miércoles, 14 de diciembre de 2011

La muerte en combate de Raúl Díaz Argüelles



Había concluido ese día, el 22 de diciembre de 1975, el Primer Congreso del Partido y su recién electo Primer Secretario sometía -en insólito y ridículo procedimiento- a la definitiva “aprobación popular”, los históricos acuerdos adoptados y el Comité Central elegido.

También anunciaba, al mundo entero, que pretendía “ayudar” a sus “hermanos” angolanos y decía (por primera vez) que además de ser latinoamericanos, éramos también latino-africanos. Y añadió:

“Y el imperialismo yanki, sin escrúpulos de ninguna índole, lanzó las tropas mercenarias fascistas y racistas de África del Sur para aplastar la independencia de Angola, y se indigna de que nosotros apoyemos a Angola, se indigna de que nosotros apoyemos al África, se indigna de que nosotros defendamos al África".

Ya hacía mucho tiempo que, Fidel Castro, apoyaba a todos los movimientos de liberación nacionales en cualquier parte del mundo. Con invitación o sin ella.


Pocos días antes, el 11 de diciembre, había caído en combate, con apenas 39 años uno de nuestros más capaces oficiales, Raúl Díaz Arguelles.



Años atras, Fidel Castro le había encomendado el apoyo a los combatientes en Guinea Bissau, cuya lucha contra el colonialismo portugués era evaluada, por los servicios secretos portugueses, como la más organizada y dinámica.

Pero es que la definición de latino-africanos resulta un poco forzada. Para aquellos que solo conocíamos las noticias internas, creíamos (o queríamos creer) sinceramente, que los yanquis habían lanzado tropas mercenarias fascistas y racistas de África del Sur para aplastar la independencia de Angola.

Solo pasados los años comprendimos que África del Sur había lanzado sus tropas, sin pedir o recibir el consentimiento de nadie. Como parte de sus “Border Wars”, intentaban preservar su régimen de apartheid racial. De igual forma mantenían bajo su jurisdicción al territorio del África Sur-Occidental (Namibia).

Comprendimos también, que ese no era el verdadero motivo para convertirnos en los defensores de África. Un continente de más de 30 millones de kilómetros cuadrados en comparación con una islita caribeña de poco más de mil.

En aquel discurso, del día 22 de diciembre, Fidel Castro no pudo dejar de proferir una bravata. Dijo:

"...¡Por los deberes que establecen nuestros principios, nuestra ideología, nuestras convicciones y nuestra propia sangre, defenderemos a Angola y defenderemos al África! Y cuando nosotros decimos defendemos, lo decimos en serio. Y cuando nosotros decimos luchamos, luchamos en serio.”
Los comentarios sobran.

En el momento de su muerte, Raúl Díaz Arguelles era el Jefe de la 10ma Dirección del Ministerio de las Fuerzas Armadas del régimen de Fidel Castro. Y es precisamente por ser el Jefe de esa Dirección del MINFAR, que se le designó para la difícil operación de preparar a los combatientes del MPLA, la única de las tres organizaciones angolanas, de supuesta filiación marxista, con estrechos lazos con el clandestino partido comunista portugués y por ende con el partido comunista de la Unión Soviética.

Hacía mucho tiempo que los políticos portugueses (también los españoles) sabían que, para formar parte de la Europa reconstruida por el capital norteamericano, pasada la SGM, se hacía necesario conceder la independencia a las antiguas colonias.
El método que utilizaran no era el factor esencial. Era imprescindible que los países africanos se auto-gobernaran. La economía siempre quedaría supeditada a los países cuyos intereses estuvieran presentes.

Angola poseía en su inmenso territorio enormes riquezas naturales y era necesario evitar gobiernos de corte nacionalista que dificultaran el ulterior desarrollo económico.
La extensión geográfica de Cuba puede caber de diez a once veces dentro del territorio de Angola.

