Alexei Kosiguin
Ese mismo dia, Kosiguin le informa al Ministro de La Marina Mercante,
Victor Bakaev, sobre la inminente operación militar.
Una misión,
compleja y de la mayor importancia le fue planteada al Ministro con menos de un
mes para la confección del plan. Cualquiera se puede imaginar, de acuerdo con
las distancias de un territorio como la
URSS, que la agrupación de barcos debe demorar “algunos”
días. Le daban de plazo, para presentar el plan, hasta el día 15. ¡Tan solo 4
días! Y para colmo (por medidas de seguridad) debía realizar el plan con tan
solo un colaborador. ¡Toda una chapuza! Le acompañó en la planificación uno de
sus sustitutos: E. Karamzin.
Al final
utilizarían más de 85 barcos mercantes y 185 travesías.
En todas partes
los barcos soviéticos dejaban de transportar cargas previstas de antemano y
regresaban, en lastre, hacia puertos de la URSS. ¡Las pérdidas económicas eran monumentales!
Así es el sistema totalitario.
Era del todo
imposible mantener el carácter encubierto de los traslados a Cuba. El gran
volumen de las cargas a transportar y el reducido intervalo de tiempo para su
ejecución dieron al traste con el secretismo.
El 13 de junio,
el Ministro de Defensa firmó las directivas dirigidas a los jefes de las Tropas
Coheteriles Estratégicas, las Fuerzas Aéreas, las Tropas de la Defensa Antiaérea,
las Tropas Terrestres y la
Marina de Guerra.
La manía del
secreto llegó a tales extremos que prohibieron la utilización de los medios de
comunicaciones. Tamaña imbecilidad solo les llevó a cometer atrasos y errores
en la planificación y puesta en marcha de la operación. Al final nada resultó
tan secreto.
Para las tropas
aquello era una maniobra estratégica para el traslado por mar hacia regiones de
clima muy frío en el norte lejano del país. De manera que cuando las tropas
embarcaban no sabían cual era su destino y por tanto síquicamente desorientados
una vez impuestos de la situación.
En el último
momento se entregaron a las tropas recomendaciones para la explotación y
conservación del armamento, la técnica y las municiones en las condiciones del
clima tropical. No importaba que del trópico no conocieran absolutamente nada.
¡Así deben haber
sido las recomendaciones…!
La selección del
personal, de acuerdo con los cánones totalitarios, debía ser sobre todo,
confiable. Estas exigencias complicaron las cosas, al punto de que en muchas
unidades llegaron a sustituir hasta el 55% del personal. Lo que afectaba la
disposición combativa de la unidad militar en cuestión.
Poniendo un poco
de empeño podemos imaginarnos a técnicos e ingenieros de las dotaciones de
cohetes estratégicos siendo sustituidos por personal de otras unidades. Y así
con todas. ¡Un pandemonio!
El día 20 de
junio la URSS
aprobó la composición definitiva de la Agrupación de Tropas Soviéticas que tomarían
parte en la “Operación Anadir”.
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