http://www.granma.cu/mundo/2014-12-03/dudoso-panorama-para-el-mercado-petrolero
El crudo ya no es una fuente de estabilidad económica
para algunos países exportadores.
Desde que los precios del barril comenzaron a caer,
hasta perder un tercio de su valor, se advierte un panorama desconcertante en
países como Venezuela, Irán y Rusia.
Jeffrey
Gundlach, fundador de la compañía inversora Doubleline Capital, opina que el
precio del hidrocarburo se desplomará por debajo de los 70 dólares y para
navidad estará por debajo del actual, contraído en un 30 % desde mediados de
año.
Esta
es una buenísima noticia para los países en vías de desarrollo pues podrán
comprar el barril más barato. Para Venezuela, por ejemplo, es el caos. No podrá
mantener los precios preferenciales a aquellos regímenes que, por conveniencia
(que no por otra cosa) se aliaron al absurdo sistema chavista.
Considerando
el contexto actual, países como Venezuela, Ecuador (ambos extremadamente
populistas) y Nigeria han planificado precios de venta, para el próximo año,
entre 60 y 70 dólares el barril.
Para
Venezuela y sus acólitos de PetroCaribe, esto resulta carastrófico, puesto que
a esos precios el país desgobernado por un analfabeto funcional llamado Maduro
dejaría de ingresar 720 millones de dólares el próximo año.
El
economista jefe para Mercados Emergentes de Deutsche Bank Research en Londres,
Robert Burgess, opina que el declive del valor del crudo es consecuencia
directa de la desproporción entre demanda y oferta.
Las
palabras del Sr. Robert Burgess necesitan de una aclaración que no hace el
periodista del periódico “Abuelita”: La oferta (tradúzcase en petróleo de
esquisto, made un USA), ha inundado el mercado del crudo. De ahí que los
precios disminuyan ante una demanda parecida a aquellos tiempos que el
“esquisto” no existía.
Sin
embargo, el periodista se va por las ramas y dice: “La preocupación por el desarrollo económico en Europa
y algunos países emergentes y los nuevos mercados petrolíferos que han
aparecido, principalmente, a raíz de la revolución del crudo de arenas
bituminosas y otros yacimientos no convencionales, son factores claves en este
descenso, añade el experto”.
Empresas
de Estados Unidos impulsan el desarrollo de metodologías alternativas para
obtener el combustible, como el fracking, que consiste en fracturar por vía
hidráulica los esquistos (rocas con altos niveles de minerales) en el subsuelo
para extraer petróleo.
Después
de una “verborrea”, por demás innecesaria, sitúa como ejemplo a empresas de los
Estados Unidos, pero no llega al meollo que ha provocado la disminución del
precio del barril.
Es
entonces que, cuando ya no tiene alternativa, le llama al hecho (los Estados
Unidos haber inundado el mercado del crudo) “colarse” en el mercado, pero le
llama “carrera por el oro negro”. No obstante y muy a su pesar (imagino yo) reconoce
que están “pisándole los talones” a Arabia Saudita y que el 40% de los nuevos
suministros del mundo serán norteamericanos.
La
producción de petróleo y gas de esquisto norteamericana se disparará en los
próximos 20 años y, para el 2035, el 25 % del crudo y el 50 % del gas del país
procederán únicamente de esos yacimientos.
El
periodista de “Abuelita” nos comenta de acuerdo con la página web
(Vestifinance), que países como Angola, en lugar de aliarse con aquellos que
una vez fueran defendidos por el régimen de los Castro, ahora defienden las
bajas cotizaciones, cuando lo que le convendría a los Castro sería que el
precio del barril se mantuviera en los 100 dólares. Venezuela no podrá
continuar suministrándoles el petróleo a bajo precio.
Por
último nos dice que la OPEP ha decidido realizar el juego político para ver
quién aguanta más la presión.
Queda
claro un solo punto. El precio del barril se mantendrá entre 60 y 70 dólares,
mientras exista el petróleo de esquisto. A menor precio ese tipo de extracción
no es rentable por el momento.
Tiemblen
Rusia, Irán y Venezuela. El resto de los países son tan inmensamente ricos y
sus poblaciones tan pequeñas, que no les importa un poco más o un poco menos.
Saben, además, que los únicos países que producen alimentos capaces de
sustentar a sus propios pueblos (me refiero a Arabia y demás países
exportadores, excluyendo a los anteriormente citados) son los gobernados por
democracias.
Saben
también que los países democráticos industrializados, al comprar el petróleo
más barato podrán abaratar los precios de los alimentos que, hoy por hoy andan
por las nubes.
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