miércoles, 5 de febrero de 2014

A propósito del Adulto Mayor, en Cuba

A propósito del Adulto Mayor, en Cuba


Hace pocos días una “experta” de un programa de universidades de adultos mayores de Cuba le escribió una carta al Sr. Fernando Ravsberg de BBC Mundo (que corta y pega del blog oficialista “La Pupila Insomne”) a propósito de su artículo “Cuba reconoce, por primera vez, que tiene un problema con sus ancianos”.

El primer error de su artículo, Sr. Ravsberg, es referirse a Cuba, cuando en realidad se está refiriendo al régimen (dictatorial, totalitario y neofeudal) del los hermanos Castro Ruz.

El primer error de la “experta” es decir que las aulas son gratuitas. La triste realidad es que en un sistema totalitario es el pueblo el que lo paga todo. Las gratuidades en un sistema totalitario es pura propaganda política.

El segundo error de la “experta” es decir que la dictadura (ella le llama gobierno) se preocupa y prioriza, a nivel parlamentario, la situación de los ancianos.

Llamarle parlamento al atajo de corderos que se reúne, una vez al año, para tratar asuntos provenientes de las “alturas” y no de la base, constituye una burla.

¿Hace 55 años que la dictadura se preocupa por los ancianos?

Si de verdad constituyera una prioridad, hacía mucho tiempo que se hubieran tomado las medidas necesarias para evitar el abandono en que se encuentran los ancianos cubanos.

Por supuesto, yo no soy gerontólogo ni estoy “enamorado” de la geriatría. Eso sí, me preocupa, no solamente el asunto de los ancianos, sino el abandono a que se ve sometida la población cubana en general, culpada por la propia dictadura de ser responsable de los que viene sucediendo desde hace más de medio siglo.

Ni ahora, ni nunca antes, Sr. Ravsberg. La babosería oficialista intenta confundir camuflando el envejecimiento poblacional, a escala mundial, con el abandono sufrido por el pueblo cubano durante más de medio siglo.

La “total cobertura” de salud, que usted, Sr. Ravsberg, cándidamente dice que son de carácter gratuito, lo paga todo el pueblo cubano con un nivel miserable de vida.

La única credibilidad posible es visitar los antros de salud cubanos, unos “círculos de ancianos” que dan deseos de llorar y unas “universidades de mayores” que dan vergüenza.

“Profesora” Orosa:

De buenas intenciones se encuentra empedrado el camino del infierno. Las intenciones no le han bastado al sistema totalitario de los hermanos dictadores.

¿Qué es lo que usted entiende por una vejez plena? ¿Una pensión de 200 pesos moneda nacional? Pero, ¿a qué bienestar usted se refiere?

Lo que el pueblo cubano necesita no son más instituciones, ni programas. Lo que verdaderamente necesita, el pueblo cubano es eliminar, no solo barreras. Necesita una arquitectura nueva, un sistema diferente; eliminar totalitarismo.

La Sra. Orosa ha tenido el privilegio de conocer y admirarse personalmente de lo que se hace en otras partes del mundo. Ella sabe bien que bajo un sistema totalitario es imposible un estado de bienestar que facilite las condiciones requeridas que satisfagan las necesidades del adulto mayor.

Tampoco soy asiduo lector de BBC Mundo, pero soy cubano y se perfectamente bien de lo que se trata, porque he vivido en Cuba la mayor parte de mi vida y tengo la suficiente experiencia para desmentir a la Sra. Teresa Orosa Fraíz.

La pensión promedio de un jubilado cubano ronda los 200 pesos moneda nacional. Es un poco menos de 10 dólares norteamericanos. Ese dinero no le alcanza para pagar la electricidad, ni el agua, ni el gas, ni el teléfono, ni la asignación de alimentos que recibe por la “libreta de abastecimientos que consume mensualmente.

Suponiendo que sea un matrimonio de jubilados, los 400 pesos en moneda nacional tampoco les alcanza. No digo de tener un transporte automotor. El transporte colectivo lo descarto totalmente.

