domingo, 13 de mayo de 2012

La conmemoración rusa del 67 aniversario de la victoria sobre el fascismo.


         Añoranzas de un Fidel Castro moribundo.



No pretendo juzgar. Solo pretendo analizar las añoranzas de un anciano fuera de época y lugar.

Tengo también, el raro privilegio, de haber conocido combatientes destacados de la Segunda Guerra Mundial y sitios donde se desarrollaron combates y batallas. Es imprescindible no confundir los términos. La SGM no constituyó una “histórica batalla”, sino una Guerra Histórica.


Fidel Castro esperaba con interés y añoranza el desfile militar y no la conmemoración. Para él, la hazaña y el heroísmo se circunscriben solamente al conjunto de pueblos que un día (ya muy lejano) constituyeron la mal llamada Unión de Repúblicas Socialistas de los Consejos (URSC).

Aclaración: Soviet quiere decir en lengua rusa “CONSEJO”.

Aunque no se puede restar méritos a esos pueblos que lucharon contra el fascismo, no podemos olvidar que el régimen soviético tenía firmado un pacto de no agresión con el régimen nazi. Tampoco podemos olvidar que cuando las tropas hitlerianas invadían Polonia desde el oeste, las hordas estalinistas realizaban lo propio desde el este y mucho más al norte invadían Finlandia.

Al pueblo ruso siempre se le inculcó la superioridad sobre otros pueblos. Invadieron las repúblicas bálticas y no contentos con ello llegaron a establecer colonias (compuestas por millones de rusos) en Letonia, Estonia y Lituania. Otro tanto hicieron en Kirguizia. En este último país del Asia central los colonos rusos no se mezclaban con la población autóctona. Mientras tanto, apoyaban un gobierno fantoche kirguiz, dispuesto a complacer los mandatos del amo comunista. Actualmente, el problema de las nacionalidades rusas, en los referidos países, constituye un verdadero dolor de cabeza.

Para Fidel Castro es imposible comprender los cambios. La bandera roja, de la hoz y el martillo, representaba un sistema absurdo y ridículo. No así el himno nacional ruso.

Después que desaparezca el absurdo y ridículo régimen en Cuba, la bandera cubana continuará siendo nuestra bandera y el himno de Bayamo nuestro himno, y nuestro escudo nacional continuará portando la llave del golfo. Solo desparecerá, tal vez, la bandera roja y negra del movimiento 26 de julio y su himno.

Quizás debiéramos guardarlos, pues bajo esa bandera y ese himno, gran parte del pueblo cubano combatió a una dictadura menos sangrienta que la actual, sin imaginar las maquiavélicas pretensiones de Fidel Castro y sus acólitos.

Con esas ideas absurdas y ridículas dice Fidel Castro que disfrutó del desfile.

Nosotros no debemos olvidar que el comunismo y los ejércitos sanguinarios del Pacto de Varsovia y el Ejército Rojo cometieron crímenes de lesa humanidad en Hungría y Checoslovaquia e impusieron (por la fuerza de las conveniencias) un sistema dictatorial, totalitario y neofeudal en Cuba.

¡Que manera tan asquerosa tiene Fidel Castro de ocultar  la historia y sus lecciones!

Puede ser que la técnica militar exhibida en Moscú el 9 de mayo del año 2012 tenga mejor calidad que aquella que nosotros empleábamos en Angola, Etiopía, Nicaragua, el Salvador y un motón más de etcéteras. No quiero ponerlo en duda.

Eso sí, la capacidad de ofrecer respuesta a los más sofisticados medios convencionales y nucleares, ni es impresionante ni mucho menos posible.

Si a finales del Siglo XX, la URSS tenía 20 años de atraso en relación con los sistemas de armamento occidentales, me atrevo a decir que, luego de la caída del muro de Berlín, el atraso es muchísimo mayor.

Efectivamente, era el acto que todos esperábamos en el aniversario de la victoria de todos los pueblos del mundo sobre el fascismo y no tan solo del régimen monstruoso que se empeñaba en imponer el falaz y dogmático totalitarismo neofeudal en “beneficio y nombre” del proletariado.

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