El inmenso territorio, que al contrario de lo que muchos cubanos creíamos, se encontraba en manos de compañías norteamericanas, inglesas, holandesas y de la extinta Alemania Federal.
Los portugueses eran solo los colonos de la tierra. O lo que es igual, en su gran mayoría, agricultores. Pero eran los que detentaban el poder político, disputado por los tres o cuatro movimientos armados: FNLA, MPLA y UNITA.

Especialistas de los Estados Unidos consideraban que sería imposible detener a las fuerzas del FNLA de Holden Roberto con tropas zairotas y mercenarios blancos y a las bien armadas tropas sudafricanas que penetraban por el sur de Angola en sostén de la UNITA de Jonas Sabimbi. Pensaban de esa forma debido al pobre desempeño del MPLA.
Durante los últimos años Agostino Neto se había distanciado de la URSS. 





Las corrientes divergentes de los partidos comunistas de España y Portugal jugaban a la democratización de sus respectivos países y eran tildados de reformistas por lo más rancio de la línea dura soviética.
Ambos partidos coqueteaban con China. Los movimientos independentistas también.

Lo que jamás calcularon los especialistas consistió en que la revuelta de los oficiales portugueses (Revolución de los Claveles) de ultramar pudiera ser utilizada por políticos del calibre de Mario Soares (socialista de varias caras) y Alvaro Cunhal (comunista empedernido), para comenzar a jugar al socialismo en la península ibérica. Más concretamente, en Portugal.
Nunca les faltó el apoyo soviético para semejante empeño!

Como podían considerar a Cuba en sus cálculos?
Un Océano y una decena de miles de kilómetros separaban ambos territorios.
Cuando recibieron informaciones de los pequeños grupos que, con Raúl Díaz Arguelles comenzaron a llegar en agosto a Angola para entrenar, en cuatro centros, a las unidades del MPLA, no consideraron que fueran una fuerza determinante. Tal vez no tuvieran toda la información.
Quizá no supieran que una comisión, de la cual formaba parte Díaz Arguelles, había estado durante varias semanas estrechando vínculos en tierras lusitanas y recabando información y cooperación de sus homólogos portugueses, poco después de la visita de Otelo Saraiva de Carvalho a Cuba el 26 de Julio de 1975.

El medio de información, VISION (de Portugal), reveló detalles de una conversación que se mantuvo en secreto durante 20 años:
Fidel Castro anunció a Otelo Saraiva de Carvalho, en julio de 1975, la intención de enviar tropas a Angola si las fuerzas portuguesas no permanecieran en Angola para arbitrar conflictos entre el MPLA, UNITA y FNLA*.
A finales de julio de 1975, Otelo Saraiva de Carvalho visitó Cuba, volviendo aún más entusiasmado con el sueño del Poder Popular. Sin embargo, el punto culminante de su visita se mantuvo en secreto.
Teniendo como único testigo a Raúl Castro, Fidel y Otelo hablaron de la posibilidad de enviar tropas cubanas a Angola, después de la independencia, para mediar en el conflicto entre el MPLA, UNITA y FNLA.
Otelo no dio muchas esperanzas a Fidel Castro aconsejándole preparar sus tropas.
A su regreso a Lisboa, pidió dar una respuesta a Fidel Castro. Palabras de Otelo Saraiva de Carvalho:


"Fue una conversación muy en secreto, en la que Fidel comenzó por decirme que había recibido recientemente la visita de Agostinho Neto, presidente del MPLA, que había sido muy aprensivo acerca de lo que estaba sucediendo en Angola. Había muchas fuerzas opuestas: el FNLA, apoyado por Zaire y los EE.UU., y la UNITA, apoyadas por Sudáfrica.
Agostinho Neto tuvo miedo de quedarse solo, ya que su movimiento estaba muy dividido internamente.
El MAE, a través de Rosa Coutinho, ha impedido que el MPLA se hundiera. Había sido una Directiva de la AMF.
Sin embargo, Agostinho Neto, consideró que si no había apoyo militar significativo, el MPLA sería aplastado.
De acuerdo con Fidel Castro, Agostinho Neto se puso en contacto con Costa Gomes, quien pidió que las fuerzas militares portuguesas permanecieran en Angola, después de la independencia, para arbitrar el conflicto.
La respuesta de Costa Gomes había sido muy evasiva y Agostinho Neto, no creía que el presidente portugués a aceptara la solicitud.
Por lo tanto, pidió apoyo militar a los cubanos.
Fidel Castro me pidió mi opinión al respecto, confesando que él tenía dudas. Fidel Castro me aseguró que si las fuerzas militares portuguesas permanecían en Angola después del 11 de noviembre, no enviaría tropas cubanas para apoyar al MPLA.
De lo contrario, estaba dispuesto a participar en el conflicto.
Yo le dije abiertamente que no creía que las tropas portuguesas pudieran permanecer en Angola después de la independencia, teniendo en cuenta la situación interna de Portugal, pero me ofrecí a llevar un mensaje al presidente Costa Gomes y que pediría una respuesta rápida el líder cubano.


