lunes, 29 de julio de 2019

Fábula de la propina obligatoria


            Fábula de la propina obligatoria





Artículo publicado por Yudith Madrazo Sosa

http://www.cubadebate.cu/especiales/2019/07/20/fabula-de-la-propina-obligatoria/#.XTRuqq0rzq0

Anotaciones en itálicas y negritas por: Mario Riva Morales

Miró perplejo, suspiró resignado, y solo cuando encontró una mirada comprensiva, una expresión de empatía, se decidió a hablar: “Resulta que ahora todos los dulces cuestan dos pesos; pagué con un billete de cinco por dos polvorones, de 1.50, y solo me devolvieron un peso”.

Eso, en cualquier país del mundo, se llama robo.

Semanas antes, en otro establecimiento, una conversación similar: “Están acabando. ¿Para qué dicen que las galletas de sal cuestan 12. 50 si te las cobran a 13? Cuando pagas con 20 pesos, te devuelven siete; si lo haces con 15, dos; pero si das 13, ni siquiera se molestan en disculparse por no devolverte los 0.50 centavos restantes. Y ni reclames, porque entonces te tildan de ridículo”.
Y, en la otra orilla, la inalterable justificación: “Lo siento, no tengo pesetas”; “ay qué pena, hoy no me han traído menudo”, “te debo los diez centavos, no tengo medio”. Pululan las excusas.
Cuando el dinero circulante no tiene valor, suceden estas cosas. Las personas no saben que hacer con tal de adquirir el producto. Son capaces de permanecer callados, no vaya a ser que el dependiente deje de vender el producto, o tome represalias con los que aun no lo han adquirido.
En una ocasión me sucedió algo parecido con un taxista. No tenía cambio para devolverme el dinero sobrante, con el cual le había pagado la carrera. Sencillamente, le dije que hasta que me diera el vuelto, no me bajaba del taxi. Se puso verde y me maltrató de palabra todo lo que le dio la gana, pero yo tenía tiempo y no estaba interesado en mantener una discusión. Permanecí callado hasta que el taxista, viendo que perdía mucho tiempo, decidió buscar el cambio.
Un mal incurable, una epidemia que sacude, así se me antoja la práctica extendida de escamotear el vuelto en el acto de consumo, sobre todo si de menudo se trata. Al parecer, los expendedores dan por sentado que el cliente les dejará una propina, como si fuera obligatorio hacerlo, como si el servicio que le han brindado lo mereciera.
Que levante la mano quien no haya caído alguna vez ante tal zancadilla a nuestro derecho como consumidores, tropiezo que nos lleva a dudar de la valía del dinero fraccionario porque ya casi nada cuesta menos de un peso, y donde todavía los precios se aprecian con esos valores, pocas veces te devuelven los centavos que sobran del importe.
Al parecer, de poco sirve que contemos con una Resolución, la No. 54/2018, a cuya sombra deberíamos ampararnos los consumidores. En uno de sus incisos, la normativa establece el derecho a “la entrega completa del dinero que excedió al efectivo entregado por el bien o servicio recibido, incluyendo la moneda fraccionaria”. Entonces, ¿por qué persiste la tendencia a no dar el cambio?
Abundan los ejemplos. Y estos mortifican más cuando en idéntico contexto se les niega a determinados consumidores la venta de un producto o el acceso a un servicio, precisamente, porque el dinero que lleva no es suficiente, porque les faltan esos centavos que el/la dependiente sí puede guardarse, pero no le perdona al comprador, para quien no hay excusa, sobre quien cae todo el peso de la obligación de abonar la suma establecida.
Una anécdota de hace varios años ilustra lo anterior. En una cafetería estatal vendían pan con minuta a 2.50 CUP. Un muchacho de unos trece años, con dos pesos en la mano, insistía, más bien imploraba, a la dependienta que le despachara uno. La vendedora, consciente de que cumplía con su deber (imagínese si le doy a todo el que no tenga o no le alcance, ¡tendría que pagar de mi bolsillo las minutas!) continuaba impasible su venta, pero a nadie que no pagara con exactitud le devolvía los correspondientes 0.50 que excedían, agarrada a la eterna justificación: “no tengo menudo”.
Dentro de la cola, una muchacha observaba con indignación la escena y, al tocar su turno, le dice a la expendedora: “Por favor, dele el pan al niño. Voy a pagar con tres pesos, los ‘50 kilos’ que me sobran, y veo que no me dará, son para completar su dinero”.
Yo también tengo una anécdota. Me ocurrió durante unas vacaciones en un balneario muy visitado. Nos levantamos temprano para ir a desayunar. Llegamos al restaurante y nos sentaron en una mesa que daba a unos cristales que nos separaban del exterior. No estaba mal, para ser un mes de agosto el aire acondicionado funcionaba de maravillas. La empleada nos tomó la nota y comenzó nuestra espera. Pasaron 15 minutos y en ese tiempo llegaron otros comensales. A los treinta minutos le preguntamos, a la misma empleada que nos había tomado la nota, el porqué de la demora. Al cabo de 45 minutos, los comensales que habían llegado después que nosotros ya estaban acabando de desayunar y nosotros con las lenguas pegadas al paladar. Al cabo de una hora y de varios cuestionamientos a la empleada, nos trajeron la cuenta sin haber consumido absolutamente nada. El berrinche que monté fue mayúsculo. El administrador se presentó y lo único que se le ocurría decirme era: “Companero usted debe de comprender...” Comprender qué?, le preguntaba yo. Comprender el mal trato recibido? Entonces se le ocurre decirme que la empleada era militante del partido. Peor que peor. Por esa época yo era también militante y del mismo partido, porque no hay otro, le repliqué. El administrador continuó con su letanía de la comprensión y yo me dí por vencido. Eso sí, no pagué. Hubiera sido el colmo!
Cuántas veces habremos vivido pasajes similares; cuántas veces habremos preferido callar antes de mostrar nuestra inconformidad, so pena de parecer “ridículos”. Pero el escamoteo al vuelto no tiene justificación alguna. Según han asegurado directivos del sistema bancario en diversas ocasiones y a diferentes órganos de prensa del país, hay disponibilidad de moneda fraccionaria en todas las sucursales y, por tanto, los establecimientos comerciales pueden garantizarlos y cumplir así con su deber.
La propina no puede ser obligatoria, ha de nacer de la satisfacción por el servicio recibido. Negar el vuelto bajo la excusa de no poseer menudo es una forma de maltratar al consumidor, de violar su derecho, de robar.

La de no aceptar propina ha sido otro de los principios “revolucionarios” que se han dado por vencidos. Poco a poco, sin prisa, pero sin pausa, el régimen va claudicando en todos sus principios estratégicos.

La no aceptación de propina, surgida de la necesidad de incorporar a los cortes de cana de azúcar a los empleados del sector de la industria turística, allá por los anos 70, fue uno de los primeros principios en morir cuando Fidel Castro aceptó que el dólar volviera a circular en Cuba.


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domingo, 21 de julio de 2019

Cuando los cruceros no llegan




              Cuando los cruceros no llegan





Artículo publicado por Iroel Sánchez


Anotaciones en itálicas y negritas, por Mario Riva Morales


Ochocientos mil es un número grande y si se trata de personas puede ser la cantidad de habitantes de una ciudad y hasta de un país, o la cifra de miembros de un movimiento social o político. Es de esperar que en una democracia, que se cancele abruptamente, por decisión unipersonal de un gobernante, algo que ochocientas mil personas se habían propuesto hacer, debería generar encendidas protestas en las calles y largos debates en los medios de comunicación y en el parlamento.


