El mentiroso continúa escribiendo mentiras?
https://jovencuba.com/2016/02/04/los-olvidados-los-que-se-quedan
Por: Harold Cárdenas Lema
Las negritas y las rojitas son mías (Mario Riva Morales)
Son tiempos de fetichismo con el socialismo tropical cubano. Hay preguntas
que hacen eco en todas las esquinas de esta isla y confieso que me tienen
cansado. ¿Por qué se van los jóvenes cubanos? ¿Piensas irte también? ¿Qué
pasará en un país sin juventud? Las respuestas son obvias: emigrar es su
derecho, hay muchos que aspiran a hacerlo pero también otros que se quedan a
conciencia. Aun así, molesta bastante que el protagonista hoy en día sea el
emigrante y no quienes se quedan a construir el futuro de Cuba.
Son tiempos de
incertidumbre. ¿Existe aún lo que se llegó a llamar “socialismo tropical”? Los
jóvenes cubanos, Sr. Harold, se van de Cuba porque no tienen futuro. La
pregunta no es ¿Qué pasará? La pregunta correcta es ¿Qué juventud recompondrá más
de medio siglo de desgobierno? Por supuesto que emigrar es un derecho. Derecho
conculcado durante medio siglo. Son minoría los que se quedan. Minoría mayor
que los que se quedan a conciencia. ¿Quién le ha dado el protagonismo al
emigrante Sr. Cardenas?
Advertencia: Sr. Lemas, con
estas declaraciones suyas, usted bien puede ser tildado de disidente por los órganos
de la seguridad del régimen.
Lo olvidados entonces somos los enraizados, los que quedamos aquí en este
país cargado de contradicciones. Eso tiene que ver con otras actitudes, como
aquella amiga de antaño que regresó el otro día y quería enseñarnos a utilizar
Facebook porque “este país es un atraso”. O los que piensan que en Cuba quedan
los que no tienen oportunidad de marcharse, reduciéndonos a una suerte de
perdedores. Esos y otros mitos circulan todos los días, dando una visión
simplificada de este país según la cual todos nos queremos marchar. Y no es
así.
Los olvidados Sr. Harold
son aquellos, que como buenos mentirosos, defienden un régimen que tiene sumido,
al pueblo de Cuba, en afrentas y oprobios. Buena definición la de su amiga, al
decir que “este país es un atraso”. Menos mal que ya usted está interiorizando
que se encuentra en el bando de los perdedores. Pues va a ser que sí. Que el
que no se marcha es porque no puede o que continúa pegado a la ubre de la vaca
macilenta llamada “revolución”.
Conozco muchos jóvenes que les iría bien en otras tierras pero se quedan en
Cuba porque los mueven fuerzas mayores. Muchos desconocidos que hacen bien
anónimamente, muchísimos que trabajan cada día por un salario simbólico y son
los héroes olvidados de este país. De esos no escribe casi nadie, es más fácil
visibilizar a supuestos “ganadores” o preocuparse por el desangramiento
migratorio y no por la solución para terminarlo.
¿Podría usted decirme
cuales son las fuerzas mayores por las cuales se quedan en Cuba, solo algunos jóvenes?
¿Cómo se atreve a llamarle “héroes olvidados” a aquellos jóvenes que son
vilmente explotados por la dictadura? En todo caso llámeles esclavos.
¿Quién, en su “sano”
juicio va a atreverse a escribir de los esclavos cuando Tony Castro, el hijo
del dictador recibe “como héroes” a los que se fueron y regresan con los
bolsillos llenos de dólares?
Dígame: ¿Quién firmó un
convenio con USA para que se otorgaran 20 mil visas anuales en 1994? Como
consecuencia el desangramiento migratorio ya ronda el medio millón de jóvenes
con preparación media superior emigrados por vía legal.
¿Será que a la
dictadura le era conveniente desembarazarse de tamaña cantidad de jóvenes de
dudoso control?
¿Por qué se van los jóvenes? Muchas razones, entre ellas la ausencia de un
paradigma del éxito que sí tuvieron nuestros padres y nosotros carecemos, que
toca construir. Quizás la respuesta para esto sea precisamente visibilizar, ¿a
quiénes? A los que se quedan.
No me venga con cuentos
de camino. ¿Cuál paradigma del éxito? La dictadura no garantiza ni una vejez
segura. Ese es, precisamente, el espejo en el cual se miran los jóvenes de la
tercera generación “revolucionaria”. Explíqueme: ¿como van a visibilizar y a
quienes?
Por otra parte, el éxodo del 2016 no es el mismo que la crisis de los
balseros en 1994. Aquello fue una respuesta ante la escasez más cruda que hoy
en día ya no es tan así. ¿Qué pasa entonces? Por alguna razón en los momentos
más duros del Período Especial el consenso nacional soportó embates que hoy no
podemos superar. ¿Por qué? Quizás porque el proyecto de nación estaba más claro
en ese entonces, porque existía el liderazgo carismático de Fidel Castro como
mecanismo de unidad o sencillamente porque creíamos que era posible un regreso
a la estabilidad de los años 80.