Cuando llegué a Lisboa el 31 de julio, fuí directamente a una reunión del Consejo de la Revolución, que terminó a eso de las seis del día siguiente, 1 de agosto.
A pesar de esto, hablé con Costa Gomes, en su gabinete del Palacio de Belén, imponiéndole de la situación.
Solo me respondió que tomaba nota del asunto.
De cierta forma, esta conversación marcó el destino de Angola".

Gilberto Santos e Castro refiere de esta forma la retirada de las Fuerzas Armadas portuguesas de Angola:

"Desde nuestro puesto de observación con vistas a la ciudad que no habíamos podido alcanzar, vi salir del puerto de Luanda, la fragata que llevaba a las autoridades portuguesas. Eran las cuatro y media de la tarde del 10 de noviembre de 1975.
Los comandos especiales miraban a la silenciosa fragata en cuya cubierta llevaba apiñados los últimos vestigios de la presencia de cinco siglos.
La fragata ancló dentro de los límites de las aguas costeras, y estuvo allí hasta la medianoche.
A la medianoche en punto, ese navío de la Armada portuguesa zarpó". *Luís Marinho, VISÃO, 19 de Octubre de 1995

La envergadura que estaban tomando los acontecimientos hicieron que el mando militar de Fidel Castro considerase la posibilidad de enviar a cuadros militares con preparación académica.
En definitiva Díaz Arguelles era solamente especialista en guerra de guerrillas.

Es por ese motivo que ya en fecha tan temprana como el día 23 ya se encuentra, en funciones, el nuevo Jefe de la Misión Militar de Cuba en Angola (MMCA), el General Leopoldo (Polo) Cintras Frías.

Eran, según el mando sur-africano, más de mil hombres, muchos de ellos cubanos. Poco más atrás cohetes anti-tanque del tipo "Maliutka", desplegados por donde se debía desplazar la unidad de combate conocida por Foxbat.




En la segunda línea de defensa, los cubanos tenían situadas baterías de morteros 120 mm y piezas de artillería de 75 mm, así como una batería completa de cañones anti-aéreos de 14,7 mm y lanzaderas de cohetes de 122 mm.

La mayoría de las posiciones del enemigo habían sido cuidadosamente señaladas por la exploración durante los días anteriores y los cubanos fueron sorprendidos cuando los sudafricanos iniciaron la preparación artillera.

Las posiciones de la artillería cubana fueron alcanzadas y aniquiladas, los morteros cubanos recibieron golpes directos, aniquilando a la mayoría de los servidores de las piezas y en pocas horas la artillería sudafricana mandó en el campo de batalla.

Al día siguiente los sur-africanos recibieron órdenes de retirarse del territorio angolano y el mando militar cubano, en Angola, consideró que la retirada se debía a la "fuerte" resistencia desplegada por sus tropas.

Díaz Argüelles le cursó un mensaje al nuevo jefe de la misión militar cubana Leopoldo Cintra Frías:

“No creo que vuelvan a atacar. Pero no te preocupes, si lo hacen, no pasarán.”

Pocos días después, el 11 de diciembre, al pasar a la ofensiva (persecución de las tropas sur-africanas que se retiraban a marchas forzadas) una mina explotó bajo el blindado desde el cual dirigía las operaciones y pocas horas después falleció.

