sus
reservas, a los TCP que les parta un rayo. Es por eso que los
norteamericanos están felices, mientras que los cubanos se
encuentran inseguros, indecisos y…, a sabiendas de quién es el
culpable de todos sus problemas prefieren culpar al etéreo
“imperialismo” y callar por miedo a represalias de un régimen sin escrúpulos.
Cuando
el gobierno cubano puso un límite de precios a los transportistas
privados para garantizar la accesibilidad de ese servicio y eso
provocó desacuerdos entre choferes y dueños, muchos medios de
comunicación estadounidenses siguieron día a día el tema, hablando
de “protestas” y “huelgas” pero resulta que ahora que son sus
ciudadanos los afectados, incluyendo los propietarios de 17
compañías, con 25 barcos, no ha sido lo mismo.
No
es posible comparar las medidas absurdas (económicamente) de limitar
(por decreto) los precios de los transportistas cubanos, bajo el
pretexto increíble de “garantizar” la accesibilidad a ese
servicio (que se muestra incapaz de prestar el “gobierno”) con
una Ley aprobada por el Congreso de los Estados Unidos.
Esta
es otra respuesta a su infantil artículo.
Acaso,
Sr. Sánchez, no se da cuenta que ni los ciudadanos norteamericanos,
ni los propietarios de las 17 companías, ni los 25 barcos que usted
menciona, han perdido mucho en la aplicación de la ley? En todo caso
lo correcto sería decir “han dejado de ganar”, que no es lo
mismo. O, perdieron el tiempo intentando negociar con un imposible. Pero ese es el riesgo que , corren los emprendedores, en un sistema capitalista.
Si
sólo el 1 por ciento de esos 800
000 afectados por la cancelación de los cruceros (equivalente
a 8000 personas) le escribiera a su congresista, protestara frente a
las oficinas federales en su estado, o hiciera llegar una carta a
esos medios de comunicación cuyo servicio a las audiencias son el
modelo para quienes aún creen en la llamada prensa libre, tendríamos
alguna noticia al respecto, pero del uso de esos espacios para
defender lo que el presidente Obama llamaba “valores universales”
cuando se dirigía a los cubanos, no llegan ni señales de humo.
En
la medida que se va desarrollando su artículo, puedo apreciar que
no, que Sánchez no tiene la menor idea de cómo funciona un país
normal. Que es lo que va a reclamar una persona natural? Esa persona
tiene la opción de viajar en el, o los cruceros, que le plazca, sin
visitar a Cuba. Esa persona no ha quedado desamparada, tal y como
ocurre con los TCP cubanos. Es por eso que ninguno ha hecho uso de su
deber como ciudadano de protestar y reclamarle a las autoridades.
Es
que Sánchez desconoce que la Constitución de los Estados Unidos
contempla que el gobierno de la nación (federal) está en la
obligación de proteger a las personas naturales y jurídicas. Y que
estas, al contrario de lo que sucede en Cuba, pueden poner en
tribunal al gobierno de la nación en caso que eso no suceda.
The
New York Times está
en guerra contra Trump, pero ya no escribe combativos editoriales
pidiendo cambiar la política hacia la Isla, sino que hospeda una
sección en que izquierdistas arrepentidos tratan de enterrar el
cadáver de sus antiguas convicciones pasando por que escriben sobre
la Revolución cubana.
Otro
asunto, Sr. Sánchez, no se vale que cuando un medio de difusión no
escribe editoriales, como a usted le gustaría, comience a escribir
estupideces sobre izquierdistas arrepentidos. En libertad, todos
tienen derecho a expresarse libremente y no en un solo sentido como
ocurre bajo las garras de su corrupto régimen.
Aquellas
estrellas que viajaban a Cuba,
hacían películas y video
clips en
las calles habaneras y disfrutaban del sol, la música y la simpatía
de los cubanos ya no sólo no se se atreven a visitarnos. La libertad
de expresión reinante en su país no les motiva a opinar sobre
asunto tan nimio que afecta a ochocientos mil de sus conciudadanos,
además de las decenas de miles de cubanos que tan amablemente, según
propio testimonio, los pasearon en sus almendrones y los sirvieron en
sus paladares.
Usted
no entiende nada Sr. Sánchez. No es que las estrellas no se atrevan
a visitar la tierra oprimida por el régimen. Es que están obligados
a respetar las leyes de su país. Y eso no tiene nada que ver con
opinar porque, le repito, nadie (que no sean los TCP desamparados por
su régimen) se ha visto afectado. Ya se lo expliqué en los párrafos
anteriores.
Bueno,
en definitiva poner un límite a viajar por placer no es para tanto y
siempre el crucero puede ir a otro lugar, hay causas más importantes
que en estos momentos movilizan a los estadounidenses como los temas
migratorios, diría alguien. Pero es que hay cientos de miles de
cubanos residentes en Estados Unidos cuyos familiares en la Isla
ahora tienen, por las mismas decisiones unilaterales, enormes
dificultades para visitarlos o emigrar y reunirse con ellos, además
de sufrir los efectos de las medidas adicionales contra los viajeros
norteamericanos a Cuba, pues no pocos están conectados con negocios
privados allí dedicados al servicio turístico, y tampoco tenemos
noticia de que se escuche su voz, excepto cuando los medios de
comunicación cubanos le dan voz a la minoría no silenciosa que
tiene el valor de desafiar la maquinaria político-mediática
dominante en Miami.
Precisamente
Sr. Sánchez, la política de acogimiento llamada “Ley de Ajuste
Cubano” no se promulgó para que las personas naturales hicieran de
ella lo que bien le venga en ganas. Una cosa es visitar a la familia
y otra bien diferente es “mantenerla" a distancia o, en
dependencia del poder adquisitivo (extraordinariamente superior)
visitar cada tres "x" meses a los parientes, para aliviar las tensiones
económicas provocadas por el régimen. Pero no se olvide de algo muy
importante: Las Tiendas de Recuperación de Divisas (TRD) que son
todas y que cobran precios exhorbitantes por cada artículo,
alimentan a la dictadura y le permite a la cúpula vivir con todas
las comodidades existentes en el país que tanto odian.
¿Qué
democracia es esa? ¿O es que ni los versos de un extraordinario
soneto amoroso del gran poeta Nicolás Guillen —“silencio, nadie
a mi dolor responde”— pudieran invocarse porque nada hay que
responder cuando nadie pregunta?
Dejémonos
de tonterías Iroel. Esa es una democracia, que al menos cambia de
dirigente cada “x” tiempo. En Cuba la “democracia” se
eterniza en el poder como si fuera una monarquía.
