miércoles, 20 de marzo de 2019

La Pesadilla del Siglo XXI y el futuro


La Pesadilla del Siglo XXI y el futuro


Pese a las mentiras mediáticas es conocido sin ningún tipo de dudas la caótica situación económica y social en Nicaragua, Venezuela, Cuba y otros países después de implantar el socialismo. Al final, son notorios los objetivos económicos que persiguió el marxismo-leninismo ajenos al bienestar de los pueblos.
Ya sabemos que en el caso de Venezuela el objetivo fundamental de China y Rusia es apoderarse de las demostradas y cuantiosas reservas de petróleo de esa nación.
Para lograr sus apetencias de intentar ayudar a ese país utilizan el gastado guión y métodos que han empleado en distintas partes del mundo, entre ellos: veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, compra de oro y petróleo, calumnias, satanización del sistema capitalista del que tanto gustan, golpes, masacres y guerra mediática.

Cambiando de tema, es evidente la fragmentación de la democracia que está atravesando por un difícil momento. La aparición del llamado Socialismo del Siglo XXI y el viraje en los últimos años hacia el sistema capitalista de construcción de la sociedad de naciones que abrazaron ese sistema en diferentes países de variadas formas y métodos, es un claro reconocimiento de que ese engendro social que aún perdura, es el mal que azota a nuestros pueblos.

Actualmente nadie sabe que "ismo" se implantará en el mundo en un futuro a largo plazo, que satisfaga las aspiraciones siempre crecientes de la población. Lo irrefutable es que el socialismo marxista-leninista no ha resuelto, ni nunca resolverá, los acuciantes problemas ni los grandes desafíos que los países subdesarrollados tienen ante sí, y el capitalismo, de forma general, ha mostrado su capacidad para crear el desarrollo acelerado de las tecnologías y el bienestar, que solo se llega a alcanzar gracias a los emprendedores que imponen, de forma objetiva, las economías nacionales.

De manera que aquellos que se aferren al socialismo marxista-leninista deberán tener en cuenta que quedaran rezagados y que, al final, serán mucho más pobres.


Basta ya de teorizar con sistemas que van contra natura, inspirados en cantos de falsas sirenas europeas.

Las recientes declaraciones del Presidente Donald Trump, sobre Cuba, es la hoja de ruta a seguir para acabar con una dictadura totalitaria que mantiene (desde hace 60 anos) en afrentas y oprobios sumido a su pueblo.
No es que los USA consideren a los pueblos del Continente Americano su patio trasero. Es que lo es! Lo mejor de todo es que saben perfectamente que no es de su propiedad.

Viet Nam, China y Rusia practican actualmente un capitalismo salvaje y ya no se andan con hipocresías socialistas marxistas-maoístas, aunque aplican aquello del que no trabaja, no come; en contraposición de lo que predicaban antiguamente sus partidos “comunistas”, de que aunque trabajaran mucho jamás iban a comer lo que quisieran.
Aquellos que imaginan (no piensan) que están construyendo un nuevo tipo de socialismo no son más que ilusos.
Aquellos que defienden ese tipo de neo-dictaduras no son más que testaferros del sistema.

Los falsos profetas como Nostradamus han existido a través de la historia, vaticinando sucesos. Estoy más que convencido que Raúl Castro o Díaz Canel no son ninguno de ellos.

El Capítulo III de la Ley Helms-Burton debía haberse aplicado durante el mandato de Bill Clinton para como forma de presionar a los países europeos a no comerciar con la dictadura totalitaria de los hermanos Castro Ruz. Si Clinton no hubiese dedicado su tiempo en asuntos que nada tenían que ver con la política, hace mucho tiempo que el fantasma del comunismo hubiera desaparecido de América Latina y nunca hubiesen existido los jinetes del apocalipsis socialista marxista-leninista, conocidos como Kirchner, Correa, Evo, Ortega y Chávez.

Como el socialismo no sabe regenerarse, ante situaciones nuevas, mantienen las mismas formas de opresión de masas que conllevan riesgos que tienen que ser afrontados con decisión.
El embargo a la dictadura totalitaria no es nuevo, pero el escenario después del desmerengamiento del campo socialista ha cambiado.
Tenemos que entender que la Europa del Este nunca fue socialista por elección, sino por la imposición de la bota soviética concluida la SGM. Sabemos también que la mentira y las falsas promesas, hicieron de Cuba y Venezuela lo que son hoy. Una letrina inmunda. Por tanto, se tienen que ampliar las tácticas de enfrentamiento a ese permanente y creciente opresión.

No es necesario ser economista para saber que el socialismo marxista-leninista es improductivo. Tampoco es necesario ser muy inteligente para comprender que hace muchos anos el pueblo cubano se desvinculó de un sistema fracasado; que no existe la “unidad del pueblo” que tanto utilizan en forma de propaganda opresora y que dejó de existir durante el fatídico “período especial”.