Nada tienen que ver la cantidad de personas o habitantes de una ciudad o de un país, incluso de un movimiento social o político, cuando una persona jurídica decide cancelar un negocio que, en virtud de las leyes de un país, se ha vuelto nefasto para sus intereses.
Es el caso de los cruceros que arribaban a Cuba y a los que precisamente se refiere el “periodista” Iroel Sánchez.
He aquí la respuesta a su interrogante del por qué no existen encendidas protestas en las calles de los Estados Unidos o largos debates en los medios de comunicación o en el parlamento del país referido:
Poner en vigor un capítulo de una ley aprobada y congelada, por motivos políticos durante varios anos, es totalmente legal y no el capricho del gobernante que la descongela, sino su decisión.

Pero si, además, es un secreto a voces que esa decisión unipersonal es el fruto de cabildeos en los que se complace a unos pocos políticos para obtener de ellos apoyo en un distrito que se juzga decisivo para una elección presidencial entonces en esa democracia modelo debería, como dice una antigua frase, “arder Troya”.
Continuar con su mentira, Sr. Sánchez, solo enganará a aquellos que se quieran enganar. Usted, mejor que nadie sabe que no se trata de cabildeos para complacer a unos pocos políticos, sino que los muchos políticos que pudieran estar en contra de la decisión presidencial saben que es imposible irle en contra, debido a que es una prerrogativa que tiene el Presidente de los Estados Unidos de América. Le guste o no!
En lugar de hacerse preguntas que no le corresponden o están a su alcance, debe dedicarse a preguntar que hacer con los miles de TCP que han quedado sin trabajo e indefensos (y sin ayuda inmediata) por parte del “gobierno” de su país. Cuantos TCP han quedado parados Sr. Sánchez? A cuantos se le presta ayuda económica?
Sin embargo, debido a una decisión del presidente Donald Trump, ochocientos mil ciudadanos estadounidenses han perdido sus reservas para viajar como cruceristas a Cuba y todos felices.
¿Protestas de los afectados? Ninguna. ¿Debates en el Congreso federal? Ninguno. ¿Editoriales de los periódicos? Mucho menos.
Hay aquí una paradoja, Sr. Sánchez: Mientras que a esos ochocientos mil ciudadanos norteamericanos se les devuelve el dinero íntegro de sus reservas, a los TCP que les parta un rayo. Es por eso que los norteamericanos están felices, mientras que los cubanos se encuentran inseguros, indecisos y…, a sabiendas de quién es el culpable de todos sus problemas prefieren culpar al etéreo “imperialismo” y callar por miedo a represalias de un régimen sin escrúpulos.
Cuando el gobierno cubano puso un límite de precios a los transportistas privados para garantizar la accesibilidad de ese servicio y eso provocó desacuerdos entre choferes y dueños, muchos medios de comunicación estadounidenses siguieron día a día el tema, hablando de “protestas” y “huelgas” pero resulta que ahora que son sus ciudadanos los afectados, incluyendo los propietarios de 17 compañías, con 25 barcos, no ha sido lo mismo.
No es posible comparar las medidas absurdas (económicamente) de limitar (por decreto) los precios de los transportistas cubanos, bajo el pretexto increíble de “garantizar” la accesibilidad a ese servicio (que se muestra incapaz de prestar el “gobierno”) con una Ley aprobada por el Congreso de los Estados Unidos.
Esta es otra respuesta a su infantil artículo.
Acaso, Sr. Sánchez, no se da cuenta que ni los ciudadanos norteamericanos, ni los propietarios de las 17 companías, ni los 25 barcos que usted menciona, han perdido mucho en la aplicación de la ley? En todo caso lo correcto sería decir “han dejado de ganar”, que no es lo mismo. O, perdieron el tiempo intentando negociar con un imposible. Pero ese es el riesgo que , corren los emprendedores, en un sistema capitalista. 
Si sólo el 1 por ciento de esos 800 000 afectados por la cancelación de los cruceros (equivalente a 8000 personas) le escribiera a su congresista, protestara frente a las oficinas federales en su estado, o hiciera llegar una carta a esos medios de comunicación cuyo servicio a las audiencias son el modelo para quienes aún creen en la llamada prensa libre, tendríamos alguna noticia al respecto, pero del uso de esos espacios para defender lo que el presidente Obama llamaba “valores universales” cuando se dirigía a los cubanos, no llegan ni señales de humo.

En la medida que se va desarrollando su artículo, puedo apreciar que no, que Sánchez no tiene la menor idea de cómo funciona un país normal. Que es lo que va a reclamar una persona natural? Esa persona tiene la opción de viajar en el, o los cruceros, que le plazca, sin visitar a Cuba. Esa persona no ha quedado desamparada, tal y como ocurre con los TCP cubanos. Es por eso que ninguno ha hecho uso de su deber como ciudadano de protestar y reclamarle a las autoridades.
Es que Sánchez desconoce que la Constitución de los Estados Unidos contempla que el gobierno de la nación (federal) está en la obligación de proteger a las personas naturales y jurídicas. Y que estas, al contrario de lo que sucede en Cuba, pueden poner en tribunal al gobierno de la nación en caso que eso no suceda.

The New York Times está en guerra contra Trump, pero ya no escribe combativos editoriales pidiendo cambiar la política hacia la Isla, sino que hospeda una sección en que izquierdistas arrepentidos tratan de enterrar el cadáver de sus antiguas convicciones pasando por que escriben sobre la Revolución cubana.

Otro asunto, Sr. Sánchez, no se vale que cuando un medio de difusión no escribe editoriales, como a usted le gustaría, comience a escribir estupideces sobre izquierdistas arrepentidos. En libertad, todos tienen derecho a expresarse libremente y no en un solo sentido como ocurre bajo las garras de su corrupto régimen.

Aquellas estrellas que viajaban a Cuba, hacían películas y video clips en las calles habaneras y disfrutaban del sol, la música y la simpatía de los cubanos ya no sólo no se se atreven a visitarnos. La libertad de expresión reinante en su país no les motiva a opinar sobre asunto tan nimio que afecta a ochocientos mil de sus conciudadanos, además de las decenas de miles de cubanos que tan amablemente, según propio testimonio, los pasearon en sus almendrones y los sirvieron en sus paladares.

Usted no entiende nada Sr. Sánchez. No es que las estrellas no se atrevan a visitar la tierra oprimida por el régimen. Es que están obligados a respetar las leyes de su país. Y eso no tiene nada que ver con opinar porque, le repito, nadie (que no sean los TCP desamparados por su régimen) se ha visto afectado. Ya se lo expliqué en los párrafos anteriores.

