Muchos españoles consideran que la edad se ha convertido en un condicionante para encontrar trabajo.
Es verdad y tiene explicación, pero no es la respuesta de la pregunta.
Lléndose por las ramas, muchos españoles consideran que los profesionales comprendidos en edades entre los 18 y 25 años, son los más favorecidos a la hora de encontrar trabajo.
Es verdad y tiene explicación, pero no es la respuesta a la pregunta.
Siendo así podemos afirmar, sin muchos sondeos de opinión o encuestas que dicen, que mientras más edad tenga el candidato, peor se las verá para encontrar trabajo.
Es verdad y tiene explicación, pero no es la respuesta a la pregunta.
Dicen que por sexos no hay diferencia, aunque cualquiera pudiera poner en duda semejante afirmación, que tiene explicación y no es la respuesta a la pregunta.
La instrucción o formación de la persona también es un condicionante para el empleo al que se aspire. Es verdad y tiene explicación, pero no es la respuesta a la pregunta.
Regresemos al “precio del barril de petróleo”.
En 1998 el precio oscilaba alrrededor de los 7 dólares.
Subió, como la espuma de “una caña”, año tras año, hasta que en 2008 casi alcanzó la cifra de 150 dólares.
¿Cual es el efecto directo de los combustibles, sobre el nivel de vida de la población?
Empecemos por decir que todos los medios de transporte se mueven mediante combustible. Continuemos por decir que la mayor parte de la energía que consumimos diariamente se produce mediante combustible.
Si hasta este momento estuviéramos de acuerdo, podríamos afrimar que si el precio del petróleo aumenta, aumentarán el precio del transporte y de la energía eléctrica.
Si el precio del transporte y la energía aumentan, también aumentarán la transportación de las materias primas, como pudieran ser harina, agua, gas. En fin todas y en todas sus formas.
Si el precio del barril de petróleo ha aumentado de 7 a 100 en tan solo una década, es muy fácil entender que el nivel de vida que había alcanzado la sociedad europea hasta 1998, haya disminuído proporcionalmente diez años después.
Esto se traduce en que las empresas han tenido que aumentar los precios de sus productos en la misma proporción.
La única condicionante es que no pueden aumentar de igual forma los salarios y por tanto el poder adquisitivo de las personas disminuye en igual proporción.
Es así como se produce el efecto despido.
Los productos de las empresas, debido al estancamiento del poder adquisitivo de las personas, dejan de tener salida en el mercado. De manera que las empresas se ven en la obligación de despedir a los trabajadores menos necesarios. De esta forma garantizan continuar la producción y mantener los precios.
Pero el asunto va de mal en peor. Muchas empresas van a la quiebra y los obreros al paro.
¿Y los gobernantes qué?
Los gobernantes se han dedicado, hasta ahora, a paliar la situación con medidas que lo único que proporcionan es más paro, puesto que agravan la situación de los trabajadores.
Subvencionar a los bancos y a las casas financieras, sale del sudor de la frente de cada trabajador. Estas medidas hacen que el poder adquisitivo sea aun menor y afecte de manera dramática a los menos pudientes.
Lo peor es que las medidas que han tomado los gobernantes en los últimos tres años, no sirven para resolver la situación. Por el contrario, la agrava.
Ningun país desarrollado, con los niveles de consumo de energía y transporte dependientes del petróleo, como sucede en la actualidad, puede mantener el nivel de vida alcanzado en 1998.
Si el precio del barril de petróleo se mantuviera cerca de los 100 dólares, el retroceso del nivel de vida sería inversamente proporcional. Europa retrocedería al nivel de vida de la década de los años 60.
Aun hay más:
Las políticas socialistas aplicadas en toda Europa. Me refiero a la seguridad social. Ha sido y es la causante del efecto llamada a la inmigración.
Los trabajadores europeos, amparados por la seguridad social y el trabajo en negro, desechan los empleos más desagradables y menos lucrativos, que tienen que ser realizados por alguien; quiéranlo o no.
Trabajar en negro es burlar los impuestos.
Los impuestos garantizan la seguridad social.
Mientras más trabajo en negro, menos seguridad social.
Es verdaderamente incomprensible que en España existan más de 4 millones de parados y no haya ocurrido una explosión popular.
La respuesta radica en la seguridad socal y el trabajo en negro.
Pero como decíamos anteriormente, si no se pagan los impuestos cada día el fondo de la seguridad social disminuye y llegará un momento en que el gobierno no tenga fondos para garantizar semejante disparate.
En fin, debemos pedir a nuestros gobernantes que dejen ya de referirse a los mercados como al mounstro de la película (que aun nadie ha visto) y dediquen su tiempo a procurar vías para que, el verdadero monstruo, el precio del barril de petróleo (cuyas garras son los especuladores de la OPEP) no nos asesine.
Todavía estamos a tiempo
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