martes, 18 de enero de 2011

Los herederos de Fidel Castro (segunda parte)


La crisis mundial y las reacciones

Algunos economistas, muchos que dicen ser especialistas y muchísimos que, aun teniendo títulos universitarios, consideran que la crisis de los países industrializados (que afecta a los que no lo son o andan en vías de serlo) es consecuencia del propio sistema, o que es una crisis cíclica (estos son más bien astrólogos) típica del mercado libre de las sociedades democráticas.
Considero que todos aquellos que se expresan de una u otra forma parecidas al párrafo anterior no son otra cosa que incautos, ignorantes o, lo peor: Que a sabiendas que mienten y tergiversan, no son capaces de llamar a la crisis por su nombre y apellidos.

Que la crisis haya sido global no tiene nada que ver con la estructura del sistema en sí mismo. Tocó a los centros neurálgicos debido a la incompetencia de los políticos gobernantes que, aun pasados varios años, no se atreven a decir por lo claro cuál es el mal que los aqueja. Ni toman medidas efectivas para ponerle fin. Hasta ahora se han dedicado a atajar puntualmente los puntos flacos, tal vez en espera de que ocurra un milagro.

China tal vez haya sido la excepción. No porque una estructura económica- financiera solo se encuentre orientada a obtener beneficios. Que se sepa, China no responde a las exigencias de su sociedad actual. El meollo de la cuestión radica en que China se ha abierto al capital recientemente. Una inmensa población (mano de obra barata) donde las grandes transnacionales han decidido invertir a cambio de jugosos dividendos, invadiendo el mercado internacional de productos baratos, muchas veces de dudosa calidad.

Nada de lo que ocurre en China garantiza empleo fijo, ni vida digna y mucho menos vivir en paz.

Aquellos que dirigen sus diatribas contra los bancos y las instituciones financieras, no dejan de tener razón. Pero es poco serio decir que mientras más débiles sean las economías nacionales, más dependientes serán de la banca internacional y los fondos monetarios. Es que una cosa conlleva a la otra. Economías nacionales débiles provocan bancas débiles y fondos monetarios insolventes.

Por otra parte, desde que el mundo es tal y cual lo conocemos, es casi el mismo por ciento de los habitantes del planeta el que pasa hambre, que necesita trabajo, salud, educación y una buena alimentación. Puede el sistema totalitario neofeudal, con su improductividad, resolver los problemas existenciales de la humanidad? Definitivamente probado que no. Sería como retroceder a la Edad Media.

Es entonces que debemos centrar nuestro objetivo hacia la especulación en el mercado de valores. Muy especialmente en el sector del petróleo, actualmente controlado por gobiernos de países que en su mayoría son enemigos acérrimos de las democracias y el sistema de libre mercado.

Los gobiernos de estos países (la mayor parte de ellos) no generan desarrollo social sostenible, ni económico, ni cultural. Solo se benefician unos cuantos jefecillos, casi todos aristocráticos, que actualmente son los barones del petróleo.

¿Cómo reaccionaron los países industrializados frente a la crisis?

En primer lugar, elaboraron planes de rescate de las entidades financieras y bancos, con el objetivo de que estos tuvieran nuevamente liquidez para efectuar sus transacciones. No es que la medida contradiga el pensamiento neoliberal. Es que la medida solamente consistía en un paliativo con el fin de dar tiempo a una reorganización de dichas instituciones. Pero: Cual fue la causante de tamaño descalabro? El aumento desmedido de los PRECIOS DEL PETRÒLEO.

Desde el momento que las casas financieras y los bancos se dedican en poner en orden sus activos, es imposible que se incentive el poder de compra de los consumidores y mucho menos estimular las inversiones. Las casas no financian y los bancos no dan créditos. Los fondos estatales no son otra cosa que la impresión de papel moneda. Este papel moneda, que no responde a ninguna sobre producción, lo único que hace es provocar una crisis mayor. Dicho más claramente: Los paquetes de rescate disminuyen a la larga el poder adquisitivo de la población.

La industria automovilística se ha visto afectada. A su alrededor otras ramas importantes y pequeñas, medianas y grandes empresas sufren también las consecuencias. Todas aumentan los precios de sus productos.