Se hace necesario despojarse de tanta blandenguería y encontrar el camino que lleve a nuestro país a ser lo que era antes del fatídico ano 1959. Un país con un 70% de clase media, en los primeros lugares de desarrollo económico a nivel continental, superior incluso a algunos países europeos como Espana y Portugal.
La nueva-vieja constitución, esa en la cual el partido único es el que determina lo bueno y lo malo, no es el camino hacia el desarrollo económico y sí el camino hacia la hecatombe. Es que la yunta de bueyes viejos, que supuestamente decide el destino de nuestro pueblo, lleva pensando más de 60 anos y haciendo muy poco por el bienestar del cubano. De esa forma pasarían otros 60 anos de pesadilla ineficiente de la economía nacional.

El escenario es adverso: Aquellos que se empenan en defender la dictadura totalitaria son traidores a la patria, a la revolución de los pobres y hasta al mal llamado socialismo. Imposible mantener lo que no existe. No debemos aceptar, incluso, la rendición. Será y debe ser una lucha emancipadora de uno de los totalitarismos más crueles del Siglo XX en el Siglo XXI. No se trata de arriar las banderas del 26 de julio, ni las del engendro del “internacionalismo proletario” que tantas vidas nos costó, en aras de la vanagloria del napoleoncito caribeno. Se trata de borrar de las faz de nuestra tierra de todo lo que tenga olor a socialismo.

Termino con una estrofa de José María Heredia

¡Dios, Dios de la verdad! En otros climas
vi monstruos execrables
blasfemando tu nombre sacrosanto,
sembrar horror y fanatismo impío,
los campos inundar con sangre y llanto,
de hermanos atizar la infanda guerra,
y desolar frenéticos la tierra.
Vilos, y el pecho se inflamó a su vista
en grave indignación. Por otra parte
vi mentidos filósofos que osaban
escrutar tus misterios, ultrajarte,
y de impiedad al lamentable abismo
a los míseros hombres arrastraban.

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domingo, 3 de marzo de 2019

La Crisis en Venezuela


La Crisis en Venezuela

La situación de la dictadura venezolana es muy complicada. Imposible negarlo. Un análisis nos debe llevar a analizar, en primer lugar, las consecuencias de las agresiones mediáticas, económicas y de otros tipos implementadas por ese intento de sistema socialista, desde que Hugo Chávez llegó al poder en el ano 1999.

Todos esos ataques, como por ejemplo la subida de los precios del crudo (a instancias de Chávez) por los especuladores de la OPEP, que en el ano 2008 llegó a ser de casi 150 dólares el barril. Mientras tanto y utilizando la política del clientelismo (petróleo barato para mis seguidores) fue creando adeptos. Esto y un desorganizado programa económico, para llamarlo de alguna forma, unido a una corrupción galopante trajo por consecuencia el deterioro económico del país que heredó el actual dictador.

La dictadura de Nicolás Maduro jugó muy sucio en las últimas llamadas “elecciones”. Eso y la no aceptación, del triunfo en las elecciones, de una Asamblea Nacional de mayoría opositora al régimen, mucho ha tenido que ver en la decisión de una gran cantidad de países del mundo, al reconocer a Guaidó cómo legítimo Presidente de Venezuela.
Se hace necesario aclarar que Guaidó no se autoproclama, sino que es elegido por una Asamblea electa por el pueblo venezolano y actuando conforme a la propia Constitución de la República Bolivariana.

Se debe analizar, no solo las declaraciones de los legisladores norteamericanos, sino también de todos los legisladores de los países que no reconocen a la dictadura de Nicolás Maduro cómo legítimo representante de su pueblo. Todos ellos, que no son pocos, acreditan la violación de los derechos humanos en Venezuela. De ninguna manera son aceptables las muertes de seres humanos por el solo hecho de oponerse a una dictadura.

Todos sabemos que los acólitos de Maduro consideran que tampoco se violan los derechos humanos en Nicaragua o en Cuba. Eso no es noticia. Cómo tampoco es noticia que durante la intervención militar de la dictadura de los hermanos Castro Ruz en Angola, Etiopía y una lista variopinta de países, resultaran muertos miles de personas, incluyendo las muertes de cubanos en guerras innecesarias cuyo único objetivo era la vanagloria del Napoleoncito del Caribe.