Raúl Díaz Argüelles muere cuando su transportador blindado BTR cae en una mina colocada por los propios cubanos. (Testimonio de Rafael del Pino, primer Jefe de la Fuerza Aérea cubana en Angola).

Díaz Argüelles había llegado a Angola el 21 de agosto de 1975, utilizando el pseudónimo Domingos da Silva, con el fin de "organizar escuelas militares" de las FAPLA.
A pesar de ello, ante la presencia del Ejército Sudafricano, de tropas de Zaire y del Frente Nacional para la Liberación de Angola, pasó a dirigir el Frente Sur de las fuerzas cubanas y angolanas.

Hacía mucho que había quedado atrás la época en que fuera Jefe de Acción y Sabotaje (hoy sería terrorista) del Directorio Revolucionario (luego se le agregaría el "13 de Marzo") en la ciudad de La Habana.

Raúl Díaz Argüelles provenía de una familia adinerada. Nacido en Marianao, La Habana, el 14 de septiembre de 1937 y terminada la primera enseñanza en 1949, su familia lo envía a los Estados Unidos a estudiar en una academia militar privada en Tennessee. La Riverside Military Academy, en la que se graduó como bachiller en 1953.
Posteriormente ingresaría en la Universidad de La Habana, en la cátedra de Ingeniería Civil.
En la Universidad conoció a José Antonio Echeverría (muerto luego del asalto a la emisora de Radio Reloj), a Gustavo Machín (quién muriera siendo integrante de la guerrilla boliviana del Che Guevara) y a Fructuoso Rodríguez (muerto después del asalto al Palacio Presidencial el 13 de Marzo).
En noviembre de 1958, junto a Machín, participó en el ataque a la 15 Estación de Policía.
Sale de Cuba para inmediatamente regresar a finales de 1958 a bordo del Yate Escapade, desembarcando por la Bahía de Nuevitas en unión de otros 15 hombres.
De Nuevitas para las sierras del macizo montañoso conocido geográficamente como "Alturas de Trinidad Sancti-Spitrius", a las órdenes de Faure Chaumont y Rolando Cubelas.
A partir del primero de enero de 1959 ocupa diversos cargos en el Ministerio del Interior. Participa en el encarcelamiento de cualquier persona que se le ocurriera expresarse contrariamente a los preceptos de la revolución (léase, ideas del máximo líder), antes, durante y después de la invasión de Playa Girón (Bay of Pigs), hasta que es nuevamente designado para el MINFAR.
Dicen que también participó en la guerra de los seis días al lado del ejército sirio y que fue responsable de detener a los invencibles blindados israelíes.

El autor del presente artículo le conoció cuando Díaz Argüelles se encontraba al frente de la 10ma Dirección del MINFAR.
Bajo sus órdenes cumplió misión en la Guinea de Sekoú Touré, como integrante de la tripulación de uno de los helicópteros ejecutivos.




7 comentarios:

  1. Mark Goller | julio 18, 2015 en 03:19 |

    Mario, I was involved with the battle at Bridge 14, there are a lot of lies in the above story you posted.
    We only pulled out of Angola at the end on January 1976.
    When we were fighting in the Battle at Bridge 14, from Early December 1975, we managed to cross the Bridge over the Nhia river on the 12th December, a day after Raul Diaz Arguelles died.
    He was also not moving forward when he died, but had actually pulled further back when he was killed. his men were still in the front fighting.
    On the 12th December when we crossed the bridge , we were given orders to halt the attack and hold ground that we had captured..
    This order arrived late , as the order was that we should not attack and cross the bridge We held ground , until the End of January 1976, when we started withdrawing from Angola and at no stage during our withdrawal from Angola, were we attacked by the Cubans or MPLA.
    We were Foxbat Battle group, and to the EAST of us we had two other battle groups, with another in the west, Zulu had retreated by the time of Bridge 14.
    We have huge respect for Raul Diaz Arguelles, as he was a great Cuban commander. also our men suffered a lot against him at the Battle at Ebo on the 23rd November 1975.
    The truth of the battle of Bridge 14 is never told by the Cubans, I wonder why not.
    We are busy with a book that will tell the truth about many events about the war during 1975-1976, which will be closer to the truth, we are also in contact with a few Cubans that fought in those battles, as today we can be friends and have respect for each other

