Hace miles de años, antes de la invención del dinero, las personas intercambiaban las cosas unas por otras. Se cambiaba una vaca por un caballo etc, etc... Este método de intercambio o comercio se llama trueque. Todavía, en algunas partes del planeta habitadas por pueblos sub-desarrollados, el comercio se lleva a cabo de ésta forma.
Imaginemos, por un momento, como sería la vida si tuvieramos que utilizar el sistema de trueque en lugar del dinero. Supongamos, por ejemplo, que un padre sea carpintero y que por tanto construya mesas, las cuales aspira a cambiar por un automovil, un traje y algunas cosas mas. Indiscutiblemente éste hombre se va a encontrar con un sin-número de problemas.
Para empezar, lo más seguro es que al vendedor del automovil no le interese en lo más mínimo las mesas que vende el carpintero; no sería extraño que al sastre no le agradase el estilo de las mesas y cabe dentro de las posibilidades que el costo del automovil sea igual a diez mesas y que una mesa pueda ser cambiada por dos trajes.
De lo que sí podemos estar seguros es de que de nada nos servirá cortar el automovil en varios pedazos o tratar de intercambiar las piezas. En una comunidad donde cada familia produce la mayoría de las cosas que se necesitan para vivir y mantenerse, el sistema de trueques puede que sea satisfactorio, como por ejemplo en los primeros días de la civilización.
En la medida que los pueblos y ciudades fueron creciendo, como consecuencia del trabajo del hombre, en esa misma medida la vida económica de las personas cambió. Personas y familias comenzaron a especializarse en diferentes ocupaciones; unos se especializaban en sembrar granos, otros a criar ganado, otros a
procesar el grano y convertirlo en harina, otros a la confección de zapatos...
De esta forma surgieron una serie de problemas de intercambio que llevaron al hombre a inventar el dinero.
Atraves del dinero todos podemos intercambiar nuestro trabajo o los productos del mismo por la labor de los productos de otros.
El comienzo del dinero fué simple. Las personas de algún lugar acordaron reconocer, en algunos de sus artículos, un valor regular (standard). Muchas cosas, de diferentes tipos, fueron utilizadas de tiempo en tiempo. Entre los primeros artículos que se utilizaron, como dinero, encontramos al ganado. Más adelante se comenzó a utilizar el grano, ya que se podía utilizar en pequeñas cantidades, o que no se podía hacer con los animales. También se utilizaron conchas de caracol y tabaco.
En la medida que la civilización avanzó y comenzaron a utilizarse los metales, en la misma medida comenzaron a utilizarse los metales como dinero. Especialmente se utilizaron los metales más raros y escasos. El oro y la plata no eran solamente raros, sino también escasos y bellos, por lo que todo el mundo los aceptaba a modo de intercambio, por cualquier otro producto. Además, estos materiales eran indestructibles y tenían la propiedad de poder ser divididos en fragmentos muy facilmente. De manera que un pedacito podía ser cambiado por una barra de pan o una libra de carne y una pieza más grande podía ser cambiada por un caballo y otra aun más grande por una casa.
A estas alturas podemos afirmar que el dinero actúa como un patrón de valor y que cuando cambiamos nuestros productos por dinero decimos que vendemos y cuando procedemos de forma inversa decimos que compramos. Este comprar y vender, utilizando el dinero, nos permite hablar de las cosas por lo que éstas cuestan en dinero.
No obstante, éste dinero, mide convenientemente el valor de acuerdo con un patron común y a ésta medición del valor por el dinero se le llama precio. El precio de un artículo, no es más que su valor expresado en dinero.
Si volvemos al caso imaginario del padre de familia, podemos decir que el dinero mide el valor de sus mesas, ya que el precio es la expresión monetraia del valor.
Cuando así ocurre, se le da el nombre de “precio natural”. Pero al lado del “precio natural” se encuentra el “precio del mercado”, que tan pronto sube, como baja, a un valor mayor o menor que el “precio natural” en relación con las fluctuaciones de la oferta y la demanda (O.D.).
