martes, 24 de marzo de 2015

El 23 de Marzo las SADF deciden retirarse de Cuito Cuanavale

El 23 de Marzo las SADF deciden retirarse de Cuito Cuanavale


Respuesta a un artículo del órgano oficial del Comité Central de la Dictadura de los hermanos Castro Ruz, firmado por Pastor Batista Valdés (PBV)


Escrito por: Teniente Coronel (R) Mario Riva Morales

PBV.- Las mortíferas descargas de la aviación suda­fricana los días 21 y 22 de marzo fueron claro preludio de lo que sobrevendría el 23, cuando Petroria arremetió con todo su peso sobre Cui­to.
MRM.- Las últimas incursiones de la aviación surafricana fueron el día 19 de marzo de 1988 a las 22:00 horas (noche cerrada), cuando atacaron unas posiciones en las proximidades del rio Longa, a unos 80 kilómetros al oeste de Cuito Cuanavale. Su intención era desviar la atención de las fuerzas que defendían el poblado. Jamás la aviación surafricana atacó Cuito Cuanavale.
PBV.- Recorrer a inicios de 1988 el pequeño, hu­milde y pacífico caserío de Cuito Cuanavale, allá en el sureste de Angola, fue un reto a la imaginación. ¿Habrá sobrevivido alguien? ¿Dón­de están la vida humana, la sonrisa de los niños que descalzos correteaban un tiempo atrás alrededor de estas mismas construcciones, destruidas en un puñado de días o semanas, no por la furia de la naturaleza, sino por el poder de las armas, por la saña del agresor humano?
MRM.- La verdad es bien diferente a lo que nos relata PBV. Mucho antes del mes de septiembre de 1987, la concentración de más de 5 Brigadas FAPLA (más de 20 mil hombres), habían partido de Cuito Cuanavale para comenzar lo que se conoce hoy con el nombre de “Operación Saludando Octubre”.
A inicios de 1988 las mismas brigadas, menos una que había sido prácticamente aniquilada en el combate del rio Lomba (no confundir con Longa), se encontraban preparando la defensa, no del poblado, sino del único paso posible hacia la margen occidental del rio Cuanavale.
Los esfuerzos de las SADF se concentraban en tres puntos principales: 1.- La pista de aterrizaje. 2.- El puente. 3.- Las Brigadas FAPLA.
El poblado de Cuito Cuanavale no era asediado. Recibía lo que se ha dado en llamar “efectos colaterales”.
PBV.- Decidido desde finales de 1987 a ocupar ese estratégico punto, el mando militar sudafricano, conjuntamente con fuerzas de la organización contrarrevolucionaria UNITA, había lanzado entre enero, febrero y marzo de 1988 sus más modernos medios de combate (artillería de largo alcance, tanques, aviación...) en sucesivas embestidas contra las posiciones ocupadas por las 59, 21 y 25 brigadas angolanas de infantería ligera (BIL), asesoradas por un número muy reducido de cubanos.
MRM.- No era la intención del mando militar surafricano ocupar el poblado. El punto estratégico resultaba el puente. Destruido el puente, las Brigadas FAPLA se encontraban acorraladas y su aniquilamiento sería cosa de tiempo más, tiempo menos.
Trescientos asesores cubanos habían sustituido a los asesores rusos en estampida.
El día 17 de enero de 1988 se envió al grupo táctico de Menongue, apoyado por la Brigada no 10 de las FAPLA, en la dirección de Cuito Cuanavale. Ese mismo día se le pidió permiso al alto mando angolano para que permitiera a las tropas cubanas hacerse cargo de la responsabilidad en la defensa de Cuito Cuanavale.
Esto trajo alguna resistencia por parte del mando angolano y fue duramente criticado por el mando militar soviético que aún no estaba de acuerdo con la estrategia implementada por los cubanos.
Aunque de forma muy lenta, el mando cubano se impuso.
PBV.- Los aproximadamente 200 kilómetros que unen a Menongue y la agredida localidad se habían convertido en un itinerario tan audaz, heroico y determinante como el que, a la par, surcaban los pilotos de helicópteros y de los impetuosos MIG, para apoyar cada caravana, proteger a las tropas, rechazar al enemigo aé­reo, asestarle demoledores golpes en tierra...
MRM.- Se le olvida señalar que la protección de esos aproximadamente 200 kilómetros de carretera era solamente de 25 kilómetros a ambos lados de la misma. El resto era territorio UNITA.

23 DE MARZO, ESTAMPIDA DE 180 GRADOS

PBV.- Las mortíferas descargas de la aviación suda­fricana los días 21 y 22 de marzo fueron claro preludio de lo que sobrevendría el 23, cuando Petroria arremetió con todo su peso sobre Cui­to. Conocía el enemigo su demoledor arsenal técnico de muerte, pero subestimó lo determinante en una guerra: el hombre y la justa causa que defiende.
MRM.- Nunca ocurrieron las descargas de aviación que refiere el Sr. Batista. Hacía ya mucho tiempo (desde principios del mes de enero) que los pilotos surafricanos habían desistido de enfrentar a la aviación cubana. Hay quienes dicen que debido a la superioridad de la técnica de aviación.
La verdad es que la superioridad técnica de las aeronaves soviéticas, unida a la pericia de los mejores pilotos de combate cubanos, les hizo desistir.
PBV.- Sudafricanos y miembros de la UNITA (con la simpatía y el respaldo incondicionales del gobierno norteamericano) ignoraron que en Cuito Cuanavale había suficientes minas para volar botas, blindados y pretensiones; pilotos como Juan Francisco Alfonso (capaz de aterrizar forzosamente, sin tren, antes de llegar a Menongue) o como Alberto Lei: un verdadero látigo desde el aire contra la prepotencia enemiga, en misiones de ataque a tierra con aparatos diseñados como caza-interceptores.
MRM.- El Sr. Batista nunca estuvo en Cuito Cuanavale. El que suscribe, era jefe del Regimiento Independiente de Heliópteros y estuve presente en la “Defensa de Cuito Cuanavale”. De ahí que contradiga a éste periodista, que más que un relato, escribe falacias como las del aterrizaje sin trenes (que al parecer confunde con Eladio Álvarez).
Debido a una malísima conducción de las acciones combativas, Eladio se vio forzado a aterrizar en la pista de Cuito Cuanavale, en medio del asedio de la artillería reactiva surafricana. No solo lo logró, sino que reabasteció (en solitario) su MIG-23 y regresó a Manongue.
Confunde el Sr. Batista la magnesia con la gimnasia y le confiere a Ley Rivas el mérito de los ataques a tierra contra las posiciones surafricanas, cuando ese mérito les corresponde a pilotos como Armando González (el guajiro) y a Humberto Trujillo. Alberto Ley Rivas fue el único aviador cubano que derribó una aeronave surafricana (Mayor Piercy) en combate.
Si tenemos en cuenta que el Sr. Batista se equivoca de esta forma en lo concerniente a la aviación, ya se podrá imaginar el lector de éste artículo, que el resto es de dudosa fiabilidad y mucha propaganda.
Para escribir sobre la Defensa de Cuito Cuanavale no se necesita mentir ni enaltecer conceptos ideológicos y mucho menos de hombría. De los primeros estamos atiborrados, lo de hombría nos sobra tanto, que resulta ridículo plasmarlo en blanco y negro.





















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