Bueno, en definitiva poner un límite a viajar por placer no es para tanto y siempre el crucero puede ir a otro lugar, hay causas más importantes que en estos momentos movilizan a los estadounidenses como los temas migratorios, diría alguien. Pero es que hay cientos de miles de cubanos residentes en Estados Unidos cuyos familiares en la Isla ahora tienen, por las mismas decisiones unilaterales, enormes dificultades para visitarlos o emigrar y reunirse con ellos, además de sufrir los efectos de las medidas adicionales contra los viajeros norteamericanos a Cuba, pues no pocos están conectados con negocios privados allí dedicados al servicio turístico, y tampoco tenemos noticia de que se escuche su voz, excepto cuando los medios de comunicación cubanos le dan voz a la minoría no silenciosa que tiene el valor de desafiar la maquinaria político-mediática dominante en Miami.
Precisamente Sr. Sánchez, la política de acogimiento llamada “Ley de Ajuste Cubano” no se promulgó para que las personas naturales hicieran de ella lo que bien le venga en ganas. Una cosa es visitar a la familia y otra bien diferente es “mantenerla" a distancia o, en dependencia del poder adquisitivo (extraordinariamente superior) visitar cada tres "x" meses a los parientes, para aliviar las tensiones económicas provocadas por el régimen. Pero no se olvide de algo muy importante: Las Tiendas de Recuperación de Divisas (TRD) que son todas y que cobran precios exhorbitantes por cada artículo, alimentan a la dictadura y le permite a la cúpula vivir con todas las comodidades existentes en el país que tanto odian.
¿Qué democracia es esa? ¿O es que ni los versos de un extraordinario soneto amoroso del gran poeta Nicolás Guillen —“silencio, nadie a mi dolor responde”— pudieran invocarse porque nada hay que responder cuando nadie pregunta?
Dejémonos de tonterías Iroel. Esa es una democracia, que al menos cambia de dirigente cada “x” tiempo. En Cuba la “democracia” se eterniza en el poder como si fuera una monarquía.
Y cierro las anotaciones parafraseando al viejo Nicolás.
Tienen lo que tenían que tener…
MISERIA




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viernes, 19 de julio de 2019

30 años sin Ochoa y Tony de la Guardia: Cortafuegos de los Castro


30 años sin Ochoa y Tony de la Guardia: Cortafuegos de los Castro



















































Por: CiberCuba Carlos Cabrera Perez
Publicado el Sábado, 13 Julio, 2019 - 07:59 (GMT-5)

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Los comentarios, en itálicas y negritas, corresponden a Mario Riva Morales