Y
cierro las anotaciones parafraseando al viejo Nicolás.
Los
comentarios,
en itálicas y negritas, corresponden a Mario Riva Morales
Arnaldo
Ochoa Sánchez y Antonio de la Guardia y Font fueron fusilados hace
30 años, junto a sus lugartenientes Jorge Martínez Valdés y Amado
Padrón Trujillo, como acto final de un drama saturniano que destruyó
al Ministerio del Interior, sacudió al Ministerio de las Fuerzas
Armadas y ahondó el cisma entre gobernantes y gobernados, en una
Cuba abandonada por la URSS, asediada por Estados Unidos y abrumada
por peticiones de clemencia y de apertura política.
Ochoa
era un líder natural dentro del ejército y en su entorno más
cercano, donde eran conocidas y reconocidas sus hazañas combativas
en medio mundo, su belleza, su valor y simpatía y su soslayado furor
por las faldas, padecimiento muy acusado en los poderosos. Quizá,
junto a Efigenio Ameijeiras, Pepito Cuza y Álvaro Prendes, fue el
militar más vigilado y controlado por la Contrainteligencia Militar.
Tony
era un soldado polivalente capaz de lidiar con igual habilidad una
operación para proteger a Robert Vesco, que conseguir un lote de
equipos médicos norteamericanos de última generación, vedado a
Cuba por el embargo. Acomodado de cuna, era como un Lord inglés en
aquella Habana gris; donde sobresalía por ir siempre arreglado.
Sus
amigos de Miramar, del barrio de La Puntilla, colaboradores y amigos
que consiguieron sobrevivir al trauma que les ocasionó su
fusilamiento, lo recuerdan siempre con afecto por su trato fácil y
su disposición a echar una mano en todo lo necesario.
Ambos
fueron corsarios de Fidel Castro, sin ninguna inquietud política que
implicara la pretensión de relevarlo en el poder e implantar una
democracia, aunque discrepantes en algunos aspectos de la política
económica oficial; sobre todo, a partir de haber recibido la orden
de buscar dinero para las empobrecidas arcas cubanas.
Ochoa
y Tony acumulaban largos años de servicios a la causa y entraban en
una edad en la que un hombre comienza a acusar todo el cansancio de
las heridas vitales y conocían a la perfección los problemas de
liquidez de Cuba, las consecuencias del divorcio soviético, la
hostilidad norteamericana, las traiciones angoleñas y la soledad de
su jefe en el escenario mundial.
¿Cuál
era el alcance real de aquella orden de procurar fondos? ¿Incluía
dicha orden el desarrollo de actividades ilegales, incluido el
narcotráfico? ¿Cómo es posible que dos militares valerosos se
degraden asumiendo el contrabando como método habitual de trabajo?
¿Cómo se establece el nexo Ochoa-La Guardia?
La
respuesta cabal a todas estas interrogantes solo la tiene Raúl
Castro y no sabemos si está escribiendo sus memorias y si incluirá
en ella sus recuerdos de aquel verano aciago de 1989, en que una
madrugada se descubrió llorando frente al espejo y se encabronó
consigo mismo.
CiberCuba
ha
hablado en dos ocasiones con tres ex militares cubanas. Viejas,
pobres y doloridas que impusieron sus condiciones para el diálogo
insistiendo reiteradamente en todo tipo de precauciones y exigiendo
condiciones: hablar desde el anonimato, nada de fotos ni grabaciones
y elegir siempre ellas el sitio de los encuentros del que avisarían
una hora antes; aunque previamente han tenido la delicadeza de
indicar la región española donde se produciría.
La
primer entrevista estuvo a punto de irse a pique porque ellas
eligieron un restaurante perdido en la geografía peninsular y a los
postres, y tras escucharnos conversar, un camarero preguntó por
nuestro origen y CiberCuba
indicó que éramos
canarios, de La Palma, a lo que el hombre adujo que su jefa era
cubana y que hablábamos parecido. Pagué y ellas ya se habían
marchado a toda prisa.
Tardaron
dos meses en retomar el contacto para anunciar que interrumpían las
sesiones pactadas, disculpándose por el incumplimiento, pero que no
deseaban seguir metiéndose en líos. CiberCuba
agradeció
la llamada y nos despedimos con cordialidad hasta tres meses más
tarde en que una llamada anunció que querían seguir hablando, pero
fuera del territorio peninsular. Intenté comentarles que en una isla
es más fácil el control de personas, pero ya estaban decididas a
que fuera en Baleares, donde completaron el siguiente relato, que
CiberCuba
no
tiene como contrastar con fuentes independientes por la complejidad
del asunto y la prudencia silenciosa que atenaza a sobrevivientes y
relacionados.
Lo
de Ochoa comenzó por una venganza de los Casas (Senén y Julio)
contra él por un viejo agravio. Ochoa dejó embarazada a una hermana
de ellos y nació una niña que Tomás (Arnaldo Ochoa) reconoció,
pero nunca se casó con la madre y ellos (los Casas) se lo tomaron
como una afrenta. Tú sabes, cosas de gente antigua y de campo.
Nota:
Senén
Casas Regueiro, Nació
el 30
de julio de 1934,
en la provincia de Guantánamo.
Procedente de una familia con posibilidades económicas, Senén
realiza sus estudios de la Segunda Enseñanza y al concluirlo
matricula la carrera de Derecho
en la Universidad de La Habana.
Julio
Casas Regueiro nació
en Mayarí Arriba, el 16 de febrero de 1936. Cursó sus estudios en
la Escuela Profesional de Comercio de Santiago de Cuba. En
junio de 1957abandonó
su trabajo como contador privado en un banco, a causa de la
persecución que sufría por sus
actividades “revolucionarias”,
regresando a la finca de sus padres. Allí
conoció a Raúl Castro y junto a este participó en la creación del
Segundo
Frente Oriental “Frank País” en marzo de 1958.
Posteriormente,
pasó a la Columna No. 6 por haberse creado la misma, participando en
múltiples combates y en la toma de la ciudad de Guantánamo
el
1
de enero de 1959.
Columna
6 Juan Manuel Ameijeiras, conocida como Columna 6 “Juan
Ameijeiras”. Fue una columna guerrillera del Ejército
Rebelde.
Esta
columna fue fundada en febrero de 1958
ubicándose
al frente de la misma al Comandante Efigenio
Ameijeiras.
