[LRP1]El hangar del aeródromo de Menongue,
construido por los portugueses, presentaba las mismas características que en el
año 1978.
En este relato
Eladio detalla la incompetencia del mando militar cubano. Una tarde (no precisa
la fecha) recibieron una tarea de combate por teléfono.
Las
operaciones contra las posiciones enemigas no se plantean de esta forma. Es
necesario ubicar al enemigo en un mapa. El planteamiento de la tarea lo debe
realizar un jefe, el cual puntualiza los objetivos a atacar y el papel a
realizar cada uno de los participantes.
A Eladio le confían
la cobertura de los MIG-21 en solitario. Cualquiera que tenga experiencia de
aviación sabe que, la unidad básica es la pareja. Un avión en solitario es
blanco fácil.
Cuando se
suponía que la tarea de combate había concluido y los MIG-21 se retiraban, el
Puesto de Mando le da una orden anormal a Eladio.
Le plantean
una tarea no planificada de antemano: “Buscar un objetivo a 40 kilómetros más
al este”.
El propio
Eladio relata que podía ser cualquier cosa, desde una bandada de pájaros, una
nube o tal vez un helicóptero.
En ningún
momento el Puesto de Mando precisa la cantidad de combustible restante en la
aeronave, cuando de repente se encuentra con dos MIRAGES que, desde la posición
de Eladio, se aprecian volando en dirección sur.
Cuando se
disponía a atacarles recibe el primer aviso de su aeronave, la que le indica
poca cantidad de combustible.
[LRP2]El inexperto piloto se ha quedado sin
posibilidades de combatir. Los MIRAGES le han detectado y se aprestan a entrar
en combate. Claro está, el enemigo también anda escaso de combustible, pues
ambas fuerzas se encuentran operando en sus radios máximos de acción. Esto tal
vez haya salvado la situación.
Eladio
decide abandonar la entrada en combate y así se lo informa al Puesto de Mando
que lo había puesto en una situación totalmente ridícula, pues ya no le quedaba
combustible para regresar a Menongue.
La solución,
para Eladio, era la pista de Cuito Cuanavale. Los aviones surafricanos, al ver
que Eladio no les daba seguimiento, decidieron lo más sensato: retirarse.
Al bisoño
piloto cubano le esperaba la incertidumbre. No estaba previsto el aterrizaje en
Cuito Cuanavale y los artilleroa anti-aéreos se aprestaban a derribar aquella
aeronave que llegaba a muy baja altura y “despacito”, con los trenes de
aterrizaje afuera. ¡No lo tumbaron por pura casualidad!
Lo peor no
había pasado. Tan pronto como las tropas surafricanas y la UNITA se dieron
cuenta de que había aterrizado un avión en Cuito, comenzaron a disparar con la
artillería contra la pista.
Tuvo
muchísima suerte Eladio, pues la incompetencia de nuestros jefes puso en riego
la vida de un piloto y la pérdida de una aeronave.
[LRP3]Este relato jamás debió salir a la luz pública,
pero una vez más queda demostrado que el mando militar cubano en Angola era de
una ineficiencia tal que, daba miedo.
http://manchiviri.blogspot.pt/2014/07/aires-de-victoria.HTML
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