Arnaldo Ochoa Sánchez y Antonio de la Guardia y Font fueron fusilados hace 30 años, junto a sus lugartenientes Jorge Martínez Valdés y Amado Padrón Trujillo, como acto final de un drama saturniano que destruyó al Ministerio del Interior, sacudió al Ministerio de las Fuerzas Armadas y ahondó el cisma entre gobernantes y gobernados, en una Cuba abandonada por la URSS, asediada por Estados Unidos y abrumada por peticiones de clemencia y de apertura política.
Ochoa era un líder natural dentro del ejército y en su entorno más cercano, donde eran conocidas y reconocidas sus hazañas combativas en medio mundo, su belleza, su valor y simpatía y su soslayado furor por las faldas, padecimiento muy acusado en los poderosos. Quizá, junto a Efigenio Ameijeiras, Pepito Cuza y Álvaro Prendes, fue el militar más vigilado y controlado por la Contrainteligencia Militar.
Tony era un soldado polivalente capaz de lidiar con igual habilidad una operación para proteger a Robert Vesco, que conseguir un lote de equipos médicos norteamericanos de última generación, vedado a Cuba por el embargo. Acomodado de cuna, era como un Lord inglés en aquella Habana gris; donde sobresalía por ir siempre arreglado.
Sus amigos de Miramar, del barrio de La Puntilla, colaboradores y amigos que consiguieron sobrevivir al trauma que les ocasionó su fusilamiento, lo recuerdan siempre con afecto por su trato fácil y su disposición a echar una mano en todo lo necesario.
Ambos fueron corsarios de Fidel Castro, sin ninguna inquietud política que implicara la pretensión de relevarlo en el poder e implantar una democracia, aunque discrepantes en algunos aspectos de la política económica oficial; sobre todo, a partir de haber recibido la orden de buscar dinero para las empobrecidas arcas cubanas.
Ochoa y Tony acumulaban largos años de servicios a la causa y entraban en una edad en la que un hombre comienza a acusar todo el cansancio de las heridas vitales y conocían a la perfección los problemas de liquidez de Cuba, las consecuencias del divorcio soviético, la hostilidad norteamericana, las traiciones angoleñas y la soledad de su jefe en el escenario mundial.
¿Cuál era el alcance real de aquella orden de procurar fondos? ¿Incluía dicha orden el desarrollo de actividades ilegales, incluido el narcotráfico? ¿Cómo es posible que dos militares valerosos se degraden asumiendo el contrabando como método habitual de trabajo? ¿Cómo se establece el nexo Ochoa-La Guardia?
La respuesta cabal a todas estas interrogantes solo la tiene Raúl Castro y no sabemos si está escribiendo sus memorias y si incluirá en ella sus recuerdos de aquel verano aciago de 1989, en que una madrugada se descubrió llorando frente al espejo y se encabronó consigo mismo.
CiberCuba ha hablado en dos ocasiones con tres ex militares cubanas. Viejas, pobres y doloridas que impusieron sus condiciones para el diálogo insistiendo reiteradamente en todo tipo de precauciones y exigiendo condiciones: hablar desde el anonimato, nada de fotos ni grabaciones y elegir siempre ellas el sitio de los encuentros del que avisarían una hora antes; aunque previamente han tenido la delicadeza de indicar la región española donde se produciría.
La primer entrevista estuvo a punto de irse a pique porque ellas eligieron un restaurante perdido en la geografía peninsular y a los postres, y tras escucharnos conversar, un camarero preguntó por nuestro origen y CiberCuba indicó que éramos canarios, de La Palma, a lo que el hombre adujo que su jefa era cubana y que hablábamos parecido. Pagué y ellas ya se habían marchado a toda prisa.
Tardaron dos meses en retomar el contacto para anunciar que interrumpían las sesiones pactadas, disculpándose por el incumplimiento, pero que no deseaban seguir metiéndose en líos. CiberCuba agradeció la llamada y nos despedimos con cordialidad hasta tres meses más tarde en que una llamada anunció que querían seguir hablando, pero fuera del territorio peninsular. Intenté comentarles que en una isla es más fácil el control de personas, pero ya estaban decididas a que fuera en Baleares, donde completaron el siguiente relato, que CiberCuba no tiene como contrastar con fuentes independientes por la complejidad del asunto y la prudencia silenciosa que atenaza a sobrevivientes y relacionados.
Lo de Ochoa comenzó por una venganza de los Casas (Senén y Julio) contra él por un viejo agravio. Ochoa dejó embarazada a una hermana de ellos y nació una niña que Tomás (Arnaldo Ochoa) reconoció, pero nunca se casó con la madre y ellos (los Casas) se lo tomaron como una afrenta. Tú sabes, cosas de gente antigua y de campo.
Nota: Senén Casas Regueiro, Nació el 30 de julio de 1934, en la provincia de Guantánamo. Procedente de una familia con posibilidades económicas, Senén realiza sus estudios de la Segunda Enseñanza y al concluirlo matricula la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana.
Julio Casas Regueiro nació en Mayarí Arriba, el 16 de febrero de 1936. Cursó sus estudios en la Escuela Profesional de Comercio de Santiago de Cuba. En junio de 1957 abandonó su trabajo como contador privado en un banco, a causa de la persecución que sufría por sus actividades “revolucionarias”, regresando a la finca de sus padres. Allí conoció a Raúl Castro y junto a este participó en la creación del Segundo Frente Oriental “Frank País” en marzo de 1958. Posteriormente, pasó a la Columna No. 6 por haberse creado la misma, participando en múltiples combates y en la toma de la ciudad de Guantánamo el 1 de enero de 1959.
Columna 6 Juan Manuel Ameijeiras, conocida como Columna 6 “Juan Ameijeiras”. Fue una columna guerrillera del Ejército Rebelde . Esta columna fue fundada en febrero de 1958 ubicándose al frente de la misma al Comandante Efigenio Ameijeiras.
Cómo se puede apreciar, ambos son hermanos y los dos procedían de una familia terrateniente de la zona de “Mayarí Arriba” con excelente posición económica.
Los hermanos Fidel y Raúl Castro pertenecían a la misma clase social. De ahí su compenetración con Raúl Castro, además de poder utilizar los terrenos para sus fines “revolucionarios”.
Debo agregar que, ni antes, ni después del triunfo del Ejército Rebelde sobre las fuerzas del General Batista, los hermanos Casas Regueiro participaron en combate. Ambos obtuvieron los grados de General, favorecidos por Raúl Castro.
A Arnaldo lo mandan a Angola porque la situación era muy complicada; ya habían mandado a Polo (Leopoldo Cintra Frías) para sustituir a Mandarria (Gustavo Fleitas Ramírez) que no estaba capacitado para afrontar una situación tan complicada como la creada por la irresponsabilidad de soviéticos y angolanos.
Nota: La “Operación Askari” llevada a cabo por las Fuerzas de Defensa de Africa del Sur (SADF por sus siglas en inglés) propició unos acuerdos alcanzados el 5 de enero del ano 1984. Ni Cuba y mucho menos la URSS tomaron parte en dichas conversaciones y acuerdos.
Es a partir de esta fecha que el “gobierno” de José Eduardo dos Santos, traiciona a sus aliados (Cuba y la URSS) aceptando que ninguna actividad de la Organización del Pueblo del Africa Sur Occidental (SWAPO por sus siglas en inglés) se realice en el territorio de la provincia de Huila (zona de la frontera con Namibia y donde tenían sus bases logísticas las SWAPO y su brazo armado PLAN). A mismo tiempo que limitaba cualquier operación militar en la misma zona y por debajo del paralelo 15 a las tropas cubanas. De hecho, ninguna unidad militar delas FAPLA podía contar con la asesoría soviética dentro del territorio mencionado.
Esa era la situación complicada que había llevado al MPLA y sus FAPLA a desarrollar ofensivas en la zona oriental del sur de Angola, donde se encontraba el Estado Mayor de Savimbi, pero que al no tener objetivos estratégicos y encontrarse en parajes a los que los portugueses llamaban “el fin del mundo” era de muy difícil acceso, por su lejanía y lo difícil del terreno por dónde debían pasar las tropas regulares.
La otra parte de la complejidad consistía en el tribalismo angolano. El territorio de las tribus que apoyaban a las SWAPO era oriundas de la región sur occidental, tanto de Angola (Huila) como de Namibia. Por el contrario, las tribus que apoyaban a la UNITA, en su mayoría eran oriundas de la parte sur oriental de Angola (provincia Cuando Cubango).
Pero la cosa siguió complicándose y Fidel (Castro Ruz) decidieron enviar a Arnaldo por su prestigio y sus conocimientos de la guerra y para allá fue en 1987, cuando angolanos y soviéticos habían caído en la trampa de Savimbi (Jonás, líder de la UNITA–Unión Nacional para la Independencia Total de Angola) y habían metido sus mejores brigadas de tanques en una operación en (la localidad) Cuando Cubango que puso a Angola al borde de la derrota frente a Sudáfrica y la UNITA, y con terribles consecuencias para la SWAPO (Organización del pueblo de África del Sudoeste) de San Nujoma.