Si la O.D. son iguales entre sí, el “precio del mercado” corresponderá al “precio natural”. De ésta forma, sin tener en cuenta “políticas de choque” o “racionamientos” o “intermediarios”, las mercancías se venderan, por lo regular, a sus respectivos valores o “precios naturales”.
Los automoviles tienen su precio al igual que los trajes. Por tanto un carpintero puede vender sus mesas a quién se las quiera comprar por ese precio y cuando haya vendido las diez mesas puede que haya alcanzado el precio del automovil. Al vender la primera mesa obtuvo el precio de un traje y le quedó todavía algun dinero. (El dinero es el intermediario del intercambio).
Cuando nosotros sabemos que nuestro dinero puede comprar más de esto o menos de lo otro, estamos siendo asistidos por los precios en nuestra desición de que comprar o que vender. (El dinero sirve también como un acumulador de valores).
Es posible que el carpintero no esté interesado en gastar todo su dinero de una vez y decida ingresar, parte del mismo, en un banco hasta que le encuentre una utilización apropiada. Mientras tanto el sabe que ese dinero le da la posibilidad de comprar, aproximadamente, la misma cantidad de productos la próxima semana o el próximo año, que la cantidad que se puede comprar hoy.
Cuando ocurre una “inflación” (casi siempre es debido a una crisis económica) las personas pierden la fe en el dinero y en los bancos, debido a que los precios aumentan sin cesar o el poder adquisitivo de las personas disminuye.
El oro fué adoptado como moneda de cambio.
No es solamente raro, sino estable en su valor. Es casi indestructible, no pierde su valor al ser dividido en pequeñas monedas. Es deseado en cualquier parte y aceptado sin reservas. Una pequeña porción tiene gran valor, por lo que una considerable cantidad de dinero puede ser llevada facilmente. No es muy pesado o voluminoso para andar por ahí; no es por ejemplo, como el ganado.
La moneda patrón puede ser el dólar oro, el peso oro, la libra oro o el euro oro, siempre que se emita la cantidad de papel moneda como cantidad de oro exista en el país, una vez sustituído el oro por el papel. Las otras monedas que se utilizan pueden ser de plata, cobre o calamina, pero estas son simplemente fichas que se utilizan para, y por la conveniencia de pequeñas transacciones.
(continuará)
Imaginemos, por un momento, como sería la vida si tuvieramos que utilizar el sistema de trueque en lugar del dinero. Supongamos, por ejemplo, que un padre sea carpintero y que por tanto construya mesas, las cuales aspira a cambiar por un automovil, un traje y algunas cosas mas. Indiscutiblemente éste hombre se va a encontrar con un sin-número de problemas.
Para empezar, lo más seguro es que al vendedor del automovil no le interese en lo más mínimo las mesas que vende el carpintero; no sería extraño que al sastre no le agradase el estilo de las mesas y cabe dentro de las posibilidades que el costo del automovil sea igual a diez mesas y que una mesa pueda ser cambiada por dos trajes.
De lo que sí podemos estar seguros es de que de nada nos servirá cortar el automovil en varios pedazos o tratar de intercambiar las piezas. En una comunidad donde cada familia produce la mayoría de las cosas que se necesitan para vivir y mantenerse, el sistema de trueques puede que sea satisfactorio, como por ejemplo en los primeros días de la civilización.
En la medida que los pueblos y ciudades fueron creciendo, como consecuencia del trabajo del hombre, en esa misma medida la vida económica de las personas cambió. Personas y familias comenzaron a especializarse en diferentes ocupaciones; unos se especializaban en sembrar granos, otros a criar ganado, otros a
procesar el grano y convertirlo en harina, otros a la confección de zapatos...
De esta forma surgieron una serie de problemas de intercambio que llevaron al hombre a inventar el dinero.
Atraves del dinero todos podemos intercambiar nuestro trabajo o los productos del mismo por la labor de los productos de otros.
El comienzo del dinero fué simple. Las personas de algún lugar acordaron reconocer, en algunos de sus artículos, un valor regular (standard). Muchas cosas, de diferentes tipos, fueron utilizadas de tiempo en tiempo. Entre los primeros artículos que se utilizaron, como dinero, encontramos al ganado. Más adelante se comenzó a utilizar el grano, ya que se podía utilizar en pequeñas cantidades, o que no se podía hacer con los animales. También se utilizaron conchas de caracol y tabaco.