Cómo
se puede apreciar, ambos son hermanos y los dos procedían de una
familia terrateniente de la zona de “Mayarí Arriba” con
excelente posición económica.
Los
hermanos Fidel y Raúl Castro pertenecían a la misma clase social.
De ahí su compenetración con Raúl Castro, además de poder
utilizar los terrenos para sus fines “revolucionarios”.
Debo
agregar que, ni antes, ni después del triunfo del Ejército Rebelde
sobre las fuerzas del General Batista, los hermanos Casas Regueiro
participaron en combate. Ambos obtuvieron los grados de General,
favorecidos por Raúl Castro.
A
Arnaldo lo mandan a Angola porque la situación era muy complicada;
ya habían mandado a Polo (Leopoldo Cintra Frías) para sustituir a
Mandarria (Gustavo Fleitas Ramírez) que no estaba capacitado para
afrontar una situación tan complicada como la creada por la
irresponsabilidad de soviéticos y angolanos.
Nota:
La “Operación Askari” llevada a cabo por las Fuerzas de Defensa
de Africa del Sur (SADF por sus siglas en inglés) propició unos
acuerdos alcanzados
el 5
de enero del ano
1984.
Ni Cuba y mucho menos la URSS tomaron parte en dichas conversaciones
y acuerdos. Es
a partir de esta fecha que el “gobierno” de José Eduardo dos
Santos, traiciona a sus aliados (Cuba y la URSS) aceptando que
ninguna actividad de la Organización del Pueblo del Africa Sur
Occidental (SWAPO por sus siglas en inglés) se realice en el
territorio de la provincia de Huila (zona de la frontera con Namibia
y donde tenían sus bases logísticas las SWAPO y su brazo armado
PLAN). A mismo tiempo que limitaba cualquier operación militar en la
misma zona y por debajo del paralelo 15 a las tropas cubanas. De
hecho, ninguna unidad militar delas FAPLA podía contar con la
asesoría soviética dentro del territorio mencionado. Esa
era la situación complicada que había llevado al MPLA y sus FAPLA a
desarrollar ofensivas en la zona oriental del sur de Angola, donde se
encontraba el Estado Mayor de Savimbi, pero que al no tener objetivos
estratégicos y encontrarse en parajes a los que los portugueses
llamaban “el fin del mundo” era de muy difícil acceso, por su
lejanía y lo difícil del terreno por dónde debían pasar las
tropas regulares. La
otra parte de la complejidad consistía en el tribalismo angolano. El
territorio de las tribus que apoyaban a las SWAPO era oriundas de la
región sur occidental, tanto de Angola (Huila)
como
de Namibia. Por el contrario, las tribus que apoyaban a la UNITA, en
su mayoría eran oriundas de la parte sur oriental de Angola
(provincia
Cuando Cubango).
Pero
la cosa siguió complicándose y Fidel (Castro Ruz) decidieron
enviar a Arnaldo por su prestigio y sus conocimientos de la guerra y
para allá fue en 1987, cuando angolanos y soviéticos habían caído
en la trampa de Savimbi (Jonás, líder de la UNITA–Unión Nacional
para la Independencia Total de Angola) y habían metido sus mejores
brigadas de tanques en una operación en (la localidad) Cuando
Cubango que puso a Angola al borde de la derrota frente a Sudáfrica
y la UNITA, y con terribles consecuencias para la SWAPO (Organización
del pueblo de África del Sudoeste) de San Nujoma.
Era
la segunda vez que Arnaldo volvía a África por culpa de Fleitas
Ramírez, que había cometido errores en Etiopía y ahora en Angola
demostraba su falta de capacidad para la magnitud del desafío porque
las tropas angolanas con asesoría soviética allí, ni siquiera se
enteraron de la inminencia del ataque a Cuando Cubango.
Nota:
Esto no es totalmente
cierto.
El mando militar cubano sabía perfectamente el plan de las FAPLA
sobre la Operación “Saludando a Octubre” y había insistido,
tanto con los angolanos cómo con la asesoría soviética, en que no
era viable dicha operación; principalmente por motivos logísticos y
organizativos, pero no les hicieron caso.
Mientras
tanto las fuerzas combinadas cubano/angolanas de la “Operación
Olivo” continuaban actuando
en la provincia Cuando Cubango, territorio dónde se desenvolvía la
Operación “Saludando Octubre”. De manera tal que, no en tanto
los cubanos no participaban en la última, si se encontraban
involucrados en la primera.
Dicho
esto, podemos afirmar que el mando cubano supo en todo momento del
descalabro de las FAPLA durante el cruce del río Lomba, aunque no
supieran la magnitud del enemigo sur-africano que participaba en los
combates.
La
Operación Olivo consistía en combatir a las fuerzas insurgentes de
la UNITA en todo el territorio nacional angolano. Una injerencia
cubana en los asuntos internos angolanos que, en muchas ocasiones
solo utilizaba tropas cubanas (cómo en el llamado “Ejercicio
Táctico en Campana” realizado en el ano 1978) y que fuera el
preludio de ésta operación, de carácter permanente. En no pocas
ocasiones también fueron utilizadas tropas de las SWAPO en dichas
operaciones.
Es
posible intuir que José Eduardo dos Santos hubiera dado su
consentimiento para la Operación “Saludando Octubre” (1987)
confiando
en los acuerdos alcanzados, subrepticiamente, con el gobierno de
Africa del Sur; amparados por el mediador norteamericano.
De
manera que la “sorpresa” de la intervención surafricana debe
haber “sorprendido” al “presidente” angolano y no al mando
militar cubano.
Cuando
Arnaldo llegó a Luanda encontró cuatro frentes claros, tres
militares con mucho peligro y uno político y muy delicado. Cuito
Cuanavale, allí los encerró Savimbi y los angolanos estaban con la
moral por el suelo, entre otras cosas por esa absurda política de
reclutamiento que llevaba a los jóvenes del norte hacia el sur y al
revés y, claro, por los errores de apreciación de los soviéticos y
los jefes angolanos. Ulises Rosales podría contarte esto mejor que
nosotras, pero no sabemos si quiere hablar y contarlo con detalle.
Ulises sabe mucho, pero es muy disciplinado y debe sentirse cansado,
como nosotras, como todos.
Nota:
No fue Savimbi quien acorraló a las FAPLA. Fueron las tropas de las
SADF con el apoyo de las tropas de Savimbi. Las FALA de la UNITA no
tenían fuerzas para enfrentarse a las FAPLA del MPLA.
