viernes, 15 de mayo de 2009

¿Por qué Fidel Castro se ha vuelto un problema difícil para el socialismo?

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¿Qué hacer? (chtó diélat?)

Lo anteriormente expuesto muestra que Fidel Castro es un «problema difícil» para aquella izquierda (socialismo europeo) que, sin abandonar el horizonte del poscapitalismo o socialismo, evolucionó mucho en los últimos cincuenta años.

De las líneas principales de esa evolución el pueblo cubano podría extraer propuestas para la solución del problema a pesar de la dificultad de este.

O sea, el sistema totalitario fidelista, que “tanto contribuyó” a la renovación de la izquierda, sobre todo en la primera década, no podrá ahora beneficiarse también de la renovación de la izquierda que ocurrió desde entonces.

Al no poder hacerlo, no podrá volver dialécticamente a asumir un papel activo en la renovación de la izquierda. Resolver el «problema difícil» implicaría, pues, concretizar con éxito el siguiente movimiento dialéctico: renovar al sistema totalitario renovando la izquierda; renovar la izquierda renovando al sistema totalitario.

Principales pasos de renovación de la izquierda socialista europea en los últimos cincuenta años:

1- En los últimos cincuenta años se ha ensanchado la brecha entre la teoría socialista y la práctica socialista, con consecuencias muy específicas para el marxismo.

En tanto la teoría socialista crítica se desarrolló, principalmente, a partir de mediados del siglo XIX, en cinco países (Alemania, Inglaterra, Italia, Francia y los Estados Unidos), y tomando en cuenta particularmente las realidades de las sociedades de estos países capitalistas desarrollados, las prácticas socialistas, más creativas, ocurrieron en países subdesarrollados y fueron protagonizadas por clases o grupos sociales «invisibles», para la teoría crítica y hasta para el marxismo. De forma tal que crearon una brecha, entre teoría y práctica, que domina nuestra condición teórico-política de hoy.

A medida que la teoría iba perdiendo paulatinamente su papel de vanguardia, de igual forma fue abandonando la misma y ganando un estatus completamente nuevo y absurdo: el estatus de una teoría de retaguardia.

La teoría de retaguardia significa dos cosas. Por una parte, es una teoría que no guía partiendo de principios o leyes generales (por que se rige supuestamente por la totalidad histórica) sino con base en un examen constante, crítico y abierto de las prácticas de transformación social.

Así, la teoría de retaguardia se sorprende por prácticas cambiantes progresivas, pero las acompaña, las analiza e intenta enriquecerse con ellas, y busca en ellas los criterios para profundizar y expandir las luchas sociales.

Por otra parte, esa teoría de retaguardia, mira en esas prácticas, tanto los procesos y actores colectivos, como los más retrasados, los más tímidos y al borde de desistir.

Es una teoría que concibe el progreso y el retraso, como parte de un proceso, que presupone la idea de totalización. Este es el camino para crear una contrahegemonía socialista o, como en el caso de Fidel Castro, para mantener y reforzar una hegemonía totalitaria.


Los grandes invisibles u olvidados de la teoría crítica moderna, los pueblos indígenas del subcontinente americano (Marx y Engels jamás los tuvieron en cuenta), han sido uno de los grandes protagonistas de las luchas progresistas de las últimas décadas.

Desde una perspectiva teorica convencional, toda esta innovación política y social carece de interés, cuando no les resulta irrelevante. El fracaso en aprender de los nuevos agentes de cambio da lugar, al cabo, a la irrelevancia de la propia teoría.

2- La teoría de retaguardia marca el final de toda forma de organización política asentada en ella, en particular el partido de vanguardia.

Los partidos que fueron moldeados por la idea de la teoría de vanguardia no son hoy partidos, ni de vanguardia, ni de retaguardia. Son de hecho partidos (o coaliciones) burocráticos que cuando están en la oposición resisten fuertemente al status quo, pero no tienen alternativa, y que cuando están en el poder, resisten fuertemente al surgimiento de alternativas.

Aclaro que me estoy refiriendo a los actuales partidos de izquierda europeos y no a los partidos comunistas forjados en las herrerías del Kremlin soviético, aunque sé positivamente que aún subsisten algunos de esos, integrados en las coaliciones de izquierda,

Como reemplazo del partido de vanguardia (el de sistema único, el comunista) se crearon, en Europa, más partidos de retaguardia para acompañar el fermento de “activismo social” .

3- La otra gran innovación de los últimos cincuenta años ha sido el modo como los movimientos populares (la mayoría de ideas izquierdistas) se han apropiado de las concepciones democraticas y las han transformado en concepciones contrahegemónicas, participativas, deliberativas, comunitarias y radicales. Los movimientos populares, aparentemente, han decidido tomar la democracia en serio.

Tomar la democracia en serio significa: llevarla mucho más allá de las fronteras de la democracia liberal y también de crear un concepto de democracia de tipo nuevo: la democracia como todo el proceso de transformación de relaciones de poder desigual, en relaciones de autoridad compartida.

4- En la sociedad cubana las relaciones desiguales de poder son diferentes de las que existen en las sociedades democráticas, pero como existen, son igualmente múltiples. La lucha contra ellas, al margen de las necesarias adaptaciones, tendría igualmente que guiarse por el pluralismo social, político y organizativo.





 

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