miércoles, 20 de enero de 2016

El fracaso del Totalitarismo venezolano, consecuencia de utilizar la constitución a conveniencia

El fracaso del Totalitarismo venezolano, consecuencia de utilizar la constitución a conveniencia
Respuesta a Pedro Campos, autor del artículo
http://www.14ymedio.com/opinion/Venezuela-fracaso-chavismo-fidelismo-socialismo-XXI_0_1924007592.html













Se podrá teorizar todo lo que se quiera, pero decir que Hugo Chávez es el resultado de una crisis política y económica del capitalismo, en Venezuela, es como decir que lo mismo podía haber sucedido en toda la América Latina. Oportunistas, corruptos y malversadores hay en todas partes del mundo, pero dónde único se persiguen y castigan es en los sistemas democráticos.

El concepto “Socialismo del Siglo XXI” de Heinz Dieterich Steffan (intento de pesadilla después del desmerengamiento) hace su aparición en 1996. No es hasta casi diez años más tarde, un 30 de enero del año 2005, que Hugo Chávez Frías hace alusión al mismo.
De manera que, desde 1998, en que Chávez asumió el poder, no se aplicó el concepto. Primero tenía que desmontar el antiguo sistema y adaptarlo a su antojo y conveniencia. Y a eso se dedicó durante 9 años, además de la campaña proselitista para el aumento de los precios del barril de petróleo, que en 1998 era de $7.00 dólares norteamericanos.

En el 2001 el gobierno de Chávez interviene, por decreto PDVSA. Ya para el 2005 había ocurrido el intento de derrocamiento (2002), que aún no se sabe a ciencia cierta si fue autónomo o provocado. Pero el precio del barril había aumentado (2005) hasta los $80.00.
Volvamos atrás. Todo eso de democracia participativa y el progreso de forma autogestionaria y cooperativas de producción, suena muy bien al oído de cualquier cerebro. El problema continúa siendo el mismo. Nada funciona por generación espontánea. Ni los llamados “revolucionarios”. ¿Cómo se gestiona todo esto? ¿Cómo hacer entender, a las personas que, todo, es de todos? ¿Quién controla todo? ¿Cómo evitar la corrupción y la malversación de los funcionarios?

Si esto era lo que despertaba esperanza en los venezolanos, al que no quiere caldo le dan tres tazas. Pero no, al pueblo venezolano, como sucedió con el cubano, lo enamoraron en base a promesas que los propios prometedores sabían que eran falsas.
No es que durante los des-gobiernos de Hugo Chávez y Fidel Castro se fueran abandonando las esencias del proyecto. El desgobierno se hacía paternalista desde el principio y la acción de la burocracia era el resultado de su incompetencia. Todo aquello que no es productivo y se potencia, por ejemplo movimiento de masas, instituciones diversas, movilizaciones diversas, clientelismo, provoca desgaste económico irremplazable. Si a esto le agregamos que para obtener la ayuda internacional favorece a gobiernos vecinos obsequiándoles petróleo barato, el desgaste económico se convierte en despilfarro.

El boom petrolero no surgió de la noche a la mañana. Si en el 2005 ya había llegado a $80.00, en tres años llegó a los $148.00. Fue una escalada planeada y ejecutada desde las entrañas de la OPEP. Y el régimen de Hugo Chávez, en vez de utilizar ese dinero en desarrollar el país, hacía todo lo contrario. Despilfarraba el dinero, nacional e internacionalmente. Para justificarse ante el pueblo, decían que Venezuela y Cuba se encontraban asediadas por el imperialismo.
A Chávez ya se le había subido el petróleo a la cabeza. Se creía invencible. No es que se le olvidaran las bases económicas. Dudo mucho que supiese algo de economía. No se encontraba aplicando el Socialismo del Siglo XXI, sino que engendraba el régimen dictatorial, totalitario y neo feudal implantado en Cuba por Fidel Castro.

La Alianza Bolivariana (ALBA) fue el peor disparate aconsejado por Fidel Castro jamás. El ALCA, un proyecto norteamericano de integración económica no les convenía a Chávez o a Fidel. A Fidel, porque no le darían entrada y a Chávez porque lo tendrían bajo control.
Por tanto, como se parecía a la “Alianza para el Progreso”, de Kennedy, y apoyándose en la injerencias “imperiales” comenzaron a propalar la versión comunista del interés del “imperio” de apoderarse de los recursos y las economías de todo el continente.

