lunes, 5 de septiembre de 2011

La Batalla de Cangamba (septima parte y final)


Un análisis del trabajo realizado por Jorge Martín Blandino

Como se puede apreciar, el movimiento absurdo de las columnas hacia Cangamba, provoca el desasosiego en el mando militar cubano. Se encuentran sin combustible y bastante alejados de cualquiera de las posiciones cubanas.

Todo esto ocurre, en momentos en que Cuba enfrenta la posibilidad de una agresión militar directa en gran escala por parte de las fuerzas armadas de Estados Unidos, cuando el país está inmerso en el gigantesco esfuerzo que significa instrumentar la concepción de “la guerra de todo el pueblo”, ante las constantes amenazas de la administración norteamericana de Ronald
Reagan, y cuando las propias autoridades soviéticas han confirmado oficialmente que en caso de una invasión a la Isla, esta no puede esperar de sus aliados más apoyo que las declaraciones de protesta.

Muchos de nosotros lo sabíamos, pero jamás esa noticia fue publicada en Cuba.

Testimonio del Coronel Orlando Calvo Montes de Oca:
“Muchos de los que participaron allí eran reservistas. Ellos fueron los que prepararon los helicópteros, técnicos de vuelo condiez años sin ver un MI-8 y algunos que nunca lo habían visto: abogados, taxistas, un musicalizador de la televisión, gente de todos los oficios que allí tuvieron un comportamiento ejemplar. Fue una gran escuela, por la situación en que se voló allí, el agotamiento de las tripulaciones, el trabajo de los técnicos la noche entera, porque sabíamos que nuestros compañeros estaban en peligro de muerte".

Calvo se refiere a los reservistas de la Aviación Agrícola, que al final de la década de los años sesenta habían pasado de los helicópteros a los aviones de fumigación AN-2 y otros que como el abogado, el taxista o el musicalizador de la TV.
Estas personas habían sido reclutadas y luego de un curso intensivo, de un mes de duración, fueron enviados a la RPA para relevar a los pocos pilotos de helicópteros que teníamos en Cuba. El país, en aquellos momentos, solo contaba con 72 pilotos (la mitad de ellos copilotos inexperientes). Angola, un país tres o cuatro veces mayor que el nuestro, necesitaba tres o cuatro veces esa cantidad de pilotos.

Testimonio del General de Ejército Raúl Castro Ruz: “En la guerra no siempre ocurre lo que uno espera y así sucedió el
2 de agosto de 1983, con el ataque enemigo a Cangamba. Se trata de un pequeño poblado situado a gran distancia de la región objeto de las agresiones del ejército sudafricano y donde estaban desplegadas las tropas internacionalistas cubanas, pues la razón de su presencia era precisamente impedir una invasión militar extranjera.

Miente descaradamente Raúl Castro. La presencia de las tropas cubano-angolanas en Cangamba se debía a la importancia del nudo de caminos asfaltados que se cruzan en ese punto geográfico de Angola. Cangamba era un paso obligado entre el norte y el sur de Angola por la zona oriental del país.
Cangamba dista más de 500 kilómetros de la frontera con Namibia. Hoy conocemos perfectamente acerca de la asesoría de las SADF a la UNITA y podemos inferir que tuvieran asesores y tal vez alguna pequeña unidad de apoyo, pero de ahí a una invasión militar, hay mucha distancia.

Continuación del testimonio del General de Ejército Raúl Castro: “En Cangamba solo se encontraba el pequeño grupo de asesores cubanos de la unidad de las fuerzas armadas angolanas destacada allí, integrada fundamentalmente por campesinos del lugar con escasa experiencia militar y limitado armamento; una entre las pocas que enfrentaban a la supuesta contrarrevolución interna, en realidad apoyada por Estados Unidos y otras potencias occidentales, sobre todo, a través de Sudáfrica”.

Asesores que desde el mes de febrero, de ese año, se encontraban prácticamente incomunicados por tierra y aire.

Continuación del testimonio del General de Ejército Raúl Castro: “Vivíamos los tiempos del gobierno de Reagan en Estados Unidos, cuya agresividad nos llevó a desarrollar la concepción de la Guerra de Todo el Pueblo”.

Lo que llevó, a los hermanos Castro Ruz, a desarrollar la doctrina militar de “La Guerra de Todo el Pueblo” fue la decisión de la URSS de no considerar procedente la defensa de Cuba, en detrimento de la ocupación de Polonia por las fuerzas del Pacto de Varsovia. Dicho en términos ajedrecísticos: Si los soviéticos se veían en la necesidad de sacrificar la pieza Cuba, para conservar la posición de la pieza Polonia, no lo dudarían ni un solo segundo.

Continuación del testimonio del General de Ejército Raúl Castro: “Aunque hubo señales de actividad enemiga, realmente el mando de la Misión Militar Cubana no esperaba una acción de tal magnitud por aquella inhóspita región de escasa importancia”.

Raúl Castro reconoce la incapacidad del mando militar del General Cintras Frías (Polo).

Continuación del testimonio del General de Ejército Raúl Castro: “El enemigo logró inicialmente algo muy importante: la sorpresa”.

Lo quieren catalogar de una sorpresa. Bien. Fue “una sorpresa anunciada”.

Continuación del testimonio del General de Ejército Raúl Castro: “Además, el avance de poderosas columnas blindadas venciendo enormes obstáculos, constituyó un factor disuasivo importante para que el enemigo optara finalmente por retirarse sin alcanzar su principal objetivo: aniquilar o capturar a los combatientes internacionalistas como vía de ganar protagonismo, sobre todo a escala internacional”.

Este comentario es de risa. Columnas blindadas que no llegaron a avanzar más de 100 kilómetros en supuestamente 10 días de marchas. Columnas que se vieron sin combustible y tuvieron que ser abastecidas utilizando los helicópteros, con lo cual desviaban la principal tarea, que era el aprovisionamiento de las tropas cercadas y su hostigamiento. Columnas perdidas y sin comunicación por radio, que provocaron (por tener que dedicarse a estar buscándolas) la muerte de Policarpo Álvarez Pileta.

Con la evacuación de Cangamba, la UNITA alcanzó su principal objetivo. Ocupar Cangamba, como forma de incrementar sus fuerzas en el norte del país. Capturar a los cubanos les importaba poco, aunque hubiera tenido mayor relevancia. O sea, el mayor interés de los hermanos Castro Ruz era que no fueran a caer prisioneros los cubanos. Una situación como esa podía significar, políticamente, un descalabro para el régimen.



 


 


 


 


 


 


 


 



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