Era la segunda vez que Arnaldo volvía a África por culpa de Fleitas Ramírez, que había cometido errores en Etiopía y ahora en Angola demostraba su falta de capacidad para la magnitud del desafío porque las tropas angolanas con asesoría soviética allí, ni siquiera se enteraron de la inminencia del ataque a Cuando Cubango.
Nota: Esto no es totalmente cierto. El mando militar cubano sabía perfectamente el plan de las FAPLA sobre la Operación “Saludando a Octubre” y había insistido, tanto con los angolanos cómo con la asesoría soviética, en que no era viable dicha operación; principalmente por motivos logísticos y organizativos, pero no les hicieron caso.
Mientras tanto las fuerzas combinadas cubano/angolanas de la “Operación Olivo” continuaban actuando en la provincia Cuando Cubango, territorio dónde se desenvolvía la Operación “Saludando Octubre”. De manera tal que, no en tanto los cubanos no participaban en la última, si se encontraban involucrados en la primera.
Dicho esto, podemos afirmar que el mando cubano supo en todo momento del descalabro de las FAPLA durante el cruce del río Lomba, aunque no supieran la magnitud del enemigo sur-africano que participaba en los combates.
La Operación Olivo consistía en combatir a las fuerzas insurgentes de la UNITA en todo el territorio nacional angolano. Una injerencia cubana en los asuntos internos angolanos que, en muchas ocasiones solo utilizaba tropas cubanas (cómo en el llamado “Ejercicio Táctico en Campana” realizado en el ano 1978) y que fuera el preludio de ésta operación, de carácter permanente. En no pocas ocasiones también fueron utilizadas tropas de las SWAPO en dichas operaciones.
Es posible intuir que José Eduardo dos Santos hubiera dado su consentimiento para la Operación “Saludando Octubre” (1987) confiando en los acuerdos alcanzados, subrepticiamente, con el gobierno de Africa del Sur; amparados por el mediador norteamericano.
De manera que la “sorpresa” de la intervención surafricana debe haber “sorprendido” al “presidente” angolano y no al mando militar cubano.
Cuando Arnaldo llegó a Luanda encontró cuatro frentes claros, tres militares con mucho peligro y uno político y muy delicado. Cuito Cuanavale, allí los encerró Savimbi y los angolanos estaban con la moral por el suelo, entre otras cosas por esa absurda política de reclutamiento que llevaba a los jóvenes del norte hacia el sur y al revés y, claro, por los errores de apreciación de los soviéticos y los jefes angolanos. Ulises Rosales podría contarte esto mejor que nosotras, pero no sabemos si quiere hablar y contarlo con detalle. Ulises sabe mucho, pero es muy disciplinado y debe sentirse cansado, como nosotras, como todos.
Nota: No fue Savimbi quien acorraló a las FAPLA. Fueron las tropas de las SADF con el apoyo de las tropas de Savimbi. Las FALA de la UNITA no tenían fuerzas para enfrentarse a las FAPLA del MPLA.
Otro frente abierto era la incursión del Primer Grupo Blindado de Sudáfrica en dirección a Ngiva Ruacaná y el otro era Huambo, ciudad y región sobre la que Savimbi aumentó la presión e intentó extenderse hacia el norte de Huila. Si tuviéramos un mapa de Angola lo entenderías a la perfección.
Nota: Datos imprecisos, porque las SADF ya campeaban por su respeto en el flanco sur occidental, sin que SWAPO, FAPLA o FAR pudieran intervenir. Obedecían órdenes del “presidente” dos Santos. Prueba de ello es, que cuando el “presidente”, ante la posibilidad de que fuesen aniquiladas las cuatro brigadas restantes en las márgenes orientales de los ríos Cuito y Cuanavale, le pide a Fidel Castro que intervenga a su favor, Fidel Castro le hace una única exigencia: tener el absoluto control de las actividades bélicas en todo el sur de Angola. Las tropas FAPLA y cubanas se mantenían (hasta ese momento) detrás de una línea imaginaria que comprendía desde Lubango hasta Matala. (ver un mapa para comprender mejor la situación sobre el terreno)
Lo peor fue descubrir que Dos Santos (José, ex presidente angoleño) estaba negociando secretamente con Estados Unidos para que retirara el apoyo a la UNITA y presionara a Sudáfrica para que se retirara de Angola, pues ellos estaban cumpliendo los acuerdos de Lusaka y el resto de las partes en conflicto, lo violaban.
Yo no sé si contarte esto, pero a Dos Santos un emisario cubano lo amenazó con un golpe de estado y le leyó la cartilla. Una cosa lógica, vamos, porque Cuba se había dejado muchos muertos en Angola y había sacrificado su potencial defensivo para ayudarlos y hasta se había replegado, atendiendo a las resoluciones de Naciones Unidas, asumiendo riesgos para nuestras tropas allí.¡Fue tremendo descubrir la traición de Dos Santos!
Es en esa situación (es) que Arnaldo Ochoa Sánchez llegó a Angola con un par de hombres elegidos por él para afrontar tamaño reto: los generales Samuel Rodiles Planas, como jefe de Estado Mayor y Julio Fernández Pérez como Jefe de Retaguardia, a los que sumó varios ayudantes y su joven esposa, que sorprendió a muchos en Luanda por la complejidad de la situación; pero lamentablemente aquella mujer no iba a ser lo peor en ese frente.
La misión del MININT en Angola también fue reforzada y allí se establecieron los generales Patricio de la Guardia Font y Arsenio “El Gallego” Franco que –curiosamente, además de ayudantes llevaron a sus mujeres jovencitas. Eso de la titimanía, tú sabes.
Nota:Totalmente cierto. A mi, que no era General, tan solo Mayor (al comienzo), el General Pineo me preguntó si yo quería llevar a una “querida” para allá, a lo cual le dije que no, le dí las gracias y agregué que yo había solicitado que mi mujer (esposa verdadera) me acompanase durante la campana. No se habló más del asunto.
Luego en la Unidad de Tránsito, al regreso las autoridades de aquel lugar confundieron a mi mujer (de 19 anos de casados) con una “esposa angolana”. Así se denominaban las parejas (de cubanos) que se unían en Angola. Lo peor era que yo no entendía, que habiendo cuartos vacíos para matrimonios, en aquel lugar de tránsito hacia La Habana, mi mujer y yo debíamos dormir separados. La verdad es que yo no sabía cómo era el asunto y ellos nunca me lo preguntaron. Por supuesto, esto ocurrió después de la llamada “Polostroika” (en alusión al cambio de mando entre Ochoa y Polo, mucho antes de que el primero fuera preso.
Llegan también Robaina (Roberto, ex canciller y ex dirigente juvenil) y su equipo y Lusson (General Antonio Enrique) se pone a intentar hacer negocios en Punta Negra, apoyado por un miembro de la DIM (Dirección de Inteligencia Militar), de apellido Lefevre. Lusson había estado en la Operación Olivo, pero también se sumó a la orden de conseguir dinero.
Nota: A Robaina lo llevé de Lubango a Xangongo en helicóptero, pero no lo dejaron bajarse ni recorrer el lugar. Los Generales lo trataban como a un mierda.
Lo del MININT que te hemos contado es importante porque las mujeres de los tres, jovencitas y bellas, se hicieron muy buenas amigas y hablaban mucho de vestidos, maquillaje y muebles. Bueno, esas cosas de la que hablan algunas mujeres, sobre todo, cuando son jóvenes y están cerca del poder, pero sin conciencia alguna del momento histórico que están viviendo ni de lo que representan. Yo creo que ellas contribuyeron a fraguar una relación estrecha entre Patricio, el Gallego Franco y Ochoa.
Ochoa y Polo cambiaron la situación operativa. Te lo digo porque a veces se exageran las cualidades de una u otra persona y, claro, que la llegada de Ochoa fue vital para cubanos y angolanos; pero Polo actuó con la máxima seriedad y no se sumó a los nidos de amor que organizaron Ochoa y otros en Luanda y en Lubango, y hasta en una ocasión se negó a recibir a Ochoa en el aeropuerto del sur porque venía con mujeres, vamos eso fue lo que se comentó. Pero Polo es serio y capaz, asi lo percibimos nosotras, Tomás (Ochoa) era un ser superior, el genio militar más importante del siglo XX cubano después de Fidel (Castro).
Nota: Ochoa era carismático, un jodedor cubano. Cintras (Polito) era un pajuato incapaz como militar (ver sus errores en la famosa y triste aventura de Cangamba 1983). En es época era el Jefe de la Misión Militar de Cuba en Angola (MMCA) y gracias a Polito por poco nos aniquilan a un grupo de cubanos que se encontraban cercados dese hacia seis meses. Período de tiempo que a Polito no se le ocurrió absolutamente nada.
En relación a la “Batalla” de Cangamba escribí lo siguiente:
https://manchiviri.blogspot.com/2011/09/la-batalla-de-cangamba-septima-parte-y.html