Otro
frente abierto era la incursión del Primer Grupo Blindado de
Sudáfrica en dirección a Ngiva Ruacaná y el otro era Huambo,
ciudad y región sobre la que Savimbi aumentó la presión e intentó
extenderse hacia el norte de Huila. Si tuviéramos un mapa de Angola
lo entenderías a la perfección.
Nota:
Datos imprecisos,
porque las SADF ya campeaban por su respeto en el flanco sur
occidental, sin que SWAPO, FAPLA o FAR pudieran intervenir. Obedecían
órdenes del “presidente” dos Santos. Prueba de ello es, que
cuando el “presidente”, ante la posibilidad de que fuesen
aniquiladas las cuatro brigadas restantes en las márgenes orientales
de los ríos Cuito y Cuanavale, le pide a Fidel Castro que intervenga
a su favor, Fidel Castro le hace una única exigencia: tener el
absoluto control de las actividades bélicas en todo el sur de
Angola. Las tropas FAPLA y cubanas se mantenían (hasta ese momento)
detrás de una línea imaginaria que comprendía desde Lubango hasta
Matala. (ver un mapa para comprender mejor la situación sobre el
terreno)
Lo
peor fue descubrir que Dos Santos (José, ex presidente angoleño)
estaba negociando secretamente con Estados Unidos para que retirara
el apoyo a la UNITA y presionara a Sudáfrica para que se retirara de
Angola, pues ellos estaban cumpliendo los acuerdos de Lusaka y el
resto de las partes en conflicto, lo violaban.
Yo
no sé si contarte esto, pero a Dos Santos un emisario cubano lo
amenazó con un golpe de estado y le leyó la cartilla. Una cosa
lógica, vamos, porque Cuba
se había dejado muchos muertos en Angolay
había sacrificado su potencial defensivo para ayudarlos y hasta se
había replegado, atendiendo a las resoluciones de Naciones Unidas,
asumiendo riesgos para nuestras tropas allí.¡Fue tremendo descubrir
la traición de Dos Santos!
Es
en esa situación (es) que Arnaldo Ochoa Sánchez llegó a Angola con
un par de hombres elegidos por él para afrontar tamaño reto: los
generales Samuel Rodiles Planas, como jefe de Estado Mayor y Julio
Fernández Pérez como Jefe de Retaguardia, a los que sumó varios
ayudantes y su joven esposa, que sorprendió a muchos en Luanda por
la complejidad de la situación; pero lamentablemente aquella mujer
no iba a ser lo peor en ese frente.
La
misión del MININT en Angola también fue reforzada y allí se
establecieron los generales Patricio de la Guardia Font y Arsenio “El
Gallego” Franco que –curiosamente, además de ayudantes llevaron
a sus mujeres jovencitas. Eso de la titimanía, tú sabes.
Nota:Totalmente
cierto. A mi, que no era General, tan solo Mayor (al comienzo), el
General Pineo me preguntó si yo quería llevar a una “querida”
para allá, a lo cual le dije que no, le dí las gracias y agregué
que yo había solicitado que mi mujer (esposa verdadera) me
acompanase durante la campana. No se habló más del asunto.
Luego
en la Unidad de Tránsito, al regreso las autoridades de aquel lugar
confundieron a mi mujer (de 19 anos de casados) con una “esposa
angolana”. Así se denominaban las parejas (de cubanos) que se
unían en Angola. Lo
peor
era que yo no entendía, que habiendo cuartos vacíos para
matrimonios, en aquel lugar de
tránsito hacia La Habana,
mi mujer y yo debíamos dormir separados. La verdad es que yo no
sabía cómo era el asunto y ellos nunca me lo preguntaron. Por
supuesto, esto ocurrió después de la llamada “Polostroika” (en
alusión al cambio de mando entre Ochoa y Polo, mucho antes de que el
primero fuera preso.
Llegan
también Robaina (Roberto, ex canciller y ex dirigente juvenil) y su
equipo y Lusson (General Antonio Enrique) se pone a intentar hacer
negocios en Punta Negra, apoyado por un miembro de la DIM (Dirección
de Inteligencia Militar), de apellido Lefevre. Lusson había estado
en la Operación Olivo, pero también se sumó a la orden de
conseguir dinero.
Nota:
A Robaina lo llevé de Lubango a Xangongo en helicóptero, pero no lo
dejaron bajarse ni recorrer el lugar. Los Generales lo trataban como
a un mierda.
Lo
del MININT que te hemos contado es importante porque las mujeres de
los tres, jovencitas y bellas, se hicieron muy buenas amigas y
hablaban mucho de vestidos, maquillaje y muebles. Bueno, esas cosas
de la que hablan algunas mujeres, sobre todo, cuando son jóvenes y
están cerca del poder, pero sin conciencia alguna del momento
histórico que están viviendo ni de lo que representan. Yo creo que
ellas contribuyeron a fraguar una relación estrecha entre Patricio,
el Gallego Franco y Ochoa.
Ochoa
y Polo cambiaron la situación operativa. Te lo digo porque a veces
se exageran las cualidades de una u otra persona y, claro, que la
llegada de Ochoa fue vital para cubanos y angolanos; pero Polo actuó
con la máxima seriedad y no se sumó a los nidos de amor que
organizaron Ochoa y otros en Luanda y en Lubango, y hasta en una
ocasión se negó a recibir a Ochoa en el aeropuerto del sur porque
venía con mujeres, vamos eso fue lo que se comentó. Pero Polo es
serio y capaz, asi lo percibimos nosotras, Tomás (Ochoa) era un ser
superior, el genio militar más importante del siglo XX cubano
después de Fidel (Castro).
Nota:
Ochoa era carismático, un jodedor cubano. Cintras (Polito) era un
pajuato incapaz como militar (ver sus errores en la famosa y triste
aventura de Cangamba 1983).
En es época era el Jefe de la Misión Militar de Cuba en Angola
(MMCA) y gracias a Polito por poco nos aniquilan a un grupo de
cubanos que se encontraban cercados dese hacia seis meses. Período
de tiempo que a Polito no se le ocurrió absolutamente nada.
En
relación a la “Batalla” de Cangamba escribí lo siguiente:
¿Vosotras
consideráis a Fidel mejor estratega militar que Ochoa?
Sí,
no lo dudes. Igual esto te lo borran de la entrevista esta loca tuya,
porque mira que andar ahora preguntando de todo esto. Pero ya
nosotras estamos viejas y queremos decir la verdad de lo que vivimos.