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    1. Traducción del post de Mark Goller del 18 de julio 2015, 3:09:00

      Mario, estuve involucrado en la batalla en Bridge 14, hay muchas mentiras en la historia anterior que publicaste.
      Solo nos retiramos de Angola a fines de enero de 1976.
      Cuando estábamos luchando en la Batalla del Puente 14, a principios de diciembre de 1975, logramos cruzar el Puente sobre el río Nhia el 12 de diciembre, un día después de la muerte de Raúl Díaz Argüelles.
      Tampoco estaba avanzando cuando murió, pero en realidad se había alejado más cuando lo mataron. Sus hombres todavía estaban en el frente luchando.
      El 12 de diciembre, cuando cruzamos el puente, nos dieron órdenes de detener el ataque y mantener el terreno que habíamos capturado.
      Esta orden llegó tarde, ya que la orden era que no debíamos atacar y cruzar el puente Nos mantuvimos firmes, hasta fines de enero de 1976, cuando comenzamos a retirarnos de Angola y en ningún momento de nuestra retirada de Angola, fuimos atacados por el Cubanos o MPLA.
      Éramos el grupo de batalla de Foxbat, y al ESTE de nosotros teníamos otros dos grupos de batalla, con otro en el oeste, Zulu se había retirado en el momento del Puente 14.
      Tenemos un gran respeto por Raúl Díaz Argüelles, ya que fue un gran comandante cubano. También nuestros hombres sufrieron mucho contra él en la batalla de Ebo el 23 de noviembre de 1975.
      La verdad de la batalla del Puente 14 nunca la cuentan los cubanos, me pregunto por qué no.
      Estamos ocupados con un libro que dirá la verdad sobre muchos hechos de la guerra durante 1975-1976, que estará más cerca de la verdad, también estamos en contacto con algunos cubanos que lucharon en esas batallas, como hoy podemos ser. amigos y tener respeto el uno por el otro

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  2. Bueno Raul Diaz Arguelles estuvo aqui en EU involucrado junto Abelardo Colome Ibarra, Jose LLanusa, Emilio Aragones, Aldo Margolles, Victor PIna, Juan Moleon, Fabian Escalante, Emilio Aragones en el asesinato de Kennedy. Tengo todos los documentos y fotos.
    Te puedo enviar el bumper steaker que hice antes de sacar el ibro que se llama las Havana Cuban Boy's en Dallas.

