Victor Ariel Gonzalez
Publicado en abril 20, 2015 por victorarielgc
Ayer asistí al conteo de votos que se realizó en el colegio electoral no.2, de la circunscripción 7, en los bajos del edificio FOCSA. Allí me encontré a Hildebrando Chaviano, a quien había entrevistado horas antes. El abogado miraba atentamente a la mesa donde las autoridades revisaban y acumulaban boletas, al otro lado del cristal.
Era uno de esos momentos en que se siente que algo
histórico está sucediendo. La prensa extranjera y la nacional, los agentes de
la Seguridad del Estado que te reconocen, la turba de gritones esperando del
otro lado de la calle para cuando diesen los resultados… El ambiente se hallaba
cargado y había una gran expectación. Era la primera vez que un
“contrarrevolucionario” se medía contra los candidatos “revolucionarios”, la
primera vez que en un mismo cartel se veían los rostros de uno y de otros.
Hildebrando perdió, al quedar unos cuantos votos por
detrás. Yuniel López, el otro candidato opositor en estas elecciones, tampoco
ganó en las urnas. Sin embargo, ayer se sumó una victoria para toda la
oposición cubana: se demostró que sí hay una representatividad y que no existe
un monolitismo. Se derrumbaron varios mitos.
Quien siga dudando de la variedad de opiniones
políticas en Cuba -en lo referente a oficialismo y oposición-, o montado en la
nube de la uniformidad de pensamiento, ahora no le queda sencillamente ningún
pilar sobre el cual sostenerse. Resulta que algunos sí votaron por los
candidatos “contrarrevolucionarios”, y eso legitima a la disidencia. Si bien el
electorado no puede optar por un partido u otro -según la ley, no pueden
competir partidos-, sí optó por actores que se sabe ofrecerán una alternativa,
que lucharán por los intereses de su comunidad de una forma en que nadie ha
luchado antes: sin miedo, sin ataduras, sin burocracia.
Los candidatos opositores perdieron, según los
conteos, pero por otra parte ganaron mucho. Ganaron para ellos y para todos los
que desean una Cuba diferente. Mostraron que pudiese haber un camino electoral
si se logra el respaldo suficiente. Quizá para las próximas elecciones haya más
zonas en donde alguien levante su mano y proponga a los que se enfrentan abiertamente
al sistema Partido-Gobierno-Estado. Quizá, en los próximos años, la oposición
logre capitalizar la inconformidad popular. Los votos que sumaron tanto
Hildebrando como Yuniel dicen claramente que “estamos cansados y queremos algo
distinto”.