Sin Ochoa no se hubiera podido dar la vuelta a la situación. Pero
Fidel sabía mucho de estrategia y táctica militar y cuando él y
Ochoa hacían dúo eran imbatibles, sin dejar de reconocer el papel
de Polo, Rodiles y Julio.
Nota:
No es que Fidel Castro fuera un estratega. El utilizaba la lógica,
pero muchas veces se equivocaba. No lo hacía a propósito, sino que
al estar tan lejos no podía apreciar bien los detalles. Ochoa sí y
vi a muchos Mariscales de la URSS , quitarse
la gorra en la presencia del cubano.
Entonces,
Ochoa llegó y ordenó empezar a mover los tanques y ordenó una
exploración mixta, a pie y en vehículos. En este aspecto chocó con
Fidel que insistía en hacerla con vehículos, pero él estaba sobre
el terreno y tenía mejor visión directa, ayudado por Polo y su
experiencia. Con esa maniobra, Ochoa consiguió que los sudafricanos
redujeran el ritmo de su ofensiva y él ganó tiempo para construir
el aeropuerto de Cahama y reunir los grupos tácticos que necesitaba.
Nota:
Yo me enteré de la orden de Fidel Castro para realizar la operación
desde los vehículos en marcha, de boca del propio Ochoa, mientras
conversaba con otros jefes militares. Se refería a la cojonera que
le había echado Fidel debido a que la Brigada de tanques del General
Cartaya no acababa de llegar ni a Menongue, cuando supuestamente
debía haber llegado a Cuito Cuanavale. El problema consistía en que
había una orden del Jefe de la MMCA (respetada por todos los que
había sido jefes de la misma) en que las exploraciones debían
realizarse de noche y a pie, para avanzar de día con los tanques,
camiones o lo que fuera. Esto hacía que la Brigada marchase
lentamente. Nosotros habíamos ido ubicando una escuadra (8 hombres)
en cada sitio del camino proclive a una emboscada o a un sembrado de
minas. Fidel Castro ordenó a la exploración avanzar de noche y los
tanque detrás. El resultado fue que murieron 12 zapadores al
reventar una mina bajo el transportador blindado que los conducía.
Llegué al lugar de la catástrofe al día siguiente a primera hora.
Daba mucha pena ver a los perros que se habían quedado sin sus amos,
corriendo de un lado para otro, buscándoles desesperadamente.
El
ritmo de la ofensiva de las SADF, en Cuito Cuanavale, no se vio
detenida por ninguna maniobra. Los asesores cubanos ordenaron minar
el frente de combate de las unidades de las FAPLA. Esto impedía el
avance de las tropas enemigas y posibilitaba,a las brigadas FAPLA
cruzar el puente, de forma escalonada, hacia la margen occidental del
río.
Las
tropas cubanas, siempre desde la margen occidental del río,
protegían el cruce.
En
Cahama no se construyó un aeropuerto, sino un aeródromo, que luego
se constituiría en una Base Aérea. Pero
Cahama no guarda relación con los combates de Cuito Cuanavale.
Tenemos que recordar que, al abrirse el llamado Flanco Sur Occidental
del Frente Sur (dirección Ruacana) las operaciones militares
cobraban otro cariz. Insisto en que Fidel Castro lo relata como un
todo incluido. La verdad es otra. En el referido flanco, las tropas
cubanas apoyadas por una brigada FAPLA y otra del PLAN, recuperaban
el terreno que el presidente José Eduardo Dos Santos había
“regalado” (con su traición) a los sur-africanos.
En
el último párrafo se refieren a Grupos Tácticos, cuando en
realidad eran Brigadas Motorizadas. Esto puede deberse a que las
entrevistadas denotan cierta falta de conocimientos militares y
confunden los términos. Pero ojo: Una brigada tiene al menos de
cinco a seis Grupos Tácticos. Esa es una diferencia abismal.
Cuando
consideró que disponía del poder de fuego necesario y de la
adecuada cobertura aérea fue que ordenó salvar Cuito Cuanavale,
donde paró en seco a los sudafricanos, que se estrellaron seis veces
contra la defensa organizada por Ochoa y Fidel, ¡seis veces!, ponlo
bien clarito porque parece que Arnaldo solo fue a templar a Angola y
eso tampoco es justo.
Aquí
hay otro error: Cuando la Defensa de Cuito Cuanavale se encontraba en
su fase final y ya se habían rechazado, practicamente, todos los
intentos SADF/UNITA
para aniquilar a las cuatro brigadas FAPLA y la destrucción del
puente (destruido y recosntruido varias veces)es que comienza la
ofensiva por el Flanco Sur Occidental. El
aeródromo de Cahama recibe sus primeros aviones el 13 de marzo de
1987.
El
Regimiento de Cazas, estacionado en Menongue, era el que libraba los
combates contra la aviación surafricana en el Flanco Sur Oriental,
desde el mes de enero de 1987.
Y
Fidel, contradiciendo incluso a Carlos Rafael Rodríguez, que alertó
del arsenal atómico de Sudáfrica, decidió jugarse el todo por el
todo y ordenó el bombardeo sobre la represa de Calueque y Ruacaná,
que fue el viraje definitivo de la guerra porque ya los sudafricanos
habían estado bombardeando previamente, incluso con cohetes S5 y S6
y esa información había llegado a La Habana gracias al trabajo en
solitario de Pedroso (Pedro Luis, embajador de Cuba ante la ONU en
Ginebra) que, como agente de la DIM fue sembrado en una tribu
namibia, donde simuló ser pastor y por las mañanas salía a medir
los cráteres que dejaban los cohetazos sudafricanos. Aquella fue la
Operación Amandra y quienes la idearon y ejecutaron están vivos,
pero mudos.
Nota:
Sobre el armamento nuclear ya escribí esto
https://manchiviri.blogspot.com/2007/02/influencia-del-armamento-nuclear.html
Calueque
y Ruacaná fue el golpe aéreo definitivo que, además, probó la
pericia de los pilotos cubanos, y las operaciones dirigidas por Ochoa
en los frentes de Cuito Cuanavale y Huambo sentaron a Sudáfrica
definitivamente en la mesa de negociaciones…
La
hidroeléctrica de Ruacana nunca fue golpeada. Calueque es una
reguladora del caudal de agua del río Cunene.
Yo
encantado de escucharlas, pero nos estamos desviando un poco del
tema.
