El régimen dejará de ser una excepción en la política exterior europea. Los ministros de Exteriores de la Unión Europea han dado este lunes un mandato a la Comisión Europea para que empiece a negociar un acuerdo político con el régimen de Raúl Castro, una medida que supone el inicio del deshielo de las relaciones. Tras años de discusiones, los ministros han aprobado por unanimidad el inicio de ese diálogo, que permite levantar el veto que la UE impuso a la dictadura totalitaria en 1996.
Con esa medida, el Ejecutivo comunitario podrá negociar abiertamente con el
régimen para firmar un acuerdo bilateral que regule el diálogo, los acuerdos
comerciales, la cooperación y cualquier otro elemento que interese a ambas
partes, según explican distintas fuentes diplomáticas. Hasta ahora, la Unión
Europea no tenía ningún canal de comunicación abierto con el des-gobierno
cubano, pues se regía por la llamada posición común: una herramienta diplomática que condicionaba cualquier viso de diálogo al
avance de los derechos humanos en la isla. En la práctica esto implicaba un
bloqueo en las relaciones entre la UE y neo-feudal. El régimen totalitario de
los hermanos Castro, es el único del mundo que se rige por la llamada posición
común, explica la Comisión Europea, un estigma que decaerá si la negociación
llega a buen puerto.
De momento, los países la mantienen a la espera de ver cómo se desarrollan
las negociaciones. Ha sido la garantía que han exigido algunos países reacios a
abrir el diálogo con la dictadura (entre ellos Alemania, República Checa y
Polonia) para dar su visto bueno al proceso. Estos países han exigido que la
Unión Europea supervise en todo momento el respeto que otorga el des-gobierno a
los derechos humanos, un aspecto que la diplomacia europea elude concretar para
no dar pistas al régimen de cuáles son sus inquietudes. Los países miembros supervisarán que haya medidas que favorezcan la
libertad de expresión y otras libertades fundamentales, que no se reprima a la
oposición, que la justicia sea independiente o que se garantice el acceso a
Internet, entre otros elementos.
Esa misma falta de concreción rige para el resto de elementos que se
negociarán con la dictadura. La Comisión mantendrá en secreto las directrices
que guiarán el diálogo, aunque fuentes diplomáticas apuntan genéricamente que
se trata de dar un marco de seguridad jurídica a las relaciones que los países
miembros quieran establecer con el régimen totalitario (y que muchos ya tienen
aunque en realidad contraviene la posición común). Con las “señales de apertura”
que está emitiendo el régimen, la UE no quiere quedar fuera de un territorio que
le puede proporcionar oportunidades de inversión
beneficiosas.
También puede haber mejoras en relaciones comerciales, aunque es un
elemento de menor magnitud que la inversión. El acuerdo permitirá asimismo una
mayor cooperación europea con la dictadura, que ahora es casi testimonial.
Desde que se reanudó la cooperación, en 2008, el régimen neo-feudal ha recibido
apenas 80 millones de euros en total para proyectos de desarrollo, aseguran
fuentes comunitarias.
La negociación puede llevar alrededor de un año, según los cálculos
oficiosos, aunque los encargados de este proceso se muestran optimistas sobre
el desenlace. La Unión Europea ha intentado otras muchas veces en el pasado
romper el bloqueo que regía con la dictadura totalitaria, sin resultado. Nunca
se llegó, como ahora, a abrir un diálogo político amplio que tuviese como
objetivo romper la posición común fijada en 1996. Tras muchas rondas de
discusión, los ministros de Exteriores darán este lunes el visto bueno a esta medida
sin debate previo.
Catherine
Ashton advierte de que el ritmo de las negociaciones dependerá de los avances
en derechos humanos.
Tras recibir el
visto bueno de los Veintiocho para inaugurar los contactos con la dictadura, la
Alta Representante de Política Exterior de la Unión Europea advirtió este lunes
de que las negociaciones con el régimen dictatorial para normalizar las
relaciones dependerán de los avances en materia de derechos humanos. «Hemos
planteado de manera coherente nuestras preocupaciones sobre derechos humanos,
que seguirán siendo centrales en esta relación».
¿La
Ashton espera que Raúl Castro haga lo
necesario?
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