La fiscalización que ejerzan los gobiernos, para evitar mecanismos fraudulentos y manipuladores de los balances bancarios, no es lo más preocupante para el ciudadano de a pie. No es, ni va a ser así, que se cumplan y respeten los acuerdos de Basilea.
Si no se pone fin al desmedido aumento del precio del petróleo, nada de esto tiene sentido y mucho menos sentido común. Al menos a corto plazo.

¿Quién financiará entonces la crisis financiera?

Actualmente, los gobiernos dicen que el costo de los paquetes de salvación, así como los programas para estimular la demanda, serán asumidos. Lo que quiere decir, que cada uno de nosotros (el pueblo en general) tendrá forzosamente, que asumir una deuda a pagar en un futuro indeterminado.

Lo peor es que mientras los precios del petróleo aumenten y no se encuentre una "energía" alternativa, la deuda crecerá infinitamente y el standard de vida alcanzado en los países industrializados descenderá en proporción igual y contraria.

La reacción del régimen totalitario de los hermanos Castro

Y la dictadura neofeudal que? Sobrevivirá? Los hermanísimos jamás se han quedado cruzados de brazos, aunque ahora mismo la tengan mucho más difícil.

Comenzaron por anunciar, hace muchos meses, que comenzarían a realizar reformas. De inicio utilizaron el mismo sketch de las reuniones multitudinarias, para tener una idea de lo que el pueblo piensa del régimen, aunque los sátrapas estén conscientes de ello. No importa. El asunto es ganar tiempo. Luego toman algunas medidas conducentes a aliviar la presión (reparto de tierras, autorización de teléfonos móviles y autorización de entrada a los hoteles). A la par van implementando medidas económicas que afectan la canasta básica de los más necesitados. Poco después, en contubernio con la Iglesia Católica (la utilizan cuando les conviene) y el fracasado gobierno español del PSOE, se "abren" al exterior y deportan prisioneros de conciencia. Comienzan a implementar leyes que promueven el cuentapropismo por enésima vez, obligados por las circunstancias y no porque consideren que sea la solución a los problemas económicos creados por la crápula des-gobernante. Son tan prepotentes que se atreven a culpar al pueblo de la desidia y el desorden por ellos creado.

Fidel Castro está viejo y enfermo. Fue así como único cedió el poder a su hermano. Viejo camaján, sabe que la única forma de resolver los problemas económicos es dándole paso a la libre empresa. Sabe también que la libre empresa es la guillotina de su régimen. Por eso utiliza la libre empresa hasta tanto considera que comienza a aproximarse la guillotina. Entonces le pone freno.

Digo esto, porque si bien ha renunciado a ocupar el cargo de Dictador al Mando, que sepamos no ha renunciado al mucho más importante cargo de Primer Secretario del Partido, que no es otra cosa que su legitimización como Dictador en Jefe.

Está por ver qué sucede en el tan anunciado y atrasado próximo Congreso del Partido.
Un porciento mayoritario de cubanos habríamos preferido que la ausencia física de Fidel Castro hubiese sido definitiva. No obstante, los acontecimientos demuestran que en el período más álgido de su enfermedad, ocurrieron luchas antagónicas que pusieron fin a carreras y carteras de unos cuantos funcionarios. Ninguna de ellas tiene mayor importancia hacia el exterior y si muchísima internamente.

Raúl Castro necesitaba y necesita consolidar su poder. Todos los que de una forma u otro formen su gabinete deben responder a él y no a su hermano. Precisa que a ninguno de sus subalternos se le ocurra la idea de consultar al hermanísimo. Ahora es Raúl el que manda. Aunque le queda la "Espada de Alejandro" sobre su cabeza.

Ahora bien: El horno no está para galleticas. No creo que Fidel Castro interfiera en el proceso que propone su hermano. La única duda que me asalta, proviene de la idea de los precios del petróleo.
En estos momentos de bonanza, para todas las economías que chupan de la teta petrolera venezolana, no sería extraño alguna crítica esporádica en la forma de pensar, ver y apreciar los peligros y los principios.

A continuación:
- Planificando el Neofeudalismo del Siglo XXI



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