Es
que todo tiene su explicación. Mientras todo eso ocurría en el
frente de batalla. Julio Fernández Pérez, que era un hombre fiel a
Julio Casas Regueiro, hizo una auditoría sobre el uso de los
recursos logísticos enviados desde Cuba, date cuenta que allí
mandaron hasta helados Coppelia; y descubrió que allí todos los
jefes robaban parte de esos envíos y la desviaban a la Candonga, que
era la segunda actividad principal después de la guerra.
Patricio
la Guardia y el Gallego Franco habían creado una Candonga notable en
el edificio conocido como “Predio de Transporte”, en Luanda, y
Ochoa fue descubriendo ese mundo y estrechó contactos con los
hermanos la Guardia, pues Tony empezó a aparecer por allí y se
hicieron muy amigos. Yo creo que fue Tony quien le habló a Ochoa de
la droga; pero no puedo asegurarlo porque ellos hablaban de negocios,
de conseguir dinero para Cuba, que eran las órdenes de Fidel y de
Raúl, pero nada más.
¿Pero
esas órdenes incluían el narcotráfico?
No
lo sabemos. Hay veces que yo creo que sí; pero hay veces que creo
que no y otras ya ni sé qué pensar sobre todo eso porque es muy
difícil que se pudieran implicar tantas direcciones del MININT en un
asunto y que no hubiera saltado; era otro MININT no eso que hay
ahora, con una compartimentación estricta, pero en el narcotráfico
se estableció una cooperación necesaria entre las FAR y el MININT,
y no estoy hablando de Arnaldo y Tony, que no controlaban la base
aérea de Santa Clara ni la marina en Cienfuegos. La orden de
conseguir dinero fue dada. Y, claro, yo me pregunto, cómo es posible
que no se aclararan ciertos límites, líneas rojas, como se dice
ahora, que no debían traspasar.
En
este párrafo se nota la necesidad de los abastecimientos para un
ejército de más de 60 mil hombres. La URSS, con su política de
glasnost y perestroika, se mostraba renuente a enviarnos armamento o
incluso comida. El MPLA no cumplía su compromiso de abastecernos con
alimentos.
Esa
es la verdad que afrontábamos en aquellos momentos críticos. De
manera que no teníamos otra alternativa que inventar nuestra propia
maquinaria de abastecimientos. Esas son las candongas a las que se
refieren las entrevistadas.
A
mi nivel (regimiento) recibíamos dinero (kwanzas) para que nuestro
jefe de retaguardia (logística) acudiera a las candongas a forrajear
alimentos. Ese dinero provenía del mando superior. De manera que si
me hubieran preguntado, en aquella época, si eso estaba autorizado
hubiera dicho que sí, pero con mucha discreción. Esas eran las
líneas rojas y los límites que no se debían traspasar
Ramiro
Valdés podría aclararte ese extremo porque él una vez, confuso,
exigió a Fidel que le diera una orden para temas de marihuana por
escrito, según se comentó en el ministerio (del Interior) nada
oficial, tú sabes, fueron comentarios de pasillos y luego está el
caso del Capitán de Navío Generoso Escuredo que siendo jefe del
Destacamento Naval de Cienfuegos se negó a brindar apoyo a
actividades de narcotráfico y Raúl (Castro) lo mandó a
Construcciones Militares, donde se jubiló.
Yo
una vez pude hablar con él, ya aquí en España donde trabajó
algunos años como Vigilante de Seguridad y en un bar, y no me lo
negó ni lo confirmó, pero sí me dijo: ellos sabían que no podían
contar conmigo para eso. Y ese gallego es duro de pelar, cuando
detectó que iban a entrar lancheros a Cienfuegos, bloqueó la
entrada de la bahía; aquello le costó el puesto, pero él no se
acobardó.
Recuerdo
el hecho. Yo estaba de Sustituto del jefe del regimiento de
helicópteros de Cienfuegos y supe que en el destacamento naval
habían ocurrido hechos de envergadura que terminaron con la
sustitución del jefe del destacamento.
Todo
eso lo contó Manolito (Manuel de Beunza, ex agente de la DGI) en una
sesiones en el Congreso de Estados Unidos y Fidel lo llamó hijo de
puta y todas esos insultos que usaba cuando se encabronaba. Fidel fue
muy injusto con el MININT, que lo cuidó como a un padre, ahí están
los planes de atentado y ninguno tuvo éxito. Raúl no fue injusto
con el MININT porque nunca lo quiso, excepto para acapararlo y
dominarlo, pero ha sido un fracaso.
Manuel
Beunza era amigo mío en la etapa de adolescente.
¿Y
ustedes no pensaron nunca que convertir a un policía, quiero decir a
militares guardianes del orden, en contrabandistas los degrada
moralmente y ya luego es fácil asumir cualquier actividad comercial,
digamos?
Sí,
mijito, pero nosotras no teníamos facultades para nombrar ministros
del Interior y de las FAR. Por ejemplo, la gente en Cuba no sabe que
los compañeros de MC (Organización creada para evadir el Embargo)
salvaron muchas vidas, trayendo medicamentos y tecnología punta para
Cuba. MC no se creó para hacer operaciones de narcotráfico, sino
para burlar el bloqueo norteamericano y fíjate cómo acabó eso.
Yo
a veces creo que ellos cometieron errores, algunos graves, pero eso
de matarlos no estuvo bien, porque no se tuvo en cuenta ni sus
méritos anteriores, que eran muchos ni el dolor que ocasionó en el
pueblo y en los revolucionarios.
El
problema es mucho mayor. En un país, controlado férreamente desde
la cúpula “gobernante”; dónde las decisiones dependen de Raúl
o Fidel Castro, el aterrizaje de un aeroplano en Varadero o Santa
Clara no pasa inadvertido. Lo peor es que esos aeroplanos no portaban
un plan de vuelos cuyo registro el el control de tráfico aéreo
internacional (ATC por sus siglas en inglés) los delataría. De
manera que sin tener plan de vuelo autorizado, esa aeronave debía
entrar en territorio nacional cubano y nadie, en su sano juicio, se
atrevería a autorizar semejante desatino, sin la más alta
autorización. En este caso Raúl o Fidel Castro.
