El día 14 de noviembre, salió publicado en el periódico El Mundo el artículo “Papá Estado y la Polémica del Caldero”.
A través de Internet, un amigo me hizo llegar el referido artículo y he decidido hacerle algunos comentarios en mi blog.
El artículo, aunque hay que leerlo entre líneas, no dice claramente de donde salen las “orejas peludas” emplazadas en paradas de ómnibus, comercios, agro mercados y otros sitios, aunque sí aclara cual es el destino final de sus escuchas: “la oficina de la Opinión del Pueblo”, del Comité Central del Partido.
Para aquellos que, hace mucho abandonaron los postulados del régimen totalitario de los hermanos Castro Ruz, convencidos del engaño a que fueran sometidos durante décadas, les diré que en la década de los años 90 fue instaurado un sistema llamado Servicio Único de Vigilancia y Protección (SUVP) cuyo propósito sería aglutinar los factores existentes en cada circunscripción: Comités de Defensa de la Revolución, Federación de Mujeres Cubanas, Poder Popular, Policía Nacional y Núcleo del Partido de jubilados (NPJ).
El SUVP se encuentra dirigido por el NPJ y es asesorado y dirigido por el Municipio del Partido. Su tarea fundamental es la de vigilar a los militantes del partido (no jubilados) en sus circunscripciones, para informar de las “desviaciones” en que puedan estar incurriendo los mismos. Otra de sus funciones es la de “luchar” contra la indolencia de los CDR y su falta de interés en las guardias cederistas (se le llama así a los miembros de los CDR) y demás actividades que nada tienen que ver con la defensa de la “revolución” y que el desgobierno les ha endilgado.
El Presidente del Poder Popular en la circunscripción es vigilado estrechamente por el NPJ debido a que en los últimos tiempos (desde la década de los 90) han existido aproximaciones de los mismos, a los trabajadores por cuenta propia con un no muy bien definido propósito de recaudar fondos para resolver los pequeños problemas de barrio que Papá Estado es incapaz de encarar (los grandes mucho menos). De la FMC nada tengo que decir, es una organización estancada en el tiempo y ni el propio desgobierno la tiene en cuenta.
En un momento determinado, cuando ningún joven habanero (de los pocos que quedan) ingresaba en la policía, intentaron que el NPJ sustituyera la labor que supuestamente realizaba el Jefe del Sector y esto constituyó un serio problema pues los Sectores de la policía van más allá de las circunscripciones y lo hacía inviable, además de que el trabajo de la policía no puede hacerlo un militante del partido y mucho menos cuando la edad no los acompaña, pero así son las cosas bajo la bota opresora del régimen.
Hace ya muchos años que el NPJ realiza sus labores de escucha e información y son muchos los problemas surgidos entre militantes de la misma organización (incluyo aquí a la UJC) que aun se mantienen activos laboralmente.
Que el desgobernante Raúl Castro diga que la libreta de abastecimientos es irracional e insostenible no es noticia. Eso lo debían haber previsto antes del 12 de marzo de 1962 y no ahora cuarenta y siete años después.
Hace mucho tiempo que el flamante Comandante en Jefe (ya Fidel solo es Primer Secretario) ha tratado de eliminarla y sin resultados, aun cuando la JUCEPLAN y la caterva de “TECNOCRATAS” (catalogados de esa forma por Fidel Castro), que pertenecían al entorno de Raúl (allá por los 80) fueran purgados de sus cargos cuando aquello de los “bandidos de Río Frío” y que no fuera otra cosa que, tratar de aplicar la “Ley de la Oferta y la Demanda” en un país regido por el caos económico.
Fidel Castro necesita del caos para mantenerse en el poder.
En los últimos años se han estado realizando pequeños esfuerzos para tratar de estabilizar la economía interna. Uno de los esfuerzos ha estado encaminado a estabilizar las monedas que circulan en el territorio nacional, sin éxito.
Es imposible revertir el caos económico sin perder el poder político, aun cuando la represión sea extrema. Y la crápula dirigente lo sabe bien: La improductividad de los trabajadores cubanos es consecuencia directa de la incapacidad organizativa del régimen totalitario.
Los defensores de la Libreta de Abastecimiento, son aquellos que saben, de sobra, que es el final del régimen totalitario, tal vez para convertirse en otra cosa, en el peor de los casos, pero es el fin. Y la gente le teme al cambio. Sobre todo los menos jóvenes.
Aquellos que opinan que la LA es un derecho, no están en sus cabales. Todo lo contrario. La LA fue la extirpación del derecho ciudadano de elegir entre qué comprar y que vender. A partir de marzo de 1962, los cubanos nos vimos en la desesperada necesidad de que “Papaíto Totalitarismo” nos diera que comer, que vestir, que calzar y muchas más.
Considero que es bueno que el desgobierno comience paulatinamente (hace tiempo que lo hace, no es de ahora) a inutilizar la LA, así como la suspensión de los comedores obreros y todos los que se parezcan. De esa forma, la caña se pondrá a tres trozos (forma cubana de decir que la cosa está mala). Da igual el método que utilicen, la economía es una sola. Lo mismo da que lo hagan al derecho que al izquierdo. El final va a ser siempre la misma “Ley de Oferta y Demanda”.
El rol de papá enfadado es una opción que acelerará el proceso de desintegración un régimen que ha acostumbrado al pueblo a un paternalismo fidelista durante medio siglo.
La participación de las masas en la solución de sus propios problemas es otra de las tantas injusticias, pues los problemas no han sido creados por las masas, sino por los des gobernantes.
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