Regina Coyula, 27 agosto 2015
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Cuba a veces parece
una visión de postal.
El país de la
divisa fuerte o CUC se parece a cualquier zona próspera del América Latina. No
así el de la moneda nacional.
Normal, dirán
muchos, pero en Cuba, a diferencia de casi todos esos países en desarrollo, se
hizo una Revolución hace más de medio siglo para erradicar entre otros males,
las diferencias sociales, sobre todo la pobreza. O al menos, eso se dijo.
La realidad ha sido
diferente.
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Atrás quedaron
aquellos monumentales planes para industrializar el país, y además de garantizar
la educación y la salud gratuitas, garantizar también una vivienda digna y
niveles de vida acordes con el resultado del trabajo, sin olvidar la producción
de alimentos, en que seríamos la competencia de Suiza en chocolates, de Francia
en quesos y de Holanda en producción de leche, entre otras maravillas.
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Ni siquiera pudo el
país sostener su estable producción azucarera en la que sí habíamos sido
líderes mundiales, y hoy importamos para el consumo interno desde Brasil.
Las cooperativas
agropecuarias donde los campesinos fueron concentrados tras el triunfo de la
Revolución no supieron extraer su fruto a la tierra como los campesinos
tradicionales, y hace años Cuba necesita erogar miles de millones en alimentos
que ingresan sin susto al país por los enormes agujeros del llamado bloqueo
estadounidense.
Resulta curioso no
haber dedicado la mayor prioridad del gobierno a producir alimentos en un país
agrícola acostumbrado en las últimas cinco décadas a tener como música de fondo
una inminente agresión enemiga.
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Diferencias
Personas sonrientes
ofrecen servicios legales o ilegales que van desde choferes, camareros,
recepcionistas y músicos, hasta venta de langostas, tráfico de medicamentos y
prostitución. En ambos sentidos, llene usted los espacios en blanco.
Las tiendas y
establecimientos gastronómicos en divisas difieren de sus pares en moneda
nacional: limpios, iluminados, eficientes.
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Es fácil distinguir
un hospital en divisas de la mayoría de los gratuitos, lamentablemente también
por estar limpios, iluminados y ser eficientes. O las escuelas de pago,
destinadas al personal diplomático y a los hijos de extranjeros.
Con la dualidad
monetaria que se vive en Cuba, la tenencia de una u otra moneda supone una diferencia
significativa en el nivel de vida.
La Cuba con CUC o Cucba
tiene hermosas casas, autos modernos, perros de raza, vacaciones en el
extranjero, entrenadores personalizados, alimentación orgánica. Su mayor
preocupación es la seguridad, para lo cual elevan muros, instalan alarmas,
contratan vigilantes.
Cupba
-con pesos nacionales- viaja en ómnibus repletos, conviven varias generaciones
bajo el mismo techo, se viste con ropa de segunda mano, las vacaciones suceden
frente al televisor y su mayor preocupación es cómo comprar comida cuando la
asignación mensual de la libreta de productos alimenticios se acaba en la
primera decena de cada mes.
En las postales se
edita el mal olor, la suciedad y el empobrecimiento que se observa no más
abandonar los circuitos del turismo o las áreas residenciales de los pudientes
o allegados al poder y de los pudientes allegados al poder, quienes viven de
forma sorprendentemente similar.
El reverso de la
postal que se van sin ver los turistas y los entusiastas de las solidaridad.
Regina
Coyula es bloguera, activista de derechos humanos y crítica del gobierno
cubano. Aunque reniega de las etiquetas, es considerada "disidente"
en su barrio, por decir y escribir lo que piensa. Ella se considera una
ciudadana crítica sin afiliación política.
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