Y
esto no lo sé por comentarios o lecturas de artículos. El día 24
de septiembre de 1987,
día de mi cumpleanos, lo festejé en la piscina del hotel Jagua en
compañía de varios amigos. Entre ellos uno que luego caería preso
en la tenebrosa Causa no.1. Este amigo me contó que venía de Santa
Clara y que el personaje que había ido a recibir “sacaría a Cuba
de todos los problemas económicos” (palabras textuales). Aquello
me pareció una exageración, pero cervezas mediante, no le di mucha
importancia, porque el alcohol hace maravillas con la lengua. No
obstante, el fin de semana siguiente yo estaba en Punta Hicacos
formando parte de la Operación “Plan Estrella” (protección de
la vida de Raúl Castro) consistente en patrullar la costa norte de
la provincia de Matanzas y sus cayos adyacentes, cuando aparecieron
en las pantallas de los radares del destacamento de Guardafronteras
unos 7 puntos (que serían calificados como lanchas) bajando de norte
a sur por el Estrecho de la Florida. Se dio la alarma de combate y se
formó el zafarrancho. Minutos después todo volvería a la
normalidad al detectarse que eran lanchas, asunto del Coronel Tony de
la Guardia. Me acompanaba, ese día un funcionario de la Contra
Inteligencia Miltar que, casualmente, era hijo del jefe de la escolta
de Raúl Castro.
Imposible
que un hecho semejante no llegue hasta, al menos, Raúl Castro.
También
pienso en aquellos compañeros de Piñeiro (Manuel, comandante
Barbarroja) que fueron los primeros en ser acusados por los
americanos de estar metidos en el narcotráfico, Fernando Ravelo
Renedo, Ángel Brugués y Gonzalito Bassols, que fueron
desapareciendo y también acusaron a Aldo Santamaría (Almirante,
jefe de la Marina cubana). Y eso fue como en el 81… bueno, quizás
en una (esa) época las drogas no estaban tan mal vistas como ha
ocurrido después, ni los cárteles eran tan poderosos,
principalmente, por esos grandes mercados de consumo de drogas que
son Estados Unidos y Europa.
¿Y
entonces que pasó con la auditoría de Julio Fernández?
Nada,
no pasó nada porque Raúl (Castro) le dijo a Julio (Casas Regueiro)
que se dejara de boberías y que eso no era suficiente para enjuiciar
a Ochoa, a quien trajo de Luanda para nombrarle jefe del Ejército
Occidental. Y él aceptó y pidió se le subordinaran las unidades
correspondientes de la Marina y la Aviación. Ese elemento se ha
usado para decir que estaba preparando un golpe de Estado, pero eso
no es verdad.
Para
explicar este párrafo y que sea entendible para alguien que se
encuentre fuera del organigrama militar cubano de aquella época, se
necesita mucho tiempo para escribir y una buena redacción, para que
sea potable.
A
la luz de las experiencias de la guerra de Angola, el sistema de
defensa (que los asesores soviéticos nos habían vendido al
finalizar la llamada “Crisis de Octubre” o “Crisis de los
Misiles”) no se avenía a nuestra doctrina militar de “La Guerra
de Todo el Pueblo”.
La
guerra de Angola nos había hecho ver que la cooperación entre los
diferentes tipos de armas (aviación, tropas terrestres y marina de
guerra) presentaba deficiencias insuperables e incompatibles. La
cooperación, incluso entre unidades semejantes (como aviación de
caza, de transporte o helicópteros) era engorrosa y compleja. Me
imagino que a nivel terrestre o marítimo se presentaran las mismas
dificultades.
Hasta
aquí nos referimos a unidades dentro de un mismo Ministerio (el de
la defensa). Ahora bien, cuando nos trasladamos a la cooperación
entre unidades de diferentes ministerios, al regirse por protocolos
diferentes, era aun peor.
El
sistema de defensa anti-aérea, la llamada DAAFAR, era una concepción
soviética para tiempos de paz, que en el momento de comenzar las
acciones combativas se retiraba más allá de los 400 kilómetros y
daba paso a las unidades terrestres, que si tenían integradas todas
las unidades bajo un solo mando.
Dicho
esto, quiero aclarar que Ochoa no reclamaba que se le subordinaran
las unidades de la marina y la aviación. Esto formaba parte del
plan, en concordancia con la nueva doctrina militar cubana, que había
comenzado a estructurarse a partir de que la URSS declarara que el
régimen de Fidel Castro no podría contar con algo más que un apoyo
moral por parte de ellos, en el caso de que en el período
comprendido entre 1983 y 1985 los soviéticos decidiesen intervenir
en Polonia. El presidente de los Estados Unidos había amenazado con
tomar represalias (léase invasión) contra Cuba en caso de que los
soviéticos intervinieran en Polonia.
De
manera que, el mando centralizado de los ejércitos, que comprendía
marina y aviación era lo más lógico en cuanto a la defensa
territorial del Oriente, Centro y Occidente del país. Ahora bien,
esto tiene sus pros y sus contras. En un régimen de “ordeno y
mando”, perder el control total, quiero decir, entregar el control
total de la defensa en favor de los jefes de ejércitos nunca fue del
gusto de los hermanos Castro y su “lógica”.
No
tengo la menor idea de cómo esté funcionando, el sistema, en estos
momentos.
La
petición de Ochoa se produce porque ellos, los jefes, venían
reflexionando sobre la organización militar en los últimos años,
incluso en la Academia Máximo Gómez hubo algún debate sobre esto y
Arnaldo creía que era más adecuado, defensivamente, que los jefes
de ejército tuvieran mando sobre aviación y marina en sus
territorios. Sería bueno que hablaras con Álvaro López Miera, que
creo coordinó esos estudios. Él es un muchacho muy preparado y
educado, pero claro, igual no quiere hablar contigo de estos temas.
Y
Raúl sabía de todos esos problemas, incluso de que la mujer de
Ochoa se acostaba con uno de los cocineros de la casa 1 (Residencia
del Jefe de la Misión Militar de Cuba en Angola) porque se lo contó
Orlando Cardoso Villavicencio, que vio aquello en Luanda, y se
sorprendió. A Ochoa le daba igual porque él se acostaba con varias
mujeres cubanas destinadas en Angola.
Orlando
Cardoso Villavicencio, militar que
cayó
prisionero durante
la guerra entre Etiopía y Somalia. Estuvo preso (en Somalia) poco
más de 10 anos. Fue
liberado el 23 de agosto de 1988. El
30 de agosto todavía estaba en Etiopía. Luego estuvo 8 meses
ingresado (posiblemente hasta abril de 1989). El
día
2 de enero de 1989,
reciben 5 generales y 2 primeros
oficiales:
los generales de división Ulises Rosales del Toro, Leopoldo Cintras
Frías, Ramón Espinosa Martín; los generales de brigada Enrique
Carreras Rolas y Rafael Moracén Limonta; el coronel Fidencio
González Peraza y el mayor Orlando Cardoso Villavicencio.