Nadie ha osado obligar a la dictadura venezolana a aceptar la ayuda humanitaria que tanto necesita ese sufrido pueblo, mientras que la crápula des-gobernante se lo roba todo y mantiene al país en una miseria jamás vista.
Tanto dinero fuera del país y el pueblo muriéndose de hambre? Eso sí que no es aceptable. Un país que tiene las reservas de petróleo más grandes del mundo, viviendo en la miseria? Eso no lo puede aceptar nadie.
Tanto dinero fuera de Venezuela totalmente improductivo y el pueblo pasando necesidades. Es por tanto una cuestión de principios evitar que, un régimen que es incapaz de proporcionar bienestar para su pueblo, mantenga ociosas tan grandes cantidades de dinero.
Esa es la razón por la que el régimen de Nicolás Maduro es tachado de farsante y usurpador.

Se hace imperioso brindar ayuda humanitaria a un pueblo, ante un régimen que, durante muchos anos, ha demostrado ser incapaz de gobernar en beneficio de otros que no sean sus acólitos (que son pocos). Un régimen que si fuera tan humano, cómo dice ser, ayudaría con todo su petróleo a pueblos tan distantes, cómo el palestino o tan cercanos como Haití. Porque el petróleo que tiene Venezuela (en sus entranas) da para hacer de Haití un paraíso.
Es ahí dónde se demuestra que el sistema que han intentado implantar no funciona ni para ellos mismos, cómo dijo poco antes de morir el Dictador Eterno.

Todos sabemos que Rusia, sin la ayuda de los Estados Unidos, jamás hubiera vencido al invasor Nazi (tan socialista como ellos). De ahí en lo adelante Rusia no ha salvado a nadie y la Unión Soviética se auto-suicidó. Tampoco es secreto las miles de muertes que provocó en su invasión a Afganistán y ahora en Irak y Siria. O acaso las bombas rusas no matan?

El problema está en la cantidad de noticias que aparentemente ayudan a la dictadura venezolana, mediante agencias noticiosas de corte socialista que, gracias al sistema democrático, tienen cabida en los países que no optan por el socialismo.

La verdad está dónde abunda la miseria. Solo se debe creer en los pobres de la tierra, a los que se les promete (cómo el maná) que el socialismo les sacará de su miseria. Y muchos de esos pobres llevan más de 60 anos esperando a que el paraíso de la humanidad llegue a la Tierra.

Nuestro lector, que tiene buena memoria, recordará la cantidad de gobiernos que la otrora URSS intentó socializar concluida la Segunda Guerra Mundial. Todas han resultado ser un fracaso económico, menos la dictadura de los hermanos Castro Ruz que es una ruina solo comparable con Haití.
Vamos, que todos los países ocultos tras la famosa “cortina de hierro” (muro de Berlín incluido) fueron dictaduras atroces. Tan atroces cómo pueden ser las de Venezuela y Nicaragua. Donde se tortura y asesina sin pudor a miles de compatriotas por el solo hecho de protestar.

Posiblemente, nuestro lector recordará al Napoleoncito del Caribe inventando todo tipo de agresiones imaginarias, despilfarrando su propia economía en aras de un “internacionalismo proletario”, sembrando el caos no solo dónde intervenía, sino en su propio pueblo, en aras de “salvar a los pobres de la tierra”. Son muchos los ejemplos en Cuba y en el resto del mundo, de su actuar y sus consecuencias.

La doctrina del “internacionalismo proletario”, de factura netamente comunista, era nada menos que la aspiración totalitaria de ser los duenos del mundo, no solo del Continente Americano. Por supuesto, el poder para los “obreros”, que ni de lejos se gobiernan a si mismos.

El surgimiento del llamado “Campo Socialista” no fue otra cosa que la imposición de regímenes totalitarios, en contraposición a la descolonización de los países que aun mantenían dicha condición.
Pero la idea del socialismo persiste, aun cuando ha demostrado ser un fracaso. Y todo dentro del campo gravitatorio del régimen totalitario de los hermanos Castro Ruz.

Esta y no otra es la razón por la que, en los últimos tiempos, algunos de los países que probaron semejante “medicina” a sus males, han considerado mejor la situación y regresado a la cordura.
No es que yo diga que el capitalismo es un sistema justo. Ningún sistema político puede ser totalmente justo. Lo que sí me queda claro es que la idea democrática y de libre comercio, aún con todas las injusticias (de las hay) es mucho mejor que un sistema de ordeno y mando en el cual, si no obedeces, eres reprimido hasta la desesperación.

Acaso Rusia y China no aspiran a coger mangos bajitos (petróleo diría yo) de Venezuela? Ya esos países no tienen la careta del socialismo y en ellos trota no el capitalismo, sino el capitalismo salvaje. Algunos incautos piensan que esas potencias mundiales son amigas desinteresadas. Tontos, más que tontos!

Los que apoyan al desprestigiado régimen de

Nicolás Maduro, apoyan la opresión y el hambre. 

Esa es la verdadera esencia de Rusia y China.






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