¿Vosotras consideráis a Fidel mejor estratega militar que Ochoa?

Sí, no lo dudes. Igual esto te lo borran de la entrevista esta loca tuya, porque mira que andar ahora preguntando de todo esto. Pero ya nosotras estamos viejas y queremos decir la verdad de lo que vivimos. Sin Ochoa no se hubiera podido dar la vuelta a la situación. Pero Fidel sabía mucho de estrategia y táctica militar y cuando él y Ochoa hacían dúo eran imbatibles, sin dejar de reconocer el papel de Polo, Rodiles y Julio.
Nota: No es que Fidel Castro fuera un estratega. El utilizaba la lógica, pero muchas veces se equivocaba. No lo hacía a propósito, sino que al estar tan lejos no podía apreciar bien los detalles. Ochoa sí y vi a muchos Mariscales de la URSS , quitarse la gorra en la presencia del cubano.
Entonces, Ochoa llegó y ordenó empezar a mover los tanques y ordenó una exploración mixta, a pie y en vehículos. En este aspecto chocó con Fidel que insistía en hacerla con vehículos, pero él estaba sobre el terreno y tenía mejor visión directa, ayudado por Polo y su experiencia. Con esa maniobra, Ochoa consiguió que los sudafricanos redujeran el ritmo de su ofensiva y él ganó tiempo para construir el aeropuerto de Cahama y reunir los grupos tácticos que necesitaba.
Nota: Yo me enteré de la orden de Fidel Castro para realizar la operación desde los vehículos en marcha, de boca del propio Ochoa, mientras conversaba con otros jefes militares. Se refería a la cojonera que le había echado Fidel debido a que la Brigada de tanques del General Cartaya no acababa de llegar ni a Menongue, cuando supuestamente debía haber llegado a Cuito Cuanavale. El problema consistía en que había una orden del Jefe de la MMCA (respetada por todos los que había sido jefes de la misma) en que las exploraciones debían realizarse de noche y a pie, para avanzar de día con los tanques, camiones o lo que fuera. Esto hacía que la Brigada marchase lentamente. Nosotros habíamos ido ubicando una escuadra (8 hombres) en cada sitio del camino proclive a una emboscada o a un sembrado de minas. Fidel Castro ordenó a la exploración avanzar de noche y los tanque detrás. El resultado fue que murieron 12 zapadores al reventar una mina bajo el transportador blindado que los conducía. Llegué al lugar de la catástrofe al día siguiente a primera hora. Daba mucha pena ver a los perros que se habían quedado sin sus amos, corriendo de un lado para otro, buscándoles desesperadamente.
El ritmo de la ofensiva de las SADF, en Cuito Cuanavale, no se vio detenida por ninguna maniobra. Los asesores cubanos ordenaron minar el frente de combate de las unidades de las FAPLA. Esto impedía el avance de las tropas enemigas y posibilitaba,a las brigadas FAPLA cruzar el puente, de forma escalonada, hacia la margen occidental del río.
Las tropas cubanas, siempre desde la margen occidental del río, protegían el cruce.
En Cahama no se construyó un aeropuerto, sino un aeródromo, que luego se constituiría en una Base Aérea. Pero Cahama no guarda relación con los combates de Cuito Cuanavale. Tenemos que recordar que, al abrirse el llamado Flanco Sur Occidental del Frente Sur (dirección Ruacana) las operaciones militares cobraban otro cariz. Insisto en que Fidel Castro lo relata como un todo incluido. La verdad es otra. En el referido flanco, las tropas cubanas apoyadas por una brigada FAPLA y otra del PLAN, recuperaban el terreno que el presidente José Eduardo Dos Santos había “regalado” (con su traición) a los sur-africanos.
En el último párrafo se refieren a Grupos Tácticos, cuando en realidad eran Brigadas Motorizadas. Esto puede deberse a que las entrevistadas denotan cierta falta de conocimientos militares y confunden los términos. Pero ojo: Una brigada tiene al menos de cinco a seis Grupos Tácticos. Esa es una diferencia abismal.
Cuando consideró que disponía del poder de fuego necesario y de la adecuada cobertura aérea fue que ordenó salvar Cuito Cuanavale, donde paró en seco a los sudafricanos, que se estrellaron seis veces contra la defensa organizada por Ochoa y Fidel, ¡seis veces!, ponlo bien clarito porque parece que Arnaldo solo fue a templar a Angola y eso tampoco es justo.
Aquí hay otro error: Cuando la Defensa de Cuito Cuanavale se encontraba en su fase final y ya se habían rechazado, practicamente, todos los intentos SADF/UNITA para aniquilar a las cuatro brigadas FAPLA y la destrucción del puente (destruido y recosntruido varias veces)es que comienza la ofensiva por el Flanco Sur Occidental. El aeródromo de Cahama recibe sus primeros aviones el 13 de marzo de 1987.
El Regimiento de Cazas, estacionado en Menongue, era el que libraba los combates contra la aviación surafricana en el Flanco Sur Oriental, desde el mes de enero de 1987.
Y Fidel, contradiciendo incluso a Carlos Rafael Rodríguez, que alertó del arsenal atómico de Sudáfrica, decidió jugarse el todo por el todo y ordenó el bombardeo sobre la represa de Calueque y Ruacaná, que fue el viraje definitivo de la guerra porque ya los sudafricanos habían estado bombardeando previamente, incluso con cohetes S5 y S6 y esa información había llegado a La Habana gracias al trabajo en solitario de Pedroso (Pedro Luis, embajador de Cuba ante la ONU en Ginebra) que, como agente de la DIM fue sembrado en una tribu namibia, donde simuló ser pastor y por las mañanas salía a medir los cráteres que dejaban los cohetazos sudafricanos. Aquella fue la Operación Amandra y quienes la idearon y ejecutaron están vivos, pero mudos.
Nota: Sobre el armamento nuclear ya escribí esto https://manchiviri.blogspot.com/2007/02/influencia-del-armamento-nuclear.html
Calueque y Ruacaná fue el golpe aéreo definitivo que, además, probó la pericia de los pilotos cubanos, y las operaciones dirigidas por Ochoa en los frentes de Cuito Cuanavale y Huambo sentaron a Sudáfrica definitivamente en la mesa de negociaciones…
La hidroeléctrica de Ruacana nunca fue golpeada. Calueque es una reguladora del caudal de agua del río Cunene.

Yo encantado de escucharlas, pero nos estamos desviando un poco del tema.

Es que todo tiene su explicación. Mientras todo eso ocurría en el frente de batalla. Julio Fernández Pérez, que era un hombre fiel a Julio Casas Regueiro, hizo una auditoría sobre el uso de los recursos logísticos enviados desde Cuba, date cuenta que allí mandaron hasta helados Coppelia; y descubrió que allí todos los jefes robaban parte de esos envíos y la desviaban a la Candonga, que era la segunda actividad principal después de la guerra.
Patricio la Guardia y el Gallego Franco habían creado una Candonga notable en el edificio conocido como “Predio de Transporte”, en Luanda, y Ochoa fue descubriendo ese mundo y estrechó contactos con los hermanos la Guardia, pues Tony empezó a aparecer por allí y se hicieron muy amigos. Yo creo que fue Tony quien le habló a Ochoa de la droga; pero no puedo asegurarlo porque ellos hablaban de negocios, de conseguir dinero para Cuba, que eran las órdenes de Fidel y de Raúl, pero nada más.

¿Pero esas órdenes incluían el narcotráfico?

No lo sabemos. Hay veces que yo creo que sí; pero hay veces que creo que no y otras ya ni sé qué pensar sobre todo eso porque es muy difícil que se pudieran implicar tantas direcciones del MININT en un asunto y que no hubiera saltado; era otro MININT no eso que hay ahora, con una compartimentación estricta, pero en el narcotráfico se estableció una cooperación necesaria entre las FAR y el MININT, y no estoy hablando de Arnaldo y Tony, que no controlaban la base aérea de Santa Clara ni la marina en Cienfuegos. La orden de conseguir dinero fue dada. Y, claro, yo me pregunto, cómo es posible que no se aclararan ciertos límites, líneas rojas, como se dice ahora, que no debían traspasar.
En este párrafo se nota la necesidad de los abastecimientos para un ejército de más de 60 mil hombres. La URSS, con su política de glasnost y perestroika, se mostraba renuente a enviarnos armamento o incluso comida. El MPLA no cumplía su compromiso de abastecernos con alimentos.
Esa es la verdad que afrontábamos en aquellos momentos críticos. De manera que no teníamos otra alternativa que inventar nuestra propia maquinaria de abastecimientos. Esas son las candongas a las que se refieren las entrevistadas.
A mi nivel (regimiento) recibíamos dinero (kwanzas) para que nuestro jefe de retaguardia (logística) acudiera a las candongas a forrajear alimentos. Ese dinero provenía del mando superior. De manera que si me hubieran preguntado, en aquella época, si eso estaba autorizado hubiera dicho que sí, pero con mucha discreción. Esas eran las líneas rojas y los límites que no se debían traspasar
Ramiro Valdés podría aclararte ese extremo porque él una vez, confuso, exigió a Fidel que le diera una orden para temas de marihuana por escrito, según se comentó en el ministerio (del Interior) nada oficial, tú sabes, fueron comentarios de pasillos y luego está el caso del Capitán de Navío Generoso Escuredo que siendo jefe del Destacamento Naval de Cienfuegos se negó a brindar apoyo a actividades de narcotráfico y Raúl (Castro) lo mandó a Construcciones Militares, donde se jubiló.
Yo una vez pude hablar con él, ya aquí en España donde trabajó algunos años como Vigilante de Seguridad y en un bar, y no me lo negó ni lo confirmó, pero sí me dijo: ellos sabían que no podían contar conmigo para eso. Y ese gallego es duro de pelar, cuando detectó que iban a entrar lancheros a Cienfuegos, bloqueó la entrada de la bahía; aquello le costó el puesto, pero él no se acobardó.
Recuerdo el hecho. Yo estaba de Sustituto del jefe del regimiento de helicópteros de Cienfuegos y supe que en el destacamento naval habían ocurrido hechos de envergadura que terminaron con la sustitución del jefe del destacamento.
Todo eso lo contó Manolito (Manuel de Beunza, ex agente de la DGI) en una sesiones en el Congreso de Estados Unidos y Fidel lo llamó hijo de puta y todas esos insultos que usaba cuando se encabronaba. Fidel fue muy injusto con el MININT, que lo cuidó como a un padre, ahí están los planes de atentado y ninguno tuvo éxito. Raúl no fue injusto con el MININT porque nunca lo quiso, excepto para acapararlo y dominarlo, pero ha sido un fracaso.
Manuel Beunza era amigo mío en la etapa de adolescente.