Atención
a la siguiente fecha 27
de junio de 1988,
ataque de nuestra aviación a Calueque. Después de éste ataque es
que se firman los acuerdos. Cardoso aun no ha sido liberado. Se
acababa la guerra. No
entiendo en qué momento entra el personaje “Cardoso” en el caso
Ochoa!
Ochoa
formaba parte de ese grupo de privilegiados, como lo era Tony la
Guardia, que hicieran lo que hicieran, no les pasaba nada y eran
promovidos y reconocidos. A lo mejor, yo no lo sé, eso creó en
ellos una sensación de impunidad. Fíjate que Tony tejió una
relación muy cercana con los hijos de Fidel, a los que enseñó a
manejar, a disparar, a enamorar… ellos lo pasaron muy mal cuando
fusilaron a Tony y son buenos muchachos, aunque ahora se digan
barbaridades de ellos, aunque cometan errores como todos los humanos.
Ochoa
era valiente, lindo, jodedor y su valentía era motivo de
preocupación, pero nunca habría traicionado a Fidel porque lo
consideraba su jefe indiscutible, aunque discreparan, pero Arnaldo
valoraba los conocimientos militares de Fidel y acataba su autoridad.
Con Raúl yo creo que tuvo una relación casi familiar. Pero todo eso
se quebró cuando él, a diferencia de Tony la Guardia, no se cree el
cuento de que si coopera será salvado y no cooperó.
Si
dejó de sentir respeto por Fidel y Raúl fue en esos días, pero
antes no, porque él decía que lo habían mandado a una guerra
perdida, se quejaba por los errores de angolanos y soviéticos, pero
fue y la ganó. Tú pon ahí que sin Ochoa no se habría ganado la
guerra de Angola, y la SWAPO habría desaparecido. Ellos lo saben.
Yo
cuando cierro los ojos lo veo sentado en el muro de la calle 39
(Nuevo Vedado) conversando con los vecinos con mucha naturalidad; o
lo veo con su hijo Alejandro, que falleció en un accidente años
después, cargado sobre sus hombros. Alejandro era igual a su padre,
pero más bajito y jugaba mucho con su tocayo, el hijo de Raúl.
Pero
déjame seguirte contando… entonces, Julio Casas, a espaldas de
Fernández Gondín (General Carlos, jefe de la Contrainteligencia
Militar y Ministro del Interior) pidió a Columbié (General Félix
Baranda Columbié, segundo de Gondín en la CIM) que le haga un
registro secreto a la casa de Martínez (Capitán Jorge, ayudante de
Ochoa en Angola) y allí descubren un billete de avión
Habana-Bogotá-Habana y una carta de Pablo Escobar a Ochoa o al
revés, ya yo no me acuerdo como era. Y claro, esos datos, más
informaciones que se venían recibiendo desde Panamá, Nicaragua y
Estados Unidos provocaron la Causa 1 de 1989. Aquello fue un trauma
para todos los compañeros, yo tengo una diabetes desde entonces,
ella duerme mal y ha estado en tratamiento nervioso y la tercera
tiene un tic nervioso en un ojo y mueve la cabeza de una manera rara,
bueno tú la has visto; como si fuera a embestir, pero de lado.
Vivimos fuera de Cuba por nuestros hijos y nietos que se han ido,
aunque vamos cada dos años para no perder la casa y el contacto con
algunos familiares.
Tú
no has querido preguntarnos si valió la pena lo que vivimos y yo
quiero decirte que sí, que entramos jovencitas al MININT y al MINFAR
y allí estuvimos hasta que nos destituyeron los brutos esos, que
también son corruptos como descubrió el propio Julio Fernández en
Angola, cuando creyendo que iba contra Ochoa descubrió que su
institución estaba podrida, así que ahora estarán acabando con la
quinta y con los mangos. Yo tuve la esperanza de que una vez pasaran
los años, Fidel y Raúl nos iban a explicar todo lo que pasó, por
qué se llegó a todo eso y por qué se fusilaron a compañeros
nuestros, se encarcelaron a otros y se destruyeron a muchos; pero un
día me dije, ay, fulana, pero mira que tú eres boba y lloré. A mí
me gustaría que un día los cubanos pudieran ver los expedientes de
compañeros como Amado Padrón o de Roly, por ejemplo. Y más de uno
se asombraría por la cantidad de hazañas que hicieron por Cuba, por
nosotros, en definitiva y en aquel juicio parecían unos vividores
corruptos. Qué mal se hizo aquello, qué mal…
La
muerte de Abrantes me afectó mucho. Era un compañero muy humano,
que se preocupaba de verdad por los problemas de los compañeros y
más si se trataba de una enfermedad suya o de un familiar cercano. Y
fíjate cómo murió, pese a que deterioró su corazón corriendo en
Chile junto al coche de Fidel. Abrantes apenas dormía, se acostaba
en el carro de Fidel y mientras el Jefe estuviera en Palacio, él no
se movía de ahí, luego se iba a su despacho y se acostaba en un
sofá y se levantaba temprano para empezar a trabajar. ¿Tú no has
podido hablar con Orlandito y Noa (ayudantes de Abrantes) para que te
cuenten cómo era él? Yo soy la que menos hablo, pero pienso y le
doy muchas vueltas a las cosas. Fuimos cobardes, cuando el
fusilamiento de los 8 estudiantes de medicina (La Habana, 1871), un
capitán español partió su espada ante el tribunal que juzgaba a
los muchachos por honor y para protestar, nuestros generales y
coroneles se acostumbraron a vivir con esa losa encima y se pusieron
a alquilar sus casas a extranjeros.
El
padre de mis hijos, que también fue afectado por todo esto, me dijo
una vez, que había que averiguar si el fusilamiento de Ochoa y La
Guardia fue también una respuesta a los vientos de la Perestroika
que soplaban desde Moscú por toda La Habana, incluidos el Partido
Comunista, las FAR y el MININT. Él lo dice porque los fusilan en
verano y Gorbachov había estado de visita en abril de ese mismo año.
Yo lo único que sé es que no quise seguir siendo parte de ellos, de
esa casta que se siente por encima de todos nosotros, que nos usó a
su conveniencia y luego nos tiró por la borda. Yo no digo que todos,
pero si al menos un general hubiera protestado, se hubiera opuesto, y
el resto habríamos dicho que nos oponíamos a los fusilamientos
quizá habríamos salvado a Ochoa, a Tony y a los otros dos
compañeros; pero no nos atrevimos
y
esa madrugada, ¿fue el 13 de julio, verdad?, nos fusilaron a todos…