jueves, 18 de agosto de 2022

Aprendiendo a volar helicópteros

El Vuelo Estacionario



Volar un helicóptero 
es bastante difícil, al menos al principio. Aquellos que, 

alguna vez lo han intentado, lo saben. Es muy diferente a volar en una 

aeronave de alas fijas. El helicóptero es una aeronave de alas rotatorias.


De inicio puede parecer imposible. El helicóptero se comporta como si tuviera 

voluntad propia. Tratando de hacer una comparación, pudiéramos imaginarnos 

que es como un caballo.

Se necesita de mucha concentración y sentido del equilibrio.


El primer día que me enfrenté al desafío de, intentar mantener un vuelo 

estacionario, sufrí una gran decepción. Mi instructor despegó, aquella mole de 

hierro, y cuando ya lo tenía estacionario me conminó a tomar los mandos. De 

inicio se mantuvo estacionario, hasta que de repente comenzó a desplazar hacia 

la derecha, sin yo haber realizado movimiento alguno con los mandos.


Cuando intenté corregir el desplazamiento, la nariz del helicóptero se inclinó 

hacia delante, como si un caballo estuviera bajando la cabeza. Me daba la 

impresión que aquel aparato tenía voluntad propia, pero no. Era yo el que 

estaba presionando el mando cíclico (sin querer) hacia delante, en tanto creía 

que estaba corrigiendo el hacia la derecha. Más tarde, cuando analizábamos el 

vuelo, mi instructor me lo señaló.


No solamente fue eso, sino que el helicóptero también perdió altura sobre el 

terreno. Sin proponérmelo había dejado caer (un poco) el mando colectivo. En 

fin que, el vuelo estacionario, había dejado de serlo y el instructor tuvo que 

corregir aquello que, de forma involuntaria estaba haciendo.


El Vuelo Estacionario


Mi instructor me dijo que trabajara suave con los mandos, que no les diera 

empujones.

Y que tratara de no mover el mando colectivo de forma innecesaria. De manera 

que comencé nuevamente desde la posición inicial.


Ahora el helicóptero se mantuvo estable durante varios segundos y de repente l

a nariz del helicóptero comenzó a girar hacia la izquierda. Entonces apliqué 

demasiado el pedal derecho, intentando corregir el giro.


Entonces, el helicóptero comenzó a perder altura sobre el terreno, mientras 

que, la nariz del helicóptero continuaba girando hacia la derecha.


Otra vez, sin querer, había corregido (demasiado) el giro de la nariz del 

helicóptero hacia la izquierda. Esto, a su vez, había provocado una diminución 

de la potencia del helicóptero y por eso, parecía que se hundía. “Te faltó darle 

un poco de ángulo de paso colectivo”, me dijo el instructor.


Volar un helicóptero se puede describir, como tratar de acariciar tu cabeza y 

frotarte el estómago al mismo tiempo. No es exactamente así! Los controles 

del helicóptero son tres y…, los tres son altamente sensibles.


Partamos del hecho de que el helicóptero es una aeronave muy inestable. Y 

mientras más inestable es una aeronave, mucho mayor es su maniobrabilidad. 

Para complicar más las cosas, estos controles tienen un retraso sustancial entre 

la operación de cada control y la respuesta del helicóptero. Hasta que no 

seamos capaces de “intuir” este tipo de retraso, más nos demoraremos en 

dominar el vuelo estacionario.

No todos los alumnos tienen el mismo sentido de la intuición. Unos demoran 

menos y otros más.


Utilizo la palabra “intuición”, porque es así como se adquiere la experiencia 

necesaria. Intuición es, la habilidad para conocer, comprender o percibir algo 

de manera clara e inmediata, sin la intervención de la razón.


El paso o mando colectivo, es el que se encarga de la altura del helicóptero 

sobre el terreno, mediante la alteración del ángulo de las palas del rotor central 

(alas rotatorias).

Los pedales inciden en las palas del rotor de cola, también variando el ángulo 

de las mismas. Esto previene que el helicóptero gire sobre su propio eje 

vertical, hacia la derecha o hacia la izquierda.


Si aumentamos el paso colectivo, el helicóptero asciende y si lo hacemos, al 

contrario, el helicóptero desciende.

Cuando queremos ascender (durante el vuelo estacionario -“hover” en inglés), 

siempre volemos un helicóptero con rotor de cola, tendremos que aplicar el 

pedal derecho (en el caso de los helicópteros de fabricación rusa o francesa)*, 

para corregir el par de motor (torque).


*El par de motor (torque) se fundamenta en el principio de acción y reacción, de donde 

toda acción tiene una reacción igual y contraria


Algo a tener en cuenta: En los helicópteros británicos y norteamericanos, los 

rotores giran (casi siempre) en contra de las manecillas de un reloj, mientras 

que, en los helicópteros rusos y franceses, casi siempre lo hacen a favor de las 

mismas.


A partir de todo lo anteriormente expuesto, podemos llegar a la conclusión de 

que, para dominar el vuelo estacionario, lo más importante resulta ser la 

coordinación. Una persona que sea des-coordinada, le costará más esfuerzo 

dominar este tipo de vuelo.


El “palo” o mando cíclico, es el control que nos permite mover, al helicóptero, 

hacia delante, hacia detrás y hacia ambos lados, en el momento en que 

cambiamos la inclinación del rotor central en cualquiera de dichas direcciones. 

También cambia el ángulo de ataque de cada una de las palas del rotor central, 

pero de eso sabremos más adelante. Por el momento no es necesario 

profundizar tanto. Este es el control más sensible del helicóptero y se parece 

mucho más a las riendas de un caballo. Es el más complejo de los mandos de 

un helicóptero.