En la medida que la civilización avanzó y comenzaron a utilizarse los metales, en la misma medida comenzaron a utilizarse los metales como dinero. Especialmente se utilizaron los metales más raros y escasos. El oro y la plata no eran solamente raros, sino también escasos y bellos, por lo que todo el mundo los aceptaba a modo de intercambio, por cualquier otro producto. Además, estos materiales eran indestructibles y tenían la propiedad de poder ser divididos en fragmentos muy facilmente. De manera que un pedacito podía ser cambiado por una barra de pan o una libra de carne y una pieza más grande podía ser cambiada por un caballo y otra aun más grande por una casa.
A estas alturas podemos afirmar que el dinero actúa como un patrón de valor y que cuando cambiamos nuestros productos por dinero decimos que vendemos y cuando procedemos de forma inversa decimos que compramos. Este comprar y vender, utilizando el dinero, nos permite hablar de las cosas por lo que éstas cuestan en dinero.
No obstante, éste dinero, mide convenientemente el valor de acuerdo con un patron común y a ésta medición del valor por el dinero se le llama precio. El precio de un artículo, no es más que su valor expresado en dinero.
Si volvemos al caso imaginario del padre de familia, podemos decir que el dinero mide el valor de sus mesas, ya que el precio es la expresión monetraia del valor.
Cuando así ocurre, se le da el nombre de “precio natural”. Pero al lado del “precio natural” se encuentra el “precio del mercado”, que tan pronto sube, como baja, a un valor mayor o menor que el “precio natural” en relación con las fluctuaciones de la oferta y la demanda (O.D.).
Si la O.D. son iguales entre sí, el “precio del mercado” corresponderá al “precio natural”. De ésta forma, sin tener en cuenta “políticas de choque” o “racionamientos” o “intermediarios”, las mercancías se venderan, por lo regular, a sus respectivos valores o “precios naturales”.
Los automoviles tienen su precio al igual que los trajes. Por tanto un carpintero puede vender sus mesas a quién se las quiera comprar por ese precio y cuando haya vendido las diez mesas puede que haya alcanzado el precio del automovil. Al vender la primera mesa obtuvo el precio de un traje y le quedó todavía algun dinero. (El dinero es el intermediario del intercambio).
Cuando nosotros sabemos que nuestro dinero puede comprar más de esto o menos de lo otro, estamos siendo asistidos por los precios en nuestra desición de que comprar o que vender. (El dinero sirve también como un acumulador de valores).
Es posible que el carpintero no esté interesado en gastar todo su dinero de una vez y decida ingresar, parte del mismo, en un banco hasta que le encuentre una utilización apropiada. Mientras tanto el sabe que ese dinero le da la posibilidad de comprar, aproximadamente, la misma cantidad de productos la próxima semana o el próximo año, que la cantidad que se puede comprar hoy.
Cuando ocurre una “inflación” (casi siempre es debido a una crisis económica) las personas pierden la fe en el dinero y en los bancos, debido a que los precios aumentan sin cesar o el poder adquisitivo de las personas disminuye.
El oro fué adoptado como moneda de cambio.
No es solamente raro, sino estable en su valor. Es casi indestructible, no pierde su valor al ser dividido en pequeñas monedas. Es deseado en cualquier parte y aceptado sin reservas. Una pequeña porción tiene gran valor, por lo que una considerable cantidad de dinero puede ser llevada facilmente. No es muy pesado o voluminoso para andar por ahí; no es por ejemplo, como el ganado.
La moneda patrón puede ser el dólar oro, el peso oro, la libra oro o el euro oro, siempre que se emita la cantidad de papel moneda como cantidad de oro exista en el país, una vez sustituído el oro por el papel. Las otras monedas que se utilizan pueden ser de plata, cobre o calamina, pero estas son simplemente fichas que se utilizan para, y por la conveniencia de pequeñas transacciones.
(continuará)
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