Usted mismo lo dice: “Ya
no es tan así”. Sobraría el “tan”, pero aun perdura. Tal vez usted no lo
recuerde, pero en lo más álgido del período especial, la dictadura abandonó por
completo a la juventud, hasta casi desaparecer la UJC llamada la “vanguardia”
del PCC. Otro tanto aconteció con la
FMC.
Si no fuera porque sé
perfectamente que usted vive en Cuba, le preguntaría en que país se encuentra,
para decir semejante disparate: “existía el liderazgo carismático de Fidel
Castro”. Sr. Cárdenas, si alguna vez el dictador en jefe tuvo algún carisma y
no hubiese sido el miedo a sus malignas decisiones, eso desapareció después de
la causa no.1 del 88. Eso fue lo que acabó de colmar el vaso (medio lleno o
medio vacío) de los que creíamos, en él, a fe ciega. Y no me avergüenza
decirlo.
Por no dejar de
traicionar, Fidel Castro lo ha traicionado todo y desde el principio. Tontos, más
que tontos, fuimos los que nos dejamos engatusar con su populismo de sirena en
celo.
Efectivamente, recuerdo
los años 80, hasta la peregrina idea de tener un sistema de Internet, variante CAME,
para todos los países socialistas, hasta que se desmerengó el sistema.
El día que aceptamos que no había un regreso posible, desaparecieron los
paradigmas y las certezas. Nuestra incapacidad de generar un consenso y enviar
señales claras sobre el rumbo del país o sobre cuál es el plan gubernamental
para nuestro futuro, provoca el desaliento y la mirada hacia alternativas
foráneas. Parte de la emigración cubana es también responsabilidad nuestra
entonces como proyecto de país incapaz de generar un mayor consenso.
Su caso me da hasta pena,
Sr. Lemas. Sé que no es fácil reconocer haberle “apostado al caballo equivocado”.
En mi caso ya había escuchado semejante afirmación de parte de mi progenitor.
Cuando escuché decir a
Fidel Castro (al autorizar la libre circulación del dólar) que esas medidas se
tomaban por no tener «alternativas». Por un momento llegué a pensar que se podía;
para nuevamente volver a la realidad y preguntarme a mi mismo: ¿Te vas a dejar
engañar otra vez? El engaño vino en forma de CUC diez años después (2003). Y ya,
yo no era un hombre joven. Para esa fecha cundía en mí el desaliento de haber
dedicado toda mi vida a defender a una dictadura “insaciable e insoportable que
había hundido, a Cuba, en el mal”.
¿Cómo va a ser
posible que, una dictadura, que coquetea con “los chicos verdes” y pacta
relaciones diplomáticas con el “monstruo imperialista” sin haberse levantado el
bloque-bargo, pueda dar señales sobre el rumbo del país?
En el extranjero tengo a todos mis amigos de la infancia menos uno, que
quizás se marche pronto también. Allá están mis compañeros de aula, mis novias
y si quisiera hacer una reunión de clase, sería más fácil hacerlo en Miami que
en mi ciudad natal. La empatía con el emigrado es inevitable porque con solo un
par de giros en el destino cualquier de nosotros pudo haber sido uno de ellos.
Aun con su participación y apoyo, el futuro de esta isla tienen que decidirlo
los que viven dentro. Irónico entonces que esos sean los grandes olvidados en esta
historia, los que se quedan.
Sr. Harold, yo perdí a
mis amigos de la niñez (todos se encuentran en USA). Perdí todos los amigos de
la adolescencia (todos se encuentran en USA). Por perder, perdí a casi todos
mis compañeros de lucha (muchos de ellos se encuentran muertos (en combate) fuera
de Cuba o viven sus vidas cubanas con el “verde sudor” que emana de las frentes
de sus hijos, allende la patria. Sepa usted, que los he vuelto a encontrar,
gracias al fenómeno llamado Internet.
SR. MENTIROSO:
La patria es de todos.
Somos, todos los cubanos, los que tenemos el deber y el derecho; los que viven
e Cuba y los que viven en el extranjero a reconstruir todo el descalabro que
los hermanos dictadores nos han legado.
Usted no es quién para
decidir lo que hay que hacer para que Cuba vuelva a ser un país próspero. No se
ponga el sayo del tirano. Jamás ose continuar dividiendo al pueblo de Cuba. Ya
el daño de los hermanos Castro Ruz es suficiente.
http://manchiviri.blogspot.pt/2012/12/los-diez-mandamientos-y-el-partido-de_12.HTML
Ver también: http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article59794016.HTML
http://segundacita.blogspot.pt/2016/02/los-olvidados-los-que-se-quedan.html
Ver también: http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article59794016.HTML
http://segundacita.blogspot.pt/2016/02/los-olvidados-los-que-se-quedan.html
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