¿Y ustedes no pensaron nunca que convertir a un policía, quiero decir a militares guardianes del orden, en contrabandistas los degrada moralmente y ya luego es fácil asumir cualquier actividad comercial, digamos?

Sí, mijito, pero nosotras no teníamos facultades para nombrar ministros del Interior y de las FAR. Por ejemplo, la gente en Cuba no sabe que los compañeros de MC (Organización creada para evadir el Embargo) salvaron muchas vidas, trayendo medicamentos y tecnología punta para Cuba. MC no se creó para hacer operaciones de narcotráfico, sino para burlar el bloqueo norteamericano y fíjate cómo acabó eso.
Yo a veces creo que ellos cometieron errores, algunos graves, pero eso de matarlos no estuvo bien, porque no se tuvo en cuenta ni sus méritos anteriores, que eran muchos ni el dolor que ocasionó en el pueblo y en los revolucionarios.
El problema es mucho mayor. En un país, controlado férreamente desde la cúpula “gobernante”; dónde las decisiones dependen de Raúl o Fidel Castro, el aterrizaje de un aeroplano en Varadero o Santa Clara no pasa inadvertido. Lo peor es que esos aeroplanos no portaban un plan de vuelos cuyo registro el el control de tráfico aéreo internacional (ATC por sus siglas en inglés) los delataría. De manera que sin tener plan de vuelo autorizado, esa aeronave debía entrar en territorio nacional cubano y nadie, en su sano juicio, se atrevería a autorizar semejante desatino, sin la más alta autorización. En este caso Raúl o Fidel Castro.
Y esto no lo sé por comentarios o lecturas de artículos. El día 24 de septiembre de 1987, día de mi cumpleanos, lo festejé en la piscina del hotel Jagua en compañía de varios amigos. Entre ellos uno que luego caería preso en la tenebrosa Causa no.1. Este amigo me contó que venía de Santa Clara y que el personaje que había ido a recibir “sacaría a Cuba de todos los problemas económicos” (palabras textuales). Aquello me pareció una exageración, pero cervezas mediante, no le di mucha importancia, porque el alcohol hace maravillas con la lengua. No obstante, el fin de semana siguiente yo estaba en Punta Hicacos formando parte de la Operación “Plan Estrella” (protección de la vida de Raúl Castro) consistente en patrullar la costa norte de la provincia de Matanzas y sus cayos adyacentes, cuando aparecieron en las pantallas de los radares del destacamento de Guardafronteras unos 7 puntos (que serían calificados como lanchas) bajando de norte a sur por el Estrecho de la Florida. Se dio la alarma de combate y se formó el zafarrancho. Minutos después todo volvería a la normalidad al detectarse que eran lanchas, asunto del Coronel Tony de la Guardia. Me acompanaba, ese día un funcionario de la Contra Inteligencia Miltar que, casualmente, era hijo del jefe de la escolta de Raúl Castro.
Imposible que un hecho semejante no llegue hasta, al menos, Raúl Castro.
También pienso en aquellos compañeros de Piñeiro (Manuel, comandante Barbarroja) que fueron los primeros en ser acusados por los americanos de estar metidos en el narcotráfico, Fernando Ravelo Renedo, Ángel Brugués y Gonzalito Bassols, que fueron desapareciendo y también acusaron a Aldo Santamaría (Almirante, jefe de la Marina cubana). Y eso fue como en el 81… bueno, quizás en una (esa) época las drogas no estaban tan mal vistas como ha ocurrido después, ni los cárteles eran tan poderosos, principalmente, por esos grandes mercados de consumo de drogas que son Estados Unidos y Europa.

¿Y entonces que pasó con la auditoría de Julio Fernández?