Por lo general, el adulto mayor no puede enfrentarse en igualdad de condiciones ante el teto que constituye el trabajo por cuenta propia.


Me estoy refiriendo a 1 millón 600 mil jubilados que reciben la abominable pensión y que ahora sufren los aumentos de precios del recién constituido “capitalismo de estado” de Raúl Castro.

Para tener una idea más exacta, una cuenta de electricidad puede llegar a 40 pesos (MN) si el anciano vive en un apartamento compuesto por sala, cocina, un baño y una habitación y en cada uno de estos cuartos un solo bombillo “ahorrador”. Agreguémosle un ventilador, un refrigerador, un equipo de radio y una televisión.

La cuenta del teléfono, si es que tiene, puede llegar a 20 pesos (MN).

Solamente en electricidad y teléfono el anciano tiene que pagar un 25% de su pensión. El otro 75 % lo gastará en agua, gas, transporte y comida. ¿Son suficientes 140 pesos?

Lo poco que “abastece” la libreta cuesta aproximadamente unos 40 pesos (MN). Una libra de carne de puerco en el mercado libre cuesta 22 pesos (MN), que es igual al 12% de la pensión del jubilado y si la estira un poco le alcanza para tres comidas. Cuatro tomates cuestan 10 pesos (6% de la pensión) y tal vez le alcance también para tres comidas. Una botella de aceite cuesta 70 pesos (MN), que es igual a  un poco más del 30% de la pensión. Si ahorra tal vez le alcance para dos meses.

La atención médica es libre, que no es igual que ser gratuita, pues en los regímenes totalitarios no hay nada gratis. Las medicinas, a no ser en los hospitales, hay que pagarlas. Es verdad que no tan caras como pudiera ser en cualquier otra parte del mundo, pero comparándolas, si nos atenemos a los salarios y las pensiones, llegaremos a la conclusión que en las farmacias, los ancianos cubanos pagan mucho más caras las medicinas. Porque 70 pesos al mes, en medicinas, es mucho dinero para alguien que solo recibe 200.

No digo mentira si, cuando me refiero a la libreta de abastecimientos le llamo una mentira cincuentenaria. Surgió como consecuencia de la desastrosa administración de un maniático Fidel Castro. Y abastecía pródigamente en sus inicios. ¡Es la pura verdad! Año tras año, durante más de 5 décadas, ha ido disminuyendo la entrega y hoy por hoy solo alcanza para paliar las necesidades alimentarias de menos de medio mes. La “Libreta” ha estado subsidiada durante más de 50 años. Los salarios han estado congelados el mismo tiempo.

Papas (patatas), chícharos, pasta dental y jabón líquido ya no son abastecidos ni subsidiados por la libreta. Ahora cuestan diez veces más.

La dictadura totalitaria neofeudal de los hermanos Castro Ruz prometió, en sus inicios, ser uno de los sistemas más generosos del hemisferio occidental, cubriendo el 90% de la fuerza laboral y permitiendo el retiro a los hombres a la edad de 60 años y 55 a las mujeres. Pero la increíblemente ineficiente administración, unida al despilfarro de un Fidel Castro con ínfulas de Napoleón caribeño y la corrupción permitida a todos los niveles del desgobierno acabaron por hundir una economía subsidiada por la antigua URSS.

Los hogares de ancianos son pocos y sus condiciones son execrables. La poca comida y otros pocos recursos, que supuestamente deben recibir los ancianos hospedados en esos asilos, es robada por los empleados del centro.

La población de Cuba es la más adulta de toda América Latina después de Uruguay, pero el asunto se ha agravado en los últimos 20 años luego de los acuerdos migratorios firmados por la dictadura con el gobierno de los Estados Unidos. Este acuerdo permite la emigración a unos 20 mil jóvenes cubanos (con preparación media y superior) anualmente.

Medio millón desde 1994 hasta el 2014

 
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