sábado, 29 de noviembre de 2014

Durante la guerra de Angola el General decidió abandonar a Fidel Castro


Indiscutiblemente el General tiene toda la razón del mundo cuando dice que el día 2 de diciembre todos los militares cubanos se encontraban de fiesta y las ayudas a la navegación (en este caso se refiere a los radares) se encontraban inoperativos.


No dice, sin embargo, que era muy habitual que esto sucediera aún sin estar de fiesta. No obstante, las ayudas a la navegación, como pudieran ser los radiofaros no direccionales, trabajan automaticamente y no es necesaria la intervención del ser humano. No es menos cierto que debido al mal tiempo, los instrumentos abordo de la aeronave dejasen de funcionar. Eso puede suceder.


Lo que no puede suceder es que los pilotos pierdan totalmente la orientación. Por tiempo estimado, aún y cuando hayan perdido mucho tiempo, intentando salir de la tormenta, cualquier piloto puede saber aproximadamente en el sector aéreo en que se encuentra.


Dicho esto, la acción inmediata (luego de salir de la tormenta) sería decidir el rumbo a seguir. Ellos tenían dos opciones: La primera, establecer 180 grados (hacia el sur). De esa forma evitarían entrar en territorio de Zaire. Manteniendo el rumbo, intentar reconocer el terreno, al tiempo de calcular el resto del combustible para de esa forma y en caso de no reconocer el terreno por donde sobrevolaban, cambiar el rumbo para los 270 grados y dirigirse hacia la costa. La segunda podía haber sido, establecer de inmediato (ya fuera de la tormenta) el rumbo hacia la costa.


La costa es un punto de orientación visual incuestionable.


La toma de cualquiera de las decisiones estaria sempre supeditada al estado meteorológico.
Esto, por supuesto, sería en el caso de no tener ningún radiofaro disponible.


A mi me sudeció algo parecido y nadie (a no ser la tripulación) se enteró. Claro, yo tenía una tercera opción, que era la de aterrizar y preguntar donde me encontraba. Para eso son muy útiles los helicópteros. Y me sucedió tambien en otra ocasión, que aterricé en una base de la UNITA llevando abordo al Jefe del Estado Mayor de la 4ta Región Militar (Mayor Walter). Tan sorprendidos quedaron los enemigos que solo atinaron a darnos la ubicación del lugar. Claro está, en todo momento les apuntaba con nada menos que 182 cohetes C-5M desde el helicóptero.


Como no va a ser concebible que un personaje, como el General Julio Casas Regueiro, procedente de las unidades de retaguardia (logística) de las FAR, designe a un "guerrillero" (Coronel Harry Villegas) como jefe de una comisión investigadora de un accidente de aviación.


Ninguno de los dos tenía capacidad, no para investigar, sino para dirigir un arma sumamente técnica como la DAAFAR.



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