Nota: Si escuchas, al instructor, decir “mío”, te está queriendo decir que el 

tiene 

el control de los mandos. Esto no quiere decir que sueltes los mandos, a no ser 

que  te lo pida. El alumno nunca debe soltar los mandos, a no ser que el 

instructor lo pida. Pero al decir “mío” lo que está queriendo decir el instructor 

es que va realizar una corrección necesaria. Lo conciso de la palabra se debe a 

que en ocasiones no hay mucho margen de tiempo entre la toma de decisión y 

el hecho en si mismo. 


Por ejemplo “tengo el control” lleva mucho más tiempo que decir “mío”. No 

podemos olvidar que, los interruptores de radio, casi siempre se encuentran 

ubicados en el mando cíclico y…, que cuando el instructor te dice (utilizando 

el intercomunicador) “mío” ya tiene los tres mandos bajo su control. De 

manera que lo único que debe hacer el alumno es, dejar de ejercer presión 

sobre los mismos. Nunca soltarlos! A no ser que el instructor así lo disponga.


Son muchas las escuelas de helicópteros que, en su metodología consideran 

que los alumnos deben aprender a manipular los controles por individual.

No es un mal método, pero tampoco es práctico. Se pierde mucho tiempo en la 

enseñanza y un curso que debe durar una cantidad de horas determinadas, 

puede durar mucho más de lo previsto.

Pero eso ya no va de los alumnos, sino de los instructores.

Yo prefiero todo junto, como se hace para aprender a montar en bicicletas. Y 

como en las bicicletas, el instructor se encuentra en la obligación de evitar 

posibles accidentes.


La cantidad de tiempo que las personas tardan en aprender a volar estacionario 

varía enormemente y, para muchos, puede ser una experiencia increíblemente 

frustrante. Algunos alumnos intentan encontrar un atajo para aprender a 

realizar el “hover”, pero la mayoría no ayudan.


Vamos a ver cuales son los métodos no funcionan:


1.- Cuando el instructor le dice al alumno que se relaje o trabaje suave con los 

mandos. El alumno lo intenta, pero se pone más tenso y aprieta los mandos 

hasta que las manos le duelen y los pies se acalambran.

2.- Un instructor que no deja al alumno utilizar los mandos. Aparentemente el 

alumno tiene dominio del aparato, pero en realidad, el que lo está volando es el 

instructor.


Lo primero y más importante es relajarse de verdad, pero sin intentarlo.

Es cierto que esto es muy difícil de hacer, pero funciona.

Una actitud relajada no quiere decir una actitud apática.

La forma más fácil de relajarse es, simplemente dejar de preocuparse por si 

está progresando o no.

Por esta razón, las personas que aprenden a realizar el “hover” más 

rápidamente suelen ser las que no se esfuerzan demasiado.

Por supuesto, hay que poner una cierta cantidad de esfuerzo, pero la 

determinación definitivamente se interpone en el camino de este tipo de 

aprendizaje.

Aquellos que simplemente disfrutan de las locas oscilaciones de la práctica 

temprana del “hover” y aceptan que el proceso lleva tiempo, a menudo 

aprenden realizar el “hover” más rápido.


Hacia donde se debe dirigir la vista


No se debe mirar hacia abajo. Hay varias teorías sobre esto, pero básicamente 

elegir un punto de referencia en la distancia, y luego una característica a unos 

15 a 20 metros de distancia, parece funcionar mejor.

De esa manera, notarás si los puntos elegidos se mueven entre sí y, por lo tanto, 

detectarás pequeñas desviaciones y movimientos del helicóptero.


Y es mucho, mucho más fácil hacer pequeñas correcciones que grandes, ya que 

cualquier ajuste de un control también requerirá grandes movimientos de los 

otros controles, y ahí es cuando las cosas generalmente comienzan a 

descontrolarse.


Se debe comenzar de un espacio grande a uno pequeño.

La mayoría de los alumnos sienten que, necesitan un área del tamaño de un 

campo de fútbol cuando comienzan a realizar el “hover”.

Uno de mis tantos alumnos me dijo un día: “mis campos se están haciendo más 

pequeños”.

Ya verás cuando tengas que aterrizar en plataformas limitadas!


La influencia del viento


El viento es determinante en el vuelo estacionario. Debe estar, preferentemente 

de frente, aunque también se debe practicar con el viento lateral y para 

empezar..., nunca con el viento de cola. No es aconsejable realizar vuelos 

estacionarios con el viento de cola.


Con el viento de frente el hover es mucho más fácil, pero si el viento cambia 

de dirección no te quedará otra alternativa que buscarlo con el cíclico y en la 

obligación de utilizar los pedales para compensar el reto de los movimientos. 

Un viento muy fuerte, de más de 12 metros por segundo resultará muy difícil 

para un alumno sin experiencia.


Al final, todo se reduce a la práctica.

El vuelo estacionario, es un poco como aprender a montar en bicicleta; parece 

imposible hasta que logras hacerlo, y luego te preguntas qué diablos fue tan 

difícil.

Realizar el hover no es muy diferente de aprender a conducir un automóvil, 

montar a caballo, jugar al fútbol, aprender un arte marcial o cualquier otra 

habilidad práctica.

En cierto sentido, un instructor no puede enseñarte a volar; la función del 

instructor es, simplemente evitar que te mates mientras aprendes.


Poco a poco, como en todas las habilidades recién adquiridas, volarás y serás 

cada vez mejor.

Y aprenderás a volar realizando desplazamientos laterales y de cola

desplazarte lentamente por el aeródromo.





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