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  3. Papi

    Por: Natasha Díaz-Argüelles

    La Habana, 11 de diciembre de 2020
    Hace 5 años, gracias a la invitación que me hiciera el gobierno angolano y con el apoyo de la embajadora de Cuba en Angola, Gisela García, pude cumplir un sueño, que durante 40 años estuvo guardado en mi corazón: ir al lugar donde una mina antitanque cegó la vida de mi padre, Raúl Díaz-Arguelles García un 11 de diciembre de 1975.
    En aquella ocasión, escribí una crónica de viaje, para que todos pudieran conocer, de primera mano, cómo fue el trayecto a aquel lugar remoto en medio de la selva; y cómo fue que conocí lo que sucedió en aquel fatídico accidente que puso fin a su vida.
    Hoy, que se cumplen 45 años de su muerte, quisiera recordar aquellos momentos que viví viajando hacia lo desconocido.
    Angola, 11 de diciembre de 2015.
    Estamos en Sumbe, saldremos en pocas horas al encuentro con la Historia. Se cumplen 40 años de la muerte de Raúl Jaime Díaz-Arguelles García, Domingo Da Silva para los angolanos, general de brigada y Héroe de la República de Cuba; pretendo cumplir con mi sueño y compromiso de ir a su encuentro, volver sobre sus pasos y conocer cómo fueron sus últimas horas en medio de la selva, luchando junto a los camaradas angolanos, donde una mina antitanque le destrozara la femoral y muriera horas después.
    Nos levantamos temprano en el campamento de los colaboradores cubanos en esa ciudad, el grupo de expedicionarios integrado por funcionarios de la Embajada cubana y algunos colaboradores escogidos. Nos preparamos para partir a las 5:30 de la madrugada. Tiempo húmedo, pronosticaban lluvias para la localidad de EBO, nuestro destino final.
    Llegamos primero al Palacio de Gobierno y ya nos esperaba el general Eusebio de Brito Texeiras, gobernador de la provincia de Cuanza Sul. Luego de visitar la gobernación, nos dispusimos a partir. El general Eusebio dio las orientaciones del recorrido y la caravana partió a las 6 de la madrugada. Una delegación muy grande asistiría a esta aventura, generales angolanos que lucharon con mi papá, representantes de la provincia de Cuanza Sul y dirigentes del gobierno. Nuestro jeep casualmente era el 4to en el orden de marcha.
    El viaje era largo, teníamos que llegar al municipio de Ebo y proseguir hacia la aldea de Hengo, donde murió, y donde se ha construido un pequeño obelisco de piedra, realizado por constructores de la UNECA. El trayecto de Sumbe a Condé fue bueno, pudimos avanzar sin contratiempos, la carretera de asfalto facilitó el avance. Pudimos apreciar la grandeza de la naturaleza africana, sus paisajes deslumbrantes, vegetación, ríos caudalosos, cascadas. Me contaban que los aldeanos del lugar enterraban a sus jefes en la cima de las montañas, en tumbas circulares elaboradas con piedras, y los ponían sentados. Mientras más alta era la tumba, más alto el rango dentro de la aldea. ¡Qué tradición!

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  4. Papi

    Por: Natasha Díaz-Argüelles

    Continuación:

    Al llegar a Condé, paramos donde estuviera el puesto de mando de las tropas cubanas y angolanas, en esa casa, hoy puesto de policía, se diseñó la estrategia del Combate de EBO, operación que dirigiera con gran destreza Domingo da Silva y donde el enemigo fue rechazado exitosamente, sufriendo una aplastante derrota. A partir de este momento, como han reconocido todos los estudiosos del conflicto africano de los setenta, cambió el curso de la guerra en el Frente Sur. Fue una victoria decisiva en aquella circunstancia. Las tropas revolucionarias se fortalecieron en fuerzas y medios y se aprestaron a desarrollar algunas acciones ofensivas que crearían las condiciones para pasar posteriormente a una ofensiva general.
    Iko Carreira, ministro de Defensa angolano en 1975, escribió: “La Batalla de Ebo resultó decisiva y la victoria se debió sobre todo, a Díaz-Argüelles, el cual pasó a ser una leyenda en la historia moderna de Angola”.
    Seguimos camino hacia Ebo, en el trayecto pude ver el escenario de la batalla, los puentes volados, dónde se ubicaron las emboscadas de las tropas cubanas/angolanas que hicieron el embudo a las tropas sudafricanas y las cerraron con fuego de artillería; pude vivir aquel instante escuchando las palabras de Jorge Crespo, esposo de la Embajadora cubana, Gisela García, contándome la historia. Jorge, pudo darme todas estas explicaciones por las visitas previas que hizo al lugar y sus encuentros en la etapa de preparación de la jornada, con los Generales angolanos Luis Fasceira, M´Beto Traça, el Coronel Trocado y otros combatientes que fueron compañeros de lucha de mi papá. A partir de aquí, las condiciones del camino se hicieron más difíciles. La lluvia hacía casi inaccesible transitar por esos parajes, pero el empeño y la voluntad de llegar, hicieron posible esta hazaña.
    El trayecto duró aproximadamente una hora, los carros tenían que ir despacio, lagunas de fango encontrábamos a cada paso. Pasamos por muchas aldeas donde sus habitantes se paraban al lado del camino para decirnos adiós. Un sendero, construido días antes para hacer más factible la llegada. Entonces pensé, cómo habría sido 40 años atrás este camino intransitable que tuvieron que recorrer en BTR y a pie aquellos valerosos soldados.
    Llegamos al municipio de Ebo y continuamos hacia Hengo, cada minuto que pasaba mi corazón latía más fuerte. Ya faltaba mucho menos para estar en el mismo territorio donde ocurriera la explosión de la mina antitanque.
    Entonces, pasamos un puente de troncos de árboles, y a unos cuentos metros, subiendo una colina llegamos al lugar donde 40 años atrás, la columna de vehículos blindados autopropulsados, BTRs, estaba lista para partir al rescate de un grupo de cubanos atrapados por el fuego de los sudafricanos. En un paraje aislado, flanqueado de montañas de rarísima apariencia, pues son piedras gigantescas casi lisas, se levantaba un modesto obelisco que recuerda el paso del héroe.
    No tengo palabras para describir aquel instante en que mis ojos vieron ese sitio mítico, sitio que durante tantos años había tratado de imaginar. Más de un centenar de habitantes de Ebo, 400 kilómetros al sur de Luanda, se reunió allí para honrarlo.
    Al bajarnos, los sobas de la región (autoridades religiosas), nos dieron la bienvenida, nos untaron un ungüento verde-amarillo en la mano, nos bendecían por llegar hasta allí. De pronto, estuve frente al obelisco, y comencé a imaginar aquellos instantes cuando la columna iniciaba el viaje, el momento de la explosión de la mina blackmore americana, reforzada la potencia del estallido con uno o dos obuses de mortero 60 mm, cómo sacaban a mi padre de la BTR destrozada, cómo atendían al resto de los compañeros heridos, cómo a pesar de sus heridas mortales seguía dando indicaciones, cómo lo cargaron, lo montaron en un jeep y a toda la velocidad que permitía ese carro, se lo llevaron hacia el puesto médico.

