Pobres infelices, es verdad. Infelices hermanos, primos de todas las categorías, vecinos, amigos cercanos y lejanos. No se trata de si Fidel Castro habla o deja de hacerlo, es que tampoco escribe. Me imagino que esté reflexionando para sus adentros, que es lo que va a escribir próximamente para los extranjeros que aun le apoyan.
Aquellos que piensen que Raúl Castro (por lo menos en vida del hermanísimo) restaure el capitalismo en Cuba, lo menos que hacen es perder el tiempo. Lo peor es que están tan perdidos como Matías Pérez.
Como dice un escritor, al que mucho admiro: “Raúl Castro no va a ceder un ápice”. Fidel Castro sabe, que todas las concesiones que se encuentran llevando a cabo, son solo sogas para sus pescuezos. Raúl solo lo intuye.
Me los imagino a ambos reunidos, conversando sobre el tema y a un viejo decrépito diciéndole a otro viejo pre-decrépito: Reformitas otra vez, ¿no?
¿No te bastaron los “Bandidos de Río Frío” de los años 80?
¿No te bastaron los incipientes presidentes de circunscripciones apoyados por cuentapropistas, en los primeros años del presente siglo?
Sigue así bobito, que cuando yo te falte los mismos que hoy te aplauden te ajustarán las cuentas.
Eso, si no te mueres primero.
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