No voy a citar toda la propaganda comunista. Solo me voy a referir al ALBA. Venezuela pretendió echarse en hombros a todos los países anglófonos e iberoamericanos que le siguiesen en sus andanzas despilfarradoras. Menos mal que no hubo muchos que cayeron en la trampa.
Tal como lo pensaron Chávez y sobre todo Fidel, el ALBA nunca hubiera podido ser un proyecto de integración y mucho menos revolucionario. ¿Cómo podían haber contemplado la ínter actuación desde abajo, desde las bases económicas, políticas y sociales de los países involucrados, si ambos “caudillos” solo pensaban en beneficio propio? ¿Cómo podrían haber unificado la moneda si hasta el día de hoy en Cuba no se ha realizado? ¿Cómo liberar los movimientos de personas y capitales, si de lo que trata el totalitarismo es de restringir? ¿Qué es eso de financiar el desarrollo de una economía solidaria, que no sea regalar el dinero del pueblo en la búsqueda de réditos políticos a escala internacional?

Todo lo de la “Integración Bolivariana” no es otra cosa que el más cruel de los populismos.
No coincido para nada en que se haya perdido la oportunidad de realizar el proyecto chavista original. Por el contrario, creo que hay que darle gracias a Dios de que no fuese ese su proposito.

El socialismo, como teoría pasa, pero en la práctica, no funciona. Y no es la teoría la culpable, es el ser humano y sus imperfecciones y diferentes tipos de desarrollo histórico, educacional, cultural, civil y otros muchos etcéteras.
Heinz Dieterich, nos dice Campos, que es el principal promotor internacional de las ideas del socialismo del siglo XXI y quien asesoraba inicialmente a Chávez, señaló el pasado 4 de enero el periódico El Nacional:

"Me desilusioné cuando mi amigo Hugo Chávez no impuso, por muchas razones, esa combinación de desarrollismo criollo posible y el paradigma científico-político del socialismo del siglo XXI, que hubiera puesto a Venezuela en la vanguardia de la sociedad global. Sin embargo, del socialismo del siglo XXI solo usó el término, no la institucionalidad respectiva. Por eso, ninguna persona sensata puede decir que hubo socialismo del siglo XXI en el país. Lo que fracasó en Venezuela fue un proyecto de desarrollismo criollo mal ejecutado. Mi desilusión, sin embargo, fue continental. Hablé con casi todos los presidentes progresistas de América Latina y del Caribe y ninguno tenía una intención seria de trascender el sistema capitalista con una nueva civilización".
Pero no acaba de reconocer el error. Lo que no funciona es el socialismo, porque a estas alturas donde único funciona el precepto marxista: «De cada cual según su capacidad. A cada cual según su trabajo», es en los países desarrollados. Y este precepto jamás ha sido alcanzado en ninguno de los países por dónde haya transitado el totalitarismo.

La muerte de Chávez y su sustitución por Maduro fue una bendición divina (y yo no creo en bendiciones) para el pueblo venezolano. ¡Si Fidel Castro hubiese muerto de cáncer en 1974! , estaríamos diciendo que no le había alcanzado el tiempo para desarrollar el programa original.
El fracaso del chavismo no tiene nada que ver con la llegada de la derecha a la Asamblea Nacional. Tiene que ver, y mucho, con el método de des-gobierno llamado socialismo establecido por Chávez y Fidel Castro.

Todo lo que lleve implícito la palabra SOCIALISMO es un fracaso por adelantado.
Lo que le ocurre al chavismo-fidelismo no es fracaso. Fidel, con su sagacidad, lo ha caracterizado mejor, es «DESMERENGAMIENTO». No tengo dudas de que aquellos gobiernos que se beneficiaron de las regalías del ALBA, van a sufrir las consecuencias. Los pueblos no. La mayoría de esos países aun son democráticos.

Ni Chávez y mucho menos Fidel Castro estuvieron nunca interesados en las teorías de Heinz Dieterich. El que piense así debe estar en la categoría de los hombres ilusos.
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