Nada, no pasó nada porque Raúl (Castro) le dijo a Julio (Casas Regueiro) que se dejara de boberías y que eso no era suficiente para enjuiciar a Ochoa, a quien trajo de Luanda para nombrarle jefe del Ejército Occidental. Y él aceptó y pidió se le subordinaran las unidades correspondientes de la Marina y la Aviación. Ese elemento se ha usado para decir que estaba preparando un golpe de Estado, pero eso no es verdad.
Para explicar este párrafo y que sea entendible para alguien que se encuentre fuera del organigrama militar cubano de aquella época, se necesita mucho tiempo para escribir y una buena redacción, para que sea potable.
A la luz de las experiencias de la guerra de Angola, el sistema de defensa (que los asesores soviéticos nos habían vendido al finalizar la llamada “Crisis de Octubre” o “Crisis de los Misiles”) no se avenía a nuestra doctrina militar de “La Guerra de Todo el Pueblo”.
La guerra de Angola nos había hecho ver que la cooperación entre los diferentes tipos de armas (aviación, tropas terrestres y marina de guerra) presentaba deficiencias insuperables e incompatibles. La cooperación, incluso entre unidades semejantes (como aviación de caza, de transporte o helicópteros) era engorrosa y compleja. Me imagino que a nivel terrestre o marítimo se presentaran las mismas dificultades. Hasta aquí nos referimos a unidades dentro de un mismo Ministerio (el de la defensa). Ahora bien, cuando nos trasladamos a la cooperación entre unidades de diferentes ministerios, al regirse por protocolos diferentes, era aun peor.
El sistema de defensa anti-aérea, la llamada DAAFAR, era una concepción soviética para tiempos de paz, que en el momento de comenzar las acciones combativas se retiraba más allá de los 400 kilómetros y daba paso a las unidades terrestres, que si tenían integradas todas las unidades bajo un solo mando.
Dicho esto, quiero aclarar que Ochoa no reclamaba que se le subordinaran las unidades de la marina y la aviación. Esto formaba parte del plan, en concordancia con la nueva doctrina militar cubana, que había comenzado a estructurarse a partir de que la URSS declarara que el régimen de Fidel Castro no podría contar con algo más que un apoyo moral por parte de ellos, en el caso de que en el período comprendido entre 1983 y 1985 los soviéticos decidiesen intervenir en Polonia. El presidente de los Estados Unidos había amenazado con tomar represalias (léase invasión) contra Cuba en caso de que los soviéticos intervinieran en Polonia.
De manera que, el mando centralizado de los ejércitos, que comprendía marina y aviación era lo más lógico en cuanto a la defensa territorial del Oriente, Centro y Occidente del país. Ahora bien, esto tiene sus pros y sus contras. En un régimen de “ordeno y mando”, perder el control total, quiero decir, entregar el control total de la defensa en favor de los jefes de ejércitos nunca fue del gusto de los hermanos Castro y su “lógica”.
No tengo la menor idea de cómo esté funcionando, el sistema, en estos momentos.
La petición de Ochoa se produce porque ellos, los jefes, venían reflexionando sobre la organización militar en los últimos años, incluso en la Academia Máximo Gómez hubo algún debate sobre esto y Arnaldo creía que era más adecuado, defensivamente, que los jefes de ejército tuvieran mando sobre aviación y marina en sus territorios. Sería bueno que hablaras con Álvaro López Miera, que creo coordinó esos estudios. Él es un muchacho muy preparado y educado, pero claro, igual no quiere hablar contigo de estos temas.
Y Raúl sabía de todos esos problemas, incluso de que la mujer de Ochoa se acostaba con uno de los cocineros de la casa 1 (Residencia del Jefe de la Misión Militar de Cuba en Angola) porque se lo contó Orlando Cardoso Villavicencio, que vio aquello en Luanda, y se sorprendió. A Ochoa le daba igual porque él se acostaba con varias mujeres cubanas destinadas en Angola.
Orlando Cardoso Villavicencio, militar que cayó prisionero durante la guerra entre Etiopía y Somalia. Estuvo preso (en Somalia) poco más de 10 anos. Fue liberado el 23 de agosto de 1988. El 30 de agosto todavía estaba en Etiopía. Luego estuvo 8 meses ingresado (posiblemente hasta abril de 1989). El día 2 de enero de 1989, reciben 5 generales y 2 primeros oficiales: los generales de división Ulises Rosales del Toro, Leopoldo Cintras Frías, Ramón Espinosa Martín; los generales de brigada Enrique Carreras Rolas y Rafael Moracén Limonta; el coronel Fidencio González Peraza y el mayor Orlando Cardoso Villavicencio.
Atención a la siguiente fecha 27 de junio de 1988, ataque de nuestra aviación a Calueque. Después de éste ataque es que se firman los acuerdos. Cardoso aun no ha sido liberado. Se acababa la guerra.
No entiendo en qué momento entra el personaje “Cardoso” en el caso Ochoa!
Ochoa formaba parte de ese grupo de privilegiados, como lo era Tony la Guardia, que hicieran lo que hicieran, no les pasaba nada y eran promovidos y reconocidos. A lo mejor, yo no lo sé, eso creó en ellos una sensación de impunidad. Fíjate que Tony tejió una relación muy cercana con los hijos de Fidel, a los que enseñó a manejar, a disparar, a enamorar… ellos lo pasaron muy mal cuando fusilaron a Tony y son buenos muchachos, aunque ahora se digan barbaridades de ellos, aunque cometan errores como todos los humanos.
Ochoa era valiente, lindo, jodedor y su valentía era motivo de preocupación, pero nunca habría traicionado a Fidel porque lo consideraba su jefe indiscutible, aunque discreparan, pero Arnaldo valoraba los conocimientos militares de Fidel y acataba su autoridad. Con Raúl yo creo que tuvo una relación casi familiar. Pero todo eso se quebró cuando él, a diferencia de Tony la Guardia, no se cree el cuento de que si coopera será salvado y no cooperó.
Si dejó de sentir respeto por Fidel y Raúl fue en esos días, pero antes no, porque él decía que lo habían mandado a una guerra perdida, se quejaba por los errores de angolanos y soviéticos, pero fue y la ganó. Tú pon ahí que sin Ochoa no se habría ganado la guerra de Angola, y la SWAPO habría desaparecido. Ellos lo saben.
Yo cuando cierro los ojos lo veo sentado en el muro de la calle 39 (Nuevo Vedado) conversando con los vecinos con mucha naturalidad; o lo veo con su hijo Alejandro, que falleció en un accidente años después, cargado sobre sus hombros. Alejandro era igual a su padre, pero más bajito y jugaba mucho con su tocayo, el hijo de Raúl.
Pero déjame seguirte contando… entonces, Julio Casas, a espaldas de Fernández Gondín (General Carlos, jefe de la Contrainteligencia Militar y Ministro del Interior) pidió a Columbié (General Félix Baranda Columbié, segundo de Gondín en la CIM) que le haga un registro secreto a la casa de Martínez (Capitán Jorge, ayudante de Ochoa en Angola) y allí descubren un billete de avión Habana-Bogotá-Habana y una carta de Pablo Escobar a Ochoa o al revés, ya yo no me acuerdo como era. Y claro, esos datos, más informaciones que se venían recibiendo desde Panamá, Nicaragua y Estados Unidos provocaron la Causa 1 de 1989. Aquello fue un trauma para todos los compañeros, yo tengo una diabetes desde entonces, ella duerme mal y ha estado en tratamiento nervioso y la tercera tiene un tic nervioso en un ojo y mueve la cabeza de una manera rara, bueno tú la has visto; como si fuera a embestir, pero de lado. Vivimos fuera de Cuba por nuestros hijos y nietos que se han ido, aunque vamos cada dos años para no perder la casa y el contacto con algunos familiares.
Tú no has querido preguntarnos si valió la pena lo que vivimos y yo quiero decirte que sí, que entramos jovencitas al MININT y al MINFAR y allí estuvimos hasta que nos destituyeron los brutos esos, que también son corruptos como descubrió el propio Julio Fernández en Angola, cuando creyendo que iba contra Ochoa descubrió que su institución estaba podrida, así que ahora estarán acabando con la quinta y con los mangos. Yo tuve la esperanza de que una vez pasaran los años, Fidel y Raúl nos iban a explicar todo lo que pasó, por qué se llegó a todo eso y por qué se fusilaron a compañeros nuestros, se encarcelaron a otros y se destruyeron a muchos; pero un día me dije, ay, fulana, pero mira que tú eres boba y lloré. A mí me gustaría que un día los cubanos pudieran ver los expedientes de compañeros como Amado Padrón o de Roly, por ejemplo. Y más de uno se asombraría por la cantidad de hazañas que hicieron por Cuba, por nosotros, en definitiva y en aquel juicio parecían unos vividores corruptos. Qué mal se hizo aquello, qué mal…
La muerte de Abrantes me afectó mucho. Era un compañero muy humano, que se preocupaba de verdad por los problemas de los compañeros y más si se trataba de una enfermedad suya o de un familiar cercano. Y fíjate cómo murió, pese a que deterioró su corazón corriendo en Chile junto al coche de Fidel. Abrantes apenas dormía, se acostaba en el carro de Fidel y mientras el Jefe estuviera en Palacio, él no se movía de ahí, luego se iba a su despacho y se acostaba en un sofá y se levantaba temprano para empezar a trabajar. ¿Tú no has podido hablar con Orlandito y Noa (ayudantes de Abrantes) para que te cuenten cómo era él? Yo soy la que menos hablo, pero pienso y le doy muchas vueltas a las cosas. Fuimos cobardes, cuando el fusilamiento de los 8 estudiantes de medicina (La Habana, 1871), un capitán español partió su espada ante el tribunal que juzgaba a los muchachos por honor y para protestar, nuestros generales y coroneles se acostumbraron a vivir con esa losa encima y se pusieron a alquilar sus casas a extranjeros.
El padre de mis hijos, que también fue afectado por todo esto, me dijo una vez, que había que averiguar si el fusilamiento de Ochoa y La Guardia fue también una respuesta a los vientos de la Perestroika que soplaban desde Moscú por toda La Habana, incluidos el Partido Comunista, las FAR y el MININT. Él lo dice porque los fusilan en verano y Gorbachov había estado de visita en abril de ese mismo año. Yo lo único que sé es que no quise seguir siendo parte de ellos, de esa casta que se siente por encima de todos nosotros, que nos usó a su conveniencia y luego nos tiró por la borda. Yo no digo que todos, pero si al menos un general hubiera protestado, se hubiera opuesto, y el resto habríamos dicho que nos oponíamos a los fusilamientos quizá habríamos salvado a Ochoa, a Tony y a los otros dos compañeros; pero no nos atrevimos
y esa madrugada, ¿fue el 13 de julio, verdad?, nos fusilaron a todos…








La Guerra Innecesaria, Mesopotamia Angolana, Ruacana Opinión de un compañero

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