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  5. Papi

    Por: Natasha Díaz-Argüelles

    Continuación:

    No pude aguantar tanto dolor y emoción: las lágrimas comenzaron a brotar, quería contenerlas pero no podía, 40 años de dolor en mi corazón, 40 años de angustia, se desataron de pronto. Caminé hacia el obelisco y le puse 9 rosas rojas y le dije: “Papi, ya estoy aquí, descansa en paz”.
    Comenzó el acto de recordación y de pronto, me entregarían un presente, los habitantes de EBO me declaraban “Embajadora de Ebo ante Cuba y ante el mundo”. Fue una ceremonia muy bonita, me vistieron con sus ropas de gala, me colocaron en la cabeza una cesta con frutas y maíz. Desde ese instante sería hija de esa tierra, y mi padre supe entonces que era “el hombre blanco con espejuelos oscuros que vino de muy lejos a ayudarlos”. Luego, canciones, discursos y cerca de las 12:30 del día concluyó en medio de un gran aguacero. Según los nativos tenía que llover, era el homenaje de sus dioses a mi padre.
    Luego, el regreso, volver por donde mismo llegamos a este inhóspito lugar. Iniciar el retorno, con la lluvia sobre nosotros, pero satisfechos del deber cumplido. Llegamos a Sumbe luego de dos horas de camino, allí en el aeropuerto militar nos esperaba un helicóptero que nos llevaría a Luanda. Lo montamos e iniciamos el ascenso, poder apreciar desde lo alto la maravillosa tierra angolana, era sin dudas una gran oportunidad, un espectáculo impresionante. Pasada una hora y 20 minutos, aterrizamos en el aeropuerto de Luanda, allí nos esperaba el General Francisco Lopes Gonçalves Afonso “Hanga”, Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas Angoleñas.
    Así concluía esta hermosa odisea, ir al encuentro de mi padre, y rehacer su último día de vida en medio de la selva angolana. Mi corazón sangra de dolor, pero de igual forma, con la misma intensidad, estoy orgullosa de haber cumplido este sueño, que durante 40 años vivió dentro de mí: volver por esos senderos, sobre sus pasos, en busca de él y de la